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Ésta técnica ha demostrado ser, comparada con cualquier otra prueba de imagen de la mama, la de máximo coste- beneficio.
Si ésta se realiza de forma periódica en pacientes asintomáticas, se habla de mamografía de cribado (es recomendable hacerse al menos una mamografía anual a partir de los 40 años). Cuando se realiza en pacientes con síntomas o signos de cáncer de mama se denomina mamografía diagnóstica. Existen dos elementos que también son indispensables para un cribado completo: la exploración clínica de la mama y la autoexploración.
Por otra parte, en pacientes operadas de cáncer de mama se lleva a cabo un seguimiento, cuya frecuencia varía en función de las características tumorales:
- Carcinoma invasor: La historia y exploración física se realizan cada 3 meses el primer año aumentando progresivamente el intervalo de consultas, siempre y cuando no se detecten anomalías. La mamografía, entre otras técnicas de imagen, se realizará anualmente. No obstante, en los casos de cirugía conservadora se efectuará a los 6 y 12 meses postcirugía y posteriormente de forma anual.
- Carcinoma no invasor: La historia clínica y la exploración se harán con una frecuencia similar al caso anterior, incrementando el intervalo de tiempo más rápidamente en ausencia de hallazgos patológicos. La mamografía se recomienda cada año.
Con respecto a la RMN de mama, debido a su coste, su limitada disponibilidad y la falta de guías de interpretación estandarizadas, no se usa de forma rutinaria. Por otro lado la galactografía está indicada ante la existencia de secreción por un único orificio del pezón.
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