El quiste simple consiste en la dilatación de los conductos galactóforos secundarios y terciarios ocupados por líquido de color variable cuyo estudio citológico pone en evidencia si se trata de un quiste simple (líquido inflamatorio o aséptico), de un absceso (líquido purulento) o de un hematoma (hemorrágico).
Su presentación puede ser única o múltiple, uni o bilateral y de tamaños variables.
Clínicamente se caracterizan por ser nódulos que la paciente descubre cuando superan el cm. y desaparecen tras la punción evacuadora aunque un 30% recidivan.
Se palpan como nódulos redondeados u ovales, de consistencia blanda y móviles que al presionarlos se nota tensión y fluctuación.
La ecografía es quien más información aporta a partir de los 3 mm y permite dirigir la punción, la imagen es de contorno oval o circular muy bien limitado y anecoico, los márgenes son muy ecorrefringentes con refuerzo posterior y sombras laterales en ambos lados por la incidencia tangencial del haz ultrasónico.
La mamografía de un quiste simple presenta un patrón nodular con tumoración única o múltiple, bien circunscrita, redondeada u ovalada, homogénea y con contornos bien definidos.
Puede tener densidad alta o baja y estar definido por un halo radiolucente periférico que engloba en parte o totalmente la lesión.
En general el eje mayor suele estar orientado hacia el pezón.