La ecografía abdominal es una prueba de imagen que emplea los ecos de una emisión de ultrasonidos dirigida sobre un cuerpo u objeto como fuente de datos para formar una imagen de los órganos o masas internas con fines de diagnóstico. El transductor emite ondas de ultrasonidos de alta frecuencia que se transmiten hacia el área del cuerpo bajo estudio, y se recibe su eco que es recogido por el transductor siendo el ordenador el que convierte este eco en una imagen.

La ecografía abdominal es la técnica diagnóstica de elección ya que es un método inocuo, fiable, no invasivo, no ionizante, barato y de rápida obtención de resultados. El principal inconveniente de esta técnica es que al tratarse de una prueba dinámica depende la interpretación y experiencia del ecografista. Esta técnica pese a sus amplias ventajas también presenta limitaciones entre las que se encuentra; no poder estudiar las vísceras huecas ya que el aire no transmite el sonido, pacientes con mucho gas abdominal o pacientes obesos ya que limitan la calidad de la ecografía.

La ecografía abdominal es una prueba fundamental ante un paciente con dolor abdominal, el problema como ya he comentado antes es que es operador dependiente por eso como primera elección ante un dolor abdominal se realiza una radiografía simple de abdomen.

La ecografía abdominal se emplea para estudiar los riñones, el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, el bazo, vejiga, útero, ovarios y los vasos sanguíneos del abdomen. La ecografía es muy útil para diagnosticar las causas de dolor abdominal como la litiasis biliar o renal o la apendicitis.

La ecografía muestra el aumento de tamaño de los órganos abdominales y la presencia de masas tumorales y su naturaleza, sobre todo diferencia entre masas sólidas y quísticas.