Para la valoración de un caso sospechoso de apendicitis aguda disponemos, además de la exploración física y el recuento de leucocitos, de pruebas de imagen que muestren la afectación apendicular. La ecografía es la prueba potencialmente más útil, pues según diferentes autores se ha llegado a alcanzar con ella una sensibilidad del 90% y especificidad de hasta el 100%.

 

Por su parte, la utilidad de la radiografía de abdomen es muy discutida actualmente, ya que es poco sensible. En ella tiene valor hallar la presencia de un apendicolito, pero esto poco frecuente. El empleo de la TAC abdominal, según diferentes estudios recientes, ha demostrado que es una técnica altamente especícífica y sensible para esta patología, pero su alto costo y la necesidad de exponer a radiaciones ionizantes al paciente hacen que se emplee solo en casos seleccionados.