La mejor técnica diagnóstica en un paciente con sospecha de ACV es la TC sin contraste, es de elección para diferenciar un ictus de causa iquémica de uno de causa hemorrágica.
Si este es de tipo hemorrágico se puede apreciar una imagen con aumento de la densidad, con distinta morfologia y localización según el tipo de hemorragia y la causa.Si es de tipo isquémico en las primeras 24-72 horas no se suele la TAC suele ser normal, a partir de ese periodo, se observa una zona hipodensa correspondiente con el territorio isquémico.Una TC normal en la evaluación del paciente con sospecha de ictus no descarta el ictus isquémico (baja sensibilidad en fase aguda), pero casi podemos descartar la posibilidad de ictus hemorrágico, ya que la TC es muy sensible para detectar hemorragias.