Es una técnica de diagnóstico, no invasiva, que permite realizar imágenes que muestran la actividad y el metabolismo de los tejidos y órganos del cuerpo. Se utiliza para buscar tejidos con funcionamiento anormal, como tumores. El tomógrafo (PET) detecta la radioactividad acumulada en una parte específica del cuerpo, según el metabolismo de las células.
El nivel de funcionamiento de un órgano se representa por diferentes colores o brillos en la imagen del PET. Debido a que el tejido sano usa glucosa para obtener energía, acumula parte de la administrada pero el tejido tumoral, que tiene un metabolismo más acelerado, acumula más y se ve más brillante.
Está indicada en este paciente, puesto que lo que queremos hacer es un rastreo de metástasis por todo el organismo, y ver si han evolucionado o no tras el tratamiento.
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