El sitio arqueológico de Libisosa se encuentra en el “Cerro del Castillo” del municipio de Lezuza (Albacete). Con anterioridad a nuestras excavaciones, las noticias de algún erudito local, como el Bachiller Alonso de Requena en el s. XVII, junto a algunos hallazgos esporádicos fruto de rebuscas y labores agrícolas, dispersos en varios museos y en manos privadas, entre los que destacaba la inscripción reutilizada en la Casa de la Tercia con dedicatoria a Marco Aurelio por parte de los colonos libisosanos, no hacían presagiar en toda su magnitud lo que el yacimiento albergaba, aunque ayudaban a plantear su correspondencia con la colonia Libisosa Foroaugustana de derecho itálico mencionada por Plinio el Viejo (NH, III, 25).

En virtud de las excavaciones arqueológicas iniciadas por José Uroz Sáez (Universidad de Alicante) en 1996 y continuadas de forma ininterrumpida desde entonces, contando con trabajadores de la zona y estudiantes de diversas universidades españolas y extranjeras, hoy sabemos que el yacimiento ocupa 30 Ha de restos que abarcan desde el Bronce Final hasta la Baja Edad Media, presidida esta última por la torre vigía que da nombre al cerro, y a la que corresponde igualmente un edificio de las órdenes militares. De época romana destaca la muralla tardorrepublicana y el foro de la colonia romana mencionada por Plinio, mientras que del oppidum ibérico adscrito a la regio oretana por Ptolomeo (II, 6, 58) destaca sin duda su fase final. La excelente conservación de estructuras y materiales de la etapa iberorromana de Libisosa se debe al “efecto sepultura” provocado por su destrucción precipitada y sistemática, que ha permitido llegar hasta nuestros días una imagen congelada de su estado previo a la devastación, lo que constituye una mina para la investigación del Ibérico Final y la Hispania republicana, en su en su mayor parte todavía por descubrir.

Vista aérea del yacimiento arqueológico de Libisosa (Viceconsejería de Cultura de Castilla-La Mancha)