REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS

LA DINÁMICA RACIONAL EN EL CAMPO DISCURSIVO[1]

 

Lázaro Carrillo Guerrero

(Universidad de Granada)

 

 

1. Introducción

 

    El dinamismo del discurso se puede definir como un procesamiento textual activado por la intención de perseguir algún objetivo a través del texto, y donde se construyen una correlación de niveles (morfológico, sintáctico, fonológico, etc.), elementos, estructuras, significados, y relaciones de diferentes tipos para conseguir estratégicamente el objetivo propuesto. Meijs (1992) lo expone así:

Basically, what the experimental evidence shows is that during text-processing incoming data are constantly being checked for consistency against the data container in long-term memory and against the results of what has been processed before, and that this takes place at all levels and in an interactive fashion, down from elementary signal level via the morphological, syntactic and semantic level through to higher pragmatic organizational levels.(Meijs, 1992: 127-8)

Entendemos que este procesamiento textual que Meijs (1992) describe es común, en una interacción lingüística, a ambos procesos de producción y comprensión. En ambos, unas estrategias implican a las otras, y ambos participan del carácter anticipatorio del proceso de activación extensiva (spreading activation[2]).

Por ejemplo, el texto de un folleto informativo, editado por British Telecommunications (BT)[3]:

 

What you can do to help

Some malicious callers may dial your number at random. Others may actually know you. But whichever group they fall into, remember - you're in control. You can help by taking these few simple precautions whenever you answer your phone:

Keep calm

Most malicious callers gain pleasure from getting an emotional response from the person they call. So keep calm and don't show any emotion.

Don’t give your number

When you answer your phone, just say `hello' rather than giving your name and number. Never give any information about yourself unless you are certain you know the caller. This may prevent a caller who dials your number at random from remembering it and calling again. Make sure callers identify themselves first. If you have a telephone answering machine, don't put your name and number in your opening message.

If a caller asks: `What number is this?', ask what number they want and then tell them whether they are right or wrong. Don't give your number unless you know the caller.

Tell other members of your household to follow the same procedure and never to answer any questions on the phone, no matter how innocent they may seem, unless they know the caller.

Answering machine messages should never say that you are out, on holiday or away on business. They should just say that you can't answer the phone at the moment. If the message is recorded by a male voice it may deter malicious or nuisance calls.

Don’t talk to malicious callers

If, after following these general precautions, the phone rings again, don't say anything when you answer it. A genuine caller will speak first. A malicious caller will probably hang up.

If you're a woman, avoid giving details of your sex or marital status in your phone book entry. Just use your initials instead of your first name.

Some malicious callers may want nothing more than to have a conversation. So put the handset calmly down beside the phone and ignore it for a few minutes before replacing it. If you have a phone with a new-style socket, you can simply unplug if for a short while. Don't forget to disconnect extension phones too.

Remember - malicious callers use the phone to hide behind, because they would be too frightened to say the same things to your face.

 

muestra claramente por su estructuración, tanto en el proceso de producción como de comprensión, que hay un carácter anticipatorio de activación extensiva. Un exponente de ello es la siguiente estructura que anticipa una enumeración de partes o secciones textuales:

― You can help by taking these few simple precautions whenever you answer your phone.

Y también muestra claramente el procesamiento cognitivo de chequear hacia delante y hacia atrás. El siguiente fragmento de texto es un exponente de ello:

― Some malicious callers may dial your number at random. Others may actually know you. But whichever group they fall into, remember – you’re in control.

Estas estructuras de significado propician el proceso de inferir una identificación, según los casos particulares, a través de dos referencias fundamentales: “malicious callers”, y “you’re in control”. Estos dos conceptos, entendemos que propician un chequeo de datos en la memoria, y de datos en el texto.

 

 

2. Procesamiento cognitivo

 

    Condor y Antaki (1997:343-4), desde el punto de vista cognitivo, determinan dos posiciones con respecto al discurso. Una mentalista, que considera que los eventos mentales implicados en el discurso son en gran medida automáticos, causales y deterministas. Y otra, más social, que considera al discurso como un evento social cooperativamente construido a través de un proceso cognitivo que, socialmente situado, construye los enunciados y negocia las estructuras.

Beaugrande y Dressler (1981:84, y sigs.) distinguen entre significado, como el potencial de la expresión de una lengua que representa y lleva conocimiento (se podría llamar significado virtual), y sentido, el conocimiento que realmente lleva la expresión de un texto. Así, la coherencia en un texto viene dada por su continuidad de sentido[4]. Y ésta coherencia configura un mundo textual (textual world), con un sentido y una continuidad concreta, que puede o no coincidir con el mundo real.

Sin embargo, nos gustaría subrayar los dos componentes sobre los que Beaugrande y Dressler apoyan ese mundo textual: el texto y el sentido común. Creemos que estos dos componentes son las dos gravitaciones fundamentales en el proceso cognitivo de la interacción discursiva:

“Note, however, that the textual world contains more than the sense of the expressions in the surface text: cognitive processes contribute a certain amount of COMMONSENSE knowledge derived from the participants' expectations and experience regarding the organization of events and situations.” (Beaugrande y Dressler, 1981:85)

Ellos entienden por conocimiento, el contenido cognitivo de cualquier clase, desde donde es construido el mundo textual. Y donde el acto de referir hace que las expresiones activen el conocimiento. Este acto de referir es influenciado por el tipo y propósito del texto, la importancia y las implicaciones del texto para una situación determinada, la credibilidad del productor del texto, y el tratamiento del tema del texto.

Nos parecen interesantes los modelos globales de procesamiento cognitivo que distinguen Beaugrande y Dressler (1981:90), ya que en cierto modo son modelos de construcción de ese mundo textual que puede o no coincidir con el mundo real: Modelos globales que contienen un conocimiento de sentido común acerca de las cosas: Marcos (Frames). Modelos globales de acontecimientos o estados ordenados en secuencias y ordenados por proximidad de tiempo y causalidad: Esquemas (Schemas). Modelos globales de acontecimientos y estados conducidos por un objetivo propuesto: Proyectos o Planes (Plans). Planes estabilizados (ellos tienen una rutina pre-establecida) que frecuentemente especifican los roles de lo participantes y sus acciones esperadas: Guiones (Scripts). Beaugrande y Dressler conceden importancia a estos modelos globales en ambos procesos de producción y recepción de textos:

...how a topic might be developed (frames), how an event sequence will progress (schemas), how text users or characters in textual worlds will pursue their goals (plans), and how situations are set up so that certain texts can be presented at the opportune moment (scripts).” (Beaugrande y Dressler, 1981:91)

Así, la organización activa de la experiencia (schemas), su conjunto de rasgos típicos en términos de los cuales nosotros representamos nuestro conocimiento (frames), su ordenamiento secuencial, bien temporal o lógico (scripts), y sus secuencias ordenadas que progresan hacia un objetivo propuesto (plans), son  adquiridas en el curso de la interacción con los demás, en escenarios estructurados socialmente, pero cuyo medio más importante es la lengua (Fowler, 1996:241). Estas categorías pueden ser calificadas como categorías cognitivas que intervienen en la construcción del texto:

...depending on their experiences within social practice, people’s communicative competence varies – not so much their knowledge of the rules of the language, but their access to the banks of schemata which allow them to construct (as consumers as well as producers) different kinds of texts.” (Fowler, 1996:241).

Edwards (1994; en Condor y Antaki, 1997:339) precisa que la noción de “guiones mentales” (mental scripts), según los cognitivistas se ubican en las representaciones mentales de la gente, y pueden ser concebidas como reglas culturales listas para ser invocadas por la gente en unos tiempos y lugares apropiados, es decir, como algo que se puede explotar en unas situaciones apropiadas. Nosotros entendemos que esta noción de “guiones mentales” tiene que ver, también, con las estructuras genéricas de la lengua y con los géneros del discurso. Es decir, con maneras genéricas de usar la lengua, de acuerdo con los objetivos y las situaciones comunicativas. Así, el texto anterior (editado en un folleto informativo) se estructura de acuerdo a un tipo de texto que requiere ser informativo e instructivo, y que es divulgado por British Telecommunications para todos los usuarios de esa compañía telefónica. Ello requiere de unos esquemas mentales de texto comunes (o con un carácter genérico) para el logro de una comunicación efectiva a un auditorio muy amplio. Aunque, el uso de estos esquemas mentales de texto comunes (o con un carácter genérico) puede ir desde situaciones comunicativas tan amplias a auditorios y situaciones muy particulares.

    La producción e interpretación del discurso implica unas representaciones cognitivas a través de palabras, estructuras, actos de habla, diálogos, etc. Estas representaciones adquieren un significado de acuerdo con el conocimiento y experiencia de cada individuo situado socialmente. Y en esta perspectiva, Graesser et al. (1997: 292-3) tienen en cuenta que el significado de estas representaciones es frecuentemente fragmentario (mas bien que completo), vago (mas bien que preciso), redundante, abierto, e incompleto. Añadiendo, que estas representaciones se construyen a través de unos procesos mentales en un continuum entre dos extremos: uno, donde los procesos cognitivos son ejecutados automáticamente e inconscientemente (medidos en décimas de segundo); y otro, donde los procesos cognitivos son premeditados, conscientes, y lentos (medidos en segundos). Y en este contexto, ellos hacen una revisión de los estudios hechos sobre cognición y discurso (en su corta historia). Ellos cubren, en mayor medida, más la comprensión que la producción del discurso. De entre estos estudios, creemos oportuno destacar los siguientes:

a) Los Modelos Cognitivos del Discurso,

b) el Procesamiento Interacional de Niveles Múltiples del Discurso y Conocimiento,

c) la Construcción de Inferencias y los Modelos de Interacción.

 

a) Los Modelos Cognitivos del Discurso. Ellos son unos modelos sicológicos del discurso, influenciados por dos grandes teorías cognitivas: las teorías simbólicas y las teorías conexionistas.

Las teorías simbólicas (Anderson, 1983) mantienen que, en el sistema de producción y de comprensión, hay una memoria que trabaja, y un gran almacén de conceptos, proposiciones, esquemas, y reglas de producción. Este sistema es activado, y dinámicamente cambiado a lo largo del tiempo, por unas reglas de producción, que implican más bien acciones cognitivas que acciones físicas, y obedecen al siguiente formato:

...IF [conditions] THEN [action]...

...IF [a telephone rings and a person is near the telephone] THEN [the person picks up the telephone and says `hello']...

...IF [the letter sequence h-e-r-o is perceived] THEN [activate the concept of HERO in working memory]...” (Graesser et al. 1997: 300).

Nosotros entendemos que éste es un formato lógico-argumentativo, donde hay un proceso de inferencia que conduce a una conclusión.

Las teorías conexionistas (McClelland y Rumelhart, 1986) plantean  que las representaciones y los procesos estan distribuidos entre un gran conjunto de unidades simples, llamadas unidades neuronales, y formando una red, completamente conectadas entre sí. Esta conexión puede ser positiva (activadora) o negativa (inhibidora). Cada palabra, proposición, concepto, esquema, o regla tiene un conjunto correspondiente de unidades neuronales. El significado se distribuye a través de toda esta red, donde las unidades activan o inhiben  a sus vecinas y éstas a las suyas, etc. La representación del significado en un particular ciclo de comprensión consiste en la activación de los valores correspondientes a las unidades que capturan el contexto y perciben la entrada (input). Esta teoría contrasta con el sistema simbólico, donde el significado es localizado en una o un grupo de expresiones simbólicas.

Dos modelos, híbridos, de comprensión (en psicología cognitiva) combinan las teorías simbólicas y conexionistas: el modelo “Construcción-Integración” (CI) de Kintsch (1988), y el modelo “Sistema de Producción basado en la Activación Colaborativa” (CAPS) de Just y Carpenter, (1992).

El primero (CI) distingue tres niveles de representación: la forma exterior (que preserva exactamente las palabras y la sintaxis de las frases), la base proposicional del texto (que es similar a la microestructura proposicional), y el modelo de situación referencial (se trata del mundo que el texto comunica, y donde se integra la información del texto con el conocimiento del lector).

El segundo (CAPS) integra las expresiones simbólicas (palabras, frases, proposiciones, esquemas y reglas de producción). Y la información en la memoria cambia dinámicamente de acuerdo con las reglas de producción que son activadas en respuesta a una entrada (input). Las reglas de producción pueden ser activadas en varios grados, más bien que presentar una de las dos opciones: estar presentes, o estar ausentes. Así, para activar el concepto de HERO, no es esencial detectar las cuatro letras. Como en todas las reglas de producción, éstas cuando son activadas, ejecutan procesos cognitivos o físicos determinados. Este modelo asume que hay un límite en la cantidad de activación, llamada caps.

Goldman y Varma (1995) desarrollaron un modelo que combina rasgos de estos dos últimos modelos (CI y CAPS). En él, proporcionan más interconexiones entre las proposiciones, y realzan la formación de macroestructuras globales. Con ello, corrigen uno de los rasgos deficientes del modelo CI: que los rasgos de la microestrcutura local del texto tendían a dominar el proceso, de modo que el lector terminaba perdiendo la imagen global. Y, además, integran los objetivos y estrategias del lector en el mecanismo de comprensión.

b) El Procesamiento Interaccional de Múltiples Niveles del Discurso y Conocimiento. El proceso de comprensión del discurso implica unos componentes múltiples e interaccionales.

De acuerdo con “la teoría de la modularidad” (Fodor, 1983), existe un módulo autónomo para procesar la sintaxis, y este módulo es ejecutado más rápidamente que la semántica local o los componentes del discurso. El discurso y la semántica pueden dominar, con posterioridad, al módulo de sintaxis, pero es la sintaxis la que está antes en la cumbre, al comenzar el proceso.

La teoría “hipótesis de acoplamiento mínimo” (minimal attachment hipótesis) (Frazier y Fodor, 1978), acerca de la sintaxis, afirma que el componente sintáctico estaría en la acción inicial de la interpretación, y el contexto semántico local dominaría luego esta interpretación. De modo que, la sintaxis se ejecuta siempre primero, incluso aunque la semántica y el discurso prevalezcan más tarde.

Sin embargo, “las teorías interaccionales” abogan por una interacción entre estos módulos, sin que haya un orden intrínseco de la sintaxis antes que la semántica y el discurso (Just y Carpenter, 1992). Unas veces pueden dominar las fuerzas del discurso, y otras las de la semántica.

c) La Construcción de Inferencias y los Modelos de Situación. Estos modelos se refieren a la gente, escenario, estados, eventos, y acciones del micro-mundo mental que el texto describe. En estos modelos, los textos narrativos han recibido toda la atención, debido a su identificación con las experiencias cotidianas, y en contraste con los textos expositivos que, generalmente, informan al lector sobre temas poco familiares con ellos. Así:

– La Posición de la Base Explícita del Texto (Explicit Textbase Position) mantiene que la base explícita del texto domina en la formación de la representación cognitiva del discurso, y no el modelo de situación. Las únicas inferencias que se construyen en el proceso son las inferencias referenciales que unen los argumentos explícitos y las proposiciones en el texto.

– La Hipótesis Minimalista (Mckoon y Ratcliff, 1992) se refiere a las inferencias que se codifican automáticamente (en contraste con la que se hacen estratégicamente) durante la comprensión. Las inferencias basadas en la situación se codifican solamente cuando hay una interrupción en la coherencia local, o cuando el lector tiene un propósito para construir una determinada clase de inferencia. Esta hipótesis predice que las inferencias con un antecedente causal tendrían una fuerza más alta de codificación durante la comprensión, y que las otras inferencias se generan esporádicamente en el proceso.

“Estrategia se selección del estado actual” (Current-State Selection Strategy) y “Modelo artífice de inferencia causal” (Causal Inference Maker Model) precisan que solamente dos clases de inferencias extratextuales son, fiablemente, generadas durante el proceso de comprensión: las de antecedentes causales, y las de unos propósitos subordinados.

La teoría construccionista (Graesser et al. 1994) asume que el receptor construye inferencias de acuerdo con sus propósitos. Señala tres presunciones:

1) las predicciones sensibles al contexto consideran los propósitos particulares del lector,

2) los receptores intentan construir una representación del significado que es coherente a ambos niveles: local y global,

3) los receptores intentan explicar porqué las acciones, eventos, y estados son mencionados en el texto.

Con todo, esta teoría predice tres clases de inferencias fiablemente construidas en el proceso de comprensión: las de los antecedentes causales, las de los propósitos superordinados, y las de las reacciones emocionales de los caracteres.

– El Modelo de Predicción-Substanciación afirma que la comprensión es guiada por expectativas, además de por explicaciones.

“Producción de inferencia promiscua” (Promiscuous Inference Generation) predice que todas las clases de inferencias se generan en el proceso de comprensión, de acuerdo con el conocimiento del mundo que tenga el lector. Los lectores construyen un completo y vivo modelo de situación al desarrollar todos los detalles acerca de los caracteres.

Graesser et al. (1997:315) resaltan, entre todas, a la teoría construccionista, ya que los lectores construyen aquellas inferencias que son relevantes a sus propósitos, que establecen una coherencia local y global, y que explican porqué las proposciones son mencionadas en el texto.

    Entendemos que estas representaciones cognitivas de realizaciones de formas cognitivas y de significados, obedecen a esquemas argumentativos, tanto en procesos cognitivos automáticos e inconscientes (estructuras más bien genéricas), como en procesos cognitivos premeditados y más lentos (estructuras más bien creativas). Las activaciones en los modelos cognitivos del discurso, los procesamientos interaccionales de los múltiples niveles del discurso y conocimiento, y la construcción de inferencias y modelos de situación, obedecen a la necesidad comunicativa que todo uso de la lengua requiere, y que emana de las distintas situaciones retóricas y del contexto argumentativo del discurso.

El texto anterior (editado en un folleto informativo), por ejemplo, obedece a una esquematización argumentativa que requiere de inferencias y procesamientos cognitivos, en una situación retórica donde actúan un interés y una intención determinada: to combat malicious calls. Esta intención comunicativa (to take positive action against malicious calls), junto con una de las conclusiones finales (malicious callers use the phone to hide behind), se procesan cognitivamente en todo el texto como premisas implícitas, que orientan argumentativamente a todo el texto hacia unas conclusiones:

    (so) Keep calm,     Don’t give your number,     Don’t talk to malicious callers.

Estas tres conclusiones desarrollan, a su vez, unos apartados concluyentes. Donde podemos observar procesos de inferencia realizados a través de estructuras oracionales cohesionadas por puntos y seguidos:

― When you answer your phone, just say ‘hello’ rather than giving your name and number. Never give any information about yourself unless you are certain you know the caller. This may prevent a caller who dials your number at random from remembering it and calling again.

encabezadas por la conjunción subordinante if, y condicionando, así, el proceso de inferencia y el proceso concluyentes:

― If, after following these general precautions, the phone rings again, don’t say anything when you answer it.

o por la conjunción coordinante so, realizando una afirmación concluyente:

― So put the handset calmly down beside the phone and ignore it for a few minutes before replacing it.

 

 

3. Estrategias textuales

 

    Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos afirmar que la dinámica racional del discurso se desarrolla mediante dos estrategias de procesamiento. Un procesamiento estratégico de construcción, y un procesamiento estratégico de comprensión (Dijk y Kintsch, 1983:6). Así, los propósitos de los interlocutores, el conocimiento de (y entre) ambos, y la situación comunicativa, son puntos estratégicos para operar desde la lengua hacia ellos, tanto en la construcción como en la comprensión de un texto. Esto podría esquematizarse de la siguiente manera:



  

Figura 1. Procesamiento estratégico de construcción y comprensión del discurso

 

En este procesamiento, las estrategias textuales de la construcción lingüística intervienen para los propósitos, conocimientos, y la situación entre el hablante y el oyente, pero estos, a su vez, intervienen en la construcción del texto, a través ambos interlocutores. De acuerdo con esto, el texto anterior (editado en un folleto informativo) se podría estructurar de la siguiente manera:

HABLANTE – British telecomunications;

OYENTE – usuarios de la compañía telefónica;

PROPÓSITO: to take positive action against malicious calls;

CONOCIMIENTOS – todos los conocimientos que giran alrededor del propósito y de la situación comunicativa (donde no hay una presencia física de los interlocutores);

SITUACIÓN – una interacción comunicativa entre una empresa comercial y el conjunto de todos sus usuarios, mediante la divulgación, por escrito, de un folleto informativo-instructivo; y donde hay una distancia en tiempo y espacio, en la acción ilocutiva que el hablante realiza sobre el oyente.

    Así, las estrategias textuales dependen no solo del hablante y el oyente, sino, de los propósitos establecidos, los conocimientos existentes, y la situación de comunicación. Beale (1987:48 y sigs.) plantea las estrategias como una operaciones funcionales del discurso, y éstas en un continuum donde en un extremo está la estrategia genérica (apropiaciones conscientes de formas y convenciones genéricas), y en el otro extremo está la estrategia modal (apropiaciones conscientes de posiciones y direcciones, además de modulaciones estratégicas desde una posición o dirección a otra). Y entre estas dos están la estrategia material, lógica, dispositiva y estilística (las cuales forman las artes tradicionales de invención, disposición, y estilo). Creemos que aunque Beale las define desde el discurso escrito, éstas tienen igual validez para el discurso hablado. Su descripción individual sería la siguiente:

Estrategia genérica. Se trata de la apropiación de estrategias y operaciones familiares a un conjunto de propósitos y circunstancias para usarlas en otro conjunto de propósitos y circunstancias. Esta estrategia implica un tipo de transferencia metafórica, ya que el género que es apropiado actúa como vehículo para la comunicación de otros significados. Las apropiaciones genéricas, igual que las metáforas verbales, pueden ser placenteras y fascinantes, o insulsas e innecesarias. Una de las ventajas de la apropiación genérica es que casi siempre especifica un contacto y posición modal, resolviendo así lo que pudiera ser un problema en una situación de indeterminación retórica.

Estrategia dialéctica y material. La estrategia dialéctica se refiere a la estratagema lógica o cuasi-lógica que se realiza en los “lugares” familiares de clasificación, división, definición, causa, comparación, etc. Se aplica a todo tipo de tópico o tema y opera en todo tipo de retórica. La estrategia material es la que se realiza en los temas y propósitos de tipos específicos de retórica más individuales.

Estrategia dispositiva. Es la que se encarga de la disposición u ordenación de todo el campo retórico o discursivo.

Estrategia estilística. Implica la realización de un gran abanico de recursos sintácticos y verbales, y actúa en una estrecha interdependencia de las otras estrategias. En esta estrategia puede distinguirse cinco conceptos: registro (formas lingüísticas de acuerdo con la situación), procedencia (formas de acuerdo con el origen social), esquemas (disposiciones o combinaciones), tropos (modelos de lengua y referencia tradicionalmente agrupados), y tono (que proyecta la actitud hacia el tema y/o el auditorio).

Estrategia modal. Ésta puede estar determinada por la elección del género o tema. Pero realiza los modos y modulaciones de lo que se está comunicando, adaptándose a sus propósitos específicos.

Todas estas estrategias pueden tomar un determinado colorido de acuerdo con los contextos situacionales.

 

 

4. Dinámica del significado

 

    La dinámica racional del discurso viene a ser la dinámica del significado en los procesos de producción (cómo el, y qué, significado es transmitido) y comprensión (cómo el, y qué, significado es obtenido). Tomlin et al. (1997) afirman que la cuestión del significado es un problema de la semántica del discurso[5], y es una cuestión compleja, donde interaccionan una amplia serie de procesos lingüísticos y no lingüísticos. Ellos presentan esta dinámica discursiva (inclinándose hacia el proceso de comprensión), mediante lo que denominan dos tipos de metáforas del discurso: “metáfora ya dada” (conduit metaphor), “metáfora a construir en la interacción” (blueprint metaphor). 

― La primera (conduit metaphor) es una metáfora sencilla que se puede esquematizar de la siguiente forma:

-          El hablante empaqueta el significado que quiere transmitir en un artefacto textual, hablado o escrito. El fracaso en ello deriva de no armonizar bien el significado que se quiere comunicar con los detalles del texto que se produce.

-          El oyente desempaqueta ese artefacto textual y extrae su significado para entenderlo. El fracaso en ello deriva de no extraer, del texto, los detalles y matices semánticos característicos del significado transmitido.

En este sentido el lenguaje es visto como un instrumento de precisión que es usado para construir artesanalmente un significado concreto, y expresado, completamente, en el texto.

― La segunda (blueprint metaphor) es una metáfora alternativa (a la que ellos se acogen) que se puede esquematizar de la siguiente forma:

-          El hablante tiene una representación conceptual de eventos o ideas que se propone replicar o reproducir en la mente del oyente.

-          El oyente, que no está imposibilitado ni es pasivo en la tentativa, se ocupa activamente de construir su propia representación conceptual de los eventos o ideas.

Aquí, el texto es visto menos como una construcción semántica desarrollada completamente, que como un anteproyecto (blueprint) para ayudar al oyente a la construcción de una representación conceptual. En este sentido, el texto, como anteproyecto (comparado al empleado en construir un edificio), contiene poco o ningún significado per se, sino que sirve, por convención, para guiar al oyente a construir un edificio conceptual. Pero construir o interpretar anteproyectos de texto requiere tratar con dos procesos:

1. “Integración del conocimiento” (knowledge integration). Consiste en integrar la información semántica proporcionada en cada proposición en un todo coherente:

-          El hablante debe de seleccionar eventos y conceptos pertinentes de su experiencia y organizarlos en una manera provechosa para el oyente.

-          El oyente debe de integrar las proposiciones recibidas en una representación coherente que le permita acceder o construir conceptos y eventos virtualmente idénticos a aquellos sostenidos por el hablante.

2. “Administración de la información” (Information management). Consiste en administrar el flujo de información entre el hablante y el oyente en una interacción dinámica en tiempo real:

-          El hablante ayudará al oyente a lograr la integración del conocimiento, al dirigir, en parte, los esfuerzos para procesar la información proporcionada a través del texto. Por ejemplo, el hablante ayudará al oyente explotando la información que tienen en común como preludio para la información que él cree nueva o inesperada para el oyente.

-          La coherencia del conocimiento mantenida por el oyente afectará a la cohesión de la información que ofrece el hablante.

    Nos gustaría añadir a esta perspectiva de la representación conceptual, el carácter de realización simultánea de todos los niveles de procesamiento de la información y de integración del conocimiento. Ello implica que no haya un orden establecido, jerárquicamente lógico, en la dinámica del significado que se procesa en un evento discursivo. Es decir, los dos interlocutores, presentes en estas dos metáforas del discurso (conduit metaphor, blueprint metaphor), actúan simultáneamente en la intención, situación, y manifestación (lingüística) comunicativa. Igualmente que nosotros no procesamos primero la fonología, luego la sintaxis, y después las unidades discursivas, etc. (sino que todos estos niveles actúan simultáneamente), estos dos interlocutores actúan simultáneamente como los dos agentes del anteproyecto y del edificio textual, el cual está incrustado en un contexto cultural y situacional determinado. Esta simultaneidad se realiza siempre en el procesamiento textual. Así, en la interacción distanciada que constituye el texto anterior (editado en un folleto informativo), en su procesamiento textual de producción han actuado tanto el escritor, como el lector impersonal sobre el que se proyecta el texto (you, your…), y en el procesamiento de comprensión el lector, éste tiene en cuenta la proyección del escritor (aunque no haya ninguna referencia textual al escritor, su voz está omnipresente en todas las estructuras).  Y es obvio que los dos alternan sus roles de hablante y oyente, pero nos gustaría destacar ese grado latente de predicción que siempre hay en todo contexto comunicativo, y que tiene que ver con la construcción del anteproyecto textual (y, entendemos que también, con los procesos de ostensión y de inferencia).

En este aspecto, Tadros (1994) contrasta su noción de predicción,

“...an interactional phenomenon – a commitment made by the writer to the reader, the breaking of which will shake the credibility of the text.” (Tadros, 1994:70)

con la que ha sido generalmente usada,

...the activity of guessing or anticipating what will come in the text, an activity based on the reader’s common-sense knowledge of the world, of content and formal schemata (Carrel, 1983; Swales, 1986).(ibid: 69)

Creemos que ambas consideraciones tienen un punto, importante, en común: la lógica de lo probable en la interacción de lo predecible. Es decir, la predicción es un recurso retórico (Tadros, 1994:70) basado en la lógica de lo probable, y que la dinámica del texto o del discurso va sugiriendo a ambos interlocutores: hablante/escritor, oyente/lector. Ésta opera a través de suposiciones o estimaciones aproximadas y probables sobre que tipo de información se procesa, de acuerdo con un cotexto y un contexto determinado.

Por su parte, Tadros (1994) traslada el estudio de la predicción al texto escrito[6] y al procesamiento del escritor. Ella afirma (pág.70) que la predicción es un recurso retórico anticipado que compromete o incurre al escritor, en un punto determinado del texto, a un acto futuro del discurso. Ésta está abiertamente señalada en el texto, y un trozo de texto que no tenga una señal de predicción no puede, con claridad, comprometer al escritor a una cierta trayectoria de acción. En su estudio, ella analiza seis categorías de predicción: Enumeración; Clasificación esperada; Información; Recapitulación; Hipotéticamente; Interpelación. Cada una de estas categorías consisten de un par: la primera, predecible, señala la predicción que tiene que ser realizada por la segunda predicha. Y un miembro puede consistir de una o más oraciones o estructuras. Las características de cada categoría son las siguientes:

Enumeración. El miembro predecible lleva una señal que incurre al escritor a enumerar. El miembro predecible se puede reconocer en las siguientes estructuras: un sujeto en plural seguido de un verbo (que requiere un complemento) seguido de dos puntos / otro tipo de estructura seguido de dos puntos / una oración que incluye una referencia textual catafórica (lo siguiente, como sigue, etc.) en asociación con un nombre en plural / una oración que incluye una referencia (substantivo) enumerable en asociación con un numeral. En el miembro predicho algunos recursos son característicos: rasgos especiales de distribución, numeración, puntuación, marcadores de secuenciación (primero, segundo, etc.), repetición lexical y paralelismo gramatical (estructuras oracionales idénticas).

Clasificación esperada. El escritor clasifica (distinguiendo entre, / ilustrado por lo siguiente, etc.) y se compromete a realizar un acto del discurso. El miembro predecible sería una frase conteniendo una clasificación esperada. La clasificación podría realizarse por un texto lineal, por un texto no lineal (diagrama, gráfico, etc.), o por ambos a la vez (el texto no lineal seguido del texto lineal).

Información. El escritor se distancia de las proposiciones atribuyéndoselas a otros. Esta separación predice una implicación por parte del escritor, quién volverá otra vez al texto para manifestar sus consideraciones con respecto a lo que esta informando. Se trata de una evaluación que incluye el acuerdo, el desacuerdo y otros tipos de respuestas cognitivas y evaluativas. La realización de esta información requiere el uso de unas estructuras tales como, desde su punto de vista, de acuerdo con, etc., y unos verbos que pueden distinguirse entre factivos (mostrar, realizar, probar, conocer,…) y no factivos (reclamar, sugerir, pensar, afirmar,…).

Recapitulación. Predice que habrá nueva información en la forma de contrastar detalles, mayor elaboración o explicación. Y ello a través de recoger información previa en el texto (fue mencionado/afirmado/señalado anteriormente/en el apartado anterior, hasta aquí, hemos dicho que, etc.), o utilizando el término de inferencia “antes.

Hipotéticamente. El escritor se distancia del mundo de actualidad, creando un mundo hipotético. Se caracteriza por la utilización de verbos tales como asumir, suponer, considerar, y estructuras del tipo: si + NP + VP (verbo en pasado) + NP + VP (pasado condicional); si + NP + VP (verbo en presente) + NP + VP (presente o pasado condicional).

Interpelación. El escritor se distancia de una resolución por medio de una pregunta, y este distanciamiento predice que más tarde se implicará con respecto a esa pregunta. La estructura debe de tener una sintaxis interrogativa.

Tadros (pág.81) concluye en que todas estas categorías enfatizan la relación entre el escritor y el lector en el discurso.

 

 

5. Lógica discursiva

 

    Entendemos que el recurso de predicción es un recurso retórico que facilita la comunicación en ambas partes: hablante/escritor, oyente/lector; y que vehiculiza una determinada fuerza comunicativa. Estas categorías anteriores pueden considerarse como recursos textuales en procesos argumentativos. Y a pesar de que Tadros (1994) las analiza en el discurso escrito, pueden muy bien ubicarse en el discurso hablado. Donde posiblemente tengamos que añadir otros recursos extralingüísticos de la situación comunicativa concreta que son elementos de predicción: por parte del hablante en el desarrollo de su discurso con respecto al auditorio, y por parte del oyente en anticiparse a lo que va ser dicho. Y por otro lado, consideramos que la predicción estaría dentro de la dinámica de una lógica discursiva, basada, sobretodo, en el conocimiento y la experiencia intertextual de los participantes. Por ejemplo, el texto que conforma un cuestionario[7] compuesto de ocho preguntas para investigar sobre la adicción a Internet, presenta elementos, en las mismas estructuras de sus preguntas, de predicción textual en las respuestas:

 

х  Do you stay on line longer than you intended?

х  Has tolerance developed so that longer periods of time are needed on line?

х  Do you call in sick to work, skip classes, go to bed late or wake up early to use the Internet?

х  Do you experience withdrawal symptoms (increased depression or anxiety) when you are off line?

х  Have you given up recreational, social or occupational activities because of the Internet?

х  Do you continue to use the Internet despite the recurrent problems it creates in your real life (work, school, financial or family problems)?

х  Have you made several unsuccessful attempts to cut down the amount of time you use the Internet?

 

Ya que la misma estructuración de la pregunta inducirá a una estructuración similar en las respuestas (aunque éste es un hecho a constatar cuantitativamente en una investigación minuciosa). Por ejemplo en: Do you stay on line longer than you intended?, habrá un predicción orientativa hacia una respuesta del tipo: Yes /No I do/don’t. Y en: Has tolerance developed so that longer periods of time are needed on line?, posiblemente habrá una predicción orientativa similar a: Well, I think/ I my view…. Pero, en estas predicciones orientativas interviene (al igual que en las posibles respuestas reales) una lógica discursiva enraizada en el fenómeno de la intertextualidad.

    Kinneavy (1971), entendiendo que la lógica es uno de los determinantes fundamentales de la naturaleza del discurso, distingue áreas específicas de lógica que son relevantes a las áreas específicas de su tipología del discurso: a) la lógica del discurso referencial, b) la lógica del discurso persuasivo, c) la lógica del discurso literario, y d) la lógica del discurso expresivo.

a) En el discurso referencial (referencia a la realidad, a través de un modo científico, informativo, o exploratorio), él distingue entre: la lógica del discurso científico, la lógica del discurso informativo, la lógica del discurso exploratorio.

La lógica del discurso científico tiene el propósito de demostrar la verdad o validez de las declaraciones referenciales con tanta certeza como las técnicas que una lógica dada puedan lograr. Los grados mediante los cuales la probabilidad o la certeza son normalmente considerados son: deducción (que se puede considerar como una prueba sintáctica), inducción (prueba semántica), y etnológica (que puede considerarse como una prueba pragmática que coordina las dos anteriores).

La deducción obedece a unas reglas del sistema deductivo. Es el proceso de inferir unas conclusiones desde unas premisas. Aunque, lo más común en la practica del discurso es hacer esta inferencia desde la lógica de los enunciados, mas bien que hacer un movimiento inferencial desde lo general a lo particular, o de lo general a menos general. Pero, el proceso de inferir una conclusión desde unas proposiciones dadas presupone tres postulados:

1) utilizar unas reglas de gramática y de semántica para construir unas estructuras sintácticas y referirnos a la realidad,

2) utilizar unas reglas explícitas o implícitas de inferencia (o reglas de transformación) que permiten llegar a unas conclusiones, desde las afirmaciones dadas, por medio de substituciones, de equivalencias, u operaciones similares,

3) la utilización, para este proceso, de un sistema de axiomas que en sistemas cuidadosamente formalizados son explícitos (además de consistentes, completos e independientes), pero que en el discurso ordinario puede ser introducido explícita o implícitamente, y en cualquier momento a lo largo del discurso.

Además, se pueden observar tres tipos de deducciones:

1) un proceso deductivo que implica un movimiento desde la clase general a un miembro de la clase o a una parte de la clase,

2) un proceso deductivo basado en la lógica de las afirmaciones o proposiciones,

3) y un tercero, implicando una lógica de las relaciones, que sería una mezcla de los dos anteriores.

La inducción está relacionada a la probabilidad, y es una generalización (y una inferencia) sacada de particularidades:

Una inducción perfecta o completa sería la que examine todos los elementos sobre los que se hace la generalización (All of the Iranian foreign students are in need of financial help).

Una inducción filosófica o intuitiva generaliza a lo universal desde la naturaleza de lo particular.

Una inducción matemática afirma que si una propiedad pertenece al primer miembro de una serie y a su sucesor, esta propiedad pertenece a todos los miembros de la serie (aunque podría decirse que es una forma de deducción, realmente es una clase de inducción intuitiva).

Una inducción de probabilidad es una generalización que es solamente probable, en el mejor de los casos. Esta generalización no beneficia a una enumeración completa, ni a la naturaleza de una serie, ni a la naturaleza de la cosa en consideración. La inducción de probabilidad es la inducción por excelencia, y es la más frecuente en la lengua natural. En este tipo de inducción pueden hacerse distinciones tales como: inducción atributiva (cuando se expresa una cualidad o propiedad que no varia en grado: being ruminant, being American), inducción variable (la cualidad varia en grado: being hot, being tall), inducción universal (All men are mortal), inducción proporcional (Most [or some] drinkers are dangerous).

La etnológica es considerada como una lógica pragmática[8] que utiliza las pruebas sintácticas (deducción) y las pruebas semánticas (inducción) para llegar al aspecto subjetivo y personal de la prueba. Esta prueba pragmática se cuestiona si las técnicas deductiva e inductiva utilizadas para demostrar las cuestiones expuestas son aceptadas como demostrativas por el receptor.

La lógica del discurso informativo, es más bien intuitiva en gran parte. Esta lógica informativa tiene que ver con tres componentes característicos del discurso informativo: Objetividad (Factuality), Exhaustividad (Comprehensiveness), Valor de la sorpresa informativa (Informative surprise value).

  – Objetividad. Es una noción centrada en el “hecho” (fact), como algo establecido y que puede ser verificado, a diferencia de la “opinión” o los “juicios de valor” que eluden una verificación estricta. La verificación puede ser lógica o empírica, y absoluta o solamente con cierto grado de probabilidad inductiva. Y las afirmaciones verificables se dividen en aquellas que son verificables de hecho (factually) como verdaderas o falsas, y en aquellas que son lógicamente verificables como verdaderas o falsas. La verificación factual se establece examinado el universo o por verificación empírica (por medio de datos observables y mensurables). Y las afirmaciones lógicas[9] se verifican por sistemas deductivos o inductivos.

  – Exhaustividad, o la lógica del contenido. Se trata de esa relación (lógica) entre el tema del discurso (que es deseado o esperado) y su contexto de posibles expectativas. Estas expectativas constituyen el “universo del discurso” acerca del tema; y cuando éstas han sido adecuadamente esperadas, la información acerca del tema se puede considerar completada. Aquí, la consideración importante es el despliegue del sistema de expectativas (implicada por ese universo del discurso) y la consecuente distinción de las varias alternativas posibles.

  – Valor de la sorpresa informativa, o la lógica del valor sorpresa del discurso. Este valor sorpresa es directamente proporcional a su carácter imprevisible o a su improbabilidad. Ello implica una lógica de lo improbable o de lo probable. En la mayoría del discurso informativo, la probabilidad no es interna al discurso, sino que está en relación con el contexto situacional.

La presencia de estos tres componentes es necesaria para que un discurso sea adecuadamente informativo. La ausencia de exhaustividad podría despistar o malinformar, ya que no se despliega la perspectiva de los hechos. La ausencia del valor de la sorpresa informativa haría al discurso trivial, rutinario, y apagado. La ausencia de objetividad originaría la ficción (aunque puede ser buena ficción).

La lógica del discurso exploratorio (discurso basado en la opinión y exploración) tiene más bien un carácter ilógico en algunos de sus aspectos, ya que puede ser caracterizada por una inferencia hipotética involucrada en la exploración. Se trata de procesos de abducción[10] o retrocesión en contraste con los procesos de inducción y deducción:

Los estados de “dogma”, llevarían a informarse de lo que se ha dicho antes sobre el tema, e implicaría la lógica de la información y procesos lógicos peculiares a la narración (gobernada por el principio lógico de la causalidad que ordena las secuencias de los sucesos), clasificación (principio lógico de relación), y evaluación (gobernada por el principio lógico de teleología, -la realización del propósito-).

Las “disonancias cognitivas” o “crisis” implican unas inconsistencias entre las inferencias de los axiomas o teoremas del dogma y las inferencias de otras fuentes. Estas inconsistencias se caracterizan por unas incompatibilidades lógicas: “ni p ni q”. De esta forma, las inferencias de los axiomas o teoremas del dogma serían cuestionadas.

b) En el discurso persuasivo, Kinneavy se basa en las cuatros métodos de persuasión que Aristóteles hace en la Retórica[11]:

a) los que derivan de la influencia del hablante, pruebas éticas,

b) los que derivan del tema que se está tratando, pruebas lógicas,

c) los que derivan de la apelación a las emociones del auditorio, pruebas sentimentales, 

d) los basados en las técnicas estilísticas del hablante o escritor, estilo retórico.

Estos cuatro métodos se basan, respectivamente, en los elementos básicos del proceso de comunicación: codificador, realidad, descodificador, señal. Pero son los tres primeros (pruebas éticas, pruebas sentimentales, pruebas lógicas) los que comprenden las pruebas o argumentos retóricos, y los que son considerados en la lógica del discurso persuasivo como técnicas para inducir a creer. Así tenemos: el argumento ético, el argumento patético o emocional, el argumento lógico.

El argumento ético ha sido llamado de diferentes maneras: argumento de autoridad, argumento del carácter, argumento personal. El término ético se refiere al sentido de la moral. Este argumento está constituido por tres factores, ya distinguidos por Aristóteles:

a) el hablante debe comunicar tener un conocimiento práctico de la realidad que se está tratando,

b) debe comunicar que tiene presente el bien del auditorio,

c) debe presentarse él mismo como una persona que no decepcionará al auditorio[12].

El argumento patético o emocional conlleva el estimular las emociones en el auditorio, y que estas emociones[13] precipiten a la acción.

El argumento lógico no despliega una lógica racional, sino una lógica aparentemente racional, tal como es la lógica de la retórica. Aristóteles dividió estos, aparentemente, argumentos lógicos en tres tipos: tópicos, ejemplos, y entimemas. Los tópicos tendrían su correspondencia con la lógica pragmática (etnológica), los ejemplos con la lógica semántica (inducción), y los entimemas con la lógica sintáctica (deducción):

Los tópicos se refieren a los lugares donde se encuentran los argumentos, y Aristóteles distinguió tres clases: especiales (referidos a una ciencia especial, tal como la política o la ética), comunes (suficientemente universales para aplicarse a cualquier tema), entimemas (tópicos que son especialmente útiles para servir como elementos de entimemas retóricos).

Los ejemplos son unas formas inductivas, para dar evidencia, en la persuasión. Aristóteles los dividió en históricos y ficticios (parábolas y fábulas).

Los entimemas son formas deductivas de un argumento, que permite al auditorio completar los elementos perdidos de la deducción. Generalmente se distingue del silogismo analítico en que sus premisas son sólo probables (en vez de ciertas), y en que se desprende de una o varias partes del silogismo (premisas o conclusión). Las máximas (afirmaciones sobre cuestiones morales o sociales) y los slogans (un argumento deductivo abreviado) son casos particulares de entimemas.

c) En el discurso literario, la lógica consiste en el uso de unos recursos estructurales. Es decir, las técnicas de estructurar de una manera especial. En la estructura (siguiendo a Aristóteles), la forma (determinación específica de la causa formal) y el asunto (la causa material) son causas intrínsecas, mientras que la ejecución (la causa eficiente realizada por el agente) y la finalidad (el propósito) son causas extrínsecas. Las nociones de forma y asunto o tema, son las partes y las interrelaciones de la estructura, a la cual se le puede aplicar la definición de Hjelmslev: “...essentially an autonomous entity of internal dependencies,...” (citado en Kinneavy, 1971:346). Esta lógica de la estructuración es la lógica del desarrollo de la probabilidad. La lógica de la probabilidad interna de las estructuras.

d) En el discurso expresivo, la lógica no está definida. Ésta está orientada, mas bien, a unos componentes emocionales e intelectuales, los cuales podrían canalizarse a través de la intuición. Sería una lógica de la valoración y de la voluntad o deseo, que podría estar, también, canalizada por la creatividad.

    Entendemos que estas lógicas (o lógica, en sentido global), determinantes de la naturaleza del discurso, son fundamentales por las siguientes razones:

1)    se trata de una lógica incorporada en el uso comunicativo y real de la lengua, tanto en su uso diario como en su uso más específico dentro de una comunidad lingüística determinada,

2)    son lógicas distinguidas por Kinneavy[14] dentro de discursos específicos, pero difícil de separar, o de discriminar cualquiera de ellas en cualquier tipo de discurso o texto, ya que la característica fundamental de los discursos y textos es más bien su heterogeneidad que su homogeneidad,

3)    se trata de la lógica del sistema retórico, de lo probable, de la adaptación al auditorio y a la situación comunicativa, y se trata de esa parte de racionalidad que junto con la retoricidad (ejecución y adaptabilidad) y la gramaticalidad (buena formación) realizan un acoplamiento necesario para el funcionamiento del proceso comunicativo,

4)    son lógicas con una dimensión argumentativa, involucradas en un contexto interaccional e interpersonal del uso de la lengua.

    En definitiva, la reglas de inferencia deductiva e inductiva (discurso científico), una lógica de descubrimiento (discurso exploratorio), los argumentos éticos, patéticos, aparentemente lógicos, y estilísticos (discurso persuasivo), la lógica de sistematización de estructuras (discurso literario), la lógica emocional e intelectual (discurso expresivo), son lógicas que pueden ser prominentes en una determinada práctica discursiva, pero que están presentes en cualquier práctica discursiva, debido a su carácter retórico y su dimensión argumentativa[15].

 

 

 

 

Bibliografía

 

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[1] Resumen:

    El procesamiento textual define un dinamismo discursivo donde sus estrategias de producción e interpretación participan de un carácter anticipatorio en su interacción comunicativa, e implican unas representaciones cognitivas que adquieren un significado de acuerdo con el conocimiento y experiencia de cada individuo situado socialmente. En todo este marco, se realizan unos procesamientos interaccionales de los múltiples niveles del discurso y conocimiento, se construyen unas inferencias y unos modelos de situación, y se obedece a la necesidad comunicativa que todo uso de la lengua requiere, y que emana de las distintas situaciones retóricas y del contexto argumentativo del discurso. En todo este procesamiento, los propósitos de los interlocutores, el conocimiento de (y entre) ambos, y la situación comunicativa, son los puntos estratégicos desde los que el uso de la lengua opera, tanto en la construcción como en la comprensión de un texto, y de los cuales dependen las estrategias textuales. De modo que la dinámica racional del discurso viene a ser la dinámica del significado en los procesos de producción (cómo el, y qué, significado es transmitido) y comprensión (cómo el, y qué, significado es obtenido). Dinámica del significado, donde se realiza una lógica discursiva, con una determinada fuerza comunicativa, y basada, sobretodo, en el conocimiento y la experiencia intertextual de los participantes.

Palabras clave: Discurso, texto, estrategias comunicativas, proceso cognitivo, situación retórica, contexto argumentativo, lógica

 

[2] If we assume that our mental lexicon is (among other things) semantically organized, inferencing can be explained in terms of automatic semantic “activation-spreading”.” (Meijs, 1992:123)

[3] July 1994

[4]  A "senseless" or "non-sensical" text is one in which text receivers can discover no such con­tinuity, usually because there is a serious mismatch between the configuration of concepts and relations expressed and the receivers prior knowledge of the world.” (Beaugrande y Dressler, 1981:84)

[5] Discourse semantics is not concerned with the semantic interpretation or processing of each component in the utterance or sentence. For example, it is not concerned with how semantic roles are managed (agent vs. patient vs. instrument) or with how lexical knowledge is accessed (what ‘dog’ means in ‘The dog chewed my shoe’).” (Tomlin et al. 1997:106).

[6] “...written text is interactive since two participants are involved: writer and reader, although, of course, ‘the exigencies of the medium oblige one of the participants to be only represented at the writing stage, thus complicating the process for both parties’ (Sinclair 1980:255).” (Tadros, 1994:69)

[7] El profesor de psicología Kimberly S. Young, en la Universidad de Pittsburgh, aplicó el siguiente cuestionario a unos 496 usuarios intensos de Internet, 396 de ellos calificados como adictos. Fuente: University of Pittsburgh Research Review.

[8] Kinneavy (1971:127) añade a esto la consideración, desde los tiempos de Aritóteles, de una unidad lógica, común a todas las culturas. Esta consideración, a veces, ha adoptado la posición de un fundamentalismo racional humano; y otras veces, ha ido más allá, postulando una lógica común plasmada en estructuras lingüísticas similares. La actual equivalencia lingüística a esta consideración es la noción de una gramática y semántica universal (Chomsky). 

― “In adition to an ethnologic in science, there is clearly an ethnologic in exploration, possibly in information, certainly in persuasion, and in literature.”  (Kinneavy, 1971:129)

― El término Ethno, proviniendo de Ethnomethodology, se refiere a la disponibilidad para un individuo del conocimiento de sentido común de su sociedad o de cualquier otro asunto (Garfinkel, 1974:16).

[9] There are problems, even withy such distinctions. Some philosophers today question the strict dichotomy of empirical versus logical. This problem has become quite an issue in modern semantics.” (Kinneavy, 1971:130).

[10] La abducción es un proceso de razonamiento donde no necesariamente sigue la conclusión.

[11] The traditional framework for the study of the techniques of persuasion is provided by Aristotle’s second and third books of the Rhetoric, the second having to do with what is usually called invention and the third with style and organization.” (Kinneavy, 1971:237)

[12] Estos tres componentes han sido identificados con “buen sentido” (la habilidad para hacer decisiones prácticas, y elegir los medios apropiados para lograr un fin), “buena voluntad” (hacer claro a los miembros del auditorio que él tiene buenas intenciones hacia ellos), “buen carácter moral” (dar evidencia, en su discurso, de que él es sincero y de confianza en sus afirmaciones). (Kinneavy, 1971:239).

[13] Aristóteles hace un tratamiento de las emociones individuales: ira, sosiego, amistad y enemistad, miedo y confianza, vergüenza y desvergüenza, amabilidad y crueldad, piedad, indignación, envidia, y emulación. Pero hay que considerar que las emociones tienen diferente fuerza retórica en las diferentes culturas, y que éstas pueden tener sólo una apariencia exterior. Por otro lado, también tiene en cuenta a los diferentes grupos sociales o caracteres: el joven, el viejo, el hombre en la flor de la vida, los aristócratas, el rico, el poderoso. (Ibíd.:241-4).

[14] El tratamiento o exposición de la lógica de los distintos discursos de la tipología de Kinneavy (1971) es más bien una reelaboración personal nuestra orientada a mostrar que no son lógicas específicas de un tipo de discurso sino de cualquier práctica discursiva.

[15] La lengua es un sistema abierto, que tiene que realizar, constantemente, ajustes entre sus hablantes, y entre las ideas y los conocimientos de éstos. Es en este sistema abierto para ser cerrado, donde entendemos que se sitúa esta dimensión argumentativa: en una relación retórica y de orientación entre interlocutores, que la acción de la lengua trae consigo por naturaleza.