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Rechazo
y escepticismo entre grupos opuestos en torno del tema migratorio
Jazmín
Ortega
La Opinión
1 de
octubre de 2006
La
aprobación por parte del Congreso de construir un muro en la frontera con
México fue recibida ayer con rechazo y escepticismo por ambas partes del debate
migratorio.
El
muro de 700 millas de extensión y que supondrá un gasto de más de 1,200
millones de dólares, fue una de las últimas medidas aprobadas en Washington
antes de las elecciones de noviembre, tras el fracaso por lograr una reforma
migratoria que incluyera la legalización de millones de inmigrantes
indocumentados.
Para
las organizaciones que participaron en las marchas y acciones de protesta en la
primera mitad de este año, el muro es un ardid político para proyectar mano
dura contra la inmigración indocumentada.
"Es
una fantasía que un muro vaya a lograr detener la inmigración", dijo
Ángela Sanbrano, directora ejecutiva del Centro de Recursos Centroamericanos
(CARECEN).
"La
razón por la que vienen los inmigrantes es para reunirse con sus familias o
para trabajar, y estas dos necesidades no se van a resolver con el muro",
indicó. "Lo que va a pasar es que las personas busquen lugares más
peligrosos para cruzar y vamos a ver un incremento en las muertes".
Más
de tres mil personas han muerto desde el inicio de la Operación Guardián en
1996.
El
muro constituye además una violación a los derechos humanos, sostuvo Sanbrano,
por separar a familias de ambos lados de la frontera México-EU.
"Es
un gran desperdicio del dinero de los impuestos, deberíamos de enfocarnos en
invertir en programas sociales y también invertir en mejorar la economía de
México y de Centroamérica. Es la pobreza en México, la situación que viven, la
que obliga a la gente a tratar de venir a buscar una mejor vida en Estados
Unidos", dijo la líder de CARECEN.
Moisés
Escalante, coordinador de programas de la Coalición Interreligiosa para la
Inmigración, dijo que la edificación del muro "nunca ha tratado de
reformar la inmigración; desde mi perspectiva eso les da a los políticos,
especialmente a los republicanos, la oportunidad de atar ese voto [a favor del
muro] con las elecciones".
"La
barda no los va a detener, y se van a dar cambios muy fuertes en la relación de
Estados Unidos con México", indicó.
La
Cancillería mexicana había hecho público su malestar el viernes por la
imposición de barreras físicas en la zona fronteriza.
"Dichas
medidas lastiman la relación bilateral en su conjunto, son contrarias al
espíritu de cooperación que debe prevalecer para garantizar la seguridad en la
frontera común, propician un clima de tensión en las comunidades fronterizas y
generan divergencias en lugar de convergencias entre ambos países", dijo
la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"Ese
muro será el único que divide a dos países en todo el continente americano, y
es parte de una política estéril, ya que no necesariamente mantiene afuera a
mexicanos, sino que mantiene a gente en los Estados Unidos ciega a lo que
ocurre al sur de la frontera", dijo Escalante.
Quienes
se oponen a la inmigración indocumentada en Estados Unidos coincidieron en que
el muro será poco efectivo para detener el paso de inmigrantes.
"No
creo que [la construcción del muro] vaya a suceder por varios años, creo que
nuestro gobierno necesita dejar de ser tan corrupto, pensando sólo en el
interés comercial y el de las grandes corporaciones", explicó por su parte
Charlene Nightingale, miembro del grupo Save Our State (SOS).
"La
inmigración ilegal está causando muchos problemas no sólo aquí, sino en México.
Sé que afecta a muchas familias y a la economía, y está causando mucha tensión
social, una mentalidad de guerra en este país que nunca he visto", añadió
Nightingale.
"Si
construyen el muro probablemente habrá más túneles y el muro tardará años en
construirse, creo que necesitan hacer más. Creo que es una treta del gobierno
para callarnos, realmente no confío en el gobierno, tristemente", dijo
Nightingale.
La
aprobación de la ley que da luz verde a los fondos para el muro, por un voto de
412 a 6 en la Cámara Baja y de 80 a 19 en el Senado, con 26 demócratas que
votaron con los 54 republicanos, tendrá consecuencias políticas en la comunidad
latina, advirtió Sanbrano.
"Los
republicanos les están enviando un mensaje a los votantes republicanos
conservadores, de que ellos son fuertes en cuestión de seguridad
nacional", indicó.
"Esto
les va a restar votos latinos. Varios demócratas cayeron en la misma trampa en
creer que el muro los hace verse mas fuertes", dijo Sanbrano. Y añadió:
"Yo creo que la gente no es tonta, sabe que un muro no va a resolver el
problema".
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