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QUÉ
TRADUCIR Y EL PORQUÉ DE LO NO TRADUCIDO.
EL CASO
PIRANDELLO
(Universidad
de Murcia)
“(Pirandello) famoso escritor
italiano, tal vez único, que ha sabido encender,
en la página y en la escena contemporáneas, la perplejidad metafísica de gran
estilo”.
J. L. Borges (1927)
RESUMEN
Las modernas tendencias de
teoría de la traducción exploran además del estudio filológico de los textos
traducidos, otros aspectos poco estudiados hasta ahora que ayudan a determinar
los factores sociológicos e históricos relacionados con la cultura de origen
y la de destino. El repaso del contexto de traducción de las obras de Luigi
Pirandello en España, especialmente de 1923 a 1936, pone de relieve la importancia
de los ambientes políticos y culturales que fomentaron dichas traducciones.
La propuesta del ejercicio de crítica de la traducción, además de profundizar
la investigación en el campo de la literatura comparada, puede dar respuesta
a preguntas como qué se ha traducido y por qué no se han traducido determinadas
obras a lo largo de la historia.
What gets translated and the reasons
behind untranslated works. Pirandello's case.
La memoria cultural, según el pensamiento de Aleida
Assmann, se puede definir como el principio monumental de la cultura, sustentada en la interacción entre las condiciones
espaciales y temporales, sin las cuales no es posible la sedimentación que
la convierte en patrimonio colectivo
[1]
. En este sentido el texto literario se convierte en un
archivo portador de la memoria individual o generacional; mas tarde, a medida
que éste sobrevive al tiempo, comienza a formar parte de una determinada cultura
puesto que se liga a valores consolidados a través de los años. Sin embargo,
existe la amenaza del olvido de una parte de los factores complejos que articulan
la memoria como continuidad y, si esto ocurre, se produce como consecuencia
una discontinuidad en la memoria cultural, como si se hubiesen borrado series
de datos alrededor de la obra artística.
Este fenómeno se da con frecuencia
en el interior de una cultura, pero cuando el texto se trasvasa de un espacio a
otro -de un país a otro, de una lengua a otra- con el agravante de que la operación
se realiza en circunstancias temporales distintas a las del texto original,
como es el caso de la traducción de obras de la primera mitad del siglo XX,
entonces los factores que pueden influir en una pérdida de memoria son mucho
más numerosos.
La literatura traducida, según las
tendencias actuales de la teoría de la traducción, desarrolladas a partir del
concepto de “polisistema cultural” acuñado por Itamar Even-Zohar[2], forman una parte
importante de la cultura receptora. La relación entre la literatura traducida y
el polisistema literario será dinámica y variable en dependencia de las
circunstancias específicas que operan dentro del sistema. Así pues, es urgente
observar la manera de funcionar de la literatura traducida en la lengua y la
cultura meta, en especial aquellos periodos que -como sucede con textos del
siglo pasado- están desdibujando sus referencias sociológicas y políticas a
gran velocidad.
Este es el caso que expondré seguidamente. El ejemplo es
significativo porque se trata de un escritor prestigioso, traducido y
curiosamente olvidado por los lectores de las últimas generaciones en España,
en contraste con el interés que mantiene viva su memoria sobre todo en los
países de cultura anglosajona.
En efecto, la literatura traducida de Luigi Pirandello en
España ha estado condicionada por factores sociales, culturales e ideológicos,
además de los estrictamente literarios. Al observar las fechas de las
traducciones de sus obras -la mayoría realizadas en los años veinte por
traductores catalanes y no reeditadas después- y también los títulos elegidos,
entre los cuales se advierten vistosas lagunas, sobre todo en lo referido a los
ensayos y narrativa experimental, se advierte una lectura parcial determinada
por aspectos sociológicos y manipulaciones ideológicas[3].
Por tanto, dichos factores, como demuestra la fortuna de
Pirandello en España, deberán ser
considerados y estudiados por la historia de la traductología, ya que en gran
medida son responsables de qué obras se traducen en un determinado periodo y
por qué no son traducidas otras. Es decir, son responsables de la construcción
de los monumentos culturales que
compartiremos todos en el futuro.
I. TRADUCCIONES EN VIDA DEL
AUTOR
La recepción de
la obra pirandelliana en España, comienza a partir de 1923, con el estreno en
Barcelona de Sei personaggi in cerca d´autore, el 7 de diciembre[4]. En México el texto había
sido traducido dos años antes, en 1921, por Gustavo Villatoro y se había
representado en Argentina por la compañía Nicodemi en agosto de 1922. En la
península ibérica con anterioridad se había realizado una traducción de La bambola, ya en 1920, con ocasión de
su puesta en escena en el teatro La Latina de Madrid. Hasta esas fechas no se
habían realizado traducciones, ni por otra parte era conocido en los ámbitos
literarios europeos, no olvidemos que la entrada en España es un efecto de la
difusión del teatro de Pirandello en el extranjero, a través de los montajes de
su compañía teatral, con la que viajaba el escritor a partir de 1924. Meses
antes se había representado la obra en París, Cracovia, Praga, Ámsterdam y
Varsovia.
Ese mismo año
de 1923, el propio Miguel de Unamuno, uno de los pocos intelectuales españoles
que demuestra un continuado interés por la cultura italiana de su tiempo,
advierte que en 1917, la última vez que había visitado Italia, nadie le había
hablado de Pirandello, y que han sido las comparaciones entre su novela Niebla
y Sei Personaggi in cerca d´autore las que han despertado su curiosidad
por Pirandello, que había empezado a conocer parcialmente y por referencias[5]. En el mismo periódico,
Américo Castro publica en 1924 el famoso artículo “Cervantes y Pirandello”,
donde el hispanista analiza los personajes pirandellianos proponiendo a
Cervantes como sustrato cultural, una tesis que tuvo posteriormente gran
fortuna.
En 1924
Pirandello pronuncia una conferencia en el Teatro Romea de Barcelona, después
de su gira por Estados Unidos, donde había representado con éxito y se había
publicado su novela Il fu Mattia Pascal. De
todo ello se desprende que la difusión del teatro pirandelliano fue decisiva
para la edición en el extranjero del resto de sus obras.
Otra
noticia de la fortuna del escritor siciliano en España, como dramaturgo, la
proporciona en 1928 Gómez Baquero:
Pirandello no era completamente desconocido en España.
Algunas revistas modernas muy atentas al movimiento literario extranjero, como
´La pluma´y ´España´, ya difuntas, porque las revistas en España suelen durar
lo que las verduras de las eras, habían publicado noticias y críticas de sus
obras.[6]
Las primeras
traducciones en lengua castellana, hasta la muerte del autor se suceden por
este orden:
CRONOLOGÍA DE LAS
TRADUCCIONES DE OBRAS DE PIRANDELLO HASTA 1936:
-
1923
Seis personajes
en busca de autor, Trad. Felix
Azzati, Valencia, Sempere, 2º ed. 1926.
Cuando estaba
loco. Un caballo en la luna, Valencia, Sempere (fecha aproximada).
Y mañana,
lunes, Trad. Miguel Jimenez
Equino, Valencia, Sempere (fecha aprox).
El turno, Trad. Luis Terán, Valencia, Sempere (fecha aprox).
El carnaval de
los muertos, Trad. Adela
Carbone, Valencia, Sempere (fecha aprox).
-
1924
La razón de los
demás, Trad. Francisco Gómez
Hidalgo, Madrid, Teatro Cómico, 21 de marzo.
El difunto
Matias Pascal, Trad. R.
Cansinos-Assens, Madrid, Biblioteca Nueva. (2ºed. 1931).
La tragedia de
un personaje, Trad. J.
Chabás, en Revista de Occidente, Año II, nº 7, Madrid.
Tercetos, Trad. Juan Chabás, Valencia, El pueblo. (La misma traducción aparece en Valencia, Sempere,
1926).
¡Piénsalo,
Jacobito!, Trad. Enrique López
Alarcón y Fernando Mignoni (Faltan los datos de la edición).
Comedias traducidas para montajes
teatrales, hoy dispersas y de las cuales no se conservan ediciones:
En castellano: Il
berretto a sonagli (El gorro de cascabeles, trad. J. Montero); Il
piacere dell’onestá (El placer de la honradez, trad. S. Vilaregut).
En catalán:
Enrico IV (Enric IV, trad. J. Montero); La patente (Tocca ferro!,
trad. J. Montero); L’ uomo, la bestia e la virtú (L’home, la
bestia i la virtut, trad. J. Montero); Il piacere dell’ onestá (Il
goig d’esser honrá, trad. anónimo); Ma non è una cosa seria (Em
caso per no casarme, trad. J.M. Millás)[7].
-
1925
El hombre la
bestia y la virtud, Trad. Ricardo
Baeza, Valencia Sempere. (Representada el 21 de febrero, Teatro de la
Princesa).
Vestir al
desnudo, ¡Sea todo para bien!, Trad. Francisco Gómez Hidalgo, Valencia, Sempere.
Para el teatro se traducen:
En castellano: Come
prima, meglio di prima (Como antes mejor que antes, trad. anónimo); Cosí
è se vi pare (Así es si os parece, trad. S. Vilaregut); La vita
che ti diedi (La vida que te dí, trad. S. Vilaregut); Ciascuno a
suo modo (Cada cual a su manera, trad. E. Marquina); La signora
Morli, una e due (Dos en una, trad. F. Gómez Hidalgo).
En catalán: fragmentos de L’Umorismo
(L ‘humorisme, trad. A. Esclassans), y L’imbecille (Un
imbécil, trad. C. Soldevila).
- 1927
Dos en una (faltan datos de edición)
- 1930
Esta noche se recita improvisando,
Trad. Rafael Marquina (faltan datos de edición).
- 1933
El placer de la honestidad, Trad. María
Mercedes Pardo (faltan datos de edición).
- 1936
Enrique IV, Trad. Tomás Borrás, Zaragoza, Teatro Municipal,
1 de marzo.
***
En la Revista de Occidente, como señala Evelyn López Campillo, Juan Chabás se encargó desde
1923 hasta 1927 prácticamente de todas las novedades de la literatura italiana.
Su trabajo es particularmente intenso en estos primeros años de la revista; sin
embargo, en fechas sucesivas los autores italianos casi desaparecen de estas
páginas[8]. De aquel periodo ha
perdurado la traducción de Terzetti realizada por Chabás en 1924, que
ahora se encuentra en ediciones Júcar, con fecha de 1989.
La lista de las primeras traducciones subraya el interés por
Pirandello en España, que sin duda ha sido grande desde 1923; aunque también es
obvio que ha sido un interés arbitrario, ya que se ha prestado atención casi
exclusivamente a la faceta teatral, la cual ha eclipsado el resto de géneros
cultivados por el autor[9]. Por ejemplo, uno de sus
títulos imprescindibles L´Umorismo, circula todavía en una extinta
edición, pues existe sólo una traducción, la de J.M. Velloso, editada primero
en la editorial Aguilar, en 1958 y después en la editorial Guadarrama, en 1968
y 1969, ambas agotadas. Lo mismo ocurre con la mayoría de los ensayos y textos
narrativos, cuyas traducciones como se verá más adelante son escasas o
fragmentarias y actualmente restringidas a librerías de viejo y fondos de
bibliotecas.
II. CIRCUNSTANCIAS DE LA
MEMORIA
Examinemos más de cerca algunos de los factores culturales,
sociológicos y políticos que influyeron en la elección de las obras traducidas
y que oscurecieron principalmente la narrativa de Pirandello en España,
reduciéndola, poco más o menos, a la etiqueta de prosa costumbrista.
Se ha escrito y estudiado que
España ha acogido extraordinariamente la obra de Luigi Pirandello. Incluso
existe un famoso trabajo de Van Praag publicado en Cuadernos Iberoamericanos en 1962 titulado: “España tierra de
elección del pirandellismo”. Sin embargo, si se cuestiona críticamente el
conjunto de las traducciones de las obras de Pirandello realizadas en vida del
escritor, se observará que las elecciones responden a motivos extraliterarios,
los cuales han influido en la imagen de Pirandello para los lectores españoles
hasta hoy.
Para estructurar los datos
relacionados con la recepción de Pirandello en España, se podrían distinguir
tres momentos o ambientes interpretativos casi simultáneos: el momento catalán,
el momento ultraísta y la
interpretación de los discípulos de Ortega que hemos denominado momento
orteguiano, aunque el escenario de este ambiente estará compartido entre Madrid
y Valencia. La distinción de las tres situaciones es sólo metodológica, pues
evidentemente no se puede establecer una separación neta de cada una cuando en
muchas ocasiones los traductores tenían contactos y afinidades.
II.1 MOMENTO CATALÁN
Comenzamos con la única visita de Pirandello a
España, con ocasión del estreno de Sei
personaggi in cerca di autore en el Teatro Romea de Barcelona. En aquellos
años de fuerte agitación social y radicalismo político, Cataluña atraviesa el
denominado Noucentisme, etapa
política y cultural comprometida con la renovación cultural en equilibrio con
la tradición y representada visiblemente por la figura de Eugenio D´ors. Se
intenta en este momento histórico desprovincializar la cultura catalana,
especialmente a través de la escena, donde se ve la oportunidad de
institucionalizar la cultura. Josep Canals, el empresario del Teatro Romea, se
encarga de seleccionar las obras teatrales internacionales más innovadoras, en
las llamadas Vetllades Selectes, en
las cuales fueron representadas la mayor parte de las obras teatrales de
Pirandello en España[10].
Los intelectuales catalanes, al igual que ciertas minorías
escogidas de Europa, se percatan de que el teatro del momento posee algo nuevo
en su contenido: las posibilidades propagandísticas. Por primera vez existe la
conciencia de que su lenguaje universal puede servir a una causa política o
social. En consecuencia, la elección de las obras va más allá de la moda o la
fama de los autores, y en el caso de los empresarios de Barcelona el criterio
principal para la selección de obras era precisamente la capacidad de ser
transferidas de la cultura europea a la catalana; es decir, la voluntad de
educar el gusto del público y apoyar a las instituciones regionales a través de
una vida cultural independiente de la capital castellana. Pirandello se
consideraba un modelo para las aspiraciones catalanistas, pues inicialmente
había escrito muchos de sus textos en siciliano, y su fama a través de
autotraducciones había alcanzado nivel internacional.
La reacción de los espectadores frente a los primeros textos
de Pirandello, que habían sido precedidos y estimulados por numerosos
comentarios entusiastas en la prensa[11], fue de sorpresa a la vez
que desconcierto[12].
La incomprensión del gran público fue advertida incluso por los traductores,
como era el caso de Sagarra – el traductor al catalán de Il berretto a sonagli- el cual da testimonio del estupor de la
clase burguesa catalana frente a Sei
personaggi, cuando entran a escena personajes que parecen salidos del
manicomio.
Como se ha señalado, en diciembre de 1924 Pirandello visitó
Barcelona en un ambiente de gran expectación, invitado por el Pen Club y Josep
Canals en el Teatro Romea. Su escala en Barcelona de paso hacia el continente
americano fue inmediatamente aprovechada por las instituciones culturales y es
fácil advertir el interés político del encuentro, puesto que Canals estaba
unido al partido nacionalista de la Lliga, defensor de la burguesía catalana y
opuesto al General Primo de Rivera, el cual desde un año antes había impuesto un
directorio militar aceptado por el rey que instauraría la dictadura hasta 1930.
Los organizadores del acto invitaron a la cena de bienvenida de Pirandello a políticos
y dirigentes afines a la Lliga. En la conferencia, Pirandello fue interrogado
sobre su arte, dado que en lugar de realizar un discurso, prefirió responder a
las preguntas de los asistentes. Los periódicos publicaron abundantes
fragmentos de sus intervenciones. Según estas fuentes, el escritor trató de
explicar su teoría sobre el humorismo, defendió un teatro dirigido no solamente
al sentimiento, sino también a la inteligencia, con la intención de desvelar el
fondo trágico de la vida humana. Sus esfuerzos por transmitir la relación entre
teatro y filosofía fueron evidentes, pero al parecer no consiguieron iluminar
el fondo filosófico de sus nuevas obras.
Algunos meses después, en junio de 1925, cuando tuvo lugar
la representación de Enrico IV, las
críticas indicaron la dificultad del público para penetrar en los personajes e
interpretar la profundidad del texto, a pesar de la afluencia de espectadores.
Carles Soldevila, traductor de L´imbecille
y promotor teatral, relata que la gente, siguiendo la moda o el esnobismo,
en un primer momento recibió las obras pirandellianas con curiosidad; sin
embargo, más tarde, la mayoría demostró no entender ni apreciar sinceramente al
autor. Pero la crítica de Soldevila estaba dirigida también a la situación del
teatro catalán en general, ya que carecía de la educación necesaria para
asimilar las innovaciones internacionales.[13] Parece que el público no
estaba preparado para gustar estas novedades, sobre todo por no poseer los
referentes culturales adecuados: en primer lugar porque el concepto de
humorismo requería una actitud activa del espectador, mientras que en Cataluña,
y por supuesto en el resto del país, el publico medio -cada vez más numeroso-
buscaba en el teatro una función de entretenimiento; y en segundo lugar por el
desconocimiento de la situación de las obras en la cultura de procedencia.
Las representaciones de obras de Pirandello siguieron en
1926 (Tutto per bene, Teatro
Poliorama; Sei Personaggi, compañía
argentina Nicodemi, abril 1926; Diana e
la Tuda, Teatro Coliseum, 1927 según parece con arreglo de Federico García
Lorca[14]). Después de 1928 el
interés por Pirandello decae, especialmente en la época de la Segunda
República, cuando el gobierno catalán acomete un programa político progresista
y muy susceptible al fascismo o cualquier tendencia ideológica ambigua, como la
de Pirandello por su adhesión a la Accademia Italiana fundada por Mussolini.
Hay que decir al respecto, que también la crítica de la posguerra se ensañó en
Italia contra Pirandello, por no haber defendido abiertamente el comunismo o
por su laconismo con respecto al régimen de Mussolini.
En 1934, cuando Pirandello recibió el premio Nóbel, los
periódicos reconocieron el valor literario, pero comentaron también su relación
política con el régimen socialista, casi justificando el galardón por este
hecho. Finalmente, en 1936, con ocasión de la muerte de Pirandello, las breves
reseñas sobre el autor se encuentran ya divididas según las tendencias políticas
que se empiezan a enfrentar en vísperas de la Guerra Civil: por una parte se
encuentran los comentarios que alaban su obra y por otra duras críticas por el
escaso valor revolucionario del escritor. Así pues, en relación con la lectura
de Pirandello, las posiciones ideológicas de la época predominan sobre las
consideraciones estéticas.
II.2 EL MOMENTO ULTRAÍSTA
En Madrid Pirandello fue acogido inicialmente en los
ambientes de la experiencia ultraísta. El ultraísmo, en correspondencia con el
futurismo y también con el dadaísmo y el surrealismo francés, intenta renovar
la tradición poética española rechazando el manierismo modernista de Rubén
Darío cuyo estilo literario dominaba desde la generación del 98. El nuevo
movimiento propone la reducción de las imágenes en metáforas esenciales, la
supresión de los ornamentos y sentimentalismos retóricos.
Los principales promotores del ultraísmo: Rafael Cansinos Assens,
Guillermo de la Torre, Gerardo Diego y Jorge Luis Borges, se reunían en la
tertulia del Café Colonial de Madrid, animada por Cansinos. La influencia de
este movimiento a través de las revistas literarias es muy importante según se
deduce de la calidad de sus escritores y de la cantidad de traducciones
concentradas en estos pocos años, a pesar de la corta duración de cada una de
estas publicaciones: Cervantes, Grecia,
España, Ultra, Tableros...
revistas todas aparecidas y extinguidas entre 1915 y 1922. En efecto, uno de
los objetivos primordiales para imponer un cambio estético era dar a conocer a nuevos
autores en lengua española, como fue el caso de Pirandello. Además dichas
traducciones generalmente estaban precedidas de prólogos y comentarios a las
obras, los cuales fueron una verdadera didascalia para el público ibérico[15].
Los críticos Juan Manuel Rozas y Gregorio Torres consideran
al ultraísmo y creacionismo como la primera etapa de la generación del 27 y les
otorgan el mérito de haber adaptado y creado los “ismos” en España:
“El término que mejor cuadra a la generación o grupo, desde el punto de
vista del arte occidental, es el de vanguardia, pues son estos escritores los
que traen los ismos a nuestras letras, creando un vanguardismo original con
claras raíces autóctonas, desde una tradición española muy estudiada por
ellos.”[16]
Precisamente el fundador del movimiento, Rafael Cansinos
Assens, tradujo en 1924 la novela de Pirandello Il fu Mattia Pascal, a la vez que otra de Grazia Deledda (Il fidanzato scomparso), que competía
por el Nóbel con Pirandello aquel año – el premio del 24 fue para ella-.
En el prólogo a la primera edición de Biblioteca Nueva,
Cansinos comenta al lector la fama de Pirandello en Italia y Europa, y añade
que esta obra representa la clave de su arte[17]. La relación entre
humorismo y teología es ilustrada ampliamente, citando también el sentimiento
trágico de Unamuno; quizá ese aspecto fue acentuado por la condición de
Cansinos de judío sefardí y también por la conexión entre el ultraísmo y el
creacionismo de Vicente Huidobro[18], que era otro de los
habituales en el círculo del Café Colonial. En mi opinión, el hecho de que la
novela principal de Pirandello fuese recibida en primer lugar por estos
ambientes, explica la extraordinaria difusión de las obras pirandellianas en
México y Argentina a partir de estas fechas, a través de las revistas y teatros
influidos por las vanguardias europeas, allí donde Borges y tantos otros
intelectuales difundieron el nuevo teatro. En España, sin embargo, el ultraísmo decayó muy pronto y después de 1922
cada autor recogió su herencia de modo personal. Se podría decir que, a
excepción de la segunda edición de la citada traducción de Cansinos, la literatura de Pirandello fue comentada solamente por Ramón
Gómez de la Serna, el cual interpreta el humorismo desde un punto de vista
menos serio.
Seguramente
una de las razones para la traducción de Pirandello fue su estética
humorística, en sintonía con el espíritu jovial de la vanguardia española. Guillermo
de la Torre en Manifiesto Vertical (1920)
expone:
“Los ultraístas
debemos exaltar jubilosamente las calidades pragmáticas del mundo occidental.
En nuestro anhelo de un arte abstracto, exultante, dinámico, potencial e
inmáculo, hemos borrado el último coeficiente de melancolía romántica que
disminuía el valor de nuestra ecuación vital, deviniendo estatuariamente
apolíneos y dyonisiacamente optimistas.”
Sin
embargo, la actitud de Cansinos en el prólogo a la edición de Pirandello,
revela una absoluta seriedad. A mi juicio, la elección se explica mejor cuando
se profundiza en el humorismo pirandelliano entendido como arma contra la
retórica, tan odiada por el movimiento ultraísta por su guerra declarada contra
el modernismo. Por otra parte, a diferencia de las mayoría de los traductores
catalanes, Cansinos había afrontado la traducción de Pirandello después de
haber traducido una obra de Giovanni Verga[19],
maestro de Pirandello, y de haber editado varias obras de Machiavelli y
Leopardi en castellano, en definitiva era un buen conocedor de la cultura de
origen del texto, así como de la poética de su autor. Todas estas referencias
se perciben tanto en la calidad de la traducción como en el prólogo a la misma.
Para
entender las razones de este aparente olvido en la recepción de la narrativa de
Pirandello, así como de la ingente obra de Rafael Cansinos como creador, crítico
y traductor; recordemos que después de la Guerra Civil, Cansinos Assens fue
acusado de judaísmo y apartado por ello
de la actividad periodística. Durante el resto de su vida se dedicará a las
traducciones de las obras completas de Dostoevskij, Goethe, Balzac y sobre todo
a la edición de Las Mil y una Noches,
extensísimo trabajo con un prólogo de más de cuatrocientas páginas que inspiró
más tarde los cuentos de Borges. Su exilio interior silencia forzosamente la
traducción de autores europeos contemporáneos[20].
Creo
que es significativo que el prólogo original de Cansinos para la primera
edición de El difunto Matías Pascal, fuese
eliminado de las posteriores ediciones. Al cabo del tiempo, en los años setenta,
Pirandello es presentado como escritor costumbrista en la edición de Biblioteca
Básica Salvat. Por tanto, las huellas provocativas de la vanguardia han sido
borradas, para el lector de las décadas sucesivas la narrativa de Pirandello se
considera solamente una secuela del verismo
italiano.
II.3
EL MOMENTO ORTEGUIANO
Ortega
e Gasset se considera el principal difusor de la cultura europea del tiempo,
sobre todo por su labor al frente de la «Revista de Occidente», tribuna donde
se publica la casi la totalidad de las novedades literarias de la época. Como
es notorio, Ortega, ya prestigioso profesor de la Universidad Central de
Madrid, solía rodearse de una élite de jóvenes investigadores brillantemente
instruidos para difundir el europeismo y desarrollar un auténtico programa
didáctico, con el objetivo de renovar la cultura española en crisis.. Uno de
estos jóvenes era Juan Chabás, el cual tras la licenciatura obtiene un puesto
de profesor de literatura española en la Universidad de Genova.
Chabás,
nacido en Denia, había sido alumno de Ortega en Madrid y a través de la
Embajada Española consigue muy pronto el encargo docente en Italia, donde
permanecerá de
El
segundo traductor que quiero mencionar es Félix Azzati, también íntimo colaborador
de Blasco Ibáñez al que sucedería en la dirección del periódico «El Pueblo».
Azzati, de origen italiana y establecido en Valencia, era también republicano y
de familia garibaldina, como Pirandello. Su interés por el escritor se refleja
en la traducción de tres obras esenciales: Sei
personaggi in cerca d’autore (1923), Tragedia
di un personaggio (1924) y Quando ero
matto (1925). En el prólogo a la edición española de Seis personajes, Azzati considera necesario subrayar tres elementos:
1) Pirandello posee
una invención original, y su fama está justificada en su genio, no en una moda
pasajera;
2) El sufrimiento de
los dramas pirandelliano es sincero, es fruto de una inspiración fantástica, no
de patologías psicológicas;
3) El concepto de teatro de arte tiene como
antecedente la Commedia dell’Arte en el
sentido en que se crea en el escenario, es decir, se trata de una “comedia por
hacer”.
En
las premisas de Azzati se pueden atisbar cuáles habían sido los elementos
negativos para la crítica española, como demuestra el hecho de que justamente
las acusaciones de usar argumentos inverosímiles y complicados alejaron a los
lectores de una interpretación atenta de Pirandello hasta bien entrados los
años ochenta.
Azzati
y Chabás estaban ligados a la figura de Ortega, como tantos otros jóvenes a la
búsqueda de modelos europeos que se pudieran adoptar en España. Su común
interés como traductores e intelectuales residía precisamente en la asimilación
de nuevas ideas capaces de regenerar la idea de España. Ortega, hasta aquel
momento, se había mantenido neutral frente a la escisión de la ideología
republicana y la conservadora. Fue entonces cuando Chabás escribió su ensayo
sobre el fascismo italiano[23].
Las comparaciones entre la dictadura de Mussolini y Primo de Rivera abrieron un
impetuoso debate entre los intelectuales de los años 20. Las posiciones eran
ambiguas, puesto que a pesar del optimismo aparente de la clase política, en el
fondo ésta parecía consciente de las diferencias entre ambos regímenes. En
efecto, el programa social que
defendía la supresión de clases, a la moda italiana, había fracasado. La imitación
del fascismo era sólo superficial, pues en España no había una juventud
ilusionada con los valores nacionales, sino una crisis de la unidad moral
española, acentuada por la grave situación económica y el descontento social. Primo
de Rivera desterró a Unamuno y envió a Cuenca a los representantes
estudiantiles. La confianza en la dictadura pronto desapareció o nunca existió.
Era pues el momento de hacer declaraciones y compromisos públicos.
Chabás
en su análisis comparativo de la situación italiana, elogia a Croce, por haber
sabido alejarse de la trampa del nacional socialismo. Otros discípulos de
Ortega, más radicales, establecieron incluso correspondencias entre intelectuales
españoles e italianos; es entonces cuando Giménez Caballero en la Carta a un compañero de la Joven España[24],
señala los siguientes paralelismos:
Gómez de la Serna/D´Annunzio,
Baroja/ Pirandello y Gentile,
Unamuno/ Malaparte,
Ortega/Croce.
Ortega,
para los jóvenes conservadores era el creador mismo de la idea de España. Sin
embargo, los renovadores reivindicaban un Ortega no tradicionalista. Al final,
el filósofo se decanta con los republicanos, pero con retraso y frialdad. Esta
será la última etapa de su influencia, pues como es sabido, a partir de
entonces se quedará aislado de la escena política y cultural –aislamiento que
aún no ha terminado-. Los dos amigos, Chabás y Azzati, se refugiaron en Valencia,
donde mantuvieron una intensa actividad como difusores de la cultura a través
de «El Pueblo» y la editorial Sempere. Allí, durante los años de la República,
intentan recrear el modelo catalán; su experimento, así como el alcance de su labor
intelectual, se verán interrumpidas con el exilio y el silencio después de 1936.
III. QUÉ SE PUBLICA EN ESPAÑA DE L. PIRANDELLO
He
aquí la serie de publicaciones del escritor italiano después de su muerte. La
lista si no es exhaustiva, incluye la práctica totalidad de obras traducidas en
castellano. En la repetición de algunos títulos y la ausencia de otros se
perciben las consecuencias de una recepción en cierto modo manipulada por los
factores a los que nos hemos referido:
-Uno, ninguno, cien mil, Barcelona, Juventud, 1945. Traducción de Carlos M.
Álvarez Peña.
- Cuentos sicilianos, Madrid, Ed. Mediterraneo, 1950 (fecha aproximada).
- Obras Completas, Barcelona, Plaza & Janés Editores, 1958 y
1965 (agotado). Traducción de Idelfonso Grande y Manuel Bosch Barret. Aunque el
plan de la obra era más extenso, se publicó un sólo volumen, con dieciocho
comedias.
Contiene:
Seis personajes en busca de autor. Cada cual a su manera. Esta noche se improvisa la comedia. El hombre de la flor en la boca. Cada cual en su
papel. El placer de la
honradez. Vestir al desnudo.
Como tú me deseas. Así es, si así os parece. Enrique IV. La vida que te di. El imbécil. El hombre, la bestia y la virtud. Como antes, mejor que antes. Todo sea para bien. La razón de los demás. El injerto. Diana y la Tuda.
‑ Obras escogidas, Madrid, Aguilar,
1969 y 1971 (agotado).
Incluye la misma introducción de Idelfonso Grande que precede a la edición de
Plaza y Janés.
El primer volumen contiene:
Seis personajes en busca de autor; La vida que te di, (traducción de Idelfonso Grande).
Enrique IV; El difunto Matías Pascal; Uno, ninguno y cien mil (traducción de J.M. Velloso).
La tía Mima; Vexilla Regis..., (traducción de M. Grande Ramos)
El Humorismo; Teatro viejo y teatro nuevo; Ilustraciones, actores y traductores, (traducción de J.M. Velloso)
El segundo volumen, traducido íntegramente por Armando Lázaro Ros, contiene:
Teatro: Así es si os parece; Cada cual a su manera; ¡Piénsalo, Santiaguito! El
placer de ser honrado; El hombre, la bestia y la virtud; Como antes, mejor que
antes; El gorro de cascabeles; La razón de los demás; Todo como se debe; Cada
cual en su papel; La excluida;
Cuentos: Mantón negro (antología);
Ensayos: Arte y ciencia; Subjetivismo y objetivismo en el arte narrativa.
‑ Seis personajes en busca de autor,
Madrid, Escelicer, 1962.
‑ Teatro, Madrid, Ediciones
Guadarrama, 1968 (agotado).
‑ Ensayos, Madrid, Ediciones
Guadarrama, 1968 (agotado).
‑ Uno, ninguno y cien mil, Madrid,
Ediciones Guadarrama, 1970.
‑Difunto Matias Pascal, Barcelona,
Salvat Editores, 1971, 1972, 1973, 1983 (todas agotadas).
‑ Difunto Matias Pascal, Madrid,
Círculo de Amigos de la Historia, 1975.
‑ Difunto Matias Pascal, Barcelona,
Editorial Planeta, 1979 (agotada).
‑ Seis personajes en busca de autor,
Barcelona, Editorial Clásicos Roxil, 1982.
‑ Difunto Matias Pascal, Barcelona,
Editorial Seix Barral, 1984.
‑ Difunto Matias Pascal, Barcelona,
Ediciones Orbis, 1984.
- Enrique IV, Madrid, MK Ediciones y publicaciones, 1986.
‑ Difunto Matias Pascal, Madrid,
Alianza Editorial, 1986.
‑ El mantón negro y otros cuentos,
Madrid, Aguilar, 1987.
‑ Tercetos, Gijón, Ediciones Júcar,
1989.
‑ Seis personajes en busca de autor,
J. Espinosa Carbonell tr., Servicio de Publicaciones, Universidad de Valencia,
1990.
‑ Berecche y la guerra, Servicio de
Publicaciones, Universidad de Granada, 1991.
- Difunto Matias Pascal, Barcelona, Editorial Origen, 1992.
- Seis personajes en busca de autor, Cada cual a
su manera, Esta noche se recita improvisando, M.A. Cuevas- R. Luperini et.al. tr., Madrid, Ediciones Cátedra, 1992.
- El difunto Matias Pascal, Barcelona, Ediciones B, 1995 (1998).
- El mantón negro y otros relatos, 1996.
- El turno, Barcelona, Libros del Bronce, 1999.
- Seis personajes en busca de autor. Cada cual a
su manera. Esta noche se improvisa, Madrid, 2000.
- Seis personajes en busca de autor:
comedia por hacer, Esther Benítez, tr., Madrid, Edaf, 2001
- Seis personajes en busca de autor, Marina Massa-Carrara
tr., Madrid, Mestas, 2001.
- La tragedia de un personaje, J. Ramón Monreal Salvador, tr., Barcelona,
El Acantilado, 2002.
- Historias extraordinarias: Pirandello,
Maupasant, Moore, Madrid, Saki, 2002.
Las
dos obras más traducidas son la novela El
difunto Matías Pascal, y la obra teatral Seis personajes en busca de autor. Sin embargo, revisando los
nombres de los traductores se advierte que en distintas ediciones se repiten
las mismas traducciones desde la época de las primeras versiones. Por otra
parte, las ediciones universitarias acometen una tardía labor de revisión y
reinterpretación de los textos pirandellianos que, si bien loable, se muestra
todavía insuficiente, especialmente si la comparamos con otros países, como
Argentina o el Reino Unido. No obstante los títulos que han aparecido
recientísimamente, con la entrada de siglo, dejan abierta la esperaza hacia una
recepción más profunda de la obra de Pirandello, me refiero a:
- Uno,
ninguno, cien mil, J. Ramón Monreal Salvador, Barcelona, El Acantilado,
2004.
- Relatos
para un año; mantón negro, Rafael Tomás Llopis, tr., Valencia, Pre-Textos,
2005.
- De la
nariz al cielo, Elena Martínez Nuño, tr., Madrid, Gadir, 2006.
- Viejos y
jóvenes, Mª Teresa Navarro Salazar tr., Madrid, Gredos, 2006.
CONCLUSIONES
En
conclusión, la obra de Pirandello llegó a en un momento delicado de la historia
española y así ha quedado reflejado en nuestra memoria. Las consecuencias de
los vacíos en la recepción han hecho incomprensible gran parte del mensaje
legado por el autor a la cultura europea, y esto se demuestra en las cátedras
dedicadas a Pirandello en occidente. El olvido del área hispánica con respecto
a Pirandello es visible en el desconocimiento de sus ensayos sobre estética, de
gran influencia en el desarrollo de la ficción contemporánea de tradición
cervantina[25], en
la escasez de representaciones o versiones teatrales y sobre todo en la
necesidad, compartida por gran parte de los italianistas españoles[26],
de una interpretación filológica rigurosa para numerosos textos narrativos.
La
historia de la traducción de Pirandello representa un caso paradigmático de la
influencia de la recepción y la importancia de los referentes históricos y
sociológicos para la reconstrucción de una cultura y su memoria. La tarea del
traductor de textos de importancia para la memoria cultural -incluso cuando se
trata de obras no demasiado lejanas en el tiempo, como las que hemos repasado-
requiere una labor filológica y reinterpretativa.
El estudio de
la recepción literaria comprende los aspectos del impacto de las obras
literarias y de sus autores en un momento dado de la historia (desde una
perspectiva sincrónica) y en una o varias de las lenguas y contextos sociales a
los que ha sido traducida. Esta parte de observación y descripción constituye
una base objetiva y constatable sobre la cual se procederá a analizar el
proceso traductológico.
En
esta fase del estudio se anotará la cronología de las obras y del autor, los
títulos escogidos para la traducción de cada autor, y aquellos que han sido
omitidos, las fechas de publicación de la traducción, la diferencia temporal
entre el original y la traducción, el nombre del traductor, la casa editorial y
la ciudad de publicación de la traducción, el tipo de texto y las posibles
recensiones sobre la traducción.
Es
importante comparar la cronología de la vida de los autores, con el fin de
establecer un contexto de la obra original. La distancia temporal entre el
original y la traducción también es importante para determinar la pervivencia
de las obras y la comparación entre posibles traducciones anteriores, así como
para desvelar el interés editorial por la traducción (entre los cuales no hay
que descartar traducir autores consagrados para evitar el pago de los derechos
de autor). En el ámbito de la sociología
literaria, esta información serviría para analizar los comportamientos
receptivos del lector virtual, tal como los describe Iser: si la traducción es
contemporánea a la obra original, el lector de la traducción participa más
directamente del sistema significativo de la obra y vive la novedad del texto;
por el contrario, si existe mucha distancia temporal entre obra y traducción,
la lectura pasa a ser más contemplativa, de forma que el lector no la vive como
experiencia[27].
En
la traducción de las obras algunos aspectos pragmáticos de orden general pueden
afectar a la recepción literaria, como es la traducción del título; si no se
trata de una traducción literal,
deberemos preguntarnos por el motivo, por ejemplo la publicación de sólo una
parte de la obra original, dándole categoría de obra completa, o la indicación
del género traducido. El número de obras traducidas en la misma editorial de un
mismo autor puede revelar un programa editorial, como el diseño de colecciones
o la edición de obras completas, como por ejemplo era el caso de la editorial
Aguilar. Otros factores, como la existencia de obras traducidas con
anterioridad o no a otras lenguas ibéricas, la circulación de traducciones en
países de habla hispana y la percusión de éstas en el lector de la época,
pueden ilustrar aspectos complementarios de la recepción literaria.
Una
vez obtenidos los datos externos, podremos proceder al estudio interno de las
obras traducidas, apoyándonos en un contexto más fiable. Este tipo de trabajo
se ha hecho muy poco hasta ahora, si bien es un paso ineludible para el
desarrollo de la crítica de la traducción.
[1] ASSMANN,
A., Erinnerungsräume. Formen und
Wandlungen des kulturellen Gedächtnisses, München, C. H. Beck, 1999; trad.
it.: Ricordare. Forme e mutamenti della memoria
culturale, Bologna, Il Mulino, 2002.
[2] EVEN-ZOHAR, I.,
"The Position of Translated Literature within the Literary
Polysystem", en Poetics
Today, 11,1, 1990, págs. 45-51. El
autor plantea además que la relación entre la literatura traducida -como
sistema en sí mismo- y el polisistema literario en su conjunto es dinámica, y
no puede ser categorizada como primaria o secundaria, sino que es variable,
pues depende de las circunstancias específicas que operan en el interior del
polisistema literario. Even-Zohar considera importante analizar estas
relaciones atendiendo a dos cuestiones básicas: 1) cómo selecciona la cultura
receptora los textos traducidos; 2) cómo los textos traducidos adoptan ciertas
normas y funciones (es decir, su utilización del repertorio literario) como
resultado de su relación con otros sistemas. Afirma Even-Zohar: "In other words, I conceive of translated
literature not only as an integral system within any literary polysystem, but
as a most active system within." (ib. pág. 46). La literatura
traducida es incluso un modo de elaborar un nuevo repertorio, concepto que en
la teoría de Even-Zohar queda definido como el conjunto de leyes y elementos
que gobiernan la producción de los textos y que varían en diferentes períodos y
culturas. Así, el estudioso postula que la traducción, como fuerza moldeadora,
tiene una función primaria, innovadora, que cristaliza en la creación de nuevos
modelos y estilos; y otra secundaria, más conservadora, que deviene en la reafirmación
de géneros y estilos ya existentes. El hecho de que la literatura traducida
ocupe una posición central o periférica, en conexión con repertorios
innovadores (primarios) o conservadores (secundarios), no es algo predefinido,
sino que depende de la ordenación del polisistema en cuestión. No obstante,
generalmente, en literaturas "jóvenes", con sistemas literarios
"débiles", la traducción se situaría en el centro del sistema
literario, participando activamente en la configuración (primaria) de ese centro.
En cambio, en sociedades con una fuerte tradición artística, la traducción
ocuparía una posición más periférica, utilizando modelos secundarios.
[3] Véase a propósito de las teorías
de la traducción como actividad manipuladora BASSNETT, S.- LEFEVERE, A. (eds.),
Translation, History and Culture. Londres/Nueva
York, Pinter Publishers, 1990. La traducción española del volumen de Bassnett y Lefevere: Traducción,
reescritura y la manipulación del canon literario. Mª Carmen África VIDAL y
Román ÁLVAREZ (trads.). Salamanca: Ediciones Colegio de España. Biblioteca de
Traducción,
[4] Con motivo
del estreno en España, F. Vela escribe un artículo sobre el teatro de
Pirandello, acompañado de la traducción de una narración breve del escritor,
titulada "La tragedia de un personaje", aparecido en
[5] Cfr. FRANCO,
A., "El Teatro de Unamuno", en Insula, Madrid, 1971, págs. 190
y sgtes. Para una bibliografía sobre la relación entre Pirandello y Unamuno
véase el libro de GONZÁLEZ MARTÍN, V., La cultura italiana en Miguel de
Unamuno, O.c.. También HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.B., Ensayo literario en Ortega y Gasset y Luigi Pirandello, Tesis
doctorales, Universidad de Murcia, 1997.
[7] Algunos datos sobre estas
traducciones pueden consultarse en el Proyecto Boscán, catálogo bibliográfico
de las traducciones italianas en España, de 1300 al 1939: www.ub.edu/boscan.
[8] Cfr. LÓPEZ
CAMPILLO, E.,
[9] En la
conclusión se adjunta una lista de las publicaciones de Pirandello más
significativas desde la segunda mitad del siglo XX, algunas de las cuales están
agotadas, pero siguen siendo las únicas referencias.
[10] Cfr. CALZADA, M.- ROMÀ, C., Pirandello y Cataluña, en Atti VII Congreso Nacional de Italianistas, Universidad
de Valencia, 1996, págs. 141-148.
[11] Cfr.
«La publicitat», 18. XI. 1923; «Diario de Barcelona», 23. XI. 1923; «La
plubicitat», 21.XI. 1923.
[12] Cfr.,
GALLINA, A.M., Pirandello in Catalogna
en Atti
II Convegno Studi Pirandelliani, Firenze,
[13] Cfr. «Revista de Catalunya» marzo,
1925. Estos datos están recogidos en el artículo citado de CALZADA, M.- ROMÀ,
C.
[14] Según se publica en Revista
Hispánica Moderna, Casa de las Españas, Columbia University, 1934.
[15] Cfr. VIDELA, G., El Ultraísmo (Estudio sobre movimientos
poéticos de vanguardia en España), Madrid, Gredos, 1971.
[16] ROZAS, J.M – TORRES NEBRERA, G., Grupo
poético del 27, I y II, Madrid, Cincel, 1980, pág. 4.
[17]
PIRANDELLO, L., El difunto Matías Pascal,
trad. e introd. R. Cansinos Assens,
Madrid, Biblioteca Nueva, 1924, págs. 6 y ss.
[18]
Como es sabido, el creacionismo
presuponía la libertad de la ficción frente a la realidad, incluso la realidad
íntima del autor.
[19] Se trata de Eva, traducida en 1920.
[20]
Para profundizar en la obra de Rafael Cansinos, olvidada durante todo el siglo
XX y en gran parte inédita, véase el portal
digital de la «Fundación-Archivo Rafael Cansinos Assens» (ARCA).
[21] MORELLI, G., Juan Chabás y la cultura italiana, en ARRIAGA, M. et al. (eds), Italia, España, Europa. Literaturas
comparadas, tradiciones y traducciones, vol. II, Sevilla, Arcibel, 2005.
págs. 206-227.
[22] Dos artículos de J. CHABÁS sobre
el Teatro d’Arte de Pirandello
aparecieron en el periódico «La
libertad» 30.12.1925 y 22.01.1926. Años más tarde García Lorca, compañero de
Chabás en
[23] CHABÁS, J., Italia fascista. Política y cultura, Barcelona, Mentora, 1928. Cfr.
VILLACAÑAS BERLANGA, J.L., Un ensayo sobre el contexto de ‘Italia fascista’
de Juan Chabás, www.um.es.
[24] Cfr. JIMÉNEZ CABALLERO, E., O.c.,
en «Gaceta Literaria», febrero,1929. SELVA, E., Ernesto Giménez
Caballero, entre la vanguardia y el fascismo, Madrid, Pretexto, 2000, págs.
105 y ss.
[25] Véase HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.B., “´L´Umorismo´ de Pirandello, una
poética de tradición cervantina”, en
Anuario Filológico de
[26] Joaquín Espinosa ha dedicado un artículo
a la necesidad de revisar las traducciones de Pirandello, cfr. ESPINOSA
CARBONELL, J., “Estudio comparativo de dos traducciones de ´Seis personajes en
busca de autor´”, en ARRIAGA, M. et al. (eds), Italia, España, Europa. Literaturas comparadas, tradiciones y
traducciones, vol. I, Sevilla, Arcibel, 2005, págs. 243-257. En este
trabajo puede verse también una recensión de las principales representaciones
de obras de Pirandello en España en la segunda mitad del siglo XX.
[27] ISER, W. (1979): «La
fiction en effet», Poétique 39, p. 275-298.
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