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INTÉRPRETES BAJO SOSPECHA
LA CIA YA NO CONFÍA EN SUS TRADUCTORES ÁRABES
Internacional,
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MARTA TORRES
Nueva York.- La
Agencia Central de Inteligencia (CIA) se ha visto obligada a revisar sus
métodos de reclutamiento y selección para comprobar la lealtad a Estados Unidos
de los traductores de árabe, según fuentes de Inteligencia y el Congreso
consultadas por The New York Times.
El periódico revela que la agencia no se fía de casi ningún solicitante para el
puesto de traductor de árabe y ha rechazado un gran número de solicitudes tras
los ataques del 11-S.
Esta situación de psicosis se produce
después de que la semana pasada republicanos y demócratas emitieran un informe
en el que apuntaban que la CIA estaba muy lejos de los objetivos marcados por
el Congreso de contar con expertos en árabe, chino, farsi (hablado en Irán) y pastún (dialecto afgano). Los agentes ya lo han advertido:
bajar los criterios de seguridad podría tener consecuencias desastrosas. Muchos
de los solicitantes a los que se les ha denegado la admisión en las filas de la
CIA tienen parientes en zonas del mundo árabe donde se asientan los grupos del
terrorismo yihadista.
Por ello, los agentes dudan de que la lealtad de estos aspirantes a formar parte de la agencia de espionaje más poderosa de EE UU en el
caso de que los familiares de los traductores puedan ser extorsionados por las
organizaciones terroristas. Esta circunstancia es el mayor obstáculo para dar
el visto bueno a los colaboradores,
traductores y agentes, especialmente, cuando tienen familias en países como
Irán o Siria. La CIA, que no está dispuesta a ceder, ha admitido la posibilidad
de crear nuevas categorías de colaboradores sujetas a cumplir requisitos menos
rigurosos. Eso sí, no ha ocultado que es poco amiga de transformar sus métodos
para comprobar la lealtad de sus agentes. En cualquier caso, la decisión final
recaerá sobre John D. Negroponte,
el nuevo Director Nacional de Inteligencia, que supervisa 14 agencias además de
la CIA. El sistema utilizado por esta institución lleva a cabo distinciones
entre sus oficiales, empleados clandestinos que reclutan agentes para misiones
y espías o colaboradores que se limitan a suministrar información. En la CIA
siempre se ha llevado con orgullo que es la agencia con los más estrictos
procesos de control de sus agentes dentro de la Administración estadounidense.
Precisamente, ayer el Departamento de Justicia
de Estados Unidos informó de la detención el pasado fin de semana a cargo de
agentes del FBI de dos hombres en California sospechosos de tener vínculos con
la red de Al Qaida. Los dos detenidos, que son
ciudadanos estadounidenses, Umer y Hamid Hayat son padre e hijo.
Durante el interrogatorio, el joven de 23 años habría reconocido a los agentes
federales que habría entrenado en campos de Al Qaida
en Pakistán en 2003 y 2004. Una vez adiestrado para matar, su misión consistió
en trasladarse a Estados Unidos donde tendría de cometido continuar con la guerra santa.
Su labor habría consistido en atacar
hospitales y grandes almacenes alimenticios. Hayat
habría reconocido durante el interrogatorio que en el campo de entrenamiento se
enseñaba el manejo de explosivos, combate cuerpo a cuerpo y tiro. En este
último, se habrían colocado en las dianas fotos de altos mandatarios de la
política estadounidense y hasta el propio George W.
Bush, presidente de los Estados Unidos. En un principio, Umer,
el padre de Hamid, negó su posible relación con Al Qaida, pero cuando los agentes le enseñaron la confesión de
su hijo, reconoció que había acudido y entrenado en los campos, además de haber
pagado el billete de avión para que su hijo viajase a Pakistán para recibir adiestramiento
militar.
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