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MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN COLUMNISTA Y NEÓLOGO DE
NOMBRES PROPIOS
Fernando Sánchez Gómez
(Universidad del
País Vasco)
Resumen. Manuel Vázquez Montalbán (MVM) como neólogo
(Sánchez Gómez, 2006) inventó en sus columnas periodísticas palabras de
distintas categorías gramaticales. También nombres propios (NP, NNPP), con los
que el periodista identifica irónicamente a los personajes públicos
protagonistas de sus columnas (José V. Saval, 1995, 2004, 2005).
El NP neológico es un recurso que enriquece del lenguaje
de las columnas personales (Armañanzas y Díaz, 1996), como lo demuestran otros
estudios sobre columnistas que cultivan este tipo de creación nominal (Lucero
Sánchez, 2007).
Bajo el marco teórico de
Palabras clave.
Manuel Vázquez Montalbán. Columna. Nombres propios neológicos. Redacción
Periodística.
Manuel Vazquez Montalban columnist and creator of
proper names
Abstract. Manuel
Vázquez Montalbán (MVM) as creator of names (Sanchez Gómez, 2006) invented in
his journalistic columns words in different grammatical categories. Also proper
names (NP, NNPP), used by the journalist to identifying ironically the public
personalities (Jose V. Saval, 1995, 2004, 2005).
The
neological NP is a resource that enriches the language of the personal columns
(Armañanzas and Diaz, 1996), since other studies demonstrate it on columnists
who cultivate this type of nominal creation (Lucero Sanchez, 2007).
Under the
theoretical framework of the Grammar (RAE, 1962, 1973) and cognitive syntax
(Hurtado Valero, 2006), classified into types (Fernandez Leborans, 1999), and
analyze syntactically the corpus of neological proper names and defined
descriptions (Kripke , 1995) of Vazquez Montalban in his column on the last
page of El Pais in the period
1984-2003.
Key words. Manuel Vázquez Montalbán. Journalistic
column. Proper Names. Journalistic writing.
0. Introducción
En este trabajo
me ocupo del estudio de un aspecto muy específico del lenguaje literario
introducido en un texto periodístico como es la columna personal de Manuel
Vázquez Montalbán, en particular, y del lenguaje de las columnas periodísticas
literarias en general: el nombre propio con carácter neológico. Tema anunciado
en mi primera investigación sobre la creación léxica en prensa de Vázquez
Montalbán, que retomo ahora para desarrollarlo más ampliamente en el presente
artículo[1].
Esta
investigación se centra en mostrar algunas de las posibilidades periodísticas y
lingüistícas que ha rendido el empleo del nombre propio neológico (inventado,
imaginado, ficticio), usado como recurso léxico del lenguaje «literario,
creativo, de expresión brillante», propio de esta tipología textual del
periodismo de opinión y argumentación que se ha denominado columna personal por
los teóricos (Armañanzas, 1995; Armañanzas y Díaz, 1996).
De la extensa
producción periodística de tan prolífico neólogo[2],
se toma únicamente la correspondiente a las columnas publicadas en la última
página de El País. Desde 1984, fecha
del comienzo de su colaboración con este medio, hasta 2003, año de la muerte
del poeta de la «educación sentimental»[3].
Un estudio de
este tipo también puede aplicarse a otros autores bajo el mismo marco teórico
(Chillón, 1999; Fernández Leborans, 1999; Hurtado Valero, 2004; Kripke, 1995),
ya que la lista de columnistas que emplean nombres propios en los periódicos
españoles sería interminable. Aunque no
son tantos quienes lo hacen bajo formas o especies neológicas, de ahí lo
novedoso de esta investigación centrada en la nominación original.
Junto con Vázquez
Montalbán, se encuentran poetas[4]
como Camilo José Cela, Francisco Umbral o Federico Jiménez Losantos (Lucero
Sánchez, 2007), entre los más incesantes inventores de NNPP con muchísimo humor
e ironía.
El motivo de
elegir de manera monográfica nuevamente a Vázquez Montalbán para ocuparme de la
cuestión lingüística del periodismo, tomando a este autor como modelo canónico
de columnista, es porque, además de tratarse de un teórico pionero de las
CC.SS. y de
El trabajo que
ahora presento es fruto de mis cuatro años de investigaciones centradas en el
estudio de los aspectos periodísticos y lingüísticos de las columnas personales
de Vázquez Montalbán en el diario El País
(1984-2003), que han sido desarrolladas en el marco académico de los
seminarios de los Programas doctorales de Periodismo (2004-06) y de Lingüística
(2006-08) de
1. El nombre propio en la columna de opinión
El NP es el
principal rasgo identificador del texto de opinión y argumentación periodística
denominado columna de opinión (Armañanzas y Díaz, 1996: 123):
El texto de opinión de periodicidad y ubicación fijas,
que enjuicia cualquier tema, más o menos actual, redactado con gran libertad
expresiva, generalmente por un colaborador fijo, periodista o no. En el caso de
la columna, el lector busca una firma concreta que sabe dónde y cuándo encontrarla.
La firma del
columnista tiene un precio en periodismo. En este sentido, traemos la anécdota de otro gran escritor en
periódicos como fue César González Ruano (1979:50), que recuerda en sus
memorias Mi medio siglo se confiesa a
medias, los perjuicios económicos que le ocasionó firmar sus artículos[5]
con otro nombre que no era el conocido del público:
Con el nombre de Pedro de Agüero
firmé algunos artículos en una época no muy lejana en que se me prohibió firmar
con mi nombre. Aquella breve y desdichada temporada, como había que seguir
viviendo, publicaba con este nombre de Agüero y con el de César de Alda, que ya
había empleado en alguna otra ocasión. Pero… ¡Lo que hace el nombre! … Aun
sabiendo todos en la profesión que era yo, naturalmente, me pagaban escasamente
la mitad y aún así era un favor. Un lector mío de Barcelona me escribió, poco
después de reaparecer otra vez mi nombre en
Mucho antes de su
etapa en el diario El País, Manuel
Vázquez Montalbán (a partir de ahora, MVM) tuvo que ocultar su nombre en las
publicaciones periódicas bajo numerosos pseudónimos, tal y como recoge José V. Saval en la biografía del autor
(2004: 97, 104, 105):
También se encargaría [MVM], en
aquella época [1966], de una revista de decoración llamada Hogares modernos, en la que, a veces, utilizaba el cómico
pseudónimo de Jack el decorador.
(…)
Paradójicamente, entre la lista de
colaboradores habituales de la redacción [de la revista Triunfo, en Barcelona, primera mitad de la década de los 70]
aparecen los nombres de Sixto Cámara y Luis Dávila como si fueran personas
reales (pseudónimos de Vázquez Montalbán).
(…)
En la revista (Triunfo) ubicada en Madrid, Vázquez
utilizó reiteradas veces pseudónimos (…) Él era Manolo V el Empecinado, Luis
Dávila, la baronesa de Orczy y Sixto Cámara.
sale al ruedo del periódico a
cuerpo limpio con su firma como única divisa
La columna es el texto de opinión de periodicidad y
ubicación fijas, que enjuicia cualquier tema, más o menos actual, redactado con
gran libertad expresiva, generalmente por un colaborador fijo, periodista o no
(...) el lector busca una firma concreta que sabe dónde y cuándo encontrarla.
El estilo del
lenguaje de la columna personal es el más libérrimo de todos, sin más
limitaciones casi la de ajustarse al espacio que tiene asignado en el periódico
(Armañanzas y Díaz, 1996: 129):
Según José Luis Martínez Albertos
(1983) «Se llama columna personal a unos guetos privilegiados del periodismo
impreso definidos por los siguientes rasgos: son espacios concedidos como
cheques en blanco a escritores de indudable nombradía para que escriban de lo
que quieran y como quieran, con la condición de que no se extralimiten del
número de palabras previamente acordadas y de que respalden con su firma las
genialidades o las tonterías que decidan en cada uno de sus artículos»,
(Santamaría, 1990: 122 y 123).
2. Marco de estudios sobre el nombre propio
El nombre propio
(NP, NNPP), por el que ahora nos preocupamos desde
Según Fernández
Leborans (1999) ―a quien seguimos muy principalmente en este
trabajo― en el actual estado de la investigación, el NP continúa siendo
un controvertido elemento que, al no constituir exclusivamente una categoría de
estudio exclusivamente lingüística, genera notables desacuerdos entre los
investigadores, como el existente, a este respecto, entre lógicos y semánticos,
por ejemplo.
En este artículo,
vamos a ocuparnos de aplicar a la muestra el enfoque gramatical (RAE, 1962,
1973; Alarcos, 2000; Fernández Leborans, 1999) y el de la sintaxis cognitiva
(Hurtado Valero, 2006), dejando para posteriores trabajos el desarrollo del
citado marco teórico.
A pesar de que
Existe, sin embargo, una
importante diferencia entre nombres sustantivos y nombres adjetivos: solamente
a los nombres sustantivos conviene la distinción entre nombres apelativos y
propios (...) (nota 5). Es difícil fundamentar esta distinción con criterios
gramaticales, probablemente porque nada tiene que ver con
En su afamado Diccionario de Uso del Español, la lexicógrafa María Moliner (1987: 517
y 519), aun aceptando que el nombre «constituye junto con el verbo, el par de
palabras básicas del lenguaje», se le considera al NP separado del resto de la
oración y con la impuesta condición de ser gramaticalmente incompleto:
Nombre Propio. El que se aplica a una cosa determinada para distinguirla de las
demás de su especie. Se escribe siempre con letra mayúscula. En realidad, son
nombres propios todas las expresiones que constituyen denominaciones y títulos
particulares de las cosas, pero sólo se llaman así cuando constan de una sola
palabra o de varias que no forman frase completa.
Puede apreciarse cómo se resuelve en otras lenguas, como el euskara, esta
diferencia entre NNPP y NNCC. En este caso concreto, mediante la aplicación de
un régimen de construcción distinto que opera en función del tratamiento de
respeto implícito en los NNPP. Arturo Campión (1854:407), en su Gramática de los cuatro dialectos de la
lengua euskara explica que:
Un nombre propio merece más
respeto que un nombre genérico; el bascuence no permite poner en casos
directos, es decir, en el positivo, en el ablativo y en el directivo, el nombre
de un hombre; aunque se trate del mayor criminal se le debe la fórmula del
respeto. He aquí por qué se dirá DEBRUA ZEBILAN JUDASEN BAITHAN (el diablo se
agitaba en Judas).
Apelando a
criterios de aplicación práctica, está la propuesta diferenciadora entre NNPP y
NNCC de F. Marsá (1990: 46-47), quien ha sugerido, muy eficazmente, que más que
preguntarnos por la existencia de los NNPP, se distinga entre «un uso común y
un uso propio de los sustantivos en la lengua».
En el ámbito de estudios de
en la lógica cuantificacional, y
en la teoría de las descripciones de Frege y Russell, como predicados que se
aplican a un individuo; y en la misma línea, Bach (1976) sostiene que todos los
sintagmas nominales se originan como predicados en una construcción de cláusula
relativa (por ejemplo, sintagma nominal El
antropólogo surge de una estructura que se puede parafrasear como El x que es un antropólogo) (...)
Para Hurtado
Valero (2004: 30 y 31), la clave de esta diferencia entre NNPP y NNCC se
encuentra en la acción referencial de los NNPP:
La acción referencial elemental es
una operación lingüística esencial, ya que sobre ella descansa toda la
actividad predicativa y enunciativa. Hemos definido dos tipos de acción
referencial, según la naturaleza del referente puesto por dicha acción: la elemental y la fáctica.
a) Por acción referencial elemental,
la intención del hablante señala hacia unos objetos recortados de manera más o
menos precisa sobre la realidad, sea cual sea la naturaleza óntica de aquéllos.
A tales objetos los denominamos elementos
siguiendo la tradición lógica, a sabiendas de que éstos pueden poseer distinta
categoría, reflejada muchas veces en los constituyentes semánticos y en las
posibilidades combinatorias de los términos que los representan (elementos
concretos o abstractos, continuos o discontinuos, individuales o colectivos,
etc.).
b) Por la acción referencial fáctica,
el discurso pone en la realidad, no
un elemento, sino un hecho, y así resulta la oración (...)
Entre el conjunto de los actos
referenciales de un enunciado y el conjunto de los referentes puestos por obra
de aquél, existe una correspondencia que la nomenclatura matemática denomina aplicación: cada signo referencial
apunta hacia un referente, y sólo uno.
Un planteamiento
que suscribimos como especialmente válido para indagar sobre los mecanismos
cognitivos que operan en la creación de los NNPP inéditos de MVM (Cfr. epígrafe 14.1).
2.1. Descripciones definidas
Junto con los
NNPP, existen unos sintagmas identificadores que se conocen como descripciones
definidas. De acuerdo con la necesidad de nombrar, Saul Kripke distingue entre
nombre y descripción definida (1995: 29) de la manera siguiente:
Entenderé aquí por un nombre un
nombre propio, esto es, el nombre de una persona, de una ciudad, de un país,
etc» (…) y por descripciones definidas frases de la forma “el x tal que
φx” tales como “el hombre que corrompió a Hadleyburg”.
Para el caso
concreto que estudiamos de la nominación original, interesa ocuparnos de la
descripción definida o sintagma identificador, porque aporta más datos sobre
las entidades a las que se refiere el columnista que el simple nombre escueto.
Para Kripke (op. cit. p. 61, nota 22)
el referente de un nombre se determina mediante una descripción cuando el
hablante en cuestión es quien inicialmente da su nombre al objeto. Como será en
el caso que estudiamos de MVM.
3. Tipología de los nombres propios
En su capítulo de
La
de los ‘antropónimos’ (o nombres propios de persona), categoría en sí misma
heterogénea (constituida por los llamados ‘nombres de pila’ (María, Antonio, etc.); los ‘sobrenombres’ o ‘apellidos’, generalmente
patronímicos (apellido que antiguamente se daba a los hijos, formado sobre el
nombre del padre: Fernández, de
Fernando, etc.) y por los ‘hipocorísticos’ (nombres en forma abreviada o
diminutiva, empleados como designaciones familiares afectivas o eufemísticas,
de carácter convencional en la mayor parte de los casos (Pepe —de José—; Concha —de Concepción—; Maite —de María Teresa—, etc.). (‘Apodos’ y
‘pseudónimos’ constituyen, asimismo,
un modo secundario de designación propia).
Acerca de la otra
subclase de NNPP, la de los topónimos, Fernández Leborans (ibid.), recordando nuevamente la interdisciplinariedad de estudios
y variados enfoques que trabajan sobre la toponimia, afirma lo siguiente:
La
otra subclase, objeto de numerosos estudios — desde las perspectivas
diacrónica, etimológica, dialectológica y sociolingüística, especialmente— es
la de los topónimos, o nombres propios de lugares (países, ciudades, ríos,
etc.: España; San Sebastián; el Guadalquivir;
Hay otras
subclases de NNPP, pero según esta autora (ibid.):
no
han sido consideradas en todos los casos como categorías de NNPP genuinos, y
son limitados los estudios al respecto: a) nombres propios de períodos
temporales (días, meses, estaciones, fiestas del calendario, etapas, etc.:
lunes, diciembre, primavera, Pascua, etc.); b) nombres de instituciones:
O.N.C.E., UCM, etc.; c) nombres de productos de la actividad humana en general:
AVE;
Por lo tanto,
siguiendo a la citada Fernández Leborans, establecemos nuestra tipología de
NNPP neológicos de acuerdo a la siguiente clasificación:
1: Antropónimos.
2: Topónimos.
3: Nombres propios de períodos
temporales.
4: Nombres de instituciones.
5: Nombres de productos de la
actividad humana.
6: Nombres de uso apelativo
familiar o informal y ‘títulos’.
7: Nombres de símbolos matemáticos
y científicos en general.
8: Nombres de designación
ocasional.
Sobre las
características formales de los NNPP, se considera la mayúscula inicial como su
principal rasgo formal en español. También merece destacarse una visión tan
interesante como la de la representación de la idea platónica a través de la
mayúscula, que aporta el profesor Miguel Ángel De
En este trabajo
vamos a regirnos por
4. La sintaxis del nombre propio
La forma más
elemental de aparecer el NP es sin otros signos que lo determinen o
complementen. Esto es, como elemento aislado en la cadena, (Fernandez Leborans,
op. cit. p. 103):
El uso primario, genuino, del
nombre propio en la oración es el que corresponde a la forma NP escueta, esto
es, sin determinantes ni complementos; el NP es una categoría sintácticamente
autodeterminada y autocomplementada. Este uso del NP escueto tiene que ver con
su función específica de argumento referencial en las posiciones adecuadas. (el
rendimiento natural de los NNPP es el de argumentos referenciales y la
referencia está inducida por la determinación.) Digamos que el NP es N en el
léxico, y SN definido en
Pero el NP
también puede presentarse acompañado del artículo definido, lo que consistiría
en un uso no prototípico, ya que se refiere a su rendimiento como nombre común
en la sintaxis. Es lo que se conoce como el uso modificado del NP o NP modifié propuesto por Kleiber (1981),
(citado por Fernández Leborans, op. cit.
pp. 111 y 112):
En la medida en que su función
referencial distintiva —con implicación de presuposición existencial de
unicidad― se modifica a favor de una función descriptiva,
predicativa ―que comporta
presuposición existencial de ‘clase’—. El contenido descriptivo asociado de
modo estable —aunque improvisado― al NP hace posible la modificación, en
contextos incompatibles con NP en uso prototípico: el artículo definido (13a);
el artículo indefinido (13b); los cuantificadores indefinidos (13c); el plural
escueto, o singular escueto (13d, e); y los contextos predicativos (
(13) a. Ya no eres el Juan que yo conocí.
b.
Tengo un Óscar en mi grupo.
c.
Dice que ha conocido a varias Paulas.
d.
No hay Enriques en la lista.
e.
No parece haber María que se le resista.
f.
Se cree un Cela.
Entre los autores
que han recalcado el carácter singularizador del NP, rechazando su consideración
en función del número de palabras o clase de signos que lo forman encontramos a
Frege (1984:51):
La designación de un único objeto
puede estar compuesta de varias palabras u otro tipo de signos. Para abreviar,
llamaremos nombre propio a cada una de tales designaciones.
Hay un sintagma
porque hay un núcleo, con o sin adyacentes, que coincide con el NP que
identificamos de manera inconfundible. Es lo que nos dice el semantista Ray
Jackendoff (1998: 92):
No es sólo que los sintagmas
tengan núcleo; hay también una conexión intrínseca entre la categoría del
sintagma y la categoría de su núcleo. No es de esperar que haya una lengua, por
ejemplo, en que habitualmente los verbos sean núcleo de los sintagmas
nominales, los nombres de los sintagmas adjetivos, etc. Lo que hace que algo
sea un sintagma nominal (normalmente) es que tenga un nombre como núcleo; y lo
mismo es cierto de las otras categorías sintagmáticas. Así, las reglas de
estructura sintagmática de una lengua no son libres de desglosar constituyentes
como les plazca: hay restricciones fundamentales que tienen que ver con la
relación entre las categorías sintagmáticas y las categorías léxicas que sirven
como núcleo.
Otras uniones
sintagmáticas del NP mostradas por Fernández Leborans (op. cit. pp. 112-117) son las tres siguientes: Artículo definido +
nombre propio; Artículo definido + nombre propio + complemento(s) y el nombre propio con artículo
indefinido.
5. Análisis de los datos
El polígrafo
Manuel Vázquez Montalbán comienza su colaboración con el diario El País en 1984, como recuerda Blanco
Chivite (1992: 163):
1984 es el año en el que inicia
sus colaboraciones regulares en el diario El
País. Sus columnas semanales en la última página dan siempre una visión
rápida, sintética y crítica de cuanto tema toca y han dado a su pluma una
presencia y alcance que hacen que su opinión sea una de las más tenidas en
cuenta, si no por quienes deciden algo o por las instituciones que quienes
deciden algo manejan, sí por un público constituido por ciudadanos de a pie que
muy bien puede empezar algunas mañanas de su vida con eso de: ¿has visto lo que
dice el Montalbán en El País?
Los ejemplos que
se transcriben en este punto pintan el fresco de cuatro décadas de la historia
española más reciente. Un periodo comprendido, entre el Felipato de Sevilla y
La muestra de
columnas reunidas de MVM asciende a 1.104 piezas, de donde se ha extraído una
muestra de 278 nombres propios neológicos. Conforme a la tipología establecida por Leborans (Cfr. pp. 8 y 9), encontramos la que los NNPP neológicos de la muestra
se distribuyen de la manera siguiente:
Gráfico y tabla nº 1: Nº y porcentaje de la clasificación
tipológica de los NNPP neológicos de la muestra.
Clasificación
tipológica de los NNPP neológicos de MVM |
Nº |
% |
Nombres de uso apelativo,
familiar o informal y ‘títulos’ |
62 |
22,30 |
Nombres de productos de la
actividad humana |
56 |
20,14 |
Nombres de períodos temporales |
45 |
16,18 |
Antropónimos |
36 |
12,94 |
Nombres de instituciones |
41 |
14,74 |
Otros nombres de designación
ocasional |
20 |
7,19 |
Topónimos |
15 |
5,39 |
NN de símbolos matemáticos y
científicos en general |
3 |
1,07 |
Nº y % total |
278 |
100% |
A continuación,
mostramos algunos ejemplos extraídos de nuestra muestra de estudio ordenados
por tipologías:
1. ANTROPÓNIMOS.
4. [...] Calamity Albright [...], (0903.98).
5. [...] Draculescu [...], (04.01.90).
6. [...] Mr. X [...], (23.01.95).
7. [...] Cowboy del Guadalquivir [...], (15-04-91).
8. [...] El todopoderoso representante de Dios en el PSOE [...], (06-05-91).
9. [...] El señor de los bonsais [...], (22.07.96).
10. [...]Bush sénior el Pacificador [...], (19.02.01).
2. TOPÓNIMOS. Junto con los topónimos neológicos, MVM
también trata de los no-lugares o lugares utópicos (Augé, 2002) o de
neologismos semánticos (López Eire y De Santiago Guervós, 2000: 127):
3. NOMBRES PROPIOS DE PERIODOS TEMPORALES:
Para MVM, identificación
temporal e ideológica van unidas como una forma particular de interpretación
poética de la realidad. Temáticamente, estos NNPP neológicos de períodos
temporales proceden de la tradición cristiana y grecolatina, de los mitos de la
transición y la posguerra, envueltos en la carga irónica característica de su
creador:
27. [...]
28. [...] Sor Día de San José Artesano [...], (20.06.94).
29. [...] Sor Paga Extraordinaria del 18 de julio [...], (20.06.94).
30. [...]20º Aniversario del golpe político-militar-argentino-norteamericano[...],(25.03.96).
4. NOMBRES DE INSTITUCIONES
Mediante el
neologismo en la nominación institucional, MVM se inventa organismos de todo
tipo. Con ellos, piensa solucionar con imaginación los problemas planteados en
sus columnas, en una actitud vital que lo acerca muy comprometedoramente a
5. NOMBRES DE PRODUCTOS DE
Esta
categoría es muy importante en la obra de un humanista marxista como MVM. En la
recogida de ejemplos de este apartado se tienen en cuenta las obras de creación
cultural y técnica, como títulos de libros, poemas, manifestaciones literarias
y artísticas en general, además de creación de ciencias imaginarias (lo que
significa más presencia de
6. NOMBRES DE USO APELATIVO FAMILIAR / INFORMAL Y
TÍTULOS
Entre los
primeros, hemos encontrado pocos ejemplos:
En el
apartado segundo, mucho más numeroso, completamos la tipología con los ejemplos
que se muestran a continuación:
7. NOMBRES DE SÍMBOLOS MATEMÁTICOS Y CIENTÍFICOS EN
GENERAL
En esta
tipología no hemos encontrado numerosos ejemplos tras la revisión de 20 años de
columnas del autor, lo que indica que su columna personal no es el espacio para
los tecnicismos científicos:
8. NOMBRES DE DESIGNACIÓN OCASIONAL
Como su propio
nombre indica, la identificación operada mediante esta tipología no tiene
carácter permanente y obliga a situarse en el contexto de la oportunidad en que
se emite:
6. Descripción sintagmática de los NNPP neológicos
del corpus
El número de NNPP
formados por un sustantivo «escueto» (ejemplo nº 28) es de 44, frente a los 234
NNPP restantes que aparecen en unión sintagmática:
[...] Anglosajonia [...], (07.02.85).
[...] Reina madre semestral de Europa [...], (01.04.02).
Las principales
estructuras sintagmáticas detectadas en la muestra, quedan ordenadas, de mayor
a menor frecuencia de aparición, como sigue:
Gráfico y tabla nº 2.
Nº y % de las principales estructuras sintagmáticas de los NNPP
neológicos del corpus:
Principales
estructuras sintagmáticas |
Nº |
% |
Sust. + S. prep. |
57 |
20,5 |
Sust.
escueto |
44 |
15,82 |
Art. +
Sust. + Sintag. prep. |
30 |
10,79 |
Sust. +
Adj. |
27 |
9,71 |
Sust. +
Adj. + S. prep. |
15 |
5,39 |
Art. +
Sust. |
11 |
3,95 |
Art. + Sust. + Adj. |
8 |
2,87 |
Otras estructuras sintagmáticas |
86 |
30,93 |
Total Nº y % |
278 |
100% |
1. ª Sustantivo + Sintagma preposicional (57
ejemplos, 20,5% de la muestra):
2.ª Sustantivo ‘escueto' (44 ejemplos, 15,82% de la muestra):
3.ª Artículo + Sust. + Sintagma
preposicional (30 casos
registrados, 10,79% del total):
4. ª Sust. + Adjetivo (27 casos
registrados, 9,71% de la muestra):
5. ª Sust. + Adjetivo
+ Sintagma preposicional (15 casos,
5,39% del total):
6.ª Artículo + Sustantivo (11 casos registrados, 3,95% del corpus):
7. ª Artículo +
Sustantivo + Adjetivo (8 casos registrados, 2,87% del total):
8. ª
Otras estructuras sintagmáticas (86 casos, 30,93% del total):
8. ª a.
Sustantivo + Siglas:
[...]El
miedo fin de milenio es el miedo de [Bob] Dylan, converso accionista en
inversiones de Paraíso, S.A [...],
(06.10.97).
8.
ª b. Art + Sust. + Adj. + Sintag.
preposicional:
8. ª c. Posesivo + Sust.+
Adjetivo:
[...]Quien
a los 20 años no es revolucionario es que no tiene corazón y quien a los 40
años sigue siéndolo es que no tiene cerebro, decía Confucio, profetizando la
evolución de don Luis Solana, nuestro
Lord
España consorte [...], (30.09.85).
8. ª d.
Artículo + Siglas:
8. ªe. Artículo + Sust. + Sust. +
Adjetivo + Sintag. preposicional:
[...]
Informó el señor ministro español de guerras norteamericanas [...],
(07.10.02).
7. Aspectos sintáctico-cognitivos de los NNPP
neológicos
La propuesta del
profesor Hurtado Valero (2004) se ha mostrado muy efectiva a la hora de
determinar los mecanismos mentales del hablante (en nuestro caso, debe
cambiarse la voz ‘hablante’ por la de ‘redactor’, según indica el profesor
Martínez Albertos para adaptar nuestra disciplina de estudio,
El NP se
considera un «designador rígido», es decir, designa al mismo objeto en todos
los mundos posibles. Así, apelando a esta cuestión mostrativa o deíctica, Pedro
Hurtado aplica un enfoque cognitivo al NP (2004:50):
Respecto al nombre propio, sabemos
que su uso corriente muestra una acción referencial sobre un objeto determinado;
precisamente por esto, en lógica suele denominarse nombres propios no sólo a
los así llamados por los gramáticos, sino también a los pronombres y a los
sintagmas nominales definidos y dotados de carácter referencial. En teoría de
las descripciones se planteaba la diferencia entre Platón y El autor de «
Antes de comentar
algunos incómodos ejemplos del corpus
que, sin embargo van a resultar cognitivamente muy ilustrativos, extrapolemos
la advertencia hecha por García-Hernández (2007: 37 y 38), por ser muy
apropiada para un autor / emisor tan politizado como MVM:
(…) ni el interlocutor, ni el
receptor, ni el mero espectador son siempre intérpretes ingenuos de un mensaje
ambiguo; a menudo lo explotan en beneficio propio. La interpretación interesada
es tan habitual en el terreno político que parece que lo propio de cada partido
es ofrecer una visión partidista de cualquier realidad como si fuera la única
verdad.
Extraídos de otros
trabajos inéditos anteriores sobre la semántica y la sintaxis cognitiva del NP
neológico en MVM, veamos los ejemplos siguientes[6]:
[...] Extraños signos así en la tierra como en el cielo
recuerdan aquel final del felipato de Sevilla, muerto de
éxito tras doce años de gobierno [...], (23-06-2003).
El término alude
a un período temporal, con el que MVM se refiere a un tiempo de
Según la teoría
de los campos semánticos explicada por García-Hernández (2007: 83):
Un campo semántico consiste en la
estructura significativa de un grupo unitario de palabras y un campo asociativo
en el conjunto de sus connotaciones y designaciones más que de sus
significaciones
Retomando nuestro
ejemplo anterior, puede inferirse que el columnista le está diciendo al lector
que:
# ser Felipe #
= # ser Califa#
# Gobierno de Felipe# = #
Felifato#
La principal
asociación que establece el neologismo Felipato
es la de unir el antropónimo con el mismo sufijo del califato.
También resulta
cognitivamente de interés este otro ejemplo de NP neológico, en el que MVM
recurre al recurso sociolingüístico del cambio de código o code switching en el lenguaje de su columna:
[...] En vez de jugar a la ruleta rusa de una batalla de
Lepanto,
Mediante el
cambio de código descrito (euskara, Ertzaintza / español, europea), MVM acuña
una designación para referirse novedosamente a una institución armada. El
ejército de los Cascos Azules de
Además del cambio
de código, también puede producirse la fusión entre los dos idiomas, formando
un neologismo híbrido de español y euskara:
[...]
Dimitidos a empujones Escuredo y Hernández Ros, cuestionados e impugnados los
de varias comunidades autónomas, zancadilleado desde las sombras de los
pasillos de Ajuria Enea el mismísimo Garaicoetxea y puesto en cuestión judicial
Jordi Pujol, parece como si una maldición hubiera caído sobre el lendakariato [...], (28-05-1984).
8. Conclusiones
1. En las columnas personales del poeta MVM
se ha detectado una forma de nominación original con la que el autor identifica
referentes reales y que hemos denominado nombre propio neológico. Este NP
neológico ha resultado ser un elemento muy enriquecedor y creativo del lenguaje
literario propio de esta tipología textual, llegando incluso a producirse la
creación neológica mediante el cambio de código y la fusión con palabras de
lenguas no hispánicas.
En este momento,
la creación neológica de NNPP supone el 9,86 % del total del autor de
creaciones del autor en el resto de categorías gramaticales: 2.819 neologismos.
2. El NP neológico en las columnas de MVM
ha presentado idénticas características formales que los NNPP genuinos o
prototípicos, así como también se ha dado en las mismas tipologías.
3. Por tipologías, la de los nombres de uso
apelativo, familiar o informal y los ‘títulos’ es, con 62 hallazgos léxicos, la más numerosa. Supone el 22,30% de la muestra de NNPP
neológicos.
Le ha seguido en
importancia de aparición la de los nombres de productos de la actividad humana,
con 56 casos (20,14 % del total) y ocupa el tercer lugar la tipología de los
nombres de períodos temporales, con 45
ocurrencias (16, 18% del total de la
muestra).
4. Sintagmáticamente, las tres estructuras
que más veces se han repetido son:
a). Sust. + S. prep.: 57
casos (20,5 %).
b). Sust. Escueto: 44
casos, (15,82 %).
c). Art. + Sust. + Sintag.
prep. 30 casos (10,79%)
Pero el autor ha
empleado otras estructuras sintagmáticas más extensas y muy diferentes unas de
otras en 86 ocasiones (30, 93 %, casi un tercio del total de
la muestra).
5. La invención, de manera regular y
continuada, de NNPP neológicos en la producción periodística en El País, prueba la concepción poemática
que tenía MVM de la columna personal. Esta nueva demostración de la presencia
de la poesía en la columna periodística de un autor tan politizado y
literaturizado como MVM, no solo confirma que nada pierde en calidad y
rigurosidad el opinante político y literario porque el periódico le permita en
sus páginas hacerle sitio a la licencia poética, sino que ésta, además, puede
resultar muy periodística, según como se use.
En este punto de
mis investigaciones sobre las columnas de Vázquez Montalbán en El País, que muestro en este pequeño artículo,
puedo afirmar que la aceptación de la mencionada licencia poética en
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[1] «Manuel Vázquez Montalbán como
neólogo», comunicación presentada en el Congreso anual de Jóvenes Lingüistas
celebrado en
[2]
En una aproximación
sincrónica, puedo cifrar a fecha de este artículo en 2.819 hallazgos léxicos el corpus
de neologismos, de distintas categorías gramaticales, detectados en las
columnas de Manuel Vázquez Montalbán, sólo en la última página de El País (1984-2003). El subcorpus correspondiente a esta
categoría gramatical del nombre propio neológico apenas sí ha variado con las
nuevas ediciones del Diccionario.
La principal complicación que he encontrado para fijar la
muestra de neologismos encontrados en las columnas de Vázquez Montalbán es que
la producción periodística en El País
(1984-2003) coincide con tres nuevas ediciones del DRAE (1984, 1992 y 2001) que van incorporando neologismos que dejan
de serlo.
Aún en la última edición, la vigésimo tercera, he registrado
la pérdida correspondiente a un NP de la tipología de los títulos, con la
inclusión del término “polemólogo”, empleado por nuestro autor en 1984.
[3] El número de textos analizados en
mis investigaciones sobre MVM asciende a 1.104 columnas periodísticas. Se
trata, por otra parte, del mismo corpus, más algún leve incremento numérico,
reunido y revisado con motivo de mi examen de Suficiencia Investigadora en Periodismo:
la prueba académica en la que demostré el correlato entre la poesía y las
columnas personales de Vázquez Montalbán: «Análisis de las figuras retóricas en
las columnas de Manuel Vázquez Montalbán en El
País (1984-2003)», dirigida por
La primera prueba de que Manuel Vázquez Montalbán
escribe sus columnas a la manera de poemas, fue encontrar para este examen del
DEA, la presencia de los 8 presupuestos formales establecidos por J. M.
Castellet como propios de la obra poética de Vázquez Montalbán, y ahora también
de la periodística. Era el paso previo y metodológicamente obligado antes iniciar
cualquier estudio enfocado en el «giro lingüístico del periodismo» en Vázquez
Montalbán.
[4] Un extraordinario ensayo sobre las
poéticas en el que se trata de la presencia del NP en el poema es Poesía sin estatua. Ser y no ser en poética.
Tesis Doctoral del poeta y columnista malagueño Álvaro García (Cfr. Bibliografía).
[5]
Nótese que distingo, siguiendo la
teoría de Armañanzas (1995) entre columna y artículo. Confusión muy extendida
entre los teóridos de
[6] Los ejemplos analizados en este
apartado así como las correspondientes explicaciones de los mismos, forman
parte de la investigación Aspectos
semánticos en un corpus de nombres propios inéditos, presentado como
trabajo final del Seminario doctoral de Últimas
Tendencias Teóricas en Semántica. Asignatura del Programa de Doctorado de
Lingüística / Hizkuntzalaritza, Vitoria-Gasteiz, 2006-07.
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