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MAREROS SE EXTIENDEN EN MÉXICO
Tienen alrededor de 5,000 seguidores en 23 de los 32
estados, según
Gardenia
Mendoza Aguilar
Corresponsal
de
03
de abril de 2008
MÉXICO
D.F.— La presencia de
pandillas de origen centroamericano conocidas como maras
extendieron en los últimos años su presencia en 23 de los 32 estados del país
delinquiendo como narcotraficantes, homicidas, asaltantes, extorsionadores,
coyotes y violadores.
Esta
fue la conclusión a la que llegó
"Al
parecer es ya un problema de seguridad nacional", destacó José Luis Soberanes, presidente de
Sin
embargo, algunas de las 200 células —principalmente de los grupos Mara 18 y Mara Salvatrucha— se han convertido en parte de las asociaciones
de la delincuencia organizada.
"Se
relacionan con organizaciones mexicanas de traficantes de narcóticos para
convertirse en pequeños distribuidores, contrabandistas, transportistas y
distribuidores de droga", advirtió Soberanes
durante la presentación del análisis.
"Hasta
el momento ninguno de los planes de seguridad pública que se aplican en el país
ha alcanzado desarticular a esas organizaciones… no existen seguimientos
sistematizados y registros de las autoridades de los tres niveles de gobierno
sobre [los mareros]".
En
Aguascalientes, Baja California, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla,
Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora,
Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Distrito
Federal y Estado de México, donde se ha afianzado la presencia de las maras, se ha registrado un notable incremento en la
delincuencia.
De
acuerdo con
Por
la cercanía geográfica a los países originales de las maras
—El Salvador y Honduras—, muchas de sus cuadrillas, integradas por 25 miembros
en promedio, realizan sus actividades delictivas en el estado fronterizo de
Chiapas.
En
esa zona, sus principales víctimas son migrantes
centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos utilizando como polizones
el tren de carga que atraviesa México de sur a norte y que inician el recorrido
en esa entidad.
Más
adelante, en estados como Veracruz, Oaxaca y Tabasco, los indocumentados
también son alcanzados por las maras. En días
pasados, Guillermo Ramírez, presidente de
En
diciembre de 2006, en Ixtepec, Oaxaca, Alejandro Solalinde, sacerdote de
Soberanes
solicitó ayer a las autoridades atender el problema sin confundir a los migrantes que van en busca de empleo con los pandilleros
establecidos. Para ello, dijo, hace falta una mejor coordinación de esfuerzos
regionales entre los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) y
a nivel internacional para sumar acciones específicas que atiendan las causas y
efectos del problema.
El
pasado 10 de marzo, el defensor del pueblo de México y su homólogo salvadoreño,
Óscar Humberto Luna, informaron sobre un acuerdo para intercambiar información
sobre las pandillas, especialmente las maras.
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