REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


El blog del Inquisidor, Lorenzo Silva

(Destino, Barcelona, 2008)

 

 

         Es más saludable, ¿no crees? Es mejor aceptar que el mal está dentro de uno, en lugar de empeñarse en transferirlo a los demás. Aceptarlo y seguir con él, tranquilamente, aunque te obligue a reconocer que la renuncia es la única forma de remediarlo. Por eso me gustó cómo lo expresa Kierkegaard. Sin rodeos, sin imposturas. Pues amarga la verdad, quiero echarla de la boca[*], que decía el poeta. Soy yo, que llevo el desasosiego y la insatisfacción conmigo. También encontré una canción que lo dice muy bien. Suelo oírla, cuando me acuerdo de ellas. Para no caer en la tentación de sentirme una víctima.

         ¿Qué canción?

         ¿Entiendes alemán?

         Poco.

         Busca en YouTube. Ohne dich, Rammstein.

         ¿Rammstein? No puedo creer que escuches eso.

         ¿Por?

         No soy una experta, lo mismo me confundo. Pero diría que son unos tipos que van por ahí vestidos de neonazis. ¿No?

         Otra vez tus prejuicios, Theresa. Busca la canción. Y escúchala.

         Estoy en ello. Espera.

         La música hace que la letra resulte mucho más catártica. Y quizá el alemán, también. La clave está en el estribillo.

         Ya la tengo. Estoy empezando a oírla.

         Viene a ser así, si la memoria no me engaña: Ohne dich kann ich nicht sein /Ohne dich / Ohne dich /Mit dir bin ich auch allein /Ohne dich / Ohne dich zähl’ich die Stunden /Ohne dich / Mit dir stehen die Sekunden /Lohnen nicht. ¿Te traduzco?

         Si eres tan amable…

         Pierde fuerza, pero en fin: «Sin ti yo no puedo estar /Sin ti / Contigo estoy igualmente solo / Sin ti / Sin ti cuento las horas /Sin ti / Contigo se detienen los segundos / No merecen la pena».

         Qué desolador. Pero es una bonita música. No me lo imaginaba. Y el vídeo tiene un punto de ternura. Curioso.

         Ya ves, Theresa. No te dejes llevar por las apariencias.

         (pp. 203-205)

 

 

 



[*] En castellano en el original. (N. del e./t.)