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CUADERNO DE IDA Y VUELTA
(Manuscrito con amor)
Carmen Agulló
Vives
Albacete 2009
Edición artesana limitada, no venal
Agradezco la colaboración de Conchita Cuenca Alejandre y
Colette Bezaudun
Í N D I C E
(Textos publicados en P.M.="Piezas de Mosaico", V.P="Vivos
en mi Palabra", B.N=“Bendita Navidad”, C.="Crónicas de dos siglos”. A
continuación de las siglas va el número de la página. Los que no tienen
indicación son inéditos.)
1
Cuaderno de ida y vuelta
2
Manuscrito con amor
3
Bodas de Oro 2009
4
La temible doña Inés
5
La esposa del Juez de las tres cruces
6
Gracias, doña María
7
Doña Julia, entre la ficción y la realidad
8
La ilustrísima Inspectora
9
A Ana María Vicent
10 Soneto a Conchi Cuenca
-
Piezas de mosaico (poema) (P.M. 13)
-
Celeste don (P.M. 147)
11 Albacete, Otoño, 2007
12 Verano
- Villancico 1998 (B.N. 35-36)
- Soneto a un pajarito (V.P. 133)
- Texto soneto (V.P. 134)
13 Soneto al Sagrado Corazón de Jesús
14 Dos décimas a María
- Cinco cartas (C. 61-64)
15 Versos de repente
16 En
17 Oda a
18 Villancico de los amigos
19 Al fotógrafo artista….
20 Castillo de Almansa
- Interludio poético (C. 131-32)
21 Madrugada
22 Marina
23 Voces
24 Salto del Atlántico y otros
25 Soneto a Abelardo Cuesta
26 Traduciendo a Antero de
Quental
27 Bodas de Oro
28 Bodas de Plata Aranda
29 A Sissi y Enrique en Viena
30 Cristo vivo
31 Don José
32 Madre
- Octavo aniversario (V.P. 181)
33 Comentario en prosa
34 Sigo con los aniversarios
- A Mariano Rodríguez, I.M. (V.P. 210)
36 Epílogo en 2009
37 Como las olas….
1
CUADERNO DE IDA Y
VUELTA
No es comedia de Jardiel.
Más bien está emparentada esta historia con los cuentos de “objetos pequeños”
que con tanto amor y agudeza estudió don Mariano, siempre tus padres, Ana, en
mi compañía. ¡Cómo le hubiera gustado a ella ver el precioso cuaderno!
Para describirlo nada
mejor que copiar las indicaciones que, en varios idiomas, nos da el editor:
Las cubiertas de este cuaderno nos proporcionan una mirada
fascinante a un tradicional proceso creativo francés de diseño textil. La
inspiración de las mismas procede de un sorprendente patrón de los años 1860,
en el que figuran elementos del mundo natural, como exuberante y sofisticado
follaje y flores, pintadas a mano o impresas a partir de bloques tallados de
madera. El patrón maestro se realizaba sobre papel para luego ser pasado a una
plantilla para la producción en masa. Con una elegancia atemporal, la
silenciosa belleza de este diseño floral nos recuerda el refinamiento de los
lujosos salones de mediados del S. XIX.
¿Cómo llegó esta
exquisitez a mis manos? Jamás tuve diario de tales características, pero….
Es lo bueno de haber
ejercido la más ingrata y gratificante de las profesiones. Siempre aparece un
antiguo alumno que te sorprende con el regalo inesperado. A la sensibilidad y
buen gusto de Conchi Cuenca lo debo. De Sevilla me lo mandó como regalo de
Navidad el año pasado después de un azaroso peregrinaje: llegó a Albacete y fue
devuelto por desconocido a su origen. La remitente, que al principio no
entendía nada, tuvo que reconocer un fallo personal al escribir la dirección,
no imputable al Correo. Y por fin, en segundo viaje, llegó el cuaderno a mis
manos, acompañado de un práctico atril de madera.
Me confesó Conchita, y es
nuevo detalle por su parte, que el cuaderno me podía servir para conservar
manuscritos algunos de mis artículos, publicados o inéditos; la escritura a
mano tiene un valor añadido, indicio de la personalidad del autor, si creemos a
los grafólogos. Dios mío, y qué hago yo con esta deteriorada letra, nunca la
tuve muy allá pero ahora…. sobre irregular, ilegible. Todo sea por la buena
intención de mi querida y excelente alumna, tendremos que comenzar a escribir.
Ha sido un ejercicio
gratificante y muy necesario. El temblor de la mano derecha, unos días más,
otros menos, se ha ido domesticando una vez aplicada la terapia con cierta
mesura y regularidad. Han ayudado mucho unas líneas marcadas, casi
imperceptibles pero suficientes para guiar la letra. Es precioso mi cuaderno.
Al azar, o no tanto, he
ido escogiendo artículos publicados e inéditos, de distintas épocas y temática,
con alternancia de prosa y verso como es mi costumbre.
Manuscritas sus 144
páginas, me veo obligada a digitalizar los textos por caridad hacia los
posibles futuros lectores ¿quién desentrañaría sin esfuerzo el contenido de
artículos no publicados si yo misma tengo que recurrir a las páginas
mecanografiadas en tiempos pasados para leerlos?
También he redactado un
índice indicando las páginas del cuaderno y las del libro correspondiente, en
el caso de textos publicados. Todo en orden.[1]
Y ahora viene la segunda
parte, el final sorprendente en el caso de los buenos cuentos, don Mariano
dixit.
Querida Conchita, con todo
mi amor vuelve el cuaderno a Sevilla, por enésima y última vez. Tuya fue la
idea y tú debes conservar el original, ¿enriquecido? con mis garabatos. No
encuentro persona que lo estime más, te pertenece.
Me quedo con fotocopia de las cubiertas y algunos
artículos; con ello he confeccionado una breve réplica, testigo permanente de
la historia.
En Albacete, para Sevilla, noviembre, 2008
P.S. Solo te pido que no cuentes a tus compañeras
de promoción esta historia hasta que pase la celebración de vuestros 50 años de
fin de carrera, en 2009. Quiero sorprenderlas enviando por Internet algunos
artículos que aparecen en el cuaderno. Ya imaginas que me refiero a las semblanzas
de las profesoras, mis colegas, y alguno más. Gracias.
2
MANUSCRITO CON
AMOR
Nunca pude tan siquiera sospechar que un cuaderno sin
apenas precio iba a cobrar tanto valor en tan poco tiempo; y mucho menos, que
iba a ser salvado de su anonimato.
Su historia comenzó una tarde, cuando, después de
darle vueltas pensando en un detalle con que felicitar a doña Carmen, opté por
dirigirme a “Buró”.
Como su nombre indica, es una tienda pequeñita de
objetos bien seleccionados para escritorio. Allí me llamó la atención un atril
portátil de madera muy ligero, que sostenía un cuaderno sobrio, casi diría
masculino. Compré sólo el atril,
creyendo que no iba a ser difícil encontrar un cuaderno de las mismas
dimensiones, pero algo más vistoso. Y me fui a “Maspapeles”, un lugar con los
materiales más variados de papelería. En efecto, fue entrar y verlo: de colores
vivos, para una persona tan jovial; floreado y con un bonito diseño, para una
mujer, y con un cierre de imán bastante original.
Al día siguiente, fui a correos; lo introduje en el
sobre acolchado, y allí mismo me puse a escribir la dirección ilusionada... Lo
envío. Espero una semana...; diez días... Me empieza a resultar raro seguir sin
noticias. Cuando llamo por teléfono a doña Carmen, me dice que no ha recibido
nada. Extrañada, le ruego se informe en Correos, después de darle los datos del
resguardo. El paquete había llegado a
Albacete a los dos días, pero lo devolvieron, casi de inmediato, al no
encontrar al destinatario. Voy a Correos a reclamarlo y aún debo esperar a que
lo traigan a mi domicilio. Cuando, por fin, llega a mis manos, no puedo creer
lo que están viendo mis propios ojos: he omitido el número de la calle. Bien
dice el refrán:”con las glorias se van las memorias”. Así que de nuevo reenvío
el paquete, y esta vez sí que llega, puntualmente, a su destinataria. Y hasta
aquí, la primera parte.
Lo que sucedió meses más tarde, jamás lo habría
imaginado. Recibo primero una llamada de doña Carmen para confirmar mi
dirección. Me confiesa que piensa enviarme una sorpresa. Se lo agradezco y me
quedo bastante intrigada. Días después llega a mis manos un sobre-paquete. Lo
abro pensando en un nuevo libro y, como por arte de magia, mi cuaderno está
otra vez de vuelta. Os podéis figurar mi desconcierto...”¿Por qué me lo
devuelve?”. “¿Qué significa esto?”. Lo abro y me quedo pasmada: viene
MANUSCRITO de la primera a la última página, fechado y rubricado, con unos
textos incluso inéditos y otros ya publicados. No hay palabras para expresar el
embargo de emociones...”¿No ha sido bastante con regalarnos sus libros...? ¿Con
despertar mi vocación por
Pienso que
este cuaderno es como el broche de oro de sus publicaciones, por ser
manuscrito. Aunque es cierto que también lo elegí pensando en que podría
servirle para hacer su propia antología, jamás pasó por mi imaginación que mi
casa iba a ser el lugar de su destino. Y aquí está y estará este cuaderno, como
paño en oro, del que me siento, más que propietaria, depositaria; porque así lo
ha querido su verdadera dueña: en depósito y a vuestra disposición este
“CUADERNO DE IDA Y VUELTA”, como ella lo ha bautizado.
Conchita Cuenca Alejandre
Sevilla,
Diciembre, 2008
Ha cumplido Conchita con
mi encargo y nada contó a sus compañeras de este proyecto que está tomando
cuerpo ya en 2009. Pese a la insistencia de las organizadoras de esa
celebración cincuentenaria en que acuda a Córdoba y las acompañe, me mantengo
en el propósito de no hacerlo.
Irá mi palabra a Córdoba
por correo como antaño lo hacía yo en trenes de muy diversa índole y comodidad.
Siempre en mi recuerdo el Sevillano-Catalán aquel con asientos de pura madera
en la clase inferior, y los acolchados viejísimos de primera clase. Cierto es
que he sobrevivido y viajado en AVE en tiempos recientes.
Ahora ni ese lujo me
permito, que los huesos están, como “los muros de la patria mía”, “de la
carrera de la edad cansados”. Y sigo con Quevedo, “retirada en la paz de estos
desiertos, / con pocos pero doctos libros juntos, / vivo en conversación con
los difuntos / y escucho con mis ojos a los muertos”.
Si no por muerta, denme
por ausente, / mis queridas alumnas cordobesas, / y cuando ya mi cuerpo sea
pavesas / estaré con mis versos aún presente.
Esto no es de Quevedo que
lo acabo de componer. Y cambio de tercio, ritmo y rima, para alegrar la fiesta.
3
BODAS DE ORO 2009
En el año dos mil nueve
unas mozas cordobesas
con juvenil entusiasmo
Bodas de Oro celebran.
Pero no de matrimonio,
que también las hay solteras,
viudas, casadas, alguna
tal vez separada sea…
y en esto no he de meterme,
cada palo con su vela…
A las bodas me refiero
que hicieron con la docencia,
muy ilusionadas todas
al terminar
y salir de
para no volver a ella.
Al menos en calidad
de estudiantes a la fuerza.
De todas fui profesora
en una lejana época,
luego me vine a
y nada supe de ellas
hasta que, ya jubilada,
regresé por esas tierras.
Varios años he ido a Córdoba
al llegar la primavera
y fiel he sido a la cita
hasta que, en reciente fecha,
decidí no viajar
pues ya pesan la maletas
(y pesan más todavía
los años, la verdad sea).
Cuando yo me determino
a hacer algo, no hay quien pueda
conseguir que no lo haga,
es que en esto soy muy terca.
Así que, queridas mías,
confórmense con las letras
que mando con todo amor
y suplirán mi presencia.
De hecho, escribir mi oficio
es, además de maestra
de Lengua y Literatura,
ustedes bien lo recuerdan.
Yo soy yo y mi circunstancia
como muy bien dijo Ortega,
si lo vuelvo por pasiva
diré que yo soy mi lengua
y por ella estoy presente
sin que mi persona vean.
Con todo amor, como digo,
para que todas lo lean,
mando unas cuantas semblanzas
de personas que os afectan
y algo tuvieron que ver
con la vida allá en
Normal, la de San Felipe.
Espero que se sorprendan
pues, aunque yo era muy joven
y había gran diferencia
de edad con las retratadas,
allá en los años ochenta
escribí lo que ahora mando
recordando cómo eran
después de veinte pasados
sin que yo volviera a verlas.
Con humor y con amor,
el que aún siento por ellas,
les envío los retratos
y espero que las comprendan
y miren a nueva luz,
nacida de la experiencia.
Felices Bodas de Oro,
mis queridas cordobesas.
Albacete, Enero, 2009.
Siguen unos artículos en
prosa dedicados a las profesoras que conmigo compartieron los años de docencia
en
4
Fiel a la cita con los
Tribunales de Oposiciones, casi todos los años era nombrada Presidenta de
alguno. Y fiel también su hígado, a la hora de comenzar los pesadísimos
ejercicios orales, hacía acto de presencia con el cólico correspondiente y doña
Inés presentaba su certificado médico y abandonaba el Tribunal. Era proverbial
en Córdoba que doña Inés iniciaba todas las Oposiciones y no terminaba ninguna.
La mejor presentación que
puedo hacer de la que fue mi Directora en
En su juventud debió ser
muy guapa. Una madrileña morenísima, con ojazos brillantes, apagados por el
tiempo y la bilis. Llegó a Córdoba con doña Julia y doña Jesusa y, como esta
última, casó con un cordobés propietario de una casa antigua en la típica calle
de las Cabezas, muy cerca del lugar en el que, según la tradición, recordada en
placa con texto de Menéndez Pidal, fueron expuestas las cabezas de los Infantes
de Lara. Impresiona el lugar y la calle. También la casa de doña Inés. Cuando
la visité por primera vez en su domicilio sentí un escalofrío inolvidable.
Jamás una casa habitada me ha producido tal sensación al penetrar en ella. Todo
allí se mostraba viejo y abandonado. El patio, tan fresco, contrastaba con los
patios conocidos por mí, cuidados con esmero. Frente a las plantas verdes y
frondosas de otros, en este solo se veían viejos macetones con plantas casi
marchitas, necesitadas de savia nueva. El pilón de la fuente central sin agua,
la escalera lóbrega, los baldosines, desconchados en parte, recordando un rojo
que fue. En la sala, muebles enfundados con lienzos crudos y una extraña
lámpara en el techo. Una cortina de colores desvaídos dividía la sala en dos
partes y prestaba al lugar un especial misterio.
¿Qué habría tras aquella cortina? Me preguntaba antes de que saliera la
señora de la casa. Por cierto, primero tuve que saludar al esposo, casi
anciano, jubilado de
Fuera ya de la casa, no
era difícil encontrarse, en plena calle Gondomar o en
En
Conservo dos regalos
suyos: unos pañuelitos y un abanico de dudoso gusto pero que hace un aire muy
fresco y que se lo regalé a mi madre para andar por casa. Sé que doña Inés me
hizo estos regalos con verdadero cariño. Nos entendíamos bien ella y yo. Mi
traslado a Albacete la hizo llorar…
15-6-1982
5
(Albacete, 10, 11, 1981)
Tres, eran tres,
las dignísimas profesoras, procedentes de la famosa y extinguida Escuela
Superior del Magisterio, que me recibieron en Córdoba cuando estrené Cátedra.
Mucho oí hablar de los enfrentamientos
que se producían en las Normales entre “antiguos” y “modernos”, procedentes de
Era
Doña Jesusa era una mujer esbelta,
fuerte y femenina al tiempo, con andares dinámicos, siempre de tacón, y con un
rostro ajado por el tiempo, que no debió ser muy hermoso. En él destacaban unos
ojillos menudos pero vivaces y una boca algo grande, de mandíbulas prominentes
que me la hacen recordar, cuando reía, como una persona toda dientes. Sin
embargo su risa era argentina y su voz muy agradable. Un leve acento gallego,
pese a los muchos años que estaba ausente de su tierra, era nota característica
y relevante en aquel medio de acento andaluz. Estaba volcada en el trabajo y
amaba
Don Francisco, su esposo, juez de
primera instancia, era un tipo diametralmente opuesto. Terrateniente por
aquellos pagos, aficionado a la caza y a su terruño, y que no le hablaran de
viajes ni de aventuras…Aventuras las que la gallega me contaba, referidas a su
juventud y llegada a Córdoba. Estuvo cierto tiempo hospedada en una casa, cuya
dueña no lograba entender cómo aquella señorita se había trasladado desde la
otra punta de España, sola hasta Córdoba ¡y para trabajar fuera de casa! La patrona
encargaba a una sirvienta que acompañara a “la señorita Jesusa” a
De todo esto y otras cosas hablábamos
en Palma cuando, por cierto suceso, comprendí a nueva luz la vida de mi colega.
Visitando
Sin comentarios…
6
GRACIAS, DOÑA MARÍA
22-9-83
¿En qué lugar de la tierra
o del cielo se encontrará doña María?
He aquí que ahora, cuando
me encuentro ante el nuevo curso, no sé cómo aparece en el recuerdo la imagen
de esta bendita mujer. Tendré que dedicarle unas líneas.
Siempre vestida de negro,
pelo gris recogido muy tirante sobre la
nuca, pañuelo de seda negro al cuello, bolso negro, medias y zapatos negros,
menuda y escuálida, ligera al andar (pesan poco las carnes), nadie diría al
verla por la calle Gondomar que aquel clásico ejemplar de beata de pueblo iba a
dar clase de Matemáticas a
Y doña María, veterana
profesora adjunta, no comprendía a la joven Ignacia que semanalmente viajaba de
Sevilla a Córdoba para explicar Matemáticas y solo Matemáticas a las lindas
cordobesas aspirantes a Maestras.
¿Qué llevaba en su bolso
doña María? No penséis en tablas de logaritmos, ni siquiera de multiplicar.
Imagino aquel bolso lleno de escapularios, velitas, rosarios, estampas de
santos y alguna que otra imagen en miniatura. Tal vez llevara un pequeño
cuaderno con tapas negras de hule -como el de las listas negras de don Andrés
Sobejano, humanista culto si los hubo, en nada comparable a la profesora
cordobesa, se me atropellan los recuerdos murcianos de otro tiempo-, digo que
doña María en este cuaderno imaginario anotaría horarios de Misas, Novenas y
Tríduos a los que acudir….
Sí, doña María era la
encarnación de un tipo sobradamente vilipendiado para que yo ahora me ensañe
con ella. No. Mi simpatía hacia tan extravagante profesora es inevitable. Le
estoy agradecida además. No soy capaz de imitarla, por supuesto. Pero si ella
no hubiera tenido el Evangelio siempre en los labios, “opportune et importune”, no me quedaría aún latiendo en el hondón
del alma un estremecimiento que jamás olvidaré.
Eran los días de mi
despedida de Córdoba. Cualquier muestra de afecto por parte de quienes me
saludaban me emocionaba mucho ¿por qué se me había metido Córdoba tan adentro?
Y sigue hoy latiendo la llama. María Lucía, con las cartas tan ingenuas que me
escribe, evidente muestra de su condición de parvulista, contribuye no poco a
actualizar mis vivencias cordobesas.
Doña María irrumpe en la
oficina haciendo sus acostumbradas recomendaciones y advertencias a todo el
mundo. Confieso que siempre tuve cierta reserva al tratar con ella, temerosa de
escandalizarla con alguna palabra mía. De repente, se me acerca y casi me
dispara la siguiente hiperbólica despedida: “Ahora
que se marcha, esté cierta de que de usted se dirá en Córdoba lo que de
Jesucristo: pasó haciendo el bien.”
Me diréis que viniendo de
tal sujeto esas palabras pierden su propia eficacia. Por eso la he retratado
hasta con cierta crueldad. Pero también es cierto -este es el poder de la
palabra- que no he podido olvidar la emoción de aquel segundo. En pie estaba
junto a un fichero y tuve que apoyarme para no caer. La luz se filtraba oblicua
por la ventana de mi despacho que quedaba a la derecha.
-
Pero qué cosas dice usted, doña María, ¡vaya barbaridad!
Escribí las precedentes líneas el pasado día 15,
mientras se examinaban unos alumnos. Era por la mañana. Por la tarde me
sorprendía a mí misma “de convento en convento”…Tuve que ir a las Carmelitas
Descalzas a darles el pésame por dos Hermanas que han muerto este verano y
después al Sanatorio de Santa Cristina para felicitar y acompañar en
7
DOÑA JULIA, ENTRE
20, octubre, 2008
Difícil es recuperar el
personaje, pasados cincuenta años. Buscando en los papeles inéditos de la
década de los ochenta compruebo que quedó pendiente el prometido artículo a
doña Julia, la tercera de las profesoras que me recibieron en Córdoba.
Era la de menor estatura
pero de gran corazón. En la vida privada creo que había sido -y lo seguía
siendo- muy feliz aunque tuvo que compartir sufrimiento con su esposo por los
avatares de la guerra del 36.
Oriunda de la montaña
santanderina no sé si llegó casada o soltera a Andalucía, sí que su marido no
era cordobés sino forastero llegado, como ella, a
En 1939 el esposo de doña
Julia, por motivos políticos, fue separado del servicio activo y lo debieron
pasar mal económicamente. Supo rehacer su situación laboral fundando una
Academia de preparación de Oposiciones. Las Ciencias siempre han necesitado
ayuda. Doña Julia, generosa, aun la prestó a Emilia, parienta pobre montañesa
que consiguió plaza de subalterna en
Doña Julia era de trato
afable, hablaba despacio, pensando las palabras para no ofender.
Había sido
La letra de doña Julia era
inglesa, muy cursada y personal, de una perfección insultante. Cuando pienso en
las Actas redactadas por mí en el mismo libro en el que ella lo había hecho en
páginas anteriores todavía me sonrojo.
Creo que la retrato con
una anécdota. El año en que se jubiló, como gesto de benevolencia, había
decidido aprobar a todas las alumnas oficiales. Acudió a Secretaría para
entregarme Actas y papeletas casi a punto de llorar. ¿Qué le sucede, doña Julia?” -Hija mía, qué contratiempo. He
tenido que suspender a una alumna, Amalia Gálvez, porque la sorprendí copiando
en el examen final, eso no se puede tolerar, la justicia, en este caso, está por
encima de la benevolencia. Pero vaya disgusto que traigo.” Hace bien pocos años
en uno de mis encuentros cordobeses con antiguas alumnas pude recordar la
anécdota con Amalia. Me dijo que se lo
había contado a sus hijos, buena pedagogía.
Como doña Inés, poco
disfrutó la jubilación. Todavía estaba yo en Córdoba y su muerte repentina
acaeció en época de exámenes, en junio o septiembre. Era un día de exámenes con
alumnos de enseñanza libre, a media tarde llegó la noticia. Nos reunimos doña
Inés, doña Jesusa y yo en un aula donde estaba actuando el Tribunal de
Pedagogía. Pensábamos qué hacer, si cerrar media puerta de entrada en señal de
luto, si publicar un anuncio retrasando 24 horas los exámenes previamente
convocados -había que acudir al entierro al siguiente día-… De repente una
chica muy desparpajada se nos acerca preguntando “-¿Van ustedes a continuar examinando o no? porque pierdo el coche de mi
pueblo”. Doña Inés, que estaba realmente conmovida por la noticia, le
contestó rápida: -Paciencia, hija, que
más ha perdido doña Julia que acaba de perder la vida. No era tan temible
doña Inés.
8
Algo insólito me esperaba
cuando era requerida al despacho de
No hagamos esperar más a
doña Inés. -¿Me llamaba?”-Sí. Quiero
presentarte a doña fulana de tal, Inspectora de Enseñanza Primaria, que, según
me dice, desea hablar contigo.”
Las señoras estaban
sentadas en el sofá, yo lo hice en una silla. Estaba expectante ante aquella
señora de mirada altiva y escrutadora. Por fin rompió a hablar precipitada e
incongruentemente -yo no entendía nada- exaltando como en canto épico su origen
ilustre que se remontaba nada menos que a los tiempos medievales y al “Paso
honroso” de Suero de Quiñones. Porque
usted sabrá quién fue Suero de Quiñones, el defensor del Passo Honroso - y
arrastraba las eses -, cerca del puente
de Órbigo en León. Ya ve que mi apellido, Flores de Quiñones, está vinculado
por origen y descendencia en línea directa al del noble y valeroso caballero, y
una ofensa inferida al mismo es para mí cuestión grave de honor, bla,bla,bla…
“- Señora, todo lo que
dice me parece respetable pero no entiendo por qué y para qué me lo cuenta….”
En aquel momento tomó
tierra en el siglo XX la señora y me dijo, no en verso heroico sino en prosa
vulgar, que su hija se había examinado conmigo unos días antes, aprobó solo con
un cinco, ignoraba yo entonces su ilustre prosapia, y había llegado a casa
atribulada porque “la profesora se había permitido unos comentarios sobre sus
apellidos.” La madre, naturalmente venía a poner los puntos sobre las íes y a
dejar inmaculado de nuevo su apellido.
¡Ah…acabáramos! Recordé.
La señorita en cuestión tenía un nombre de pila compuesto de dos o tres, más el
Flores de Quiñones precedido del apellido paterno, todo un conjunto que, en la
lista que me dieron, ocupaba el espacio dedicado a nombre, apellidos,
calificación y observaciones. Me permití, al tenerla delante, un inocente
comentario sobre el hecho de que no me quedaba espacio para anotar la
calificación en la línea correspondiente. Nunca lo hiciera. Desde aquel día ya
se puede presentar ante mí gente con los más largos y extraños nombres. Punto
en boca. No vayan a aparecer descendientes del Cid o Moctezuma.
Para tranquilidad propia,
despedida la visita, doña Inés me contó cómo aquella señora había estado
separada temporalmente del servicio activo a causa de su enfermedad….”mental”,
que promovía escándalos tremendos en las Escuelas cuando iba de visita, que
había agredido con arma blanca en cierta ocasión a otra Inspectora -menos mal
que salí ilesa de la entrevista-, que gracias a un hermano, Notario y muy
influyente en las “altas esferas” -claro, el apellido- no había perdido la
carrera y que así estaban las cosas.
Y yo sin saber hasta
última hora que, durante tres años, todas las mañanas -y las tardes- en mi
desplazamiento hacia
Albacete 2-2-1982
9
A ANA MARÍA VICENT
Recibí por mi santo en
1995 una carta de Ana María Vicent con fotocopia de un artículo suyo publicado
en una Revista cordobesa en el que me citaba dos veces. Se lo agradecí con el
siguiente romance INÉDITO.
A Ana María Vicent, amiga verdadera hallada en Córdoba
Hoy no puedo suscribir
verso de García Lorca
(aunque inevitablemente
lo actualiza la memoria)
entre el misterio y la queja:
Córdoba, lejana y sola.
No puedo sentirte lejos
a ti, siempre amada Córdoba,
que la distancia se mide
desde el alma y es muy corta
pues no se cuentan las leguas
ni el tiempo el afecto borra.
Tres años de juventud
(que me supieron a gloria)
pasé en la ciudad natal
de Mena, Rivas y Góngora ;
allí
es disciplina muy propia
aunque no puede olvidarse
que por los cuatro costados
la recuerdan y pregonan.
¿Recuerdas, Ana María,
las disputas amistosas
sobre el valor de lo escrito
o la piedra, portadora
de mensajes sin palabras
de culturas muy remotas?
Valga este romance-carta
para agradecer gozosa
ese escrito en que recuerdas
tu desposorio con Córdoba
(al llegar a la ciudad
te ganó como a una novia
y le diste el SÍ rotundo
que se pronuncia en las bodas);
yo fui obediente a mi padre
y dejé, no sin congoja,
la tierra de los Califas
para andar en otra próxima
a nuestro común Levante…
y no me fue mal la cosa
que, a lomos de Rocinante,
esta quijotesa loca
sentó plaza en Albacete
(que es decir
por devoción a Cervantes
y a su inigualable obra.
De aquí a
(en cervantina memoria)
os envío mis saludos,
vivas cordobesas sombras:
plazuela de Capuchinos
(tengo un retrato en mi alcoba),
Residencia en que habitamos
con ancianos y las monjas,
las Tendillas, Gondomar,
San Miguel, calle de Góngora,
Círculo de
Paseo de
San Nicolás y
donde he sido profesora
a sus espaldas, los patios,
las callejas tortuosas,
la mole de
el río, la sierra toda
de Arruzafa a las Ermitas…
(desde allí el cielo se toca).
Imposible en un romance
aludir a toda Córdoba…
La quijotesca misión
doy por terminada ahora,
que por haberlo intentado
mereceré alguna gloria.
Abrazos, Ana María,
y hasta que escriba la próxima.
Viamar (Elche) a 1 de agosto de 1995
Firmado: Carmen Agulló Vives
Calderón de
Teléfonos: 967224987 y 696460380
ADVERTENCIA
He alterado el orden de los textos con respecto al
manuscrito para presentar en primer término los seleccionados con motivo de las
Bodas de Oro de las alumnas cordobesas.
Podemos considerar lo
hasta aquí transcrito como
Una última advertencia. No
van manuscritos en el cuaderno el primer artículo, Cuaderno de ida y vuelta, el siguiente, obra de Conchita Cuenca, Manuscrito con amor y el romance Bodas de Oro 2009, con su
correspondiente prefacio en prosa.
Dicho lo cual es hora de comenzar
10
A CONCHI CUENCA, EN SEVILLA
Para ti, Conchi,
Ignacia Concepción
Cuenca Alejandre,
por aquellos días
-medio siglo ha
pasado- en que acudías
con diligencia,
atenta a la lección.
Supe más tarde
-por tu confesión-
que no perder mis
clases preferías
y, al salir de
las Prácticas, corrías
rápida a
Me pasmó la
noticia, me anonada:
no sé quién a
quién debe agradecer,
si yo a ti, por
tu noble proceder,
o tú a mí, por la
entrega apasionada
a aquello que no
fue tan solo oficio
sino más bien un
alto beneficio.
Albacete, 13 de
mayo, 2008
Piezas de mosaico. Vid. P.M. página 13
Celeste don. Vid. P.M. página 147
11
ALBACETE, OTOÑO, 2007
Queridos todos,
cercanos y distantes:
Escribo en la melancólica
estación puente entre verano e invierno para anticiparme, es ya costumbre, a
felicitar
Este año incluyo al dorso
los versos que nacieron al leer la carta de Alicia que me llegó por Internet. La
conmovedora visión de los incendios, tan de primera mano, me hizo sentirme casi
culpable de la felicidad que me rodeaba. El canto al mar, al aire, contrasta
con la devastadora acción del fuego sobre la tierra. Así es la vida.
Tal dualidad se refleja también
en el Villancico del diablo prisionero,
excelentemente ilustrado por don Pedro López Onega, fiel colaborador de
¿cuántos años?....
Verano, otoño, invierno…
Llegará
Os desea todo lo mejor
Carmen Agulló Vives
12
VERANO, 2007, EN SANTA
POLA[2]
3,9,07. A Alicia Villar en
Atenas
Quiero abrazarte, mar, y no te abarco,
tu masa móvil se me escapa esquiva
y acaricia mi cuello, suavemente,
cuando en tu lecho sueño cara al cielo.
Brazos y piernas, remos de mi nave,
dejan estela de la espuma efímera,
penetra la cabeza en tus abismos
en busca de coral inexistente.
Vuelve al aire y al sol
aún solo tibio en la mañana nueva:
es la hora del baño convenida,
antes que invadan hongos tu ribera,
las toallas, los niños y los cuerpos yacentes.
Mi cita es con el mar, no con la arena.
Ser anfibio me siento en su regazo,
son el aire y el agua mi elemento.
Agradezco al Altísimo el regalo
de este mi mar, amor, antiguo mar,
el Mare Nostrum en el que me pierdo.
He de volver, el gozo se hace lágrimas:
arde la tierra en el Peloponeso.
Villancico 1998 Vid. B.N. páginas 35-36
Soneto a un pajarito Vid. V.P. página 133
Texto soneto Vid. V.P. página
134
13
EN
30, mayo, 2008, 7
tarde, Albacete
Te quiero, Amor,
mi Cristo del Calvario,
el mismo que
ascendió, Cuerpo Glorioso,
y se quedó,
prodigio misterioso,
oculto en el
silencio del Sagrario.
Ofrecen
sacerdotes, a diario,
al Padre Eterno
Todopoderoso
-y en abundancia Misericordioso-
a Jesús,
permanente Intermediario.
¡Oh Santa
Trinidad!, gracias sean dadas
por la feliz
Encarnación del Verbo
en las puras
entrañas de María.
Duras de
de
¡Qué bien sabía
Dios lo que se hacía!
Breve autocrítica. Acabo de
componer el soneto precedente en un contexto singular.
Los dos primeros endecasílabos los
escribí, unos días antes de
Permítame que renuncie a la gloria de
ser gran poeta a cambio de escribir sonetos como el precedente.
Por cierto que he hurtado a Juan Ramón
Jiménez una ideílla. El “de
Observará el lector que se alude a
todas las Solemnidades del mes. No ha cabido la referencia explícita a
Pentecostés pero ya dijo Dámaso que “catorce endecasílabos son ciento cincuenta
y cuatro sílabas y no hay bromas posibles con las matemáticas”.
Sin embargo me parece acertada la
alusión indirecta a
Y sí, estoy contenta con el verso
final. Me parece un buen cierre. Cuántas veces habré explicado en clase que un
buen soneto se reconoce por su verso final. Este debe ser rotundo, sintético,
de fácil memorización. Y se acumulan los ejemplos clásicos:
….. Polvo serán, mas polvo enamorado,
….tu llano y sierra, ¡oh, patria!,¡oh flor de
España!....
…y en la indefensa carne el tiempo sueña….
…de la ciudad de Dios al gran modelo…
…esto es amor: quien lo probó lo sabe…
…solo el dolor común nos santifica…
…mudo ciprés en el fervor de Silos….
Y ya está bien por hoy,/ que tengo que
cenar y retirarme pronto/ según costumbre inveterada./ Amenazaba silva, según
veo,/ dejaremos la tecla hasta mañana.
14
DOS DÉCIMAS A MARÍA
Albacete 31,
mayo, 2008
A María Teresa Torrecilla
Si el soneto de ayer nació
condicionado por el contexto, las décimas de hoy han sido escritas gracias a la
conversación telefónica mantenida con María Teresa hace bien poco tiempo.
Hablaba yo de la inminente
Fiesta de
Cuántas ciudades en mi vida
para la evocación.
Pero vayamos a las décimas,
escritas en la madrugada del 30 al 31 de mayo, eran las dos aproximadamente. No
me hubiera dormido sin atender la visita de la musa juguetona. Décima o
espinela, ABBAACCDDC.
A María en
Hoy es fiesta
singular:
María a Isabel
visita;
acudamos a la
cita
con ellas ante el
Altar.
Con gozo hay que
celebrar
este encuentro
emocionado,
que ya Juan ha
despertado
en el seno de
Isabel
y saluda al
Emmanuel
con su salto alborozado.
Mas no queda aquí
la cosa,
que hoy es sábado
también
y hay que dar el
parabién
a María, Reina
hermosa
del sábado, con
la rosa
de nuestra fiel
devoción.
Cantemos una
canción
al Corazón de
María
ofreciendo en
este día
a María el
corazón.
Cinco cartas
Vid. C. páginas 61-64
15
VERSOS DE REPENTE
(3, 9, 08)
He regresado de Santa Pola y acabo de
hablar por teléfono con Fuensanta Martínez Alonso, compañera de
1. Por ser día de tu
santo
te mando un ramo
de flores
bellas, por mí
cultivadas
y vivas en mi
balcón.
Van desde
Albacete a Níjar
para unir los
corazones
que tantas veces
latieron
en Murcia y
alrededores
ofreciendo a
mil cánticos y
oraciones.
2. A las flores
acompaña
la foto de San
Miguel
que hará buena
compañía
a las de San
Rafael
que imagino
presidiendo
en esa casa, pues
él
da nombre a
como sabemos muy
bien.
De Arcángeles
protectores
no tendrás queja,
mujer.
3. Aquí termina el romance
por este año,
Dios quiera
que pueda
felicitarte
más veces desde
esta tierra.
16
EN
(8, 9, 08)
Madruga el
villancico como siempre,
con los calores
del verano;
en
las olas de la
mar están de parto.
El suave viento
hace brotar los versos
cual peces
saltarines al reclamo
de la luz
cegadora que desprende
este brillante
sol mediterráneo.
¿Acaso, Santa
Virgen, no eras madre
en el verano
aquél?
En tu seno ya el
Hijo del Altísimo
participaba de tu
misma carne.
¡Cuánta pregunta
en esos nueve meses
que precedieron
al alumbramiento!
Virgen de
cuando el verano
casi se despide:
es tiempo de la
siembra y la vendimia,
del pan que ha de
venir y el vino joven.
Predestinada,
Madre, a los misterios,
te honrarán en
septiembre muchos pueblos.
Yo te saludo con
el villancico
y con otro poema,
que ya suelo
componerlos a
pares. Solo pido
que Tú misma los
vayas repartiendo.
Versos que llegan
de tan santa mano
nadie podrá decir
que no son buenos.
17
ODA A
No escribiré palabras metafóricas
ni vocablos solemnes en abstracto:
abnegación, entrega, sacrificio,
desinterés, fidelidad constante,
disponibilidad, amor auténtico,
olvido en los agravios,
en la tribulación amparo firme,
en soledad presencia silenciosa….
Todo esto, y mucho más, indicio cierto
de amistad verdadera ha de llamarse.
Mas yo quiero decir, sencillamente,
que tengo amigos, que me siento amiga,
de personas con nombre y apellidos,
a quienes hoy envío mi saludo
y espero una respuesta.
Y si ella no llegara, poco importa,
que es Navidad y todo se disculpa….
(En secreto diré que todo el año
para mí es Navidad, os lo aseguro)
Amigos los cercanos, los de lejos,
los de anteayer y los de ayer mañana:
una mirada, un gesto, dos saludos
anudan amistad, qué gran asombro.
María, Pascualita, Nati, Alicia,
Antonio, Pedro, Pepe, Santiago,
(no son consortes de las susodichas,
Métrica los unió por accidente)
Elena Tacoronte, cómo suenan
tu nombre y apellido, tan eufónicos,
Maria Dolores, Maria Luisa, Pili,
Ana, Alejandro, Eva, Marisén,
aquí los Pacos, vivos y difuntos,
con mi padre del grupo a la cabeza,
Maria Teresa, Jose, Margarita,
Asunción, Angelita, Luís, Fernando…
Nombres del Viejo Testamento tienen
Maria Esther, Ruth, Jonás, Daniel y Sara,
amigos verdaderos y apreciados,
Maria Lucía, Rafi, Carlos, Rosa,
Dionisia, Almerinda, Constantina,
Manuela, Manolita y los Manolos,
Virtudes, -y de Cármenes un ramo-.
Juani, Cristina, Odila, Maria Gracia,
Clara María, Antonia, Josefina,
Doña Marga Zielinski bien merece
aparte ser citada, hay mil razones,
Verónica, Colette, Álvaro, Akiko,
mi japonesa amiga mexicana.
Más de cincuenta nombres van escritos
¡ y este es el verso número cincuenta!
Cifra mágica, el año dos mil ocho
Bodas de Oro celebré con Cátedra.
Conviene concluir, y faltan nombres,
tal vez los que debieran, por derecho,
encabezar la lista: Queden vivos
en la memoria oculta de mi alma,
cerca, muy cerca de mi corazón.
Defino la amistad muy brevemente:
Amigo es el que sabe decir
tú.
18
N A V I D A D 2 0 0 8
VILLANCICO DE LOS AMIGOS
Al Niño Divino
que nació en Belén
he de agasajar
y no sé con qué.
No tengo zambomba,
perdí pandereta,
ni siquiera tengo
unas castañuelas.
Tampoco dispongo
de ningún cordero,
ni leche de cabra
o miel de romero.
Y no soy un ángel
que pueda cantar
el Gloria in excelsis
y en
Ojalá tuviera
granja con gallinas;
yo le haría un caldo
a Santa María.
Mas caigo en la cuenta
de que el feliz parto
de María Virgen
fue hace dos mil años.
Hoy otros presentes
espera Jesús.
Voy adivinando…
¿lo imaginas tú?
Tú, querido amigo,
que recibirás
mis clásicos versos
esta Navidad.
Por los invisibles
átomos del aire
irá a mil destinos
rimado mensaje.
Algunos papeles
han de circular
por el aún vigente
correo postal.
Impaciente espero
cientos de respuestas:
con ellas al Niño
he de hacer la ofrenda.
Jesús de María,
Niño-Dios amado,
estas son las cartas
que al pesebre traigo.
Toda mi riqueza
en ellas está:
¡cómo me responden
en
Al Niño divino
que nació en Belén
con gozo agasajo
pues ya sé con qué.
Carmen Agulló Vives, vives.auristela@gmail.com
Calderón de
Teléfonos. 967224987 y
696460380
19
AL FOTOGRAFO ARTISTA…
Vuelvo atrás en el tiempo.
Recupero en este cuaderno textos inéditos que mi buen sentido crítico no
consideró publicables. Tienen valor sentimental y biográfico. Un folio
amarillento me brinda dos poemas. El primero fechado en Elche el 8-3-1981 y
dice:
Al fotógrafo artista que aceptó el trabajo, poco creativo, de ampliar un
retrato, en postal amarillenta, solo por la sonrisa.
¿Qué vio don Jaime Belda en la sonrisa
de aquella hermosa joven
en añeja postal encarcelada?
No fue el vestido blanco
ni el rizado cabello
(despeñado en cascada desde el lazo
a la frágil cintura),
no la anchurosa frente
(indicio de talento)
ni su perfil sereno.
No las manos unidas
(en súplica tal vez o coqueteo)
ni su mirar ardiente.
La sonrisa movió al hábil artista
(relámpago del alma)
a aceptar el encargo impertinente.
Gracias, maestro de la negra caja:
tu hermosa ampliación me ha permitido
contemplar a mi madre en su retrato
eternamente joven.
No podía imaginar, cuando
escribí los versos, que veinte años después serviría la fotografía para
ilustrar la portada de mi libro VIVOS EN MI PALABRA, y que antes, en 1998, la
contemplaron quienes recibieron el tríptico recordatorio dedicado a mi madre en
su muerte el 21-XI-1998.
20
Y sigue en el mismo folio
un soneto dedicado al Castillo de Almansa y escrito en el tren el mismo día,
8-3-81 (estaba de vena) y, según consta, como
“salida” de la situación incómoda que me planteaba la revista pornográfica que
iba leyendo el soldado, vecino de asiento. La evasión hacia el paisaje (gracias
que mi asiento era el de la ventanilla) me deparó la hermosa vista plasmada en
soneto.
(¡Oh tardes de
CASTILLO DE ALMANSA
Copa de piedra de gigante pino
te me apareces entre la maleza.
No sé si eres castillo, fortaleza
o invitación a un alto en el camino.
Entre lomas azules imagino
destaca de la piedra la belleza,
blanca nube en el cielo despereza,
al Greco por los grises adivino.
Entre almendros en flor, olivo verde,
tierras de pan llevar sedientas de agua,
tu silueta gallarda se me pierde.
Raudo camina el tren, la tarde lenta.
¡Corazón de mi España, dura fragua
donde germina el pan que el sol calienta.
(8-3-81)
Interludio poético Vid. C. páginas 131-132
Si fui capaz de publicar
versos prematuros, apenas en 1980 escribí los primeros poemillas, muchos
quedaron inéditos porque me parecían francamente malos o mediocres. Ejercicio
de humildad es trasladar algunas muestras al elegante cuaderno que tengo entre
manos. Siguen con indicación de títulos y fechas.
21
MADRUGADA
(30, abril, 1980)
Madrugada.
La hora de la palabra.
Llueve sobre el vidrio,
y la palabra….
¿Qué ríos remotos
buscan mis palabras?
¿Qué nubes, qué fuentes,
el agua?
A contracorriente
quieren mis palabras
encontrar su fuente
remota, la lluvia
sus nubes, la forma
mis ansias.
Llueve sobre el vidrio
y la palabra.
22
MARINA
(26-5-80)
Mar, verde mar, azul mar,
movimiento de las olas,
barco a lo lejos, galera
de tiempo y tierras remotas.
Pescador de caña y cebo,
paciencia de muchas horas;
y si no pican los peces
el pensamiento reposa.
Entre la orilla y la piedra
asoman dos gaviotas
disputando el alimento
que emerge de entre las rocas.
Hombre, barco, pez y aves
se funden en una sola
marina de sueño y agua
que del corazón me brota.
23
VOCES
(11-6-80)
Fantasmas, llamadas,
inquietantes voces:
la voz de la prisa
(continuo redoble
del tambor del tiempo
no se sabe dónde…),
la voz de la calma
(¿hacia dónde corres?),
la voz de la luna
entre bastidores…
El grito de un niño,
inmensos clamores
de gente que sufre,
gritos, grandes voces…
Y un tierno susurro
Que, del horizonte
de la luz, me llega
diciendo mi nombre.
En vísperas de mi viaje a
México escribí tres poemas dedicados a esa aventura que aparecieron en
Ya en América fui
escribiendo sobre la marcha versos bastante malos. Pienso que si este viaje lo
hubiera realizado en el siglo XXI, otra cosa sería. Es evidente que, de
24
SALTO DEL ATLÁNTICO
(México 27-7-80)
Por los caminos del aire
cruzan fantasmas de hierro
y la luna los saluda
y se pasea con ellos.
Dime, luna ¿cuánta gente
ha pasado junto a ti?
¿has visto a mi pensamiento
entre las nubes salir?
¿Te vistes todas las noches
con tu cinturón de estrellas
para esperar a los monstruos
que cruzan como saetas?
Habrás sido confidente
de las angustias pasadas
por miles de viajeros
en una noche muy larga.
En el cruce del Atlántico
en busca del sol poniente
¡qué larga noche se vive,
símbolo de lenta muerte!
El comandante del barco
aéreo sigue la ruta
que descubriera Colón
pero por vía de altura.
El que sigue este camino
largo, por primera vez,
debería recordar
al osado genovés
que encontró la flor de América
flotando alegre en las aguas
como un inmenso borrón
en su equivocado mapa.
Español mejicano
(Recordando a Dámaso)
(Méjico, 29-7-80)
Habla que se hace canción
en boca de mejicanos
oh, lengua nuestra común
que nos convierte en hermanos.
¡Cómo gusta platicar
con esta gente sencilla
que le da un acento nuevo
a la lengua de Castilla!
¡Cómo no, señor, mi reina,
ahorita le estoy llevando
bolillos, continental,
para que vayan tomando!
Reina, nos vemos al rato,
qué bueno, ya mejoró,
nosotros decimos “este”…
“este…”, repítamelo.
“¿Cómo es España?” me dijo
el estudiante taxista.
En su tono adiviné
respeto por la conquista.
El ascensor que se atora
en el hotel nos divierte:
entrar y salir con vida
en él es cosa de suerte.
“Suba su vidrio por mi hijo”
no puede ser octosílabo:
esta entonación requiere
pronunciarlo eneasílabo.
Y de nueve paso a doce
para poder recoger
la pregunta que, en Reforma,
un indio me vino a hacer:
¿No me da su hora, por
favor, cielito?
Cuando un mejicano habla por teléfono
en primer lugar siempre dice: ¡Bueno!
Ahorita termino esta relación
que continuará en otra ocasión.
(Siguen
siendo malos de solemnidad
los
versos que copio ¡qué barbaridad!
Nota
escrita hoy, 8,9,2008)
Teléfono ultramarino
(8-8-80)
Y quedaron tus palabras,
madre, flotando en el aire
de la noche mejicana.
Este valle de Oaxaca
ha sido testigo mudo
de mi charla emocionada.
Para platicar contigo,
madre, estuve todo el día
con el corazón en vilo.
Ya nunca podré olvidarte
tierra sureña de México,
que me has traído a mi madre
por los hilos del teléfono.
Arcángeles mejicanos
trasladaron desde España
esa voz que tanto amo.
Vuela, pensamiento mío,
cruza mares y montañas
hasta mi pueblo querido.
Ladran perros a lo lejos,
oigo música liviana,
todo me resulta ajeno
con el recuerdo de España.
(8,9,2008. ¡Qué pobre la
palabra para tan hermosa emoción! VALE)
25
SONETO A ABELARDO CUESTA
Este soneto tiene su
historia. Después de haberle entregado el original a su destinatario, sin saber
por medio de quién -todavía hoy lo ignoro- apareció publicado en el diario
Fue escrito
el 26 de noviembre de 1980 y dedicado
A Abelardo Cuesta Jiménez, con motivo de su jubilación como catedrático
de Dibujo en
Entre pinceles lienzos y colores,
pizarras de cristal, lápiz y tizas,
con hábil mano pintas y deslizas
la pluma dura que germina en flores.
Escogiste entre todos los amores
amar el arte con que te eternizas,
igual que el caballero que en la lizas
más duras vence a sus competidores.
Te marchas, Abelardo, de
y yo te felicito por tu suerte:
has apresado el pájaro que vuela,
has sido creador en el trabajo
con óleos, ceras y con aguafuerte.
Dichosa vocación que aquí te trajo.
26
TRADUCIENDO A ANTERO DE
QUENTAL
(22-1-81)
A D. Dictinio del Castillo
que me hizo memorizar a Antero en portugués
Donde la mar se estrella en roca dura,
rugidora y monótona, y los vientos
extienden en la arena sus lamentos
halle mi corazón la sepultura.
El sol lo vuelva como un ascua pura
en el seco verano, en días lentos,
y en el invierno soplos violentos
agítenlo como fruta madura.
Hasta que se deshaga y, ya tornado
en impalpable polvo, sea llevado
entre los torbellinos, al azar.
Y con sus luchas, su cansado anhelo,
su loco amor disuélvase en el hielo
de ese infecundo, de ese inmenso mar.
27
Bodas de Oro
(24-2-81)
Pronto celebraré bodas doradas
con la vida, constante compañera
de mi ser-en-el-mundo. No quisiera
que fueran con tristeza celebradas.
Tampoco espero alegres mascaradas
con fingidos amigos, verdadera
plaga de nuestro tiempo. Mi alma espera
tan solo revivir horas pasadas.
Ir y venir con Lope, sola, a solas,
agradecer a Dios toda esta vida,
volver al mar, caricia de las olas.
Amar al mundo sin contrapartida,
escuchar el rumor del rompeolas
y esperar, muy serena, la partida.
Escrito entre las 8 y las
9 de la mañana, ajena por completo a los acontecimientos externos, cuando toda
España, por lo que he sabido después, estaba pendiente de la radio. Anoche
cerré el televisor cuando prometieron sucesivos avances informativos. Esta
mañana muy temprano he orado mucho por España y por el mundo entero, y por
estos militares cuyo fracaso presentía. No les viene mal un susto a los
diputados. Que mediten más y vociferen menos.
Acabo de transcribir fielmente el texto del
24-2-81. Merece un comentario 27 años después. Profeta fui al predecir el
fracaso militar de aquel 23-F. Pero no hubiera imaginado entonces que el ejército
español caminara con tal velocidad al desguace. Porque no me negará el lector
que hace más de 20 años alguien imaginara una Ministra de Defensa como la que
actualmente forma parte del Gobierno. Escribo el 12 de septiembre de 2008.
Espero que si alguien lee esta página pasados unos años, ni memoria quede de
tal señora. Quizá el 23-F fue el comienzo de un declive imparable. ¡Qué bien
hice aquella noche acostándome tranquila! Nadie podrá quitarme el sueño de que
disfruté.
28
A LUISA Y EUSEBIO, EN SUS
BODAS DE PLATA
Aquella voluntad honesta y pura
que cantara en un verso Garcilaso,
adecuado comienzo en este caso,
en que mi pluma celebrar procura
lejana boda cuya ilusión dura
conservada feliz. Y no es el paso
del tiempo el que os conduce hacia un ocaso
sino a la plenitud áurea y madura.
Bodas de Plata hoy, que anuncian oro,
voluntad mantenida con firmeza,
comprensión, armonía y lealtad.
Familia en paz. Inmenso y gran tesoro
que puede coronar vuestra cabeza
con el maduro fruto de la edad.
Albacete, 18-5-81
No pudo cumplirse mi deseo
de que estos buenos amigos pasaran de
Tan excelente persona era
Eusebio que a Dios le dio la prisa por llevarlo a su lado. Una vez más, el
cáncer. Siempre recordaré la visita que le hice en el Hospital de Valencia, en
vísperas de su muerte. Casi presencié el tránsito de un justo.
Y Luisa sobrevive,
debilitada su salud pero fuerte su ánimo.
Hoy, 12-9-2008
29
A Sissi y Enrique, en Viena
Sissi, Isabel,
Elisabeth, Belisa,
Austria y España
en ellos hermanadas,
nombres que
evocan reinas muy amadas,
o damas que
cautivan con sonrisa
esquiva a los
poetas. Ya divisa
el tierno
Garcilaso las jornadas
por la hermosa
Isabel tan enlutadas,
la que la muerte
arrebató con prisa.
De Portugal otra
Isabel nos vino
a compartir con
el gran César Carlos
vida y amor en
único destino.
Tu nombre, Sissi,
viene a recordarlos:
de nuevo Austria
y España se han unido
con Isabel y
Enrique, su marido.
Albacete, 11,
junio, 1981
Sigue en
Albacete, septiembre, 2008
Conocí a esta simpática pareja en el
viaje a México, 1980, Congreso de AEPE. A ellos me refería en la introducción a
mis “Apuntes para una novela”[3]
cuando escribí:
A
orillas del Danubio azul marino (anochecía ya) le contaba a Sissi la vienesa,
la esposa de Enrique, algunos de los datos que me propongo recoger en estos
“apuntes” y ella, sin sospechar que era cosa decidida de antemano, me sugirió
que escribiera una novela partiendo de tales datos que, pese a ser reales, no
lo parecían. Sissi trajo a colación a una doña Victoria, patrona suya en
Madrid, de características similares a las de mi señora doña Encarnación (¿se
llamaba Encarnación, Visitación, Presentación o Adoración?), a la que visitaba
cuando venía a España y cuyos relatos, siempre los mismos, soportaba con cierta
crispación resignada el pobre Enrique. Si alguna vez se atrevía a preguntar si
era imprescindible visitar a doña Victoria, Sissi lo dejaba fuera de duda. A
doña Victoria había que visitarla porque ella necesitaba contar a alguien por
enésima vez aquello de que Sissi era una santa porque le había traído de Viena
aquel mantelito precioso por su cumpleaños cuando su sobrina ni se había
acordado de felicitarla. La eterna canción de la soledad…
Como en México había tanto congresista
no tuve mucho contacto con ellos. Fue en 1981 cuando asistí a un Coloquio de
AEPE en Austria, era primavera, llegué a Viena, vía Barcelona, un día de
Entonces supe que Enrique se había
negado a aprender alemán porque su esposa dominaba el español -era profesora de
esta lengua en su país- y vivía feliz con tan excelente intérprete. No tenían
hijos pero parecía un matrimonio muy feliz. Los recuerdo con verdadero placer.
Al encontrar el soneto, de cuya existencia me había olvidado, he considerado
oportuno entregarlo a la custodia de Platero y también del cuaderno elegante
que me ha regalado Conchi. No va muy allá el soneto, es de 1981, pero tiene
ciertos toques histórico-literarios que le dan prestancia. Quien no se consuela
es porque no quiere. ¿Qué será de la vida de Sissi y Enrique? Ojalá sigan
siendo tan felices como los imaginé. A ella la recuerdo de mediana estatura, un
tipo muy fino, rubia, sonriente, con una voz muy dulce, sencilla y elegante en
el vestir, en Viena cuando vamos a la
Ópera vestimos muy bien….Enrique era un tipo muy español, moreno, con
bigote, el pelo algo alborotado, creo que llevaba gafas pero no lo puedo
asegurar. Era hombre de negocios y asistía como consorte a los Congresos de
AEPE, según su esposa, para vigilarla, no fuera a tener algún romance con un
colega, profesor de español en
30
CRISTO
VIVO
(17-09-2008)
Esa arma de doble filo que es la
televisión -angélica y diabólica-, me ha proporcionado este verano dos
ocasiones para bendecirla y he de dejar constancia por escrito.
La primera ha sido en julio con motivo
del viaje a Sydney del Santo Padre, Jornada Mundial de
Como no podía grabar en video desde el
canal de Popular Televisión (el único en España que trasmitió íntegra
Y resultó el invento. Más de cien fotos
quedaron almacenadas en la cámara del móvil y de algunas he sacado yo misma
copia en papel manejando una máquina automática en la tienda de revelado. Un
placer contemplar y mostrar una foto del Papa hecha por mí en Santa Pola cuando
él andaba por Australia. Tales imágenes serán buena ayuda para reconstruir las
vivencias de julio.
Comienzo por el Vía Crucis. Fue una
representación de los pasos de Jesús desde la última cena hasta el sepulcro.
Yo, que nunca quedo satisfecha con las películas de tema bíblico -me cuesta
imaginar que los actores puedan ni siquiera aproximarse a la realidad de la
persona representada, ¿qué actriz me dará la talla de
Las cámaras contribuyeron a ello. Ya se
centraban en la acción representada, alternando planos generales con primeros
planos, ya enfocaban rostros de espectadores o grandes espacios que daban una
idea aproximada de la cantidad de metros cuadrados que se habilitaron para el acto.
Todo grandioso y de una enorme sobriedad. La ciudad de Sydney convertida en
escenario de la tragedia del Gólgota. El joven australiano que aceptó el reto
de representar a Cristo, según anunciaron, lo hizo para dar testimonio de su
fe.
Me maravilló la fidelidad a los
Evangelios de la puesta en escena. La elegancia y el saber estar de los
intérpretes. Tuve la impresión de que más que representar se trataba de una
vivencia personal del cristianismo, vivencia que se contagiaba a los
espectadores, jóvenes y no tan jóvenes, convocados por el Papa a
La fidelidad a
Otra estrategia de gran efecto fue la de hacer
subir a Cristo con la cruz a una plataforma flotante que se movió por toda
Muy
bien resuelto el encuentro con Simón de Cirene, representado por un aborigen
australiano. Este cargó con la cruz tras de Jesús que iba llevado a rastras por
dos soldados que lo tenían sujeto por las axilas. También conservo fotografías.
¿Y
qué decir del grupo formado por las piadosas mujeres rodeando al Señor caído en
tierra? ¿O del momento de
No
puedo olvidar la función de la música, los coros, los solistas, todo
extraordinario, invitando al recogimiento, a la oración.
A
orar con el Papa fueron los jóvenes, a invocar al Espíritu Santo representado
en lugar visible del escenario principal, con el color rojo dominante, tan
significativo.
Muy
de pasada he de recordar los primeros planos de Benedicto XVI, con mitra, sin
ella, revestido de rojo, con su hábito blanco… Las hice yo en Santa Pola. Así
como las de los jóvenes de distintas partes del mundo que dieron testimonio de
sus más profundas vivencias religiosas: el chileno con su traje típico,
sombrero de ala ancha, o la joven sorda que con su lenguaje gestual hablaba de
lo muy feliz que era pese a su limitación. Y estoy citando de memoria, han
pasado dos meses…
A
estas alturas del relato ya imagina el lector que en segundo lugar voy a
referirme a la más reciente visita de Su Santidad a Francia, con motivo del 150
aniversario de las Apariciones de
Aquí
he podido grabar en video todos los actos y también hacer alguna foto fija
desde el móvil, mi nueva afición.
No he
visitado Lourdes. Mi primera peregrinación a un Santuario mariano de relevancia
universal fue en 1980 y nada menos que en México, a
Pareceros ha de qué sirve tratar de estas
mercedes interiores y dar a entender cómo son, si es esto verdad, como lo es.
Yo no lo sé, pregúntese a quien me lo manda escrivir, que yo no soy obligada a
disputar con los superiores, sino a obedecer, ni sería bien hecho. (Moradas, Obras
Completas. BAC, Madrid 1967, pág. 380)
Regresemos a Francia. Doy gracias a
Dios que me ha permitido peregrinar desde Albacete a Lourdes siguiendo los
pasos del Santo Padre. Y no ha venido mal la vueltecita que nos hemos dado por
París: el encuentro con el mundo de la cultura en el Colegio de Bernardins,
recientemente restaurado gracias a la iniciativa de mi querido Cardenal
Lustiger. Cuando la cámara se paseaba por el recinto recogiendo los rostros de
los asistentes, tan atentos al magnífico discurso del Papa sobre
Las Vísperas en Nôtre Dame, un gozo
espiritual y estético, por el marco, por la música, por los orantes.
Y el recorrido de Su Santidad por las
calles de París, el corazón de la ciudad, con lo verde, la piedra noble de los
edificios, me trasladaba a época bastante lejana, creo que a 1967, por no decir
mayo del 68, no presencié aquello, estoy segura, el único acto de violencia,
que todavía recuerdo, acaecía en una de las calles estrechas que descienden
desde el Sacre Coeur hasta Montmartre: un hombre tendido en el suelo era
apaleado sin piedad por otro, ante la impasible mirada de varios curiosos.
“Ajuste de cuentas” lo llamarían hoy, y aquí no pasa nada. Doloroso.
Debo limitarme a reseñar los actos de
Lourdes según su orden. Como todo está grabado en video, más de una vez volveré
con el Papa a ganar el jubileo de los 150 años. Que conste que ya lo he ganado
en
Visité con el Papa tres estaciones y
31
DON JOSÉ
(Albacete,
14-6-1981)
Es curioso el poder de sugestión que
pueden tener las palabras y más si se trata de nombres propios. ¿Quién no ha
conocido a alguien que se llame don José? ¡Qué mundos tan distintos pueden
ponerse en pie al conjuro del mismo nombre!
Y no estoy teorizando. Sometí a una
experiencia singular a mis alumnos. Propuse una lista de unos veinte temas de
composición entre los que debían de elegir, uno para ser escrito y otro para
leído, en la hipótesis de que existiera artículo escrito con tal tema. En el
caso de “Don José”, hubo gran aceptación, más para escribir que para leer, y
los artículos eran de lo más disímiles. Debo destacar el ejercicio de Lourdes,
mi alumna extremeña, esposa de un aviador y madre de varios hijos, mujer de
gran inquietud intelectual. Su artículo es muy bueno y casi me atrevería a
decir que está en la línea de mis propias memorias. Empieza recordando a su
padre, don José, hijo de don Antonio a quien dedica el resto del artículo. Y no
era para menos. Don Antonio abandonaba de vez en cuando su solar extremeño y se
daba una vuelta por
Y pasemos a escribir sobre nuestro “Don
José”, el mío y el tuyo, lector.
Cuando, en reciente viaje a Murcia,
paseaba por la “galería de Rectores” en al Universidad (no recuerdo si fue el
día de la instalación del cuadro del último Rector o algo antes) tuve que
preguntar en qué cuadro aparecía don José. Así, al óleo, y vestido de Rector,
no supe reconocerlo… Para mí don José será siempre una bata blanca de
laboratorio, una mirada cansada tras los cristales de las gafas, un
microscopio, un taburete…. y una gran emoción.
Hija,
ahora que ya estás en Murcia estudiando, debes acercarte un día a
Antes de hacer aquella visita para mí
tan difícil (en realidad no sabía como iniciar la conversación) procuré
documentarme sobre la personalidad del profesor. Quedé asombrada: era un señor
que no suspendía a nadie, era muy sabio, respetado y querido por todo el
mundo…también supe algo sobre desgracias familiares que no vienen al caso.[ De hecho estas noticias me sorprendieron
porque mi recuerdo reciente de don José se limitaba al momento de uno de los
ejercicios escritos del Examen de Estado en el que estuvo vigilando en el aula
donde me encontraba. Se paseaba a grandes zancadas por entre los pupitres y no
cesaba de hablar intentando paternalmente calmar nuestros nervios, con lo que
conseguía el efecto contrario, al menos conmigo. Sin embargo tengo muy presente
una de sus preguntas en el examen oral: ¿Qué otro nombre recibe en Botánica
la palmera? Fue un modo muy elegante de
recordar mi ciudad natal. Yo podía haber fallado la respuesta pero aún recuerdo
lo de “estipe” que le solté casi a bocajarro. Por algo me llamaban después “la
niña Premio”…] (Lo escrito en cursiva es un inciso de hoy, 24-9-2008,
mientras transcribo, valor añadido a mi proverbial memoria. Vuelvo a 1981)
Me armé de valor y un día anduve
preguntando por aquellos pasillos, menos familiares que los del edificio
antiguo de
Llamé tímidamente la atención de don
José con un ligero carraspeo, él estaba solo, sumido en la observación
microscópica. Levantó la cabeza y me miró distraído. Me presenté como hija de
mi padre, le hablé de Santa Pola y le dije que le traía recuerdos y al mismo
tiempo le comunicaba que, gracias al Premio, me habían concedido una Beca y
estaba matriculada en
Ahora, después de tantos años de
aquella entrevista, pienso en el tema del conflicto entre generaciones. ¡Menuda
estupidez! Por nada del mundo cambiaría aquel momento de emoción que supo
trasmitirme don José, él entonces a punto de jubilarse, a mí, jovencita de diez
y siete años, que una también los tuvo en su momento, tan solo con aquellas
lacónicas palabras. Confieso que lo imaginé joven, con niños pequeños
correteando por la playa, en su cabeza un sombrero de jipijapa como los que yo
había visto en películas antiguas o en las viejas fotografías familiares,
erguido y enormemente feliz.
Tuve la impresión de que había estado
hablando con un gran hombre.
Su memoria queda perpetuada no solo en
la “galería de Rectores” de
32
MADRE
Diez años, madre, sin tenerte al lado,
sin escuchar tu voz
ni ver que tu mirada me acaricia
o se pierde en ausencias;
sin compartir yantar
ni darte el andador, tu salvavidas.
Lo sé, se han invertido los papeles:
hoy me sostiene tu invisible fuerza;
es tu ausencia presencia misteriosa,
tus ojos son mis ojos,
tu voz es mi palabra.
El mosto de granadas saboreo,
el último manjar que pude darte.
Un día no lejano el dulce fruto
dejaré de exprimir,
que morir poco a poco me conviene.
Hay que dejar la casa que habitaste,
conmigo irás allí donde me encuentre,
no faltes a la cita.
Que tu invisible mano me conduzca
por camino certero hacia
Escrito en Santa Pola, 9, octubre, 2008, para el 21 de noviembre siguiente
Octavo aniversario Vid. V.P. página 181
33
COMENTARIO EN PROSA
Me ha parecido oportuno
transcribir el poema precedente, ya publicado, a continuación del recién
escrito para el 21 de noviembre, décimo aniversario de la muerte de mi madre.
No estoy en condiciones de
hacer autocrítica y comparar ambos poemas entre cuya redacción median nada
menos que trece años. Recuerdo que Frau Kohnen, murciana por nacimiento y
alemana por matrimonio, le puso un pero al poema de mi padre: “no le gustaba el
término bulto del tercer verso.” No
recuerdo, sin embargo, como me defendí en aquella ocasión. Esto de la polisemia
de los vocablos dificulta la comunicación. Imagino que, para Antonia, leer bulto la llevó de inmediato a la
acepción 5 del DRAE: Fardo, caja, baúl,
maleta, etc. Sobre mí pesaba la acepción 2 : Cuerpo indistinguible por la distancia, por falta de luz o por estar
cubierto, perfectamente aplicable a los habituales paseos por el pasillo,
siempre a oscuras. Pero aún pesaba más, estoy segura, una acepción que no queda
reflejada en el Diccionario pero que tiene grandes connotaciones en el habla
coloquial valenciana. Es muy frecuente en mi tierra, cuando se habla de una
persona fallecida de avanzada edad, oír los comentarios de familiares y
allegados lamentando el vacío que ha dejado el
bultet, así en diminutivo, con su enorme carga afectiva. Ese querido ser
que ya solo podía ocupar un lugar en un sillón inmóvil, era la referencia, el bultet que nos acompaña y aleja la
soledad.
Escribo el 19 de octubre
de 2008 cuando la cultura de la muerte acecha por todas partes; pocos lectores
actuales me entenderán. Ya fue incapaz de percibir estos matices, hace trece
años, Antonia....
Ese tercer verso es el correlativo del primero en
el poema a mi madre. Poema más breve y más intenso dadas las circunstancias.
Está escrito desde la más absoluta soledad. El otro se incluye en la parte A dos voces de VIVOS EN MI
PALABRA. Tan optimista estaba en 1995, con mi madre al lado, que no podía
sospechar que sus días estuvieran ya contados. Pasaron tres años en un suspiro.
De eso hace diez.
34
SIGO CON LOS ANIVERSARIOS
19-10-2008
No he visto
este verano con demasiada frecuencia en Santa Pola a Ángeles, la hermana de
Mariano. Pero nos encontramos en
Ahora tengo abierto Vivos en mi palabra en la página 210 y copio el soneto que
allí aparece dedicado
A Mariano Rodríguez, IN MEMORIAM
A Mariano Rodríguez, In Memoriam, Vid. V.P. página 210
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MI SONETO ANÓNIMO
No
sabía yo qué regalar a don Vidal Martínez Álvarez con motivo de sus Bodas de
Oro sacerdotales y le escribí un soneto.
Tanto
le gustó que me pidió permiso para imprimirlo en el recordatorio. Me sentí muy
honrada pero, como estaba escrito en primera persona, acordamos que no
apareciera impreso mi nombre. Él, que gusta de la ambigüedad inteligente, no ha
aclarado a sus amigos si es el autor o no del soneto. El recordatorio es muy
hermoso: En el anverso una Anunciación del siglo XVI cuyo original forma parte
del Retablo de
Cada mañana,
nuevo Jueves Santo;
de los días se
pierde ya la cuenta....
y los años
cumplidos son cincuenta
de que a tu
Altar, Señor, yo me adelanto.
Al tiempo que la copa y pan levanto,
tu palabra, en mi
voz, avanza lenta;
deja que te
reciba y que te sienta
desde esta fe de
roca, sin quebranto.
Gracias, Dios
mío, porque me llamaste,
gracias, Señor,
porque te he sido fiel....
y no es mérito
mío, ¡a Ti la gloria!
Tú solo me sostienes
y ayudaste.
Lo que queda hoy
escrito en el papel
por siempre ha de
guardarlo la memoria.
(Aquí me permito
firmar) Carmen Agulló
Vives
36
EPÍLOGO EN 2009
No sé si mis enemigos, los espíritus
informáticos que mantienen en actividad constante a Juana Teresa o las
“cucaferetes” de Bonfill andan en este negocio. Jamás pensé que este epílogo se
escribiría. Pero….
En carta por correo electrónico escribí
a Colette: Gracias mil por tu regalo que
me ha dejado auténticamente “épatée”. Hoy, 30, llego a Albacete y voy a la
oficina de Correos a recoger el certificado que llegó el 23. Tú lo enviaste el
13. Debías estar intranquila por mi silencio. He estado en Alicante con mi
hermana. Esto traerá cola pues el pasado año recibí un regalo “paralelo” al
tuyo que se ha convertido en libro muy singular. Paciencia, que he de dar forma
a lo escrito y archivado. Serás la primera en recibir el libro, que no lo es en
el sentido estricto del término. Será una obra artesanal como la carpeta que me
envías. Muy bella. Tienes un gusto exquisito. Etc. etc… Carmen
Pocos días
después, Internet corre que vuela, contesta Colette contentísima porque me ha gustado el regalo. No todos los días consigue una “épater” a la gente. Más bien difícil.
(Risa). Etc. etc…
Aunque soy persona de buen conformar y
procuro ver siempre el lado positivo de los acontecimientos, hay que reconocer
lo sorprendente del que nos ocupa.
El lector del cuaderno sevillano,
-bien le cuadra el nuevo nombre por su origen y destino actual- conocerá ya la
historia del libro singular, aunque
en este punto de la lectura mantenga cierta intriga con respecto al regalo de
Colette. Paso de inmediato a su descripción.
Se trata de una carpeta de cuero que
contiene un cuaderno en blanco acompañado de la consabida tarjeta en la que se
me desea Bonne Année y Colette escribe de su puño y letra: Que te sea prueba de amistad. Coloca dentro
lo que te guste, cariño, recuerdo, esperanza…
No me negará el lector que es regalo
“paralelo” al cuaderno que Conchi Cuenca me mandó desde Sevilla hace
exactamente un año. Regalo que me ha tenido todo 2008 ocupada en manuscribir,
digitalizar, fotocopiar, encuadernar…
Por lo visto en 2009 habré de seguir
amarrada al duro banco de tu teclado, Juana Teresa. Y por si decidiera
rebelarme alegando falta de inspiración o cualquier cursilada semejante,-¡qué
cosas me suceden!- nuevo certificado he recibido, este en casa donde, al oír la
llamada del cartero un viernes ya anochecido, pensé si traería fatídicas
noticias de
No, lector amigo. Conocí por la letra
al remitente. Mi colega, amigo y ente de ficción en alguno de mis escritos,
Manuel Pérez Bonfill, me envía una Fábula, omito el título por ahora, con la
siguiente dedicatoria: Per a Carme, que
ja sap que els Reis Mags són els pares.
Y aquí me tienes, Colette, inaugurando
el cuaderno en blanco con la traducción del texto catalán que, por diversos
motivos, también me ha dejado épatée.
Dadme al menos, ¿enemigos?, ¿espíritus informáticos?, ¿“cucaferetes”?, el plazo
de un año para que vaya elaborando el irremediable “Segundo cuaderno” de la
serie artesanal que aún no sé cómo denominarla.
Antes quiero, y con esto termino,
copiar la etiqueta del regalo venido de Francia como lo hice del cuaderno
sevillano.
Cuirs
Mimard. Pour tous nos articles, nous utilisons un cuir pleine fleur de très
belle qualité. Les éventuels défauts ou imperfections sont la garantie d’un
travail artisanal. Tous nos modèles sont conçus en notre atelier de telle sorte
que chaque pièce soit considérée comme unique. Les techniques de reliure, de
gainerie sont à la base de notre travail. Le rêve, l’imaginaire apportent la
touche de création et donnent à nos réalisations leur caractère original.
Para corroborar tales afirmaciones, va
fotocopiada una cara de la carpeta en la contraportada del cuaderno.
Gracias por haberme leído, si habéis
llegado a esta línea.
En Albacete,
enero, 2009
Y
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COMO LAS OLAS…
(Enviado a José
María Jiménez Cano un par de meses antes del 25 aniversario de la muerte de Don
Mariano Baquero Goyanes)
Cuando, cada lunes, emprendo el regreso
a la patria profesional -¡ay, el destino de los desarraigados, hijos de mil
patrias y países- en el simpático trenecito Cartagena-Valencia -que he de
abandonar en
Pero el Domingo de Ramos, después de
ver “Pueblo de Dios” en TV, comencé a pensar en esas olas que me electrizan,
siempre distintas y siempre la misma, ya besándose y fundiéndose, ya
sucediéndose mansamente, ya estallando en blanca espuma. Un día pensé que el
mar era un inmenso aparato de comunicaciones y las olas los mensajes que a
través de él, sin cesar, eran trasmitidos a todo el mundo. Y quería encerrar
este pensamiento en un poema. Como en el de Gerardo Diego, pero al revés, el
mar canta distintos versos con la misma agua…
Y este Domingo de Ramos, primavera,
1984, Martín Descalzo sale a mi encuentro con un bellísimo texto ilustrado con
imágenes de Salzillo. Profunda emoción. El dolor de Cristo y nuestro dolor por
el querido maestro que, en Murcia, precisamente en Murcia, está viviendo
también su Semana Santa. A él va nuestro recuerdo.
El pasado año, por estas fechas, me
decía
Se marchan los mejores y aquí quedamos
los gusanicos con el corazón en la garganta y la cabeza que se agarra a la fe
en la resurrección, sí con minúscula, que me refiero a la nuestra, la de
nuestra carne pecadora que un día resucitará por los méritos del gran
Resucitado. Desde que supe la noticia de la enfermedad de don Mariano no he
tenido ánimos para escribir hasta hoy. Pienso que él también leerá mis escritos
algún día, si no en la tierra -y aún esperamos el milagro- desde el seno de
Dios en la eternidad.
Ordenando y releyendo sus cartas he
visto que, no hace mucho, se emocionaba él por la carta que le escribí a don
Ángel, en un aniversario de su muerte. Cada año sigo haciendo la lección
conmemorativa en la que se me quiebra la voz al leer sus poemas en clase.
También le debo una carta a don Manuel, el querido Rector a quien tanto debo.
¿Será mi destino escribir cartas destinadas a la eternidad?
Albacete, Martes
Santo, 17-4-1984
Sigo en el Primer Domingo de Cuaresma,
1-3-2009.
Y no tengo más remedio que transcribir
para los lectores vivos un soneto de Valbuena Prat, que siempre leí en esa
clase a la que acabo de aludir, y por el que siento especial predilección ¿será
por su título en latín? Creo que ilustra poéticamente mis palabras sobre la
resurrección.
“ET IN CARNE MEA
VIDEBO DEUM MEUM”
¡Líbrame de esta
carne de pecado
de la que intento
en alas desasirme,
Señor, que en una
cruz por redimirme,
diste todo en la
llaga del costado.
…¿Y volaré para
volver atado
a mi antigua
enemiga? ¿Andaré firme
el día que otra
vez vuelva a vestirme
de la túnica
inútil del pasado?
Vivo en la fe, y
el alma no se atreve
a pedir verte
solo en lo inefable,
solo en aliento y
en blancor de nieve.
¡Otra vez lo
corpóreo, lo palpable!
¡Que mi segunda
carne sea leve!
¡Dame, Señor, la
vida perdurable!
Todo un gozo haber sido alumna de tales
maestros. Mi agradecimiento permanente.
Vuelvo al tema del mar y me digo que ya
se cumplió el deseo de dedicarle unos versos. Bastantes años tardé si me
refiero al poema de circunstancias, Verano,
2007, que dediqué a Alicia Villar, impresionada por el relato que me mandó
por Internet sobre los incendios que asolaron Grecia en aquellos días. Incluido
queda ahora en el nº 1 de los Cuadernos de CAVISUR, el Cuaderno de ida y vuelta.
Lo curioso es
que, gracias a la recopilación realizada en este cuaderno, compruebo que ya en
diciembre de 1981 tenía escrito un breve poema al mar que publiqué en 2003 en
el libro Crónicas de dos siglos. Esto
demuestra el poco aprecio que por tales versos
tenía en 1984. Los había olvidado y durmieron el sueño de los justos más
de veinte años. Gracias a Cervantes, por la alusión quijotesca, han visto la
luz.
[1] Para esta edición electrónica hemos cambiado la numeración
(nota del editor).
[2] Publicado este texto, con la página precedente,
como pliego suelto (500 ejemplares) para felicitar
[3] V. mi libro VIVOS EN MI PALABRA (Verso y Prosa) ,
Albacete, 2001, pág. 79
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