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DRAMATIZACIÓN DE
GENERALÍSIMO EMILIO AGUINALDO,
OBRA DE EDMUNDO FAROLÁN
isaac donoso jiménez
(Universidad de Filipinas)
I.
NOTAS:
HACIA UN TEATRO FILIPINO CONTEMPORÁNEO EN ESPAÑOL.
El drama histórico Generalísimo Emilio Aguinaldo (1869-1964),
representa una de las pocas obras teatrales contemporáneas filipinas escritas
en español. No obstante, junto a obras como El
Caserón de Gómez Rivera (1975)[1],
ganadora del Premio Zóbel en 1975, Retrato
del Artista como Filipino de Nick Joaquín en traducción de Lourdes
Brillantes (2000)[2],
también ganadora del Zóbel, la obra crítica de Edmundo Farolán, Antología del teatro hispano-filipino (1983)[3],
las actividades desarrolladas en los ochenta por el Grupo de Teatro
Hispano-Filipino, la edición del clásico Solo
entre las sombras de Claro M. Recto (1999)[4],
e incluso la reciente traducción al tagalo del Bodas de Sangre por Bienvenido Lumbera (2008)[5],
nos hablan de que se puede poner en valor actividades de un teatro filipino
contemporáneo en lengua española[6].
En el caso particular de
Edmundo Farolán (dejando de lado las actividades desarrolladas por el Grupo de
Teatro Hispano-Filipino, que tenían como fin poner en escena en lengua española
obra internacionales), puede ser considerado como el principal animador y autor
de obras originales contemporáneas filipinas que tienen al español como lengua
de expresión. Actor durante sus años de juventud en el Ateneo de Manila, y
seguidor del teatro del absurdo más vanguardista, Farolán ha sido sin duda un
referente por mantener viva la actividad dramática hispanofilipina, a través de
sus actuaciones, obras críticas y sobre todo, obras originales.
En este sentido, Generalísimo Emilio Aguinaldo (2002),
obra que permaneció durante bastante tiempo inédita y que finalmente fue
apareciendo en diferentes sitios electrónicos[7],
es una obra de especial significación en el contexto de nuestros días. La obra,
concebida como un drama histórico en dieciocho escenas, trata de deconstruir la
historiografía canónica occidental sobre las razones reales que motivan la
colonización norteamericana, en este caso uno de los fenómenos coloniales
modernos más tergiversados: el de la conquista de Filipinas. Generalísimo Emilio Aguinaldo se inspira
en la Reseña verídica de la Revolución
Filipina, obra del propio Aguinaldo escrita originalmente en tagalo pero
publicada en español[8]
e inglés[9]
en 1899. Dicha obra fue escrita para mostrar al mundo y a la sociedad
internacional los engaños diplomáticos norteamericanos, la independencia de las
estructuras políticas filipinas y, en consecuencia, la nulidad de cualquier
argumento de soberanía de Estados Unidos respecto a Filipinas. Emilio Aguinaldo
se presenta al mundo como Presidente de la República Filipina, a la que de
forma voluntaria había asistido diplomática y militarmente Estados Unidos. No
obstante ello, en todo momento se había aseverado la neutralidad norteamericana
y la no ingerencia en el devenir político que como pueblo independiente pudiese
decidir la nación filipina. A pesar de todas las promesas, el “Destino
Manifiesto” emergerá como la política de la ingerencia, en una nación que
velaba por la libertad de los pueblos por regirse democráticamente. La
ingerencia llevará al engaño, y el engaño a una guerra despiadada que desangrará
todo el archipiélago (1899—1902).
Siguiendo la Reseña verídica, Edmundo Farolán trata
de realizar una obra sobria en la que diferentes escenarios, personajes y
diálogos pongan en evidencia la falacia diplomática norteamericana, y la irremisible
condena del pueblo filipino:
“Es la tragedia de la desilusión del joven
general independentista Aguinaldo que, en su derrota personal, encarna a la
patria entera: La verdad está siempre
encima de toda la decepción y la falsedad de este mundo”[10].
Generalísimo Emilio Aguinaldo ha sido incluido como obra
representativa de Filipinas en el proyecto internacional Por el camino del libro, una lectura y dramatización de obras
literarias en diferentes lenguas, entre ellas el español[11].
Se trata de una razón más para considerar las posibilidades del teatro
hispanofilipino y la necesidad de dignificar el trabajo de los autores
filipinos que emplean la lengua española para expresar las inquietudes de su
nación.
II.
AUDICIÓN:
Aguinaldo ahora se levanta solo en el
balcón, las luces del auditorio y la música empiezan a disminuir junto con el
festejo. Cuando todo es silencio, solo a Aguinaldo se enfoca en el centro del
balcón. Los otros actores hacen MUTIS. Los espectadores y actores en el auditorio
toman sus asientos. Cuando todos están sentados y las luces en el auditorio se
apagan, Aguinaldo, solo, con un foco especial iluminando su presencia, dirige
las siguientes palabras, con su normal modestia, tono tranquilo, pero con mucha
deliberación.
Escena 3.
La escena traslada a otra parte
del escenario. Aquí vemos al joven Aguinaldo, 29 años, recibiendo los honores
de un Generalísimo abordo el OLYMPIA. El Almirante Dewey, 62 años, le saluda
junto con una sección de los guardias marinas de honor. Después de las
ceremonias, los dos se sientan y hablan.
AGUINALDO: ¿Es verdad que envió Vd. todos esos telegramas al Cónsul Pratt
en Singapore, asegurando la Independencia Filipina bajo la protección naval de
los Estados Unidos?
DEWEY: Claro que sí. Nuestro
propósito de venir a Filipinas es protegeros de España. No hay duda ninguna de
parte nuestro sobre el asunto del
reconocimiento de la independencia filipina por los Estados Unidos. Todo lo que
pedimos es que Vd. convenza y urja a los filipinos que se levanten contra los
españoles y que lo hagan en una campaña corta y decisiva.
AGUINALDO: (en voz baja y modesta)
Los acontecimientos hablarán por sí mismos. Nuestro problema de momento
es material. No tenemos bastantes armas.
Todavía estoy esperando el primer envío de armas del Cónsul Wildman de Hong
Kong. No podré comenzar la campaña hasta
que lleguen estas armas.
DEWEY: Tenemos que hacer algo urgente sobre ese asunto. Lo que voy a hacer
para Vd. es enviar un barco en seguida a Hong Kong para sacar esas armas.
Mientras tanto, utilicen las armas confiscadas de los barcos de guerra de
los españoles, y los 62 fusiles y municiones traídos por el Petrel de
Corregidor.
AGUINALDO: Gracias Almirante. (Pausa. Con un tono tranquilo y modesto, pero
con una deliberación aguda y directa)
Antes de salir de Hong Kong, la colonia filipina allí tuvimos una junta
donde discutimos la posibilidad de que, después de la derrota española, los
norteamericanos no reconocerán nuestra independencia, y la posibilidad también
de que sucederá otra guerra, esta vez contra los norteamericanos. Naturalmente,
los norteamericanos nos derrotarán. Hemos sufrido mucho en las batallas contra
los españoles. Además, faltamos armas y municiones y claro, los
norteamericanos, con sus armas superiores y abundantes municiones, nos
derrotarían fácilmente. Siento mucho por esta franqueza, pero mi pregunta es
ésta: en su opinión, ¿tiene alguna base estas preocupaciones nuestras?
DEWEY: (riendo con urbanidad) Me
alegro que sea Vd. franco y abierto conmigo. Yo creo que los filipinos y los
norteamericanos debieran actuar como amigos y aliados, ¿no cree Vd.? Debemos
quitar todo obstáculo en este camino hacia una alianza mutua, es decir, toda
duda y todas las dificultades. Le aseguro a Vd. que los Estados Unidos
reconocerán
Además, yo creo que sería menester que la bandera filipina se alzara a la
vez que la de los Estados Unidos para ganar el respeto y la estima de las otras
naciones.
Escena 14.
París. December 10, 1898. Ambas comisiones, española
y norteamericana, están listos para firmar el Tratado de Paris. Agoncillo tiene
la carta de Chandler en su mano. Entra
Davis con otros miembros de su delegación.
AGONCILLO:
Senador Davis, soy Felipe Agoncillo representante de Filipinas. Tengo aquí
una carta para Vd. del Senador Chandler.
DAVIS:
Ah, sí, sí. Mucho gusto, Sr. Aguisillo.
El Presidente McKinley habló bien de Vd.
AGONCILLO:
¿De veras? Muy agradecido y muy amable del presidente. Señor, el Senador
Chandler me pidió que entregara esta carta a Vd. en persona. (Le entrega la carta.)
DAVIS:
Ah, claro, mi buen amigo Chandler.
(Lee la carta)
Sr. Aguisillo, comprendo muy bien
sus preocupaciones. Sr. Chandler expresa sus simpatías. Todo lo que puedo hacer
es mencionar esto al comisionado para una posible discusión. Es que hay otros
temas más importantes que tenemos que discutir con la delegación española. Y
ahora mismo me están esperando.
AGONCILLO:
Un pequeño favor, Senador. ¿Me permite participar en las discusiones, o a
lo menos, observar las charlas?
DAVIS:
Voy a ver lo que puedo hacer. Adiós
por ahora.
(Mutis)
(Las luces se apagan. Se nota la frustración en Agoncillo.)
Escena 17.
McKinley y Davis hablando por
teléfono.
DAVIS:
Sr. Presidente, ¿ha leído la carta de protesta del Sr. Agoncillo?
MCKINLEY:
Sí, bastante largo. ¿Qué dicen los españoles?
DAVIS:
Ya tienen su dinero. Ya no les importa.
MCKINLEY:
[1] Guillermo Gómez Rivera, El Caserón, Manila, Nueva Era Press,
1978. Pronto aparecerá en www.filipiniana.net
la nueva versión ampliada y corregida por el autor en 2008, con nuestra edición
anotada de las variantes.
[2] Nick Joaquín, Un Retrato del Artista como Filipino. Una
elegía en tres escenas, Quezon City, Universidad de Filipinas, 2000.
[3] Edmundo Farolán Romero, Antología del teatro hispano-filipino,
Quezon City, Universidad de Filipinas, 1983.
[4] Claro M. Recto, Solo entre las sombras, Manila,
Instituto Cervantes & De
[5] Federico García Lorca, Kasal sa dugo, traducción de Bienvenido
Lumbera, Quezon City, Ateneo de Manila, 2008.
[6]
Cf. Andrea Gallo, “Contemporary
Hispanophilippine Literature”, en Isaac Donoso (ed.), More Hispanic than We Admit. Insights into Philippine Cultural History,
[7] Edmundo Farolán, Generalísimo Emilio Aguinaldo:
http://www.scribd.com/doc/2405565/AGUINALDO
http://www.um.es/tonosdigital/znum16/secciones/tintero-4-AGUINALDO.htm
[8] Reseña verídica de
[9] True
Version of the Philippine Revolution by Don Emilio Aguinaldo y Famy, President
of the Philippine Republic, Tarlak, 23rd September, 1899.
[10] Andrea Gallo, “¿Existe una
literatura hispanofilipina contemporánea?”, en Isaac Donoso (ed.), Civilización Filipina y Relaciones
Culturales Hispano-Asiáticas, Cuaderno Internacional de Estudios Humanísticos y
Literatura (CIEHL), Universidad de Puerto Rico, Humacao, 2009 (en prensa).
[11] Vid.
Pablo Cuevas Subías, “Una antología de la literatura española reciente”, en Revista Filipina, Tomo XII, no.4,
Invierno 08-09 http://revista.carayanpress.com/antologiaesp.html
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