REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


ENTREVISTA A ADAMA SAMASSÉKOU, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA AFRICANA DE LAS LENGUAS (ACALAN) [1]

Bamako. 24.01.2007
Javier Fornieles Alcaraz
Antonio M. Bañón Hernández
(Universidad de Almería)

www.grupoecco.org

Audio con la entrevista

-¿Cuál es la situación de los estudios lingüísticos en África y más concretamente en Mali? ¿Disponemos, por ejemplo, de atlas lingüísticos?

-Por lo que se refiere a Mali, actualmente hay diversos estudios sociolingüísticos que se están llevando a cabo. El Instituto de Lenguas Abdoulaye Barry realiza estudios de género y elabora informes sobre la situación de las lenguas. También destaca el departamento de lenguas de la Facultad de Letras, Artes y Ciencias Humanas (FLASH), que analiza la situación de las lenguas en Mali. Pero no creo que en este momento se haya podido publicar mapas lingüísticos en nuestro país.

No es algo que ocurra sólo en Mali. La situación es prácticamente la misma en casi todos los países africanos, en los que se podría decir que no hay realmente una política lingüística sobre estas cuestiones.

Sin embargo, creo que Burkina Faso, así como Senegal y los países del África oriental -Tanzania, Kenia y Uganda- han elaborado hace tiempo mapas lingüísticos. En África del Sur han avanzado mucho en este sentido tras la instauración de la democracia en 1994 y deben contar también con mapas de este tipo. Han hecho un trabajo considerable en diez años, porque era preciso rehabilitar las lenguas africanas.

Por otra parte, en este campo, contamos con atlas lingüísticos que han sido elaborados por diferentes instituciones desde hace tiempo, pero que necesitan actualizarse. Y están también los organismos e instituciones internacionales como la Francofonía y la UNESCO, que han efectuado estudios sobre las lenguas africanas.

A su vez, la Unión Africana realiza trabajos sobre las diferentes lenguas. Tenemos, por ejemplo, el proyecto del atlas de las lenguas del África central, que se lleva a cabo en Camerún. Pero todo esto se encuentra en una fase preliminar.

Por este motivo, la Academia Africana de las Lenguas (ACALAN), en tanto que institución especializada de la Unión Africana, encargada de trabajar sobre las lenguas del continente, tiene como proyecto realizar el atlas de toda el África. De aquí a cinco años, esperamos tener el atlas de todos los estados africanos, algo que resulta, en efecto, fundamental, pues no se puede trabajar sin él.

-¿Podemos establecer con claridad las lenguas que existen en África, sus fronteras y sus relaciones?

-Sobre este asunto, sobre la situación de las lenguas, hay muchas investigaciones que han sido realizadas por africanos y no africanos, por investigadores franceses, japoneses, alemanes y americanos en todo el mundo. El SIL (Summer Institute of Linguistics), por ejemplo, es una institución que ha trabajado mucho sobre las lenguas y nosotros disponemos de su última edición, la decimoquinta (el doctor Samassékou nos la muestra: Languages of the World), en la cual figuran los diferentes países africanos.

Si nos fijamos en el caso de Mali, el SIL estima que existen unas cincuenta lenguas, poco más o menos. Sin embargo, no es ese nuestro planteamiento, por lo que se produce un problema en torno a esta clasificación. El SIL tiene un enfoque que se presta a cierta confusión. Cuenta, en efecto, los dialectos, los idiolectos y las lenguas, y los incluye en un mismo conjunto. De ahí que aparezca un número tan elevado cuando en Mali tenemos menos de cincuenta lenguas. Yo creo que son más o menos veinte como máximo, aunque aún no estamos en condiciones de precisarlo. Lo que encontramos, en realidad, son varios dialectos, que pertenecen a una misma lengua, y que el SIL considera como lenguas. Hemos tenido un debate con ellos y pensamos realizar un encuentro para revisar este enfoque y armonizar nuestros puntos de vista.

Debemos tener en cuenta además que la cuestión de las lenguas es una cuestión mucho más socio-política que socio-lingüística. En función de las diferencias geográficas, socio-culturales, socio-políticas o históricas, un dialecto puede pertenecer a una misma lengua desde un punto de vista diacrónico. Pero, desde el punto de vista sincrónico, puede llegar a ser una lengua por la situación geográfica. Si tomamos el caso del mandinga, encontramos tres lenguas muy cercanas a él y que no son más que dialectos, en realidad, de una misma lengua: el mandinga. Pero hoy distinguimos tres lenguas diferentes: el malinke en Guinea, el bambara en Mali, y el djoula en Costa de Marfil y en Burkina Faso.

Nos encontramos también con el caso del mandikan, que está mucho más extendido. Cubre nueve estados del África del Oeste, que constituían  el imperio de Mali, yendo del océano Atlántico al lago Chad. De hecho, en ese espacio, tenemos hoy día nueve estados considerados francófonos (Mali, Senegal, Guinea, Costa de Marfil, Burkina), anglófonos (Gambia, Sierra Leona, Liberia) o lusófonos (Guinea Bissau). Pero en cada uno de estos estados, lo que hay es la lengua mandé, que recibe varias denominaciones el malinké, el bambara, el djoula, el mandinkan, el mandindan kango, etc.

Si examinamos, por ejemplo, el atlas del SIL, encontramos sisité, senoufo, soupiré senoufo, senera senoufo, senari, que en realidad son dialectos que pertenecen a la misma lengua. Entre los dogons aparecen diez, once, doce… Son considerados todos como lenguas cuando realmente son dialectos, y no más de siete, del dogoso, de la lengua dogon.

Ahora bien, es preciso decir que el SIL ha hecho un gran trabajo, que reconocemos, no sólo en Mali sino en el mundo, en América latina, y en todos sitios. Nuestro objetivo es basarnos, además, en los trabajos que han sido efectuados, antes del SIL, por los antiguos colonizadores que han descrito nuestras lenguas y países, por lingüistas no africanos que han venido para determinar el estado de la cuestión, para recoger la situación exacta de las lenguas en África hoy.

Por otra parte, debo decir que el SIL tiene una sede aquí, que su sede en África del Oeste se encuentra en Costa de Marfil, en Abidjan, y que estamos en contacto permanente con ellos.

- Las lenguas africanas ¿tienen un reconocimiento adecuado? ¿Hay una política lingüística definida en torno a esta cuestión?

-En realidad, si volvemos a ocuparnos de Mali, desde la independencia, en 1960, podríamos decir que hemos decidido usar las lenguas del territorio, valorarlas. Pero no hemos conseguido incorporarlas en la enseñanza más allá de la alfabetización.

Al principio, la alfabetización se hacía en francés. Llegamos a la conclusión de que esto no podía continuar así puesto que la mayoría de la población no tenía el francés como lengua materna. Y, por este motivo, decidimos que la alfabetización se llevara a cabo en las lenguas nacionales.

Entre los países africanos, Mali ha sido el más avanzado en este planteamiento y en la práctica de la alfabetización, lo que justifica la decisión tomada por la UNESCO, en Teherán, en 1968, de considerarlo uno de los países pilotos de África al igual que Tanzania o Argelia.

Después de esta experiencia de alfabetización, Mali estimó que se podría permitir introducir las lenguas nacionales en la enseñanza regular. La experiencia ha desembocado finalmente en lo que se llama la ‘pedagogía convergente’.

La política lingüística de Mali se ha basado en dos principios fundamentales. El primero es que cada ciudadano maliense tiene derecho a aprender su lengua, a ser alfabetizado en su lengua. De ahí que no se considere una lengua más valiosa que otra, que todas las lenguas se consideren lenguas nacionales.

En algunos países africanos se establecen, en cambio, diferenciaciones. Se ha dicho, por ejemplo, de una lengua que es local y no nacional, considerando como nacional lo que es oficial en todo el país. Hay incluso decretos señalando las lenguas nacionales que existen. Pero no es éste el caso de Mali. Nuestro planteamiento es que todas las lenguas son nacionales, es decir, que cada lengua es nacional y tiene esta consideración para la comunidad que hace uso de ella.

Como indiqué, desde 1994, Mali ha decidido generalizar el uso de la pedagogía convergente en el sistema educativo y seguimos actualmente con este planteamiento. La política lingüística de Mali se basa en la refundación del sistema educativo por medio de la Ley de orientación de la educación. Esto nos permite afirmar que la cuestión más importante de la política lingüística, como decía al comienzo, se apoya en el derecho que cada uno tiene a aprender en su lengua, en el principio de usar la lengua propia en la educación.

Pero esta política no está plenamente regulada. Está aún desarrollándose, pues el uso de las lenguas nacionales no se limita sólo a la alfabetización o a la educación formal, sino que debe extenderse también en la vida corriente. En un momento dado se deberían usar las lenguas africanas, en la administración, en todos los dominios de la vida pública. No es el caso por el momento y habrá que esperar para alcanzar este nivel.

- ¿Cuáles son los objetivos y los planteamientos de la Academia Africana de las Lenguas?

- La Academia Africana de las Lenguas es una institución de la Unión Africana. Tiene el propósito de ayudar a cada país miembro de la Unión Africana a conseguir una política lingüística que sea coherente con la idea de valorar las lenguas africanas para convertirlas en lenguas de trabajo en todos los dominios de la vida pública, en todos los niveles -local, regional, continental-, y para promover incluso el uso de las lenguas africanas a nivel internacional. Por ejemplo, una cuestión que se plantea hoy es cómo lograr que una lengua como el swahili pueda llegar a ser una de las lenguas más utilizadas en el continente e incluso convertirse, el día de mañana, en la primera lengua africana en las Naciones Unidas, además del árabe, porque el árabe es también una lengua africana que se habla además en el Oriente Medio.

Por otra parte, el francés, el inglés, el español y el portugués son considerados como lenguas asociadas de las lenguas africanas. Así pues el objetivo de la Academia Africana de las Lenguas es el de crear un verdadera asociación entre las lenguas africanas y las lenguas heredadas de la colonización, que son las lenguas oficiales hoy en la mayor parte de los Estados africanos. Las relaciones no son aún las que debe haber entre socios iguales. Nosotros queremos que esto sea así y ésta es la misión de la Academia.

En este sentido, la elección del nombre de la Academia no es casual. No se llama Academia de las Lenguas Africanas porque no se ocupa de las lenguas africanas sólo, sino de todas las lenguas, privilegiando las africanas. Desde la colonización, nuestras lenguas han estado marginadas y esto ocurre incluso después de las independencias. Y el problema principal radica en que ningún pueblo, ningún país puede desarrollarse fuera al margen de sus lenguas y de su cultura, y nosotros no tenemos por tanto el medio de lograr nuestro propio desarrollo.

Nuestro proyecto consiste hoy en lograr una verdadera asociación entre las lenguas africanas y las europeas procedentes de la colonización, que son parte de nuestro patrimonio cultural.

La expresión la lengua de los africanos significa ante todo las lenguas africanas. Las lenguas europeas no constituyen sino un valor añadido, un enriquecimiento, algo que no puede ser válido más que cuando estemos asentados, enraizados literariamente, en nuestra cultura, lo que resulta primordial para nosotros.

Es preciso llegar, al menos, al mismo nivel, pues estamos en África. Yo tengo la costumbre de decir que África es el único continente del mundo en el que cuando un niño va a la escuela, comienza su aprendizaje en una lengua que no es la que habla con su familia. Por este motivo, pensamos que es importante invertir este sistema, reequilibrar las relaciones entre nuestras lenguas y las europeas. En África, hoy día, la oportunidad se encuentra en que se pueda transformar en un recurso positivo lo que ha sido hasta ahora una imposición. No podemos olvidar tampoco el hecho de que hoy estamos aquí hablando en francés, pero que si yo hablara en mandinga, en dogon, en dozo o en foul-fouldé, ustedes no podrían comprender lo que les digo.


-¿Podríamos decir que, actualmente,  hay muchas lenguas africanas que puedan desaparecer?

- La UNESCO ha hecho un atlas, un excelente trabajo de cartografía de las lenguas en peligro, actualizado aproximadamente hace dos años. Estos análisis muestran que cada año hay un importante número de lenguas que desaparecen en el mundo y en África también.

Desaparecen por varias razones. Se debe al hecho de que las poblaciones que hablan la lengua se extinguen. No hay emisores y las generaciones nuevas no la hablan. Sólo la utilizan las generaciones mayores. Y, por su debilidad, la lengua no se usa apenas en la vida común. Hay varias razones que explican, pues, la desaparición de las lenguas. Pero todos los que, como nosotros en la Academia y en el mundo, estamos trabajando por la diversidad lingüística y cultural, luchamos para retrasar al máximo la muerte de las lenguas y para que se hagan grandes esfuerzos de preservación, de salvaguarda de las lenguas existentes. En nuestros días esto resulta más fácil con las nuevas tecnologías. Si se recogen los cuentos, los cantos, las tradiciones, toda esta riqueza inmaterial, eso puede permitir salvar el mundo, los valores sociales que se encuentran en cada lengua.

-¿Qué opinión tienen sobre este tema, sobre el papel que deben tener las lenguas africanas, las autoridades, los intelectuales, la sociedad en general?

(Nos acompaña en la entrevista Emmanuel Sagara, el Secretario General de la Academia, el cual toma la palabra en este punto)

-La postura ante esta cuestión depende de a quién nos dirijamos. Si nos dirigimos a la gente común, a los funcionarios o al medio rural, no encontramos la misma actitud. Puesto que las lenguas de la colonización han sido presentadas como lenguas de promoción, la gente tiene una visión positiva en el medio rural sobre todo y entre los comerciantes. Quieren aprender las lenguas europeas porque es el medio para conseguir la promoción, pues se llega a ser alguien a partir de estas lenguas. Se prefiere aprender las lenguas europeas antes que una africana. Esto es así porque se emplean incluso en los concursos para la promoción en la función pública.

Hablando de la emigración, por ejemplo, las personas que quieren viajar a España en seguida se ponen a aprender el español. Quieren ir allí y esto les va a ser útil. Si consiguen decir ‘buenos días’ en español, será mejor que decirlo en bambara.

En cuanto a los ambientes intelectuales existe otra reacción, una actitud diferente. Hay quienes por asimilación piensan que nuestras lenguas no sirven para promocionarse en el exterior. Consideran que nuestras lenguas no pueden expresar todo el pensamiento científico. No hay un porcentaje definido, pero sí una parte de intelectuales con esta actitud.

Otra parte se opone a la primera. Se trata de un reducido grupo de nacionalistas que estima que las lenguas occidentales nos han pesado demasiado y que es preciso ir, avanzar, hacia nuestras lenguas nacionales. Y hay quienes piensan que es preciso volver a dar a las lenguas nacionales su lugar sin eliminar las lenguas heredadas de la colonización.

Adama Samassékou: Estas actitudes diversas se observan en la mayor parte de los países africanos. Mi colega ha hablado de tres tendencias. En realidad habría que hacer una primera división entre el mundo rural y el mundo urbano; y dentro del mundo urbano habría que distinguir dos tipos de reacción. Los instruidos, los que han sido influidos por el sistema colonial, que tienen la mentalidad del colonizado y no la han cambiado. Estos van a pensar que sus lenguas no valen nada porque el colonizador ha hecho todo para que no se consideren nuestras lenguas ni nuestras culturas o para que se las valore por algo menos que nada.

En un principio, dentro del sistema ideológico colonial, no teníamos ni siquiera una lengua. Teníamos unos idiomas que no se hablaban, éramos pueblos que no se comunicaban más que por signos.

Y cuando se ha pensado que las lenguas africanas podrían unirse al resto de las lenguas se ha dicho que teníamos dialectos, no una lengua. Y cuando se ha estimado que eran lenguas se ha dicho que son lenguas vernáculas –vernaculus, en latín quiere decir la lengua del lugar. En Francia el francés es, por tanto, una lengua vernácula, pero no se ha utilizado así el término en el caso del francés. Esta denominación sólo afectaba a las lenguas de los países colonizados. Por esto, hoy, en ciertos estados africanos, hay intelectuales que continúan utilizando la expresión lenguas vernáculas. En Mali la mayor parte de los intelectuales ha decidido no usar este término para las lenguas porque hay un trabajo de concienciación desde la Primera República para mostrar a la gente que, incluso si se está con el mundo exterior, es preciso estar ante todo orgulloso de su cultura y de sus orígenes. Se trata de un trabajo continuo que plantea un grave problema hoy, y que consiste en romper con el sistema colonial.

-¿No resulta un tanto sorprendente el desinterés que parece haber en Europa con respecto a las lenguas africanas, lenguas que se hablan ya en España o en cualquier otro país europeo?

-No se trata desde luego de algo que ocurra sólo en España. Pasa en todos los países europeos, Francia incluida. En Francia hay quizás un mayor conocimiento gracias a los intercambios universitarios, pero encontramos, en realidad, la misma situación en todas partes.

Los universitarios, en Europa, se han interesado por África, han comenzado a trabajar sobre las lenguas africanas y tienen algunos conocimientos sobre su situación. Pero la población, por lo general, no sabe nada en absoluto. La gente piensa que en Mali no se habla más que el francés, que la lengua de Ghana es el inglés, que la de Guinea Bissau es el portugués. Para muchos europeos no hay realmente una historia africana. La historia de África empezaría con la llegada de los colonizadores.

En realidad, el sistema de dominación ha hecho que se oculte la realidad, las lenguas de los países colonizados. Pero, justamente porque la situación ha cambiado, es por lo que ustedes están hoy aquí. Desde los años sesenta muchos países africanos han intentado llevar a cabo una ruptura con el sistema colonial. Mali hizo su reforma del sistema educativo en 1962, menos de dos años después de su independencia. El eslogan de esta reforma era: ‘descolonicemos los espíritus, atrevámonos a pensar por nosotros mismos, atrevámonos a actuar nosotros mismos’. Antes de esto teníamos en los manuales escolares los mismos contenidos que el resto de países colonizados por Francia: nuestros antepasados eran supuestamente los galos; la geografía era la de Francia…

El cambio comenzó en esta época. Pero ahora, con la creación de la O.U.A., de la Unión Africana, el problema que se plantea a los estados africanos es la cuestión de la identidad, porque, como dice el profesor Ki-Zerbo, una vez que volvamos a centrar nuestra identidad, podremos desempeñar nuestro papel como actores y no ya sólo como un tema.

Se ha producido, pues, un cambio en nuestros días. Primero, a nivel de la Unión Africana. El swahili es hoy una lengua de trabajo al igual que el francés, el español o el árabe. Luego, la política lingüística del continente ha empezado a tomar forma con la creación de la Academia Africana de las Lenguas, que pondrá la cuestión lingüística en el corazón de la problemática del renacimiento del continente africano.

Por otra parte, Europa ha cambiado también pasando  a ser más de 25 países y se encuentra en la situación de redescubrir el pluralismo lingüístico y de interesarse provechosamente por la diversidad lingüística y cultural. Indirectamente, Europa empieza a tener otra visión sobre el África. Hace un año y medio hemos sido, por ejemplo, invitados por el Consejo de Europa a una conferencia sobre el pluralismo lingüístico para compartir nuestras experiencias y nos hemos dado cuenta de que Europa está interesada en saber cómo África ha llegado a desenvolverse con una multitud de lenguas.

-¿Podría darnos algunos datos sobre bibliotecas o centros de documentación importantes relacionados con las lenguas africanas?

- La Academia es una institución muy joven aún. Tenemos, por este motivo, un centro de documentación que está construyéndose. Y estamos proyectando una biblioteca virtual para establecer los lazos, relaciones, conexiones con todas las estructuras que tienen una documentación sobre las lenguas africanas. Pero no se ocupa de la bibliografía sobre las lenguas africanas.

En cuanto a la documentación oral, la Unión Africana tiene instituciones que se encargan de ello. Se trata de centros que están relacionados, como socios, con la Academia. El más conocido es el CELTHO (Centre d'Études Linguistiques par Tradition Oral), en Niamey (Niger). Hay que mencionar también el EACROTANAL (East African Center of Rechearch on Oral Traditional and National Languages), en Tanzania, para el África oriental; y el CERDOTOLA (Centre Régional de Documentation sur les Traditions Orales et les Langues Africaines) en Camerún. Pero el EACROTANAL y el CERDOTOLA han permanecido durante cierto tiempo un poco en letargo, mientras que el CELTHO ha tenido mayor dinamismo. Conviene recordar que el CELTHO ha sido una institución cofinanciada por la OUA y la UNESCO, al mismo tiempo que el centro Ahmed Baba de Tombouctou, aquí, en Mali. Cuando el Centro Ahmed Baba trabajaba las fuentes escritas de la historia africana, el CELTHO lo hacía con las fuentes orales.

Finalmente, me parece importante mencionar también el INALCO (Institut national des langues et civilisations orientales) en París y  el CNRS (Centre nacional de la recherche scientifique), pues cuenta con una estructura en la que encontramos a muchos investigadores interesados por las lenguas africanas.



[1] Esta entrevista se realizó dentro del proyecto ALDIMA (Análisis lingüístico-discursivo de la inmigración en España, con especial referencia a Murcia y Almería). El proyecto fue financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (HUM2004-04502).