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DANIEL BASTEIRO. Bruselas, Bélgica. 25/05/2009
http://www.publico.es/internacional/227703/lenguas/bruselas/todas
Sin ellos, la Unión
Europea se paralizaría. Son los
traductores e intérpretes, una profesión que se cotiza al alza. Sólo en
el Parlamento Europeo son 1.500 los profesionales que traducen los textos y
debates a las 23 lenguas oficiales de la UE, el español entre ellos.
En la Comisión
Europea, la institución que redacta las leyes, el multilingüismo
tiene su propio comisario, que defiende la diversidad lingüística como una
"fuente de bienestar y un puente hacia el entendimiento mutuo",
asegura Leonard Orban. Para
él, el uso y la potenciación de las 23 lenguas oficiales alimenta la unidad de
Europa, "tras un pasado donde ciertas lenguas fueron dominantes,
discriminadas o hasta excluidas".
La libre circulación de ciudadanos entre países y
programas de movilidad educativa y profesional persiguen
elevar el porcentaje de europeos que aseguran poder hablar en otra lengua,
actualmente un 56%, según el último Eurobarómetro.
Sin embargo, no
todas las lenguas oficiales para los ciudadanos son lenguas oficiales para la
UE. El gallego, el catalán o el vasco,
con estatus de cooficialidad en varias comunidades
autónomas, no pueden ser usadas en la UE más que para correspondencia entre el
ciudadano y algunas instituciones, a excepción del Comité de las Regiones y el
Consejo, donde además se ofrece la posibilidad durante los debates.
Acuerdos alcanzados
en esta legislatura con instituciones como el Tribunal de Justicia o el
Parlamento Europeo permiten que un ciudadano pueda usar el gallego, catalán o
vasco en comunicaciones, aunque los costes de las traducciones corren a cargo
del Gobierno español y no del presupuesto comunitario, que dedica un 1% de sus
partidas (2,30 euros por ciudadano al año) a la traducción e interpretación de las 23 lenguas oficiales.
Sin embargo, los
eurodiputados o funcionarios que reclaman un uso oficial de las identificadas
por la Comisión Europea como "lenguas regionales o minoritarias", se
topan con argumentos como el de Hans-Gert Pöttering, el presidente de
la Eurocámara, que pide empezar las
reivindicaciones en casa.
"Mi consejo es
que defendáis vuestra lengua en vuestro propio país", aseguró Pöttering, este año en Barcelona, en referencia a la
ausencia en el Congreso o el Senado de lenguas sí oficiales en algunas
comunidades autónomas.
Durante la visita,
parlamentarios como María Badía (PSC), denunciaron la
"anomalía" que supone que una lengua con casi 10 millones de
hablantes (más que los que hablan varias de las lenguas oficiales) no pueda ser usada en el pleno de la cámara.
El multilingüismo fue, además, motivo de un agrio debate en la
Eurocámara, que finalmente tumbó las aspiraciones del conservador Luis Herrero de criticar, en un informe parlamentario, el
modelo de inmersión lingüístico en Catalunya, varias
veces elogiado por las instituciones europeas.
Herrero consideraba
"esencial" la posibilidad de que los padres eligiesen "la lengua
oficial en la que han de educarse sus hijos", abriendo la posibilidad a la
omisión en el período educativo de las demás.
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