REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


Caín, José Saramago

(Barcelona, Círculo de Lectores, 2010)

 

 

          Ya se apartaba, pero caín lo retuvo, No te vayas, por lo menos dice cómo llaman a estos parajes, Los llaman tierra de nod, Y nod qué quiere decir, Significa tierra de fuga o tierra de los errantes, dime tú, que has llegado hasta aquí, de qué andas huyendo y por qué eres un errante, No le cuento mi vida al primero que encuentro en el camino con dos ovejas atadas con una cuerda, además ni siquiera te conozco, no te debo respeto y no tengo por qué responder a tus preguntas…

(pp. 50-51)

 

 

          Hablaban lenguas diferentes y en algunos casos se reían y burlaban unos de otros como si la lengua de cada uno fuera más armoniosa y más bella que la de los demás. Lo curioso del caso, y esto todavía no lo sabía caín, es que ninguna de esas lenguas existía antes en el mundo, todos los que allí se encontraban tenían un solo idioma de origen y se comprendían sin la menor dificultad. Tuvo la suerte de toparse con un hombre que hablaba hebreo, lengua que le había caído en suerte, en medio de la confusión creada y de la que caín ya era consciente, con gente expresándose, sin diccionarios ni intérpretes, en inglés, en alemán, en francés, en español, en euskera, algunos en latín y griego, e incluso, quién podría imaginarlo, en portugués. Qué guirigay es éste, preguntó caín, y el hombre le respondió, Cuando vinimos de oriente para asentarnos aquí, hablábamos todos la misma lengua, Y cómo se llamaba, quiso saber caín, Como era la única que había no necesitaba tener un nombre, era la lengua, nada más, Qué sucedió después, A alguien se le ocurrió hacer ladrillos y cocerlos al horno, Cómo los hacía, preguntó el antiguo pisador de barro, sintiendo que estaba con su gente, Como siempre se han hecho, con barro, arena y piedrecitas pequeñas, como argamasa usábamos el alquitrán, Y luego, Luego decidimos construir una ciudad con una gran torre, esa que ves ahí, una torre que llegase al cielo, Para qué, preguntó caín, Para hacernos famosos, Y qué sucedió, por qué está la construcción parada, Porque el señor vino a inspeccionar y no le gustó…

(pp. 94-95)