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¿TRANSFERENCIA DE PODER? RETOS, CONTRADICCIONES Y PARADOJAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA GESTIÓN PARTICIPATIVA. CASO: VENEZUELA
Angerlin
Yannine Rangel Mujica
(Universidad Central de Venezuela)
“¿Cómo soldar el
presente al porvenir, satisfaciendo las necesidades urgentes del presente y
trabajando útilmente para crear y “anticipar” el porvenir? “
Antonio
Gramsci, “Democrazia operaia”
L'Ordine Nuovo, 21 de junio de 1919
Resumen
Este ensayo presenta
una investigación que tiene como objetivo, analizar las políticas públicas en
el ámbito social, involucrando concepciones teóricas e ideológicas sobre la
democracia participativa y protagónica previstas en el proceso venezolano, la
aproximación al estudio del empoderamiento de la ciudadanía y la construcción
de saberes necesarios para tomar decisiones sobre el mejoramiento de las
condiciones y calidad de vida. Asimismo, apunta a una propuesta que exprese la
interrelación de un plan de trabajo colaborativo en formación permanente con
una investigación social producto de la construcción del saber social. Los
resultados preliminares alertan la necesidad de conceptualizar desde lo
político-ideológico, conceptual-organizativo que define la práctica
revolucionaria, hasta lo organizativo-funcional; simultáneamente, evaluar
limitantes cuando el poder de las masas es promovido e impulsado desde el
Estado; es decir, diferenciar si se está hablando de transferencia del poder
real o de simple apertura administrativa del mismo.
Palabras
clave:
Abstract
This
paper presents research aimed to analyze public policy in the social sphere,
involving theoretical and ideological views on participatory democracy provided
for in the Venezuelan process, the approach to the study of citizen empowerment
and the construction of knowledge necessary to make decisions about improving
the conditions and quality of life. It also points to a proposal that expresses
the relationship of a collaborative work plan with a lifelong social research
product of social construction of knowledge. Preliminary results warn of the
need to conceptualize from the political-ideological, conceptual, organizational
define revolutionary practice, to the organizational-functional simultaneously
limiting when assessing the power of the masses is promoted and encouraged by
the state, ie differentiate whether you're talking about real transfer of power
management or simply opening it.
Key words:
Introducción
Aunque la década de los noventa en Latinoamérica se caracterizó por impulsar
una redefinición de la política social, las evidencias demuestran que ésta y su
concepción siguieron el curso definido en la década anterior. Frente al
incremento de la escasez de recursos, la política social fue reducida a planes
específicos centrados en el combate directo de la pobreza, y destaca el énfasis
expreso del Estado en la legitimación de una estrategia focalizadora como
criterio para lograr una mayor eficiencia del gasto social y una mejor
identificación de los sectores más pobres y necesitados de protección, los que
en definitiva se convertirían en los beneficiarios de los diferentes programas
sociales. Al respecto, no hubo reparo alguno en que la focalización
estigmatizara a los beneficiarios y erosionara las bases de la ciudadanía impidiendo
a la postre su reconstrucción y consolidación. El resultado fue, la generación
de estructuras sociales híper desiguales, un Estado que mostró crudamente su
ineficacia para hacer frente a las distintas demandas sociales, y un sistema
político incapaz de construir espacios para la participación.[1]
Sin embargo, en Venezuela una vez que Hugo Chávez gana en 1999,
constata de manera significativa el carácter social del nuevo gobierno,
expresado en la nueva Constitución que define un sistema político democrático-participativo
y protagónico con abierto apoyo en cuanto a, transición legislativa para
fortalecer el proyecto de participación, donde si bien no puede asumirse
a la democracia como resultado espontáneo de la relación de proximidad entre
sociedad y Estado[2],
si pueden verse cuando los derechos sociales se amplían hacia nuevas áreas de
la vida social e incorporan nuevos sujetos, al tiempo que la función social del
Estado se redefine, responsabilizándose de dar garantía sobre el cumplimiento
de los derechos sociales en un momento donde se introduce el principio de
corresponsabilidad de las familias quienes dentro y en conjunto con la sociedad
asumirán, con igual obligación, cumplir los deberes para asegurar cabalmente el
ejercicio de estos derechos.
Cabe señalar, que esta concepción de aminorar la situación estructural
donde una comunidad o persona sólo buscaba empoderarse para solventar un
problema puntual del momento, no parece ser un problema solventado, o a lo
menos habría que confluir en una idea de que fue lo que prevaleció hasta la
Constitución del año 1999, “cuyo problema de naturaleza política, y que
podríamos denominar de legitimidad democrática de las instituciones, se asocia
a la relación sustantiva entre Estado y sociedad civil en la región”[3],
problemática a partir de la cual, se establecieron nuevos canales para la
participación del pueblo en los distintos asuntos de interés público arrojando
interrogantes que automáticamente conllevan a dar una mirada hacia las
prácticas que se han llevado a cabo para enfrentar los problemas estructurales
en esta relación entre Estado y pueblo.
A partir de ése momento, con la asunción de Chávez al poder, desde
este país se intenta romper el paradigma asistencial y reemplazarlo por un
modelo que cubra las necesidades de las comunidades, dotándolo de un cuerpo
jurídico donde a su vez se promueva el
desarrollo, al tiempo que articule un proyecto político socialista que se
evidencie en estabilidad democrática, gobernabilidad, participación, niveles de
equidad favorables, cónsone con la política internacional de unidad
latinoamericana con énfasis en la construcción nacionalista.
La lectura que sobre la política social maneja el actual gobierno
venezolano, está fundamentalmente expresada en las estrategias y políticas del
Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, en su idea de
“Suprema Felicidad Social”, donde los proyectos van dirigidos a fomentar la
participación organizada del pueblo en la planificación, producción y
socialización equitativa de los excedentes y en “Democracia Participativa
Revolucionaria” donde se pretende, entre otras: construir la estructura
institucional necesaria para el desarrollo del poder popular y garantizar la
participación a través de la autogestión de la población en la administración
pública nacional[4].
Así las cosas, el proceso de transformación social y política que se
está desarrollando en Venezuela a partir del gobierno revolucionario de Hugo
Chávez en 1999, plantea la necesidad de crear un nuevo tipo de organización,
con miras a adecuarlo a la conformación de la ciudadanía y la sociedad
socialista propuesta.
En este sentido, se enarbola el proceso revolucionario venezolano con
una propuesta de democracia participativa y protagónica que busca impulsar un
trabajo solidario, de cogestión y de corresponsabilidad para llevar a cabo
procesos de transformación social previstos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela de 1999. En consecuencia, desde un punto de vista
jurídico-institucional el gobierno busca profundizar la democracia a través de
la constitución de consejos parroquiales y comunales, la organización de
asambleas de ciudadanos, redes sociales, círculos y colectivos comunitarios,
que al parecer entran en conflicto con los poderes centrales, sobre todo al
momento que esta forma de empoderamiento supone una amenaza en el
desplazamiento del poder, sin negar que “en términos conceptuales y discursivos
y en términos prácticos, con relación al modelo de Estado y su papel, tanto
desde el punto de vista económico como político, han ocurrido importantes
cambios”[5]que
han respondido a la coyuntura que atraviesa en la actualidad este país y que se
han direccionado en procura de adecuar las estructuras tradicionales a las
demandas sociales y los cambios que acondicionaran el camino para lograr la
sociedad socialista propuesta.
No obstante, el lento ritmo medido en cuanto avance en las
transformaciones para lograr el Socialismo del Siglo XXI podría deberse, entre
otras cosas, a la existencia de una tradición dominante en materia de políticas
públicas y sociales que limita la capacidad real de participación de los
sectores populares, por lo cual surge la necesidad de responder a la siguiente
interrogante: a raíz de las nuevas condiciones auspiciadas por la democracia
participativa y protagónica a través del nuevo tipo de organización revolucionaria con los consejos comunales,
¿existe una transferencia del poder que se evidencia en políticas públicas
efectivas?.
A tal efecto se presentan los objetivos que persigue la investigación
en miras de reforzar la idea central de esta investigación que gira justamente
en torno a si efectivamente, la construcción de una nueva arquitectura
administrativa, impulsada principalmente con los consejos comunales, favorece la
participación de la ciudadanía en los asuntos públicos[6],
y así, el mejor ejemplo de un empoderamiento popular a través de un proceso de
descentralización del poder:
Objetivos:
Objetivo general:
Analizar cuál ha sido la influencia de las políticas públicas en el
ámbito social, relacionadas directamente con la transferencia del poder desde
el Estado venezolano a la ciudadanía.
Objetivos específicos:
1. Identificar el carácter social que han tenido las políticas públicas
en el gobierno actual venezolano.
2. Estudiar el rol de corresponsabilidad manifestado desde la ciudadanía
en su identificación como sujetos sociales y políticos.
3. Profundizar la importancia de los consejos comunales como
manifestación del empoderamiento popular, considerando la forma de organización
comunitaria y el trabajo cooperativo que conllevan a procesos de transformación
social.
Hipótesis:
En Venezuela se asiste a una apertura administrativa del poder que en
la actualidad enarbola un proceso revolucionario a través de la democracia
participativa y protagónica e invita a la reorientación de la gestión pública
con los consejos comunales, no significando así una transferencia efectiva del
poder al ciudadano.
Diseño y metodología de la investigación:
Para Sautu[7] el
diseño de la investigación está constituido por las etapas y procedimientos que
contribuyen a llevar a cabo un estudio, señalando que “las concepciones e
ideas contenidas en un paradigma y los supuestos implícitos y explícitos
constituyen el marco dentro del cual se construirá el/los objetivos de
investigación y se llevará a cabo su diseño”. Afirma que de manera
coherente, el aspecto práctico de la investigación “dependerá del paradigma,
la teoría y la metodología que (…) están vinculados entre sí, aunque no siempre
dichos vínculos se establezcan de manera explícita”. En cuanto al diseño de
la investigación, Valles[8]
acota que: “diseñar significa, ante todo, tomar decisiones a lo largo de
todo el proceso de investigación y sobre todas las fases o pasos que conlleva
dicho proceso” .
Atendiendo a las distintas definiciones que resaltan la importancia
del diseño de la investigación, todo cuanto mide la manera como intenta
trabajarse y resolverse los objetivos planteados, esta investigación se
inscribe en el marco de un diseño de investigación de tipo cualitativa, ya que
la misma:
“posee un
carácter reflexivo que presta especial atención al investigador como
hermeneuta, por lo tanto, capaz de darle sentido a la realidad que investiga
incorporando su subjetividad, sus supuestos teóricos y su contexto personal,
que modulan su actuación y su relación con los participantes y la comunidad
donde se desarrolla su estudio”.
Dicho así, el diseño introduce una metodología interpretativa, que en
principio se basa sobre supuestos teóricos que permiten sustentar el carácter
holístico de la investigación. Dado sobre todo, al carácter social que tiene el
proyecto que se presenta. Introducir y remarcar las diferencias o controversias
que en términos de poder se plantean en el nuevo sistema administrativo en
Venezuela, a través de los consejos comunales, y con ello el análisis de las
políticas públicas que sugieren cogestión y transferencia de poder.
Así las cosas, la investigación se desarrollará en un primer momento,
en dos ámbitos: uno de carácter teórico/conceptual referido a las estrategias y
políticas públicas expresadas en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en la propuesta de reforma de 2007 así como en el Plan Simón Bolívar
(2007/2013); y otro, de interpretación práctica, referida a la experiencia en
trato con comunidades organizadas en Consejos Comunales, que a través de
entrevistas estructuradas y semi estructuradas buscará instalarse en la idea
que manejan quienes en el día a día expresan sus preocupaciones sobre el
desarrollo de esta práctica democrática.
Seguidamente, se relacionarán ambos ámbitos de reflexión para
reconstruir una visión integral y contextualizada sobre objeto de estudio que
gira en torno al empoderamiento de la ciudadanía, utilizando el método de
recolección como parte de la bibliografía base para la construcción de la
investigación.
Posteriormente, se vincula la primera idea con un segundo momento en
el trabajo a través del análisis conceptual, teórico y respaldo práctico, para
responder a lo relacionado con los peligros o limitantes encontrados cuando las
distintas formas de participación popular son promovidas desde el poder
central, y aquí algunas entrevistas no estructuradas a informantes del gobierno
central en cuando a su vinculación con temas de apertura o transferencia del
poder a las comunidades. En este plano, se constatará con un aspecto teórico
referido al tema del poder, y aquí hacer la analogía para vislumbrar algunos
resultados preliminares tanto del lado del Estado como de la ciudadanía organizada
para organizar el cuerpo de la investigación abordando los criterios
resaltantes.
Esta combinación entre teoría y práctica, se apoya en las definiciones
sobre investigación-acción-participativa, dado que su fin último es conocer
para transformar; y siempre se actúa en dirección a un fin o un para qué,
pero esta acción no se hace “desde arriba” sino desde y con la base social.
Fundamentación:
Lo anterior sirve de base, para poner en discusión el tema de
empoderamiento de la ciudadanía que se ha impulsado en Venezuela a través de
los consejos comunales, en la medida de que al plantearse el poder popular como
un poder que se ejercería desde abajo, supone conflictos de intereses
con el poder central que se ha planteado como función su promoción.
Partiendo con la línea que plantea Foucault[9]
donde dice que para entender el poder se debe tener presente que:
“El poder es, y
debe ser analizado, como algo que circula y funciona -por así decirlo- en
cadena. Nunca está localizado aquí o allí, nunca está en las manos de
alguien, nunca es apropiado como una riqueza o un bien. El poder funciona y se ejerce a
través de una organización reticular. Y en sus mallas los individuos no sólo
circulan, sino que están puestos en la condición
de sufrirlo y ejercerlo; nunca son el blanco inerte o cómplice del poder, son siempre sus elementos de recomposición.
En otras palabras: el poder no se aplica a los individuos, sino que transita a
través de los individuos…El individuo
es un efecto del poder y al mismo tiempo,
o justamente en la medida en que es un efecto suyo, es el elemento de composición del poder. El poder pasa a través
del individuo que ha constituido”.
De esta manera, parece que el poder en Venezuela históricamente,
parafraseando a Foucault, ha respondido a una mecánica ejercida a través de la
vigilancia que no posibilita una posible y discontinua tasación de las
obligaciones distribuidas a través del tipo de empoderamiento aplicado, que se
exprese en políticas públicas que en un tiempo no tan lejano, despliegue sus
beneficios a la ciudadanía. Para sustentar esta idea, Maingon[10]
haciendo referencia a un organismo de planificación y desarrollo venezolano
(Cordiplan 1981), expresa que…“Venezuela presenta índices de organización
social muy bajos, así como también es baja la participación de la colectividad
en las demandas para la solución de sus problemas sociales. Tal vez por ello
fue que el Estado, desde finales de los noventa contrajo la obligación de
promover la organización social de las comunidades bajo el principio rector de
la consolidación de la democracia participativa, asumiendo una patología presente en toda la región,
donde se hace evidente la escasa participación directa de los ciudadanos en las
democracias modernas y el debilitamiento de los mecanismos de representación
tradicionales[11].
Dicho así, este texto intenta investigar exhaustivamente un hecho
fundamental que gira en torno poder, donde el movimiento popular venezolano al
igual que el propio gobierno se encuentran en constante disputa, y analizar cómo
se traduciría esta tensión en el presente y futuro inmediatos, al momento de no
generar problemas de gestión y gobernabilidad.
La metodología de integración socio-histórica entre teoría y práctica
se fundamenta con la idea que plantea Guillén Tonatiuh[12],
en donde expresa que la democracia municipal es también condición para el
desarrollo institucional municipal, pleno y corresponsable en la sociedad,
con miras a alcanzar una relación estrecha de una ciudadanía participativa.
Siguiendo este orden, sostiene el mismo autor que, el valor estratégico del
municipio es que dada su proximidad, la relación entre sociedad y Estado puede
ser la más integral de todas en comparación con la esfera estatal o federal. Por
consiguiente, es este el ámbito en donde la ciudadanía y los derechos
políticos pueden concretarse en toda su extensión e intensidad.
Como es sabido, la construcción social de los Consejos Comunales
comenzó como un proceso germinal, que rápidamente se generalizó para definir la
inauguración de una nueva etapa de cambio y transformación social que se está
viviendo en Venezuela. Lo que se pudiera interpretar como un momento histórico
determinante que desde 1999 trata de garantizar la transición desde un poder
constituido como expresión del pasado hacía un nuevo poder con arraigo popular
y profunda pertinencia social. Abrazando la tesis de Carvacuore[13]
donde plantea que la participación ciudadana supone la intervención real de
los ciudadanos y sus organizaciones en las decisiones gubernamentales.
De igual modo, reflexionando acerca de la perjudicial incidencia que
tuvo en la región la globalización neoliberal como nuevo régimen de acumulación
de capital, se anteponen fenómenos altamente positivos que en el contexto
internacional que han confrontado a este tipo de globalización hegemónica, como
lo son las iniciativas, movimientos y organizaciones que, a través de vínculos,
redes y alianzas locales-globales, luchan contra ésta, movilizados por la
aspiración de un mundo mejor, más justo y pacífico que no sólo consideran
posible sino, al cual sienten que tienen derecho.[14]
Ahora, si bien todo lo anterior es cierto, también hay que considerar
que este conjunto de cambios y transformaciones requeridas, se encuentran ante
el conflicto de intereses implícitos en el hecho de que las distintas
instancias de participación popular son promovidas y diseñadas fundamentalmente
desde el Estado, y más aún, del poder ejecutivo central.
Así las cosas, es interesante considerar el caso venezolano donde los
temas de la “democracia participativa y protagónica” se han presentado no
solamente como un asunto de una mayor apertura en la gestión o diseño de
políticas públicas sino como un proceso de “inversión” del poder mismo y de la
toma de decisiones, la cual ha sido una de las razones para su apoyo entusiasta
dentro de muchos sectores populares y de izquierda pero también, el origen de
un dilema de difícil solución.
En un texto publicado recientemente llamado “De los Consejos
Comunales a las Comunas. Construyendo el socialismo del siglo XXI” Martha
Harnecker[15], una de
las principales teóricas de este tema en la coyuntura actual venezolana,
argumenta en su discusión con Negri sobre el poder constituyente que no
necesariamente éste último era contradictorio con el poder constituido:
“De igual manera, si el
poder constituyente —que se llama así precisamente porque “constituye”, porque
crea poderes constituidos— no se limita simplemente a crear a los poderes
constituidos, sino que actúa permanente sobre los poderes que ha constituido, puede
establecerse entre ellos, no una relación de oposición, sino de complementación
dialéctica. (…) Por lo tanto, consideramos tan incorrecto afirmar, como lo hace
la democracia liberal burguesa, que el poder constituyente debe desaparecer una
vez establecidos los poderes constituidos, como afirmar, como hace Negri y sus
seguidores, que lo único que debe existir es el poder constituyente y que todo
poder constituido afecta negativamente al poder constituyente.
No parece poder
obviarse la necesidad de que existan poderes constituidos. Ante la
imposibilidad de la participación directa de las personas en todos los asuntos
de interés público, ha surgido históricamente formas de poderes constituidos no
separados sino sometidos al poder constituyente, alternativas no burguesas al
sistema de representación política, donde la persona electa por el electorado:
el representante, delegado o vocero no se desliga de su base electoral; por el
contrario, se mantiene íntimamente ligado a ella, actuando de acuerdo a sus orientaciones
y rindiéndole cuentas constantemente.
(…) Considero que en
esta propuesta hay una diferencia profunda con Negri. Para él la Comuna de
París no es más que una forma perfeccionada de democracia representativa. Para
nosotros la democracia delegada o democracia de los voceras y voceros implica
un cambio substancial en la relación dialéctica representante-representado. Se
trata de un sistema político original donde la toma de decisiones en relación
con los asuntos públicos no queda al arbitrio de unos representantes separados
de sus electores, sino que es ejercida por un sistema de vocería en el cual la
base social está siempre presente.” (Harnecker. 2009: 54-55)
En esa tesis, se condensan varias de las tensiones y problemas que
atraviesa la propuesta de democracia participativa actualmente en Venezuela. Y
es que debe recordarse que al haberse planteado en el marco de un proceso
“revolucionario” y no como una propuesta tradicional en los márgenes de la
democracia liberal burguesa, es difícil ponerle límites a la participación en
la medida que esta implica, como sostengo, una inversión del poder y no
solamente su gestión más o menos desconcentrada según los límites de lo
posible.
El asunto, para decirlo brevemente, consiste en que mientras se ha
levantado como bandera de lucha la utopía (en el sentido normativo del término)
según la cual es el poder popular mediante el “poder constituyente originario”
lo que “impulsa” (como dice el Presidente Chávez citando a Negri) a la
revolución bolivariana, en realidad este impulso ha tenido que transitar los
caminos de la democracia participativa y adaptarse por tanto a los espacios que
el poder constituido va adecuando para él. De esta manera, parafraseando a
Marx, pudiera tal vez decirse que la anatomía del poder popular “constituyente,
originario y revolucionario” en Venezuela es, en última instancia, la
democracia participativa en el sentido liberal del término.
Por tanto, es interesante aclarar que esto seguramente no sería
problema de no haberse planteado en el marco de un proceso político que se
pretende revolucionario. En condiciones normales, por decirlo así, la
democracia participativa existente en Venezuela sería (como de hecho lo es) de
avanzada, sin embargo, en vista de lo ofrecido existe una disyunción cada vez
más profunda entre las aspiraciones iniciales y los límites de la realidad
procesal.
Para cerrar este punto, hay que rescatar que en el caso de los
Consejos Comunales, esta tensión está presente en su ambigua relación con otras
instancias constituidas de poder como las alcaldías, pero en la medida que los
dichos consejos se ocupan de problemas locales, pese a todo lo complicado que
puedan llegar a ser estos problemas, no lo son tanto como cuando se pasa del
ámbito local de los consejos al más amplio de las comunas como instancias
superiores de organización de los consejos, las cuales suponen una reordenación
del territorio y del poder donde ya no es lo local lo problemático sino lo
nacional e incluso lo regional.
Referencias:
·
Alves, E y Álvarez, M.
(2007). Inteligencia Colectiva para la Construcción de una política
Internacional revolucionaria. (Mimeografiado)
·
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(2006). Ley de los Consejo Comunales.
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·
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[1] Maigon, Thais (2004) Cuadernos del CENDES. Año 21. N° 55 Tercera Época Enero-Abril 2004
[2] Guillen, Tonatiuh (2009) “Democracia Representativa y Participativa en los Municipios de México: Procesos en tensión”. En Delamaza y Flores ed. Gestión Municipal Participativa: Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos.
[3] Montecinos, Egon (2009) “El presupuesto participativo en América Latina ¿Complemento o subordinación a la Democracia Representativa? En Delamaza y Flores ed. Gestión Municipal Participativa: Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos.
[4] Plan Estratégico Nacional 2007-2013 de la República Bolivariana de Venezuela.
[5] Lander, Eduardo (2007) “El Estado y las tensiones de la participación popular en Venezuela” en OSAL (Buenos Aires:CLACSO) Año VIII, N 22, septiembre.
[6] Ciliano P, Johanna; Córdova Jaimes, Edgar y Chaguaceda, Armando (2009) Participación ciudadana y reforma del Estado en Venezuela: entender la política a través del ciudadano, en OSAL (Buenos Aires:CLACSO) AñoX, N 26, octubre.
[7] Sautu, R (2000) “Los métodos cuantitativos y cualitativos en investigación educativa”. En: Boletín de la Academia Nacional de Educación. Buenos Aires: abril, 2000, N 42. (Conferencia pronunciada el 6 de marzo de 2000 en el acto de incorporación como miembro de número de la Academia Nacional de Educación, de la República de Argentina).
[8] Valles, M (1997) Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Editorial Síntesis, S.A.
[9] Foucault, M (1976) Genealogía del racismo, Colección CARONTE Ensayos. Editorial Altamira. Argentina.
[10] Maigon, Thais (2004) Cuadernos CENDES Año 21. Número 55 Tercera época Enero-Abril.
[11] Delamaza, Gonzalo (2009): “Estado Actual y Desafíos para la Institucionalización de la participación ciudadana”. En Delamaza y Flores ed. Gestión Municipal Participativa: Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos.
[12] Guillen, Tonatiuh (2009) “Democracia Representativa y Participativa en los Municipios de México: Procesos en tensión”. En Delamaza y Flores ed. Gestión Municipal Participativa: Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos.
[13] Cravacuore, Daniel (2009) “La Participación en los gobiernos locales argentinos”. En Delamaza y Flores ed. Gestión Municipal Participativa: Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos.
[14] De Sousa, Boaventura (coord.) (2004) Democratizar la Democracia. Los caminos de la democracia participativa. Ed. FCD, México.
[15] Harnerker, Marta (2009) De los consejos comunales a las comunas, construyendo el socialismo del siglo XXI. Disponible en: http://www.rebelion.org/docs/83276.pdf.
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