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RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO -
Bruselas - 15/02/2011
La lengua española inició ayer el camino
que lleva a su degradación a la segunda división de las lenguas europeas,
cuando el Consejo de Ministros de Educación comunitario dio el visto bueno a
los planes de
La suerte ya hace tiempo que parece
echada. La batalla por la patente europea lleva décadas librándose en una
paralizante guerra de trincheras para la que ahora el Tratado de Lisboa ofrece
una solución expedita: la cooperación reforzada. Basta con que nueve Estados de
El Consejo de ayer simplemente constató
que los Veintisiete (con las excepciones española e italiana) quieren salir de
una vez de un atolladero que, alega
El régimen vigente, y que Bruselas ansía
eliminar, obliga a que cada invención sea registrada en el país en que la
persona física o jurídica que la ha concebido desea comercializarla. En teoría,
la patente de una determinada creación debería ser traducida a una veintena de
lenguas si se desea alcanzar a los 500 millones de consumidores de
España e Italia, que luchan brazo partido
por no ver relegadas sus respectivas lenguas en el trabajo cotidiano de las
instituciones comunitarias, sienten que la excusa científico-económica de la
patente no es sino una argucia para sentar el precedente de la primacía y la
exclusividad de las otras tres lenguas.
Mario Bedera,
secretario de Estado de Educación, no pudo ayer sino manifestar su
"oposición frontal" a la aceptación de la cooperación reforzada por
los Gobierno de
El trámite parlamentario no pinta bien
para los intereses españoles. Hoy votarán sus euroseñorías
sobre la cooperación reforzada, pero en el debate de anoche en un hemiciclo
semivacío, la defensa cerrada que los diputados españoles Antonio López-Istúriz (popular), Antonio Massip
(socialista) y algún italiano hicieron de sus respectivas lenguas no hizo
temblar al comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, empeñado en sacar adelante un plan que, según Massip, no es sino "un auténtico horror y un
lamentable montaje para que el francés y el alemán pasen por encima del
español, que es una lengua que en el mundo hablan 700 millones de personas".
López-Istúriz clamó contra la discriminación, los
privilegios de unas lenguas sobre otras, la fragmentación del mercado interior
y la inseguridad jurídica.
Otros eurodiputados, en particular los de
las tres lenguas privilegiadas, hicieron el coro a
La cooperación reforzada que viene deja
abierta a los países la posibilidad de sumarse al proyecto que no suscriban
ahora. Tampoco impedirá a las compañías españolas que quieran competir en el
mercado europeo aceptar el nuevo régimen y patentar en una de las tres lenguas.
Si España no participase en el proyecto, las compañías europeas deberán seguir
registrando sus inventos en la oficina española de patentes.
"No vamos a aceptar una posición
subordinada para el español", ha dicho repetidamente a lo largo de los
últimos meses en Bruselas Diego López Garrido, secretario de Estado de Asuntos
Europeos. "Iremos al Tribunal de Luxemburgo si se vulnera el principio de
la no discriminación lingüística, que es un principio básico de
- Mala posición. No hay indicador
sobre patentes que no demuestre la mala posición de la investigación española.
La holandesa Philips presenta más solicitudes al año
ante
- Liderazgo alemán. La locomotora
europea tiene ganado su puesto. La sede de
- Francia. El país consiguió el
14,6% de las patentes (a ellas se añaden las de Suiza presentadas en francés).
- Inglés. EE UU y Japón presentan
en ese idioma sus patentes.
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