REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


ÁNGEL SAAVEDRA. ESCRITOR EMBLEMÁTICO DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL, DE ANTONIO ARROYO

 

Luis Rodríguez González

 

 

 

Ángel Saavedra. Escritor Emblemático del Romanticismo Español, Antonio Arroyo Almaraz et al. (eds.), Ediciones Universidad de La Frontera, UCM, 2010, Chile.

 

Estamos ante unos años que vuelven a evocar el movimiento literario del Romanticismo, que han permitido una revisión y revitalización de los estudios sobre este movimiento. Este florecimiento se produjo a través de las celebraciones de los bicentenarios de Espronceda y Larra, por ejemplo; la inauguración, tras algunos años de reformas, del anterior Museo Romántico (actualmente Del Romanticismo, más apropiado según nos parece), o la celebración, entre otros actos, en el mes de diciembre del 2008 del Congreso Internacional Ángel Saavedra, Duque de Rivas, organizado conjuntamente por el mencionado museo (Ministerio de Cultura), la Universidad Complutense de Madrid (Dpto. Filología Española III) y la Universidad de La Frontera (Facultad de Educación y Humanidades) de Temuco (Chile). Fruto de ese congreso es el libro que reseñamos, el cual recoge las aportaciones de especialistas procedentes de diversas Universidades Internacionales (Francia y Chile), Nacionales (Alicante, Zaragoza y Madrid), así como del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que profundizaron en el perfil biográfico y en la obra artística y literaria de este escritor polifacético, que fue uno de los grandes autores que configuraron el, por otro lado precario, Romanticismo español. Ángel Saavedra, tuvo la certeza, entre otras, de iniciar una ruptura significativa en el panorama literario español de principios del ochocientos, consolidando el Romanticismo a través del esperado y discutido estreno en Madrid, en 1835, de Don Álvaro o la fuerza del sino, su obra más significativa. A este hecho se sumó también la creación ese mismo año del periódico El Artista; sin olvidar lo que habían representado en años anteriores las polémicas en prensa entre Böhl de Faber y Mora o la aparición en Barcelona de El Europeo.

   Este libro completa, junto a otros trabajos que se han publicado recientemente sobre el escritor, esa visión sobre Ángel Saavedra, duque de Rivas, que representa una profundización sobre su obra literaria y pictórica. Como se señala en el prólogo del libro, escrito por el prof. Antonio Arroyo Almaraz, desde la influencia que tuvo en la poética de un escritor de la Renaixença catalana, como fue Joaquim Rubió i Ors, continuando con dos trabajos sobre la etapa más clasicista del escritor: Doña Blanca de Castilla –se recupera una carta que aporta información sobre la obra perdida- y Lanuza –obra que, como la anterior, no incluyó el autor en la edición que preparó de sus Obras Completas, sin embargo gozó de un clamoroso éxito de público en su representación ya que el espectador de la época entendió el claro alegato a favor de la libertad que se hacía en ella. No obstante, manteniendo la tesis de Ermano Caldera, la producción teatral clasicista se puede leer en la clave de una constante aproximación, sobre todo formal, a la plena realización romántica que apareció en Don Álvaro. Le siguen dos trabajos sobre la obra en prosa de Saavedra, por un lado, dos textos poco estudiados hasta ahora que podemos enclavar en la literatura de viajes ya que son el resultado de dos excursiones desde Nápoles a la derruida Posidonia y a la cumbre del ardiente Vesubio: Viaje a las ruinas de Pesto y Viaje al Vesubio. Por otro lado, sobre la colaboración de Saavedra en prensa, aunque muy escasa, se destaca su participación con dos artículos en Los españoles pintados por sí mismos, además del artículo “Los Hércules”, publicado en La Lira Andaluza… Otro apartado representa la visión desde América Latina –Chile- del tema del desarraigo del indiano Don Álvaro, de quien desconocemos el apellido, como es sabido, hijo de un virrey español y de una princesa inca; así como una primera aproximación a las raíces latinoamericanas presentes en la obra de Saavedra, distinguiendo entre los conceptos de criollización y mestizaje. Le sigue un trabajo sobre la obra El desengaño en un sueño, de 1844, que se enmarca en el ámbito de lo fantástico, muy propio del Romanticismo. Obra que es analizada desde la conceptualización desarrollada por el propio autor de la ideosemántica. Cierra este libro, un estudio minucioso sobre la pintura de Saavedra, muy necesario por otro lado, ya que eran escasos los trabajos sobre su obra pictórica. Con todo ello se ha hecho una significativa aportación sobre uno de los escritores significativos del Romanticismo español, desde múltiples lecturas de su obra literaria y pictórica, aunando, como se pone de manifiesto en el libro, imagen y palabra; dos elementos que han tenido un gran desarrollo posterior, como sabemos.