estudios
SHAN
SA, EJEMPLO DE XENOGRAFÍAS FRANCÓFONAS
Beatriz Mangada Cañas
(Universidad Autónoma de Madrid)
RESUMEN:
Las reflexiones teóricas en torno a la presencia y
significado de un número creciente de autores de origen extranjero que escriben
en francés como consecuencia de experiencias de exilio distintas a las
motivadas por las descolonizaciones, han permitido abrir el debate en torno a
la literatura intercultural francesa del siglo XXI. Con el estudio de la
primera novela de la escritora de origen chino Shan Sa, pretendemos
ejemplificar de manera particular ciertos parámetros formales y temáticos
comunes a gran parte del nutrido conjunto de escritores interculturales de la
literatura francesa y más concretamente a un corpus de autores de origen
oriental.
Palabras clave: Literatura francesa; interculturalidad; exilio; escritores de origen chino; Shan Sa.
ABSTRACT:
The theoretical reflections
about the presence and significance of a growing number of foreign authors who
write in French as a result of experiences of exile different from
post-colonial process, have opened up the debate on intercultural French
literature in the XXI century. The study of the first novel of the French
writer coming from China, Shan Sa, will allow us to illustrate formal and
thematic parameters common to the rich
set of intercultural French writers and specially writers coming from Eastern
origin that are part of modern French literature.
Keywords: French
literature; intercultural; exile; writers coming from
1. En torno a la noción de
xenografías francófonas
La
publicación en 2005 de la adaptación de
la tesis de Anne-Rosine Delbart,
dirigida por Michel Beniamino y titulada Les
exilés de la langue. Un siècle d’écrivains français venus d’ailleurs
(1919-2000), supuso en su momento el descubrimiento por parte del lectorado
europeo interesado por las literaturas de expresión francesa de un conjunto
amplio y variado de autores de orígenes extranjeros no-postcoloniales muy
diversos que al elegir el francés como lengua de expresión y Francia como
tierra de acogida entraban a formar parte necesariamente de la literatura
francesa. El inventario descriptivo propuesto por Delbart se cuestionaba en su
momento sobre lo que han aportado les
parfums, les couleurs et les sons nouveaux des œuvres d’auteurs venus
d’ailleurs (Delbart, 2005: 17). Seis años más tarde, Véronique Porra retoma
esta cuestión en su obra Langue française,
langue d’adoption. Une littérature “invitée” entre création, stratégies et contraintes
(1946-2000), apostando por la
designación de “escritores alófonos de expresión francesa” para referirse a los
escritores de origen extranjero que escriben en francés y publican sus obras en
Francia. El análisis propuesto se lleva a cabo desde una perspectiva colectiva
y supranacional que incide en el hecho de que gracias al exilio, estos autores
no sólo encuentran una realización personal sino que responden a las
expectativas de un lector occidental deseoso, en numerosas ocasiones, de nuevos
universos ficcionales. No obstante, para
esta autora estos escritores alófonos de expresión francesa deberían ser
considerados desde una perspectiva global, al margen de intentos
clasificatorios y que no sólo tuviese en cuenta su exotismo condicionado por
los horizontes de espera de un lectorado ávido de testimonios exóticos (Porra,
2011: 263-264). Constataciones que encontramos en cuatro estudios sobre un
corpus de cuatro autores de origen chino, tres hombres – François Cheng (1929),
Ya Ding (1956), Dai Sijie (1954) y una mujer, Wei-Wei (1957) – (Mangada, 2007,
2010, 2011a, 2011b). El acercamiento crítico a la primera novela publicada por
cada uno de estos escritores mostró cómo en todos ellos, la instancia narrativa
se construía en torno a un personaje principal, a menudo alter ego del autor,
cuyo discurso ficcional de marcado trasfondo autobiográfico en primera o
tercera persona se construía entorno a China como contexto espacial y el
período de
Por
otra parte, la idea de Delbart, s’exiler
de sa langue natale, c’est rompre avec sa cultura et son lien primitif
(Delbart, 2005: 17), no parece encontrar validez en todos los autores extranjeros
de la literatura francesa; de hecho en el caso de los escritores de origen
chino analizados, incluida Shan Sa, la
ruptura no llega nunca a producirse ya que la evocación espacio-temporal del
país natal es compartida por todos ellos. En cuanto a la designación de estos
nuevos escritores de la literatura francesa (Peras, 2005), esta cuestión parece
preocupar tanto a Porra, defendiendo el concepto de escritores alófonos de
expresión francesa, como a Delbart, para quién, habría que hablar simplemente de
escritores franceses, puesto que un
écrivain français sera ici un écrivain qui écrit en français, qu’il soit de
nationalité française ou non (Delbart, 2005: 20). En el caso que nos ocupa,
hemos optado por el neologismo xenografías
francesas, ya que el acto de escritura sobre y a través la condición de
extranjero, mediante una mirada retrospectiva sobre los orígenes, convierte
estas obras en xenografías, es decir,
en escrituras de lo extranjero, de lo exótico, de lo ectópico. El hecho de que
recurrir al francés como medio de expresión de sus testimonios, y a Francia como
lugar de publicación y recepción de sus obras explica el calificativo
“francesas” referido a las xenografrías.
2. Parámetros formales y temáticos en torno a la
experiencia del exilio en los escritores chinos de expresión francesa
En Mangada y Ruiz 2006 se establecían siete parámetros
de observación para el eje de representación artística en torno a la identidad
en un corpus de cinco autores de exilio, constituido por François Cheng, Agota
Kristof, Jorge Semprún, Heinrich Mann e Irena Brezna. En él encontrábamos:
La
experiencia de desterritorialización, la pérdida de la lengua, la imagen del
país de origen/acogida, las dimensiones de la identidad (personal – colectiva),
conflictos con la sociedad de acogida, la (im)posibilidad de retorno, y las reivindicaciones
político-ideológicas. La propuesta de trabajo consistía en, una vez realizado
el análisis filológico de cada una de las obras, aplicar dichos indicadores de
observación (extraídos de la migración económica) a un corpus de exilio, de
manera que se pudiera validar (o no) la pertinencia de su aplicación, y
completar un posible instrumentario de observación útil para la literatura (que
era lo que nuestro interés filológico perseguía) y válido para el análisis
sobre autopercepciones de identidad en población desterritorializada (Mangada,
Ruiz, 2006: 458)
La presencia de gran parte
de estos indicadores, tanto en la primera novela de Shan Sa que analizaremos a
continuación, como en los restantes escritores de origen chino mencionados, nos
lleva a enunciar tres parámetros temáticos y formales como elementos comunes,
singulares y definidores de la experiencia de exilio en los escritores de
origen chino, a saber:
La creación literaria en el
exilio como proyecto testimonial y liberador y su proyección en las instancias
narrativas.
La recreación del país natal
como coordenada espacial recurrente.
La imposibilidad del retorno y las reivindicaciones
políticas e ideológicas: la reconstrucción del tiempo histórico como eje
fundamental de la coordenada temporal.
1.1 La creación
literaria en el exilio como proyecto testimonial y liberador y su proyección en
las instancias narrativas.
El
acercamiento al corpus de escritores de origen chino que recurre al francés
como lengua de creación literaria y que publica el conjunto de sus obras en
Francia, nos desvela que son todos ellos de primera generación, que vivieron el
exilio a edades muy similares y que en ninguno de ellos se puede hablar de
pérdida de la lengua, sino de cambio en la vivencia de las lenguas implicadas,
en este caso el francés, el chino o los dialectos correspondientes, según la
región natal de cada uno de los escritores[1]. La
experiencia de un exilio impuesto por las circunstancias políticas del país de
origen, explica la posibilidad de la creación en la distancia. El exilio se
convierte en experiencia liberadora que permite la escritura testimonial, la
denuncia de lo que queda atrás y la consumación de vocaciones artísticas que
habrían quedado silenciadas de haber permanecido en el país. En este sentido, recordemos
que
El
encuentro forzado con el Otro, en este caso Francia, la lengua y la cultura
francesa, se lleva a cabo a través de experiencias literarias previas al
exilio, lo que explica la importancia en todos ellos de la intertextualidad.
Sobresale, en este sentido, la primera novela de Dai Sijie, Balzac et
1.2. La recreación del país natal como coordenada espacial
recurrente.
La
recreación del país natal en todas las novelas analizadas constituye una
constante que caracteriza la coordenada espacial en una dimensión variada y
rica de elementos topográficos que abarcan tanto los espacios íntimos del hogar
como los espacios públicos mediante referencias a la escuela o las calles y
plazas; son lugares en los que se puede contemplar, oír y oler la cultura
china; pensemos en las calles de las pequeñas aldeas por las que transcurre la
acción de Le Dit de Tianyi, de Le sorgo rouge o de Balzac et
La
mirada contemplativa sobre el país natal repara, a su vez, en elementos
acústicos como el característico sonido de las cigalas, símbolo del calor del
verano, que encontramos en Porte de
1.3. La
imposibilidad del retorno y las reivindicaciones políticas e ideológicas: la
reconstrucción del tiempo histórico como eje fundamental de la coordenada temporal.
La
experiencia de la desterritorialización, como consecuencia de un retorno
imposible favorece el acto de creación artística. Se produce entonces la
posibilidad de tomar la palabra para decir en la distancia lo que en China no
era posible y contar así al lector francófono lo que sucedió con mucho de los
intelectuales chinos de aquella época. Por esta razón, a la llegada al país de
acogida, se impone anclar temporalmente la primera novela publicada en el
período histórico que desencadenó la partida, a saber
En el caso de Wei-Wei, tanto su primera
novela, La couleur du bonheur, como
las dos siguientes, reenvían al lector al contexto histórico ya mencionado y
que la escritora vivió muy de cerca.
2.
SHAN SA, EJEMPLO DE XENOGRAFÍAS FRANCÓFONAS
De
manera a mostrar de qué modo se proyectan y verifican de manera particular
estos parámetros en Shan Sa, proponemos a continuación el estudio de su primera
novela, completando además, de este modo, el corpus de autores de origen chino
que escriben en francés y publican sus obras en Francia.
A
modo de reseña bio-bibliográfica, señalemos que Shan Sa es la más joven de este
colectivo. Nace en Pekín en 1972 y desde 1990 reside en París. Su trayectoria
como escritora empieza muy joven, ya que a los 8 años aparece publicado su
primer libro de poesías en chino, Poèmes
de Yan Ni – que es su verdadero nombre –; a éste le siguen otro poemario y
un libro de relatos breves, todos ellos reconocidos por la crítica. La vivencia
y participación en las sublevaciones estudiantiles de Tian An Men, en junio de
1989, determinan el cambio que habrá de producirse en su vida, ya que en 1990
obtiene una beca del gobierno francés y viaja a París. Tras cuatro años de
estudio intenso de la lengua francesa, encuentra un trabajo como secretaria del
pintor Baltus. Siete años después de su llegada a Francia, publica su primera novela
en francés, Porte de
2.1. Porte de
El
acercamiento al título de la primera novela de Shan Sa, nos anuncia desde un
primer momento la relevancia en el devenir del relato de
El
relato arranca, pues, con un claro
anclaje temporal y se estructura en torno a nueve capítulos en los cuales la
instancia narrativa confirma el recurso a una tercera persona, tal y como
habíamos expuesto en el primer parámetro enunciado como “creación literaria en
el exilio como proyecto testimonial y liberador y su proyección en las
instancias narrativas”. Esta figura enunciativa narrará parte de la vida de un
personaje, Ayamei, proyección ficcional del autor y cuyos sustratos
autobiográficos se entremezclan con las capas ficcionales del relato. Gracias a
este narrador omnisciente, asistimos a la evolución personal de esta joven
estudiante china de derecho, que encabeza las revueltas estudiantiles que están
teniendo lugar en la plaza más importante de Pekín. Su idealismo parece guiarla hacia una muerte
segura de no ser por la aparición repentina de un viejo amigo que la rescata de
la muchedumbre; se produce entonces el primer acto de huida de una larga
persecución por parte de las tropas del
lugarteniente Zhao, el segundo actante principal de Porte de
En
el capítulo IV se produce el primer encuentro simbólico entre Zhao y Ayamei; al
registrar el piso de los padres de ésta, Zhao descubre el diario de Ayamei; su
lectura permite al lector conocer un año de la adolescencia de Ayamei, de
agosto de
La
velada junto a los pescadores nos invita a conocer la percepción que los lugareños
tienen de las montañas, nuevo refugio para Ayamei, pero sobre todo símbolo de
lo mágico, de lo misterioso y de lo místico para la cultura china (capítulo
VII). Se produce entonces un cambio de espacio; el sonido y colorido de las
olas y del mar dejan paso a una vegetación frondosa, a brumas y a nuevos
sonidos desconocidos para Ayamei. Gracias a un joven mudo que en ocasiones
había visto en el pueblo, Ayamei logra sobrevivir en un templo abandonado. El tiempo transcurre
en medio de una vida salvaje en la que la imposibilidad de escribir transforma
el acto de escritura en un canto a la vida (capítulo VIII).
Zhao
y su tropa ya cansada prosiguen su búsqueda; un viejo cazador se adentra con ellos
en las montañas e intenta ayudarles en vano; si bien el cazador asocia la foto
de Ayamei con la estatua que en su día descubrió en un viejo templo, la
búsqueda no prospera. Un buen día, Zhao divisa con sus prismáticos una extraña
figura femenina que por un instante lo observa; se trata de Ayamei que ha decidido
seguir el camino de su amado Min, Viens,
viens me rejoindre jusqu’à
2.2. La coordenada espacial,
lugar para la recreación de espacios emblemáticos
En cuanto al parámetro relacionado con la recreación
del país natal como coordenada espacial recurrente, éste encuentra en Porte de
En efecto, los lugares en los que se
desarrolla esta historia tienen cada uno su relevancia y significado particular.
El mundo urbano queda representado mediante las constantes referencias a la
gran capital pekinesa, milenaria por su historia, pero no ajena a los cambios de
la modernidad, excepto
-
C’est incroyable
ce que Pékin a changé, dit un soldat doté d’un fort accent mandchou. Il y a
huit ans, quand j’ai été blessé au Viêtnam, on m’a soigné à Pékin. De la
fenêtre de l’hôpital, je voyais partout des saules pleureurs, des petits
restaurants, des maisons basses avec une cour carrée et un puits. Après
l’orage, on entendait coasser les grenouilles. Les gens parlaient, les
bicyclettes glissaient silencieusement sur les flaques d’eau. Aujourd’hui, avec
les autoroutes, les buildings, les grands magasins, tout cela a disparu!
Avez-vous vu que, la nuit, on ne voit même pas
El mundo rural encuentra en el pequeño pueblo de pescadores
un espacio para el recogimiento y para la escritura y en él, la naturaleza se
manifiesta de manera particular:
À l’horizon, ils aperçurent d’énormes vagues qui,
pareilles à des milliers de chevaux blancs, venaient se jeter avec impétuosité
sur la grève (Sa, 1997: 92)
Ici, les gens vivent dans un calme éternel; le
futur et le passé sont à jamais absents. Pourtant les jours se différent: par
la couleur de la mer, par l’éclat du soleil, par le mouvement des astres; par
l’éclosion et la fin des fleurs (Sa, 1997: 94-95).
En cualquier caso, tanto en uno como en otro encontramos
espacios abiertos como la plaza, la playa o las montañas en las que se refugia
Ayamei; pero también espacios cerrados que invitan a la escritura o a la
reflexión como el dormitorio de Ayamei en casa de sus padres, la cabaña de pescadores
o el templo en las montañas. En cualquier caso,
tanto desde unos como desde otros, los paisajes son siempre contemplados
desde distintas perspectivas. La pequeña cabaña, en lo alto de la colina,
refugio de Ayamei y de Min, y que más tarde será substituido por un cine, es un
lugar perfecto para contemplar la ciudad, su ritmo, sus colores y sentirse así
en libertad:
8 octobre 1984. Soleil.
Nous avons séché le cours de gymnastique pour
venir sur la colline. Min a décidé de faire mon portrait: assise sur le seuil,
les jambes allongées, je contemple le paysage :
D’ici nous avons une panoramique de la ville. Plus
bas, les rues tissent une gigantesque toile d’araignée qui semble flotter dans
le vent. On distingue à l’ouest
Parmi les maisons et les jardins, j’ai retrouvé
notre lycée. Aujourd’hui, nos camarades de classe, petits comme des fourmis
noires, courent sur le terrain de football. Ils se sont sûrement aperçus de
notre absence, mais aucun ne peut imaginer que je suis en train de les
observer. Cette idée m’enchante. (Sa, 1997: 69-70)
Desde las alturas, en esta ocasión, un precipicio, los dos
jóvenes enamorados se quitan la vida traspasando una puerta abierta, transición
celeste hacia su libertad:
18 septembre 1983. Soleil.
Il faisait beau cet après-midi-là, nous étions au
bord de la falaise, la main dans la main. Le lac était bleu, bleu saphir.[...] Min
m’a trainée ver le vide. J’ai crié: “Non, Min, arrête…
Trop tard. Sa main s’est détachée de la miente.
Son corps s’est envolé. Le vent gonflé ses vêtements, ses mains battaient
l’air, ses cheveux se dressaient. Comme une étoile filante, il est tombé dans
les eaux tourbillonnantes. (Sa, 1997 : 84)
Il régla ses jumelles et découvrit une étendue
infinie et rousse. D’énormes pierres se détachaient de la montagne et roulaient
dans le vide. Soudain, une forme apparut. Il vit une femme, dans une longue
robe de feu. Il distingua nettement les mains et les pieds nus, marqués de
sang. Il vit l’interminable chevelure et la traîne de soie rouge en lambeaux.
Elle se retourna.[...] Elle le dévisagea. Et, les yeux dans les yeux, il oublia
soudain toute sa vie passée. Le regard était noir, intense. Les lèvres rouges. (Sa,
1997: 146-147).
Mientras que los desplazamientos de Zhao en tren o en jeep
favorecen una mirada que avanza deprisa ante los amplios paisajes de
Le train à destination du nord-ouest roula pendant
trois jours et deux nuits. Le paysage se transformait, passait de la rizière au
champ de blé, du champ de blé au champ de sorgho rouge. Le troisième jour, la
verdure avait disparu et ciel se chargeait de nuées au-dessus d’une terre
aride, couverte de cailloux. Le vent hurlait, secouait le train et semblait
vouloir l’arracher des rails. [...] La garnison était située au milieu d’un
bassin désertique (Sa, 1997 : 23).
Ciertos lugares sobresalen por su significado; es el caso de
La habitación de Ayamei, pequeña jaula para un pájaro en
cautividad a juzgar por los barrotes que en su día cerraban el paso hacia el encuentro
con el amado, favorece el recogimiento y la escritura:
La chambre était petite et confortable. Entre deux
étagères de livres, se dressait un lit à baldaquin. […] Contre la fenêtre, ils
découvrirent un secrétaire en bois laqué : plusieurs livres
s’entassaient : Rêve du pavillon rouge, Les Trois Royaumes, Droit international,
Recueil de poèmes de la dynastie Tang… Les pages, usées, aux coins cornés,
portaient de nombreuses annotations. Zhao réussit à ouvrir deux tiroirs du
secrétaire mais le troisième restait obstinément fermé (Sa, 1997: 49-50).
Y al igual que la habitación, la cabaña actuará de refugio
para el amor, para compartir emociones y para sentirse en libertad:
Je regarde ma ville. Je vois des silhouettes
traverser les rues, sortir, entrer dans des immeubles, se promener dans les
bois ou flâner dans des marchés-
- Je vais te dire mon secret, m’a dit Min qui
avait posé son crayon et s’était
approché de moi. Vois-tu, à l’ouest, cet homme à bicyclette? Regarde
maintenant, à l’est, ce paysan qui conduit sa charrette. Ils ne se sont jamais
rencontrés, l’un n’existera jamais sans l’autre. Mais, d’ici, nous voyons tout,
et le monde s’ouvre à nous comme un livre. C’est ici que j’oublie mes chagrins.
Je me sens libre. Parce que la vie est là en bas, et que nous sommes plus haut,
très haut, près du ciel (Sa, 1997 : 69-70).
Por último, el templo abandonado en medio de las montañas se
describe como un lugar iniciático en el que Ayamei finaliza su evolución
personal y donde se afianza su deseo de libertad:
Ayamei s’agenouilla devant l’autel et s’adressa à
la déesse:
-Je m’en vais! Mon sang bouillonne. Je dois
repartir. J’ai compris que je ne dois jamais m’arrêter. J’irai jusqu’au plus
haut des sommets, jusqu’à
Junto a la conjunción de espacios tan variados, la coordenada
espacial de Porte de
2.3. La escritura como
referente temporal
Frente
a esta red de lugares significativos por los que avanza el relato, la impresión
de que el tiempo no transcurre homogéneo a lo largo de la narración se logra
mediante una alternancia narrativa y temporal; en cada capítulo, el relato se
detiene en Ayamei o en Zhao, y tan sólo en dos ocasiones los dos relatos se encuentran
en el mismo capítulo. El alejamiento entre estos dos personajes se acentúa a
medida que Zhao va conociendo a Ayamei a través de la lectura de su diario.
La
temporalidad en torno a Zhao cuenta con referencias temporales que permiten
valorar la evolución del tiempo en función de los días que transcurren, pero la
narración no ofrece fechas concretas a no ser la de su nacimiento que queda
bien referenciado, el 6 de junio de 1968. Su entrada en escena tiene lugar la
noche de los disturbios los cuales tampoco quedan datados, aunque al lector no
le resulta difícil ubicar los mismos por su cercanía en el tiempo y porque los
medios de comunicación se hicieron eco de esta revuelta. Se trata, pues, de
junio de 1989; a partir de este momento, los días van transcurriendo a medida
que Zhao va reconstruyendo la vida de Ayamei, y sigue el rastro de ésta a lo
largo de los capítulos II, IV, V, VI, VII y IX.
Frente a esta cronología diluida, la temporalidad del
personaje femenino queda marcada por las fechas que aparecen en su diario; la
lectura que de éste hace el comandante Zhao permite revivir y dar a conocer al
lector determinados momentos de la vida de Ayamei como recuerdos de
infancia entre 1975 y 1976, o su primer
amor que tiene lugar entre 1982 y 1983. Los datos recogidos en la portada de un
periódico presentan a Ayamei como una de las criminales más buscadas del país y
recuerda que nació el 23 de diciembre de 1968. Un personaje para quién la
escritura se convierte en una tabla de flotación: «Il faut que je consigne les événements; jour après jour» (Sa,
1997: 97); escribir para recordar, para dejar constancia de sus impresiones
acerca de los acontecimientos que está viviendo; y cuando, refugiada en las
montañas, ya no puede escribir decide hablar en voz alta y cantar. Esta
sensibilidad artística es compartida por otros personajes ficcionales de otras xenografías francesas; pensemos en
Tianyi, el personaje de la primera novela de François Cheng para quien el acto
de escritura es igualmente un acto de supervivencia:
Je le vois s’accrocher, comme à une planche de
salut, à de gros rouleaux de papier qui servent à tous les usages. Sur ces
papiers grossiers, qui sentent la terre et l’herbe, il se met à écrire nuit et
jour, laissant le rouleau se dérouler indéfiniment sous sa main, pareil à un
long fleuve qui n’en finit plus de s’écouler, à une de ces peintures anciennes sur
rouleaux qui portent le titre: Le Fleuve Yangzi sur dix mille li. Il consigne
par écrit tout ce qu’il a vécu et vu sur terre, une terre inouïe de dénuement,
inouïe de richesse (Cheng, 1998 :
441).
Al margen de los pasajes retrospectivos que permiten recuperar
fragmentos de la vida de los dos personajes principales, la reconstrucción de
un eje temporal que marque el inicio y el fin de este relato es posible gracias
a las diferentes alusiones a elementos temporales de la acción. Desde los
acontecimientos de
En lo que al tiempo histórico se refiere, ya
hemos recordado en numerosas ocasiones como
3.
VALORACIONES FINALES
Del
análisis llevado a cabo de la primera novela de Shan Sa, así como de las
numerosas referencias a las coincidencias temáticas y formales con los
restantes escritores, se confirma que el acto de escritura se convierte para estos
autores en un espacio de retrospección hacia el pasado para recuperar sustratos
vitales que se diluyen en una ficción a menudo situada en una coordenada
espacial y temporal que remiten al lector a momentos históricos y a espacios de
la infancia o adolescencia en el país natal. Estas xenografías francesas que comparten estrategias narrativas y
temáticas no parecen encontrar un espacio propio dentro de las literaturas
francófonas.
Las
obras de Delbart y de Porra muestran la amplitud de este colectivo heterogéneo
por sus orígenes y en aumento permanente como consecuencia de los cambios
políticos y económicos en los países de origen, al mismo tiempo que ponen de manifiesto el
hecho de que a diferencia de lo que sucede en Canadá donde la “littérature
migrante” goza de un amplio reconocimiento, el caso de los escritores
extranjeros dentro la literatura francesa continúa sin contar con una
designación adecuada que garantice su reconocimiento en el ámbito de las letras
francesas. Lo que permite explicar, por ejemplo, que Ying Chen aparezca como
uno de los ejemplos más representativos de la «littérature migrante»
francocanadiense, mientras que escritoras compatriotas y coetáneas como Wei-Wei
o Shan Sa, suelen ser consideradas como escritoras extranjeras dentro del
ámbito literario francés. Parece, pues, necesario seguir trabajando en la flexibilización del canon literario francés
para lograr de este modo una mayor visibilidad para estos escritores que viven
y se expresan marcados por la vivencia entre dos o más lenguas, entre dos o más
culturas y que por el exotismo de sus xenografías renuevan y refrescan las
expectativas del lectorado francófono.
BIBLIOGRAFÍA
Alfaro, M., García, Y., Mangada, B., Pérez, A., Ruiz, A.
(2007). Más allá de la frontera: cinco
voces para Europa. Madrid: Calambur.
Alfaro, M., García, Y., Mangada, B., Pérez, A., Ruiz, A.
(ed.) (2010). Interculturalidad y
creación artística: espacios poéticos para una nueva Europa. Madrid:
Calambur.
Cheng, F. (1998). Le Dit de Tianyi. Paris: Albin Michel.
Delbart, A.-R. (2005). Les exilés du
langage. Un siècle d’écrivains français venus d’ailleurs (1919-2000).
Presses Université de Limoges, Limoges.
Ding, Y. (1986): Le sorgho rouge.
Mangada, B., Ruiz, A. (2006). «Análisis comparado de la representación literaria de identidades
desterrritorializadas en Europa» in Estudios
Filológicos Alemanes, 2006: 455-467.
Mangada, B. (2011a). Dai Sijie: écrire en
français pour évoquer dans la distance le pays quitté. Cédille, 7, 190-203.
Mangada, B. (2011b). Nuevas
identidades francófonas: recorrido por una de las voces de la interculturalidad
literaria de expresión francesa. En M. Sanz, J. Verdegal (Ed.), Construcción de identidades y cultura al
debate en los estudios de lengua francesa (pp. 693-702). Castellón de
Peras, D. (2005). «1975-2005. Ces étrangers qui écrivent en français», Lire, novembre, 94.
Porra, V. (2011). Langue française,
langue d’adoption. Une littérature invitée entre création, stratégies et
contraintes (1946-2000). Hildesheim/Zurich/New York: Georg Olms Verlag,.
Sa, S. (1997). Porte de
Dai, S. (2000). Balzac et
Wei-Wei (2008). La couleur du bonheur.
[1] La latencia
lingüística de la lengua china es especialmente reseñable en el caso de
François Cheng, poeta, novelista, ensayista y calígrafo, en constante búsqueda
de trasponer la plasticidad de la caligrafía china a la lengua francesa a
través de una interesante elaboración fonética de los textos (Cheng, 2002).
[2] En uno de los últimos días de estas protestas fue
tomada la foto ganadora del World Press
Photo de 1989, en la cual se muestra a un joven opositor parado en medio de
una avenida deteniendo a una columna de tanques que circulaba por ésta.