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Revista de estudios filológicos
Nº24 Enero 2013 - ISSN 1577-6921
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teselas

Al desnudo, Chuck Palahniuk

(Mondadori, Barcelona, 2012)

 

          Mi cargo en esta casa no es el de mera doncella o cocinera o dama de honor. No estoy empleada en calidad de servicio doméstico de ninguna clase.

          Esto no es ningún regalo de cumpleaños.

          - Si la agencia me lo pregunta, tal vez les diga que eres una au pair –dice la señorita Kathie, de puntillas, con la nariz muy cerca de su propia imagen en la pantalla del televisor–. Me encanta esa palabra… au pairdice–. Suena casi… francesa.

(pág. 77)

 

          Con los brazos cruzados para sostener al huérfano, la señorita Kathie da un paso atrás y se gira para mirarse en el espejo de cuerpo entero del vestíbulo. Su reflejo es el de Susan Hayward o Jennifer Jones en Santa Juana o La canción de Bernadette: una resplandeciente Madonna con niño salida de los pinceles de Caravaggio o de Rubens. A continuación se lleva una mano al pescuezo, se pasa un dedo por el nudo del pañuelo y se lo suelta de la cabeza. Mientras el pañuelo cae en el suelo del vestíbulo, la señorita Kathie sacude el pelo e inclina la cabeza a un lado y al otro hasta que la melena caoba se le despliega, suave y amplia como un velo, rodeándole los hombros, con la camisa blanca cubriéndole los pechos y enmarcando al diminuto recién nacido.

          - Menuda pièce de résistance –dice la señorita Kathie, frotando su nariz contra la del huerfanito. Y añade–. Que quiere decir… gemütlichkeit, en italiano.

(págs. 82-83)

 

          Con los ojos de color violeta refulgiendo bajo la maraña de encaje belga, tan luminosos como si fueran flores bajo una capa de escarcha, la señorita Kathie dice:

          - C’est la viedice–. Que quiere decir «Pues sí» en ruso.

          Con gesto impulsivo, le levanto el velo y me inclino hacia delante para plantarle un beso en la mejilla maquillada. Mi boca encuentra un sabor a perfume Mitsouko y a polvos de talco. Apartando la cabeza y girando la cara, suelto un estornudo.

          Mi querida señorita Kathie dice:

          - Ich liebe dich. –Y añade–: Que quiere decir «Gesundheit» en francés.

(págs. 158-159)

 

          Aunque mi cargo no ha sido nunca marido ni cónyuge ni compañero sentimental, siempre he sido algo mucho más importante.

          El señor don Oliver «Red» Drake, en cambio, fue distinto. En calidad de fundador de un imperio de fundición de acero, era el único que poseía los recursos necesarios para casarse con mi señorita Kathie y darle una vida casera, una colección de hijos y reducirla al estatus de hausfrau estilo Gene Tierney… que quiere decir «pringada» en italiano. El acero la compraría y la apartaría del mundo igual que la familia Grimaldi compró a Grace Kelly, y yo me quedaría sin premio alguno a mis esfuerzos.

          Cada marido que ella tuvo supuso un paso adelante en su carrera, pero Oliver Drake representó un paso adelante en su vida personal. Para cuando se conocieron, la señorita Kathie ya no podía hacer el papel de ingénue, que quiere decir «zorra» en italiano. El futuro comportaba mendigar papeles de actriz de carácter y apariciones como invitada en exteriores desconocidos.

(pág. 172)