Número Actual - Números Anteriores - TonosDigital en OJS - Acerca de Tonos
Revista de estudios filológicos
Nº26 Enero 2014 - ISSN 1577-6921
<Portada
<Volver al índice de tintero  

tintero

TINTERO DE TROPOS

 

 

I.- TRES POEMAS, de Juan Francisco Fernández Fernández (Biblioteca Nebrija. Universidad de Murcia)

 

II.- VERSOS DE SEPTIEMBRE, de Carmen-Auristela Agulló Vives

 

 

I

 

TRES POEMAS

 

Juan Francisco Fernández Fernández

jfff@um.es

 

VÍRGENES  VESTALES

 

Vírgenes vestales, también vosotras

veréis extinguirse la llama eterna.

Ha cambiado de rumbo el curso de la Historia

y hoy apagado lo que ayer era fuego

que ardía desde siglos y eterno parecía.

Hasta ha caído

el altar de la Victoria levantado en el Senado

y con él la grandeza de la antigua Roma.

 

Vírgenes vestales, también vosotras.

 

 

 

ROBINSÓN

 

En su isla desierta Robinsón Crusoe

permanece por la pluma de Daniel Defoe,

arrojado por el mar hasta una tierra

lejana de otra isla, su patria Inglaterra.

 

En ermita empinada de Purísima Concepción

recluido vivió D. Martín de Ambel,

refugiado allí por matar a aquel

otro noble ceheginero en punible acción.

 

En ciudad del sur cierto humano ser

vive solitario su exilio interior.

No te extrañe demasiado. Debes comprender

que todo ser es Robinsón, mayor o menor.

 

 

FIERAS

 

Es un año lejano de la era cristiana.

 

Despierta la fiera del volcán Vesubio

y de lava y de fuego el vasto diluvio

inunda y destruye a Pompeya y Herculano,

ciudades hermanas aplastadas por su mano.

 

El romano vivía tranquilo su jornada.

Confiado, nada sospechaba del futuro.

Y de repente todo fue un gran muro

de muerte derribado sobre vida pasada.

 

Es un año cercano de la era cristiana.

 

Despierta la fiera del humano ser

y del cielo desciende blanca la muerte.

Hiroshima y Nagasaki obligadas a morder

el hongo letal de su mala suerte.

 

El nipón vivía tranquilo su jornada.

Confiado, nada sospechaba del futuro.

Y de repente todo fue un gran muro

de muerte derribado sobre vida pasada.

 

Hay dormidas fieras que despiertan de improviso

y voraces devoran toda vida de repente.

El ser humano es ciego esclavo sumiso

de un destino que mañana puede hacerse presente.

 

II

 

VERSOS DE SEPTIEMBRE

 

Carmen-Auristela Agulló Vives

vives.auristela@gmail.com

 

Huellas en la arena

 

Fugaz mosaico, vivo pocas horas,

cuando el disco del sol aún no aparece.

 

Rueda de Michelines barreplayas,

serpenteando en círculos;

minúsculos triángulos

invaden los espacios,

huella de las zancudas gaviotas,

dueñas de la bahía por derecho,

de tiempo inmemorial;

imprecisas las huellas

de pies humanos, con o sin sandalias,

en línea recta, rumbo a las orillas

donde la huella ya no queda impresa

porque el agua la limpia.

 

Y Lorenzo, cautivo de las horas,

con majestad se eleva;

celebran sus caricias los adictos

al pringue bronceador,

cuerpos a la parrilla de la alfombra

o la tumbona azul color de cielo.

 

Los gimnastas en círculo practican,

a indicación de bella monitora,

antes de zambullirse

en las saladas aguas.

 

Después vendrá el almuerzo, la tertulia,

y los que van y vienen a su aire

destruyendo el mosaico

madrugador de máquinas y hombres,

sin que olvidemos a las gaviotas.

 

Y volver a empezar cada mañana.

 

Albacete, septiembre, 2013

 

 

La colonia

 

Playa de la bahía,

apenas luce el sol en Santa Pola,

pasean placenteras ¿son perdices

enormes desplazadas de la sierra?

Error imperdonable ¡son gaviotas!

 

Escarban en la arena, alzan el vuelo,

se posan en el agua, ya son cisnes

decorativos frente a las sombrillas

de los veraneantes invasores.

 

Semeja la colonia,

en reducido espacio, todo un mundo

de seres que se mueven

ágilmente por tierra mar y aire

libres e imprevisibles.

 

Ya zancudas de tierra, ya volátiles

-de avión fabricado precursoras,

dan lecciones al hombre-,

ya cisnes elegantes

-de wagneriana música recuerdo-,

ellas son…¡gaviotas!

 

Me miran de reojo cuando paso

invadiendo la arena de su casa,

amenazante pico me previene

de que no han de cederme su dominio.

 

Según se eleva el sol yo me retiro,

abandono la playa ¿siguen ellas

ocupando el espacio todo el día?

Alguna me persigue

y, en el atardecer, ocupa aleros

próximos al balcón donde reposo.

Convivencia pacífica.

 

Albacete, septiembre, 2013

 

 

La ruleta

A mis padres,

a Anette Stoesslein

 

Vivo eterno presente

pese a avanzada edad;

los años y los meses bailan juntos,

cifras y letras danzan en la noria

de sucesivos almanaques (tacos

se les llamaba antaño

pegados al cartón de propaganda).

De repente, la noria, cual ruleta

se detiene en un punto, mes y año

de alegre o triste conmemoración.

 

Abril del treinta y uno, mes y año

en que nací, fue día veintisiete.

 

Ochenta y siete, octubre,

siempre asociado con noventa ocho

de funeral noviembre, el de Difuntos,

cuando las golondrinas se despiden,

sílabas negras, repitiendo adiós…

 

En noviembre del trece, nuevo siglo,

nuestro presente eterno hace parada

para dar nuevo impulso al caminante

que presiente el encuentro más cercano

con el mondo dei più, amplia morada

fuera ya del espacio-tiempo nuestro.

 

Más allá del azul en que se pierde

la bandada de pájaros errantes,

más allá, golondrinas, más allá….

con la esperanza firme del abrazo

con los seres amados, en la LUZ.

 

Albacete, 7, septiembre, 2013

(Anticipo noviembre)