REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


HOMENAJE A LUIS CERNUDA

2.- Cuestiones de Recepción


 

Cernuda en la enseñanza no universitaria
Marta Muñoz Aznar
(Universidad de Murcia)

 

I. Introducción

 

El estudio que nos ocupa trata de revelar qué grado de importancia han conferido los libros de texto a Luis Cernuda, tanto como parte del ámbito literario español en su conjunto como su tratamiento dentro de la Generación del 27. Dichos libros abarcan los períodos de enseñanza secundaria desde el plan de estudios del año 53 hasta hoy en día.

 En primer lugar cabría señalar el valor que entrañan dichos libros de texto, puesto que constituyen una importante herramienta de formación para la sociedad. Se trata de un material que poco ha llamado la atención de los estudiosos salvo en estos últimos años en los que ha sido objeto de análisis por parte de los pedagogos. Sin embargo, el libro no universitario, en este caso los referidos a las disciplinas de lengua y literatura, deberían despertar el interés de todos aquellos estudiosos de dichas materias en cuanto a qué contenidos ofrecen y cómo se enseñan.

Para poder realizar un acercamiento hacia este material primeramente debemos tener presentes las funciones que desempeñan, lo que también nos concienciará de la notable misión que poseen en el aprendizaje de una colectividad. Son: una simbólica, que viene a representar de alguna manera el saber oficial; otra pedagógica, al transmitir los saberes básicos; la social, con la que se contribuye a la culturización de generaciones venideras;  ideológica, guía y pondera valores implícita o explícitamente; y política, ya que sus contenidos son regulados por el poder público en función de múltiples intereses[1]. Bien es cierto que todas estas funciones se encuentran entrelazadas en la presentación del manual escolar y resulta difícil desglosarlas para su estudio, pero hay que señalar que el calado de cada una de ellas no es baladí, y por eso, a pesar de la dificultad trataremos en este trabajo de desentrañarlas en lo que respecta a Cernuda. Podríamos tildar entonces, de un modo más académico, tanto al “libro de texto” como a los “manuales de apoyo” subgénero dentro de los catalogados didácticos, ya que posee una categoría propia y una metodología común que integra sistemáticamente todas las disciplinas contempladas en los cursos.

Por todas estas razones nuestro trabajo se va a centrar en la recepción diacrónica de Cernuda en libros de texto pertenecientes al plan de estudios del 53, donde el sexto curso tiene una disciplina que es la Literatura Española y Universal, y el inmediatamente siguiente, el PREU (Curso Preuniversitario) donde se enseña la Literatura Española Contemporánea; analizaremos distintos libros pertenecientes al plan del 1970, donde veremos tanto el segundo de BUP, que plantea un englobador recorrido por toda la Literatura Española, y el COU (Curso de Orientación Universitaria) en el que se expone una vasta presentación de la Literatura Española Contemporánea; y por último, dentro del plan LOGSE (1990), trataremos el segundo de bachillerato, esto es, el equivalente al COU anterior. El corpus de libros escogido corresponde a distintas editoriales y a varias zonas de la geografía española, sin embargo citaremos sólo aquellos que nos parezcan más relevantes por la difusión que tuvieron en los institutos o por las peculiaridades que presentan.  

Este acercamiento a la figura cernudiana a través del material nombrado se centrará en analizar las variaciones sobre la contextualización desde el punto de vista histórico y literario que se le ofrece al alumno, su extensión frente a los poetas de la Generación del 27,  qué es lo que se dice de él, cuándo y qué fragmentos de su obra se eligen como lecturas, qué actividades se plantean y qué conocimiento exigen del poeta, así como la presencia o no de una bibliografía de apoyo. Indudablemente, algunos de estos cambios obedecen a planteamientos legislativos y a maneras distintas de entender la enseñanza, por lo que abriremos los epígrafes de cada plan de estudios con una breve referencia a la ley y al método de enseñanza elegido (apelando así a las funciones política, ideológica y pedagógica anteriormente mencionadas).

            El amplio proceso de elaboración del libro es también significativo para el entendimiento de sus contenidos básicamente en lo que respecta a las fuentes. Este asunto  los traeremos a colación fundamentalmente para resaltar cómo los autores beben en ocasiones de manuales preuniversitarios, los cuales entrañan una orientación didáctica ya per se facilitando la labor del autor del texto escolar, y los usan sin aplicar ningún juicio de valor, por tanto se trata de copiar contenidos. A su vez, aquellos manuales se nutren de un material de investigación, firmado por un autor, por varios o bien se trata de una antología de textos especializados, que reelaboran sistematizándolo, sintetizándolo y actualizándolo, por lo que aquellas fuentes presentan ya en el libro escolar un desgaste de la autoría. En otros casos, para escribir un libro de texto se recurre a autores que son considerados un reclamo del buen saber y hacer, son elegidos para tal fin como autoridad, como por ejemplo Lázaro Carreter. Más cuestiones a propósito de las fuentes sería el de observar cómo en estos libros en general, y en el tratamiento cernudiano en particular, se reflejan las nuevas tendencias de acercamiento al estudio literario.

         Todo lo hasta aquí planteado afecta a la presentación, que nos han dado y que se está dando en los primeros años de estudio, de un poeta del que ya podemos decir que no ha tenido el peso literario del que han gozado otros como Federico García Lorca, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Rafael Alberti, etc., pertenecientes a la misma generación.

 

II. Cernuda en el Plan del 53: Sexto Curso y PREU

 

En esta época el control de los libros de texto venía de la dictadura franquista, existía la figura del censor y el llamado Índice. Así pues, lo primero que observamos en los libros utilizados para el trabajo que nos ocupa es el visto bueno de la institución censora. El poder público, como reflejan las declaraciones de intenciones que prologan los libros de texto, se muestra preocupado por la reducción del inmenso panorama literario al que tienen que someterse para entregar una visión englobadora, así que justifican la ausencia de obras y autores explicando que el libro contiene lo más granado e imprescindible del panorama literario español, y Cernuda se incluye en este canon; por otro lado, manifiesta que su cualidad metodológica es la claridad, conseguida por la sistematización, esquematización y agilidad tipográfica del material ofrecido, e invita por último a la lectura reflexiva de los clásicos españoles siempre que no suponga un obstáculo a la fe. Pero antes de entrar en la presentación que éstos hacen de Cernuda veamos de qué fuentes se nutren para tratarlo.

Un manual de este período no desvela los mecanismos a través de los cuales se va construyendo el conocimiento histórico de la literatura, porque de momento la literatura es tratada sólo desde el punto de vista histórico, como consecuencia de ello los autores del texto escolar incurren [MMA1] en unos estereotipos de personas y grupos literarios, en unos esquemas simplificados y, por supuesto, en unas actitudes poco críticas hacia dicho conocimiento. Se excluye pues, la renovación por la aportación de nacientes interpretaciones que obedecen a nuevas maneras de acercamiento literario y la idea de la literatura como “hecho” en constante construcción. Además, en estos manuales subyace el aprendizaje memorístico, luego, no consideran necesario ni básico razonar las cuestiones referidas a la literatura.

La presencia del poeta homenajeado en los libros de sexto curso y PREU nos hace pensar que estos autores no conocían suficientemente todas las épocas, a los escritores y sus obras, puesto que Luis Cernuda, inconformista con la sociedad del momento, despectivo con los críticos literarios, afín a las ideas de la izquierda política, homosexual y con una obra que es reflejo de todo ello (considerada la más personal e íntima de los del Grupo del 27) no debería resultar simpático al régimen, sin embargo aparece entre otros de su generación.

 

El Sexto Curso

 

Adentrándonos en el libro perteneciente al Sexto Curso, Curso de literatura (española y universal)[2] buscamos a la Generación del 27 y dentro de ella a Cernuda. Sin olvidar que estamos ante un compendio de la Historia de la Literatura universal, observamos que la Generación del 27, junto con un buen número de poetas (García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Dámaso Alonso y Miguel Hernández) tiene un capítulo. Éste se abre con el concepto de generación aplicado a ellos, se dice: que son profesores de literatura la mayoría, poseen conciencia de grupo, admiran al maestro Juan Ramón Jiménez, cultivan la metáfora como rasgo literario, su temática es la deshumanización y algunos temas populares, y les une además la figura de Góngora. Nada se menciona acerca de su búsqueda de un lenguaje poético nuevo, y sobre sus experimentos con las nuevas corrientes. Sin indicar tampoco cuestiones referidas a la contextualización histórica, filosófica, estilos, bibliografía o  actividades sobre el tema, pasa a explicar a cada uno de los poetas.

El menos extenso con diferencia es Cernuda, de él, en siete líneas aproximadamente, se subraya su «ática contención rigurosamente clásica» (adjetivo que obtiene por parte de la crítica tras publicar su libro de poemas Perfil del aire en 1927 y que no encajó muy bien), sus sentimientos de nostalgia y soledad como constante en su obra, y la influencia de Bécquer. Se citan como obras en verso Perfil del aire, Donde habite el olvido, El joven marino y Como quien espera el alba, y señalando que sus obras completas en verso se publicaron bajo el título La realidad y el deseo; y en prosa Ocnos y Tres narraciones. Realmente, el esbozo obtenido en esta parcela de la literatura española se ha esforzado por incluir a todos los poetas, sin embargo a Cernuda, pese a dedicarle un apartado, no se le da ninguna relevancia en comparación con otros, y los aspectos valorativos de su obra, como se ha podido comprobar, son inexistentes.

 

El curso de Preparación Universitaria

 

De otra parte, el libro del curso PREU, Literatura española contemporánea[3], ya plantea más cuestiones referidas al momento histórico, a las corrientes filosóficas de la época, a las características como grupo, pese a que no la considera generación por no tener un guía común, por no suponer una ruptura frente a la generación anterior, la del 98, y por no tener un lenguaje homogéneo. Esto demuestra la ignorancia por parte del autor de la relación personal y literaria que tuvieron muchos de estos poetas con Juan Ramón Jiménez y el peso que este último tuvo en ellos; en cuanto a la afirmación de que no usaron un lenguaje homogéneo habría que resaltar también el desconocimiento de que la experimentación lingüística realizada por todos estaba motivada por una misma búsqueda: el hallazgo de un novedoso lenguaje poético, lo que se considera una característica de grupo. Finalmente, el libro establece también un precedente claro: el ultraísmo, parece que para el autor ninguna otra vanguardia caló en los poetas del 27, otro dato que demuestra que no tenían conocimiento de lo que escribían y que resumen de las fuentes sin demasiado criterio, ya que excluyen vanguardias como el surrealismo, que es el que dejó una verdadera huella importante en ellos.

Bien es cierto que la materia a tratar es menos extensa que la del curso anterior por lo que la exposición de estos autores es más amplia y profunda, aunque no vemos apoyo bibliográfico, ni actividades Los poetas del veintisiete se presentan enmarcados dentro de distintas corrientes: creacionismo, neopopularismo, poesía pura, superrealismo y poesía social. Es en esta última donde se ubica a Luis Cernuda. Dicha categorización nos resulta un tanto rígida puesto que los poetas del 27 no es que pertenecieran a cada una de estas corrientes, sino que, en su búsqueda por el nuevo lenguaje ensayan las nuevas tendencias que venían de Europa. En este libro, cada uno de los literatos posee un tratamiento desglosado por epígrafes, pero no todos aparecen rotulados con los mismos sino que varían según el autor: «datos biográficos», «sucinta idea de su obra poética», «poemas», «estilística», «juicio valorativo», etc.

Tras una introducción a la «Poesía Social», Cernuda aparece junto a Dámaso Alonso, Gabriel Celaya, Emilio Prados y  Miguel Hernández, con una extensión no inferior a la de G. Celaya y a Prados, siendo los más desarrollados Dámaso Alonso y Miguel Hernández. Respecto a este epígrafe debemos hacer unas aclaraciones: realmente, la literatura social surge en algunos poetas como una urgencia los años previos a la guerra, y de este carácter son algunas de las últimas piezas teatrales de Lorca, y algunos libros de Alberti. Lo que ocurre es que tras la guerra se deriva hacia un humanismo angustiado (en donde estaría Dámaso Alonso), hacia una nueva solidaridad (Aleixandre), y en el caso de Cernuda, como exiliado y nostálgico de su tierra perdida, adopta un compromiso político concreto, al igual que Alberti. Pero en ningún caso hoy por hoy deberíamos tildar estas creaciones literarias como sociales.

De Cernuda se ofrece una «biografía», no superior a tres líneas, en la que se nombran su ciudad de nacimiento, sus estudios de derecho y las lecciones de Pedro Salinas, su exilio y su ejercicio como profesor en universidades americanas. Tras esta anodina biografía se citan sus obras en prosa: Ocnos, Variaciones sobre un tema mexicano, y Estudios sobre la poesía española. Y de su lírica: Perfil del aire, Donde habite el olvido, El joven marino, La Realidad y el deseo, Las nubes y Como quien espera el alba. Un listado poco organizado ya que los poemas citados se encuentran bajo el rótulo de La realidad y el deseo, y esta obra, sin embargo, se nombra como una más.

En el siguiente epígrafe: «Rápido bosquejo de sus obras poéticas», se puede leer una peculiar división basada en su biografía: las anteriores al exilio y las escritas en el extranjero, una clasificación carente por completo de criterio literario ya que no argumenta más razones como pueden ser las vivencias intelectuales y poéticas alcanzadas allá donde iba. Curiosas también son las características con las que se valora las obras de cada período. Así, en esa primera etapa se dice que en sus primeras obras hay «filigranas a lo Guillén», copiando la opinión que los críticos de la época hicieron de su primera obra publicada a la que tildaron también de poco moderna, como más arriba hemos explicado, y lo ejemplifica con dos versos pertenecientes a Perfil del aire. Nada se dice sobre el logro poético conseguido en esta adolescente pieza, nada sobre su sensibilidad para analizar su retrato espiritual, y nada sobre las reminiscencias simbolistas que contiene. A continuación es equiparado a Lorca, por sus poemas de inspiración andaluza y la utilización de cuartetos sin rima, escogiendo de nuevo otros versos (estas pequeñas incursiones en su obra trayendo al texto unas rimas es algo novedoso en el método de elaboración de los libros de texto). Se alude también en dos líneas, dentro de este período anterior al exilio, a Donde habite el olvido como reflejo de la influencia de Bécquer, cuyos temas son el desengaño y la nostalgia; y a La realidad y el deseo, que sigue sin presentarlo como el título que aúna su poesía, como un ejemplo más de la temática cernudiana en la que la realidad le produce «asco y nostalgia», recordando así el espíritu romántico. Y cierra el autor de este libro escolar la explicación con una valoración de esta actitud que más nos parece un reproche de mala conducta que una estimación de su producción literaria: «Como consecuencia, Cernuda adopta posturas políticas extremas y muestra gestos de escasa comprensión».

La obra perteneciente al exilio es mostrada como la de la gran nostalgia del autor sevillano por su tierra natal, salpicado con versos de La realidad y el deseo, se subraya su concepción clásica de Andalucía al equipararla a la geografía feliz de la Grecia clásica. Dicha estimación, alejada de la obra cernudiana, se debe tal vez a ese concepto de perfección estética que suponía el acervo literario clásico, al «modus» clásico que es lo que le confiere valor según el autor, y así lo manifiesta en el prólogo del libro cuando mueve al alumno a las lecturas de los clásicos españoles. En suma, la visión sobre la obra del exilio es limitadísima y se encuentra supeditada a aquel concepto, ya que se sirve de un sólo tema, un tanto ingenuo o superficial, para resaltar su obra cuya temática en realidad es la soledad y la incomprensión de aquella sociedad. Realmente la obra considerada por los críticos actuales como hechas al modo clásico, a imitación de Garcilaso más concretamente, es Égloga, Elegía y Oda, y no por un asunto sólo sino por toda una manera de hacer poesía. 

Concluye el pasaje cernudiano con el rótulo «Valoración». La influencia becqueriana, la autenticidad del poeta basada en el sentimiento equiparado a la emoción lírica vivamente sentida y al uso de la imagen como correspondencia a una realidad poética concreta le otorgan su peculiaridad como poeta del 27. Sin embargo, se dice también de él que pese a aquel peso romántico hizo concesiones a otras corrientes literarias de su época como la superrealista, y escoge para ejemplificarlo unos versos de Perfil del aire. Actualmente, los realmente catalogados como surrealistas son unos poemas que escribe con posterioridad a estos, Un río, un amor y Los placeres prohibidos.

 

Está claro, que los autores de estos libros de textos no eran conocedores de, al menos, todo el panorama literario, desde luego, no de la obra de Cernuda. La visión que de él dan los manuales está además sometida a unos criterios de valoración clásica que imponen en obras que no son tal. La temática señalada es pobre, la valoración sobre la métrica y la rima es inexistente, las corrientes aludidas son ingenuas, la inserción de Cernuda en la poesía social es desconcertante hoy en día, ya que definida por este último libro escolar como una poesía que se hace eco de la ardua problemática de los demás no vemos por qué debe estar el sevillano incluido ahí, puesto que la obra cernudiana es la más íntima y personal de toda la Generación, siendo tildada en ocasiones como autobiográfica, luego, los temas sociales no son más que una excusa para que el poeta exprese su más honda vivencia. Y por último, señalar, que nada se dice sobre las características que lo distinguen frente a las figuras de su generación (salvo el hondo sentimiento), nada sobre su logro poético.

 

III. Cernuda en el Plan del 70: Segundo de BUP y  COU

 

         En el año 1970 se promulga una nueva ley sobre educación, la llamada Ley General de Educación, y concretamente se publica en el BOE cinco años después una disposición sobre la enseñanza de la Literatura, cuyos tres objetivos son: promover el gusto por la literatura, enseñar a leer críticamente, y proporcionar un mínimo de conocimientos histórico-culturales.

Los libros de texto pertenecientes a este plan ya insertan una introducción crítica para contextualizar al estudiante, textos para el análisis de las obras literarias, y un método activo: no se trata ya de memorizar sólo sino de realizar unas actividades sobre lo explicado en el tema y aplicado a las piezas literarias. La gran novedad sería que al alumno se le va a exigir pensar y con ello a desarrollar un juicio crítico. Sin embargo, el período de transición, hasta que esta ley se adoptó en todo el país, hizo que libros escolares del año 69 se reeditaran sin ninguna modificación en el año 73 y siguieran utilizándose en las aulas. Es de suponer que esta convivencia de textos duró pocos años y que los nuevos libros escolares fueron extendiéndose en todos los institutos. Otra novedad es la pluralidad de editoriales que se dedican a confeccionar estos libros (no tanto como la que existe actualmente pero sí es notable respecto a la época anterior) pese a que continuaba necesitando una autorización, la estatal.

Alguno de ellos se siguen basando en manuales, a estos últimos les ocurre lo mismo que a los libros de texto, en un primer momento se continúan elaborando los manuales bajo los criterios de un discurso elaborado y definitivo y esta condición subyace en los primeros, pero poco a poco esto cambia y los manuales se hacen eco de las nuevas corrientes de estudio literario que se inclinan por prestar más atención las características intrínsecas de las obras. Otros textos escolares son encargados a auténticos entendidos en el tema, como es el caso de Lázaro Carreter y Vicente Tusón que trabajan para Anaya, o el caso de Blecua, que elabora un libro de segundo de BUP en Zaragoza, donde estudió e impartió clases, y que es autor de un manual de historia de la literatura. Estos estudiosos aparecen prácticamente como autoridades, la presencia de ellos como autores otorga ya al libro una calidad indiscutible. En otros casos, los libros son realizados por varios autores, son especialistas que se ocupan de los distintos períodos. Como ejemplos vamos a coger los dos que hemos nombrado más arriba y otro elaborado por varios autores.

Segundo de BUP

 

Centrándonos en el tema cernudiano, de los libros referidos a segundo de BUP el que resulta más completo es el de Carreter y Tusón[4], que es impartido hasta la aparición de la LOGSE. En él la declaración de intenciones recoge tanto la normativa a la que han de sujetarse, así como una larga exposición en la que se desarrolla la manera en que lo van a llevar acabo. Acentúa la idea de que no se trata de una mera historia de la literatura a la que se le acompañan textos sino que se trata de un estudio «diacrónico de la literatura», un enfoque que rompe con el del plan anterior. Presenta además una variedad de pasajes literarios para elegir entre ellos el comentario de texto, son textos que aparecen anotados (con ello la preocupación por la anotación filológica y la correcta lectura se le hace llegar al alumno), expone una introducción biográfica y crítica que contextualice al estudiante con el fin de que le sirva más de reflexión que de material memorístico, y la última modificación respecto al plan precedente es la introducción de debates, disertaciones orales, y actividades centradas tanto en el fondo como en la forma literaria.

Distinto es el prólogo de Blecua[5], mucho más escueto y escrito en tercera persona alude en primer lugar a la indiscutible experiencia del autor, a su esfuerzo por transformar la enseñanza, y a su método didáctico basado en las lecturas directas y en no en el aprendizaje memorístico. Aún así, resalta la importancia del contexto de los autores literarios para entender la obra, por ello cree que se desprende del texto oficial la idea de que se ha de ofrecer una historia de la literatura como introducción a los textos. Su preocupación también se centra en brindar una visión completa pensando en el alumno que no continúe sus estudios en humanidades.

El último libro escogido[6], cuyos autores son varios, no contiene ninguna declaración de intenciones, no obstante en su tratamiento lo que más resalta es el hincapié que se hace en los textos, tanto es así que apenas comporta estudios introductorios y críticos de ningún tipo. Tal vez esto se deba a una idea exagerada del rechazo al método memorístico en favor del método activo, puesto que todos los textos expuestos van acompañados de una gran cantidad de actividades. Dada esta peculiaridad no observada en otros textos es por lo que la hemos traído a colación en nuestro trabajo.

Comenzaremos por el libro de Carreter y Tusón por ser el más difundido y estudiado. Lo que primero plantean estos autores antes de entrar en la Generación del 27 es el período de transición entre la generación anterior y ésta, el vanguardismo europeo y su difusión en España (futurismo, dadaísmo, surrealismo, ultraísmo, creacionismo), no olvidemos que estos poetas se interesan y adoptan técnicas y temas de estas corrientes, pero aquí no aparecen sujetos a cada una de aquellas sino que se resalta su incursión como experimentación.

La Generación del 27 aparece como grupo en el que se dan unos rasgos generacionales siendo un ejemplo de generación literaria: tienen más o menos la misma edad (el más joven es Cernuda), su formación es semejante, la convivencia fue estrecha entre ellos, su acontecimiento generacional, que los une aún más, fue el homenaje a Góngora, Juan Ramón Jiménez fue el maestro, y todos sienten la necesidad de hallar un nuevo lenguaje poético. Explican también la asimilación de formas tradicionales (nuestro poeta sevillano se enmarca en la influencia tradicional becqueriana) junto con las de renovación. Las innovaciones en la versificación es otro de los puntos a tratar en la introducción. Y antes de pasar a exponer los rasgos de cada uno de los poetas se hace una división tripartita de las etapas del grupo: hasta 1927, donde predomina la poesía pura; desde 1928 hasta la Guerra Civil, donde se puede apreciar más la influencia surrealista; y tras la Guerra Civil, en el que la que el exilio establece unos temas nuevos como la nostalgia de la tierra natal.

         Las figuras de esta generación son agrupadas pero, como dicen los autores, «con reservas», ya que cada autor tiene sus peculiaridades al margen de corrientes. Lo novedoso es que Luis Cernuda no entra en ningún subgrupo: «En un lugar hasta cierto punto aislado, se sitúa la obra singular de Luis Cernuda». Esto pone de manifiesto el estudio y conocimiento profundísimo de su labor literaria, lo que no ocurría en los libros del plan del 53. Anteriormente se le había catalogado dentro de la poesía social, una valoración que ya nos había parecido pobre porque no sólo apuntaba a una pequeña parcela de su temática sino que ignoraba el asunto central de su obra, que es más íntimo y complejo, y omitía un estilo diferenciador que le confiere una personalidad poética propia y de gran valor.

Es aquí donde Cernuda adquiere ya una presencia como poeta de peso al igual que el resto de compañeros. Se alude a su vida y, como dato novedoso respecto a la época anterior, su personalidad, subrayando más esta última: su sensibilidad extrema y su discrepancia con el mundo revelan su retraimiento y su rebeldía, actitudes que se manifiestan en su obra y que nos valen para descodificarlo y entenderlo con mayor acierto y profundidad. Apuntan aquí también los autores que su pensamiento político, de «extrema izquierda» junto con esa difícil personalidad podría explicar el lugar que ocupa respecto a los de su generación. Esto es, Carreter y Tusón se hacen eco en el libro de texto de lo que nosotros queremos subrayar con este trabajo: la escasa presencia del poeta sevillano hasta el momento entre la crítica, estudiosos y la enseñanza, y por primera vez no sólo se hace referencia a ello, sino que se intenta paliar. Veamos cómo.

Bajo el epígrafe de «Estilo y mundo poético», se va a explicar su recorrido, no se van a ofrecer ya dos adjetivos que califiquen parcialmente su obra, sino que de una manera englobadora se van a exponer sus rasgos más sobresalientes, además, se trata el estilo y la temática en dos apartados distintos, cuando antes su estilo, sus temas y sus influencias parecían formar parte de un totum revolutum. Se explica que, pese a que sus primeras obras imitan la poesía pura, las formas clásicas o el surrealismo, las demás creaciones se alejan de las modas, lo que le otorga su distinción como poeta y esto es en lo que se hace hincapié en este libro de texto. Respecto a la versificación advierten que huye del ritmo marcado y para ello usa el versículo largo o los versos encabalgados; que su lenguaje rechaza la abundancia de imágenes prefiriendo un lenguaje más próximo al hablado o coloquial, pero no por ello poco trabajado, puesto que constituye una de las lenguas más densas de nuestra lírica, y es aquí donde Lázaro Carreter y Tusón subrayan su originalidad, otro aspecto obviado años anteriores, el de la singularidad de Cernuda referido a la forma; las influencias, otro aspecto cernudiano, son también de gran importancia para descodificar su obra, si antes sólo se mencionaba a Bécquer (lo más evidente por el título sacado de un verso del romántico español Donde habite el olvido), estos autores mencionan también a Garcilaso, T. S. Eliot, Baudelaire, Mallarmé, Goethe y Hölderlin.

         Desde el punto de vista temático, se recalca el conflicto entre su realización personal y el mundo que le rodea, asunto de carácter romántico, y consecuencia de aquello aparecen otros como la soledad, la añoranza de un mundo habitable para él, el anhelo de belleza y, sobre todo, el amor insatisfecho o vehemente, y al final de su obra el tema que se suma a estos es el de la nostalgia de su tierra y pequeños acentos religiosos.

         Con esta descripción el alumno adquiere un más que completo análisis de su obra, pero para concluir el estudio los dos autores de este libro le dedican el último epígrafe a La realidad y el deseo. Explicado como el libro que aúna su poesía lo desglosan en varios ciclos: Perfil del aire, calificado como afín a la poesía pura; Égloga, Elegía y Oda, donde imita el verso clásico de Garcilaso; Un río y un amor y Los placeres prohibidos responden a la influencia surrealista mezclada con sus dificultades íntimas; su tono más personal se encuentra en Donde habite el olvido, valorado como su libro más grandioso, sincero y desgarrado; a continuación, Invocaciones a las gracias del mundo, con poemas largos y notables; y finalmente, ya desde el exilio Las nubes, Como quien espera el alba, Vivir sin estar viviendo, Con las horas contadas y Desolación de la quimera.

Su obra en prosa, como anteriormente, se nombra pero no hay un acercamiento exhaustivo a ella. El interés que despierta la creación cernudiana en la enseñanza se centra exclusivamente en la poesía, al igual que ocurre con la crítica.

En cuanto a las actividades propuestas para el comentario de texto hallamos tres: dos textos de Los placeres prohibidos y la primera poesía de Donde habite el olvido. Las preguntas obligan al alumno a plantearse los poemas desde una concepción literaria en la que participa tanto el uso de la gramática para transmitir unas sensaciones, como el ritmo, la ausencia de rima, las figuras literarias, etc. Por ejemplo, el uso del subjuntivo y la ausencia de la oración principal en Donde habite el olvido se pregunta para que el alumno asocie aquello con la enfatización del poeta situado en el más allá de la muerte emocional y su consiguiente alejamiento de la realidad. Por tanto, tema, métrica y lenguaje se descodifican para conocer su funcionalidad en el todo cernudiano.

Una reedición del año 88 nos muestra cambios que creo convenientes resaltar. Muy probablemente, se consideraron excesivos los contenidos del año 76 por muy orientativos que fuesen y se decidió reducirlos. La parte que aparece reducida es toda la introducción a los poetas del 27, pero no el estudio pormenorizado de cada uno de ellos. Por lo que respecta a Cernuda el contenido se mantiene exactamente igual, y los poemas expuestos para el comentario de texto son los mismos, sin embargo, las actividades sufren una pequeña reforma, si antes las actividades estaban al final de los textos, ahora cada texto tiene sus propias preguntas y han sido ampliadas, es decir, se le otorga a los ejercicios una mayor importancia, aunque siguen en la misma línea que la edición anterior.

El segundo libro en el que nos detendremos bajo este rótulo es el de José Manuel Blecua, quien considera que, pese a que no se puede desligar una obra de su autor y de las circunstancias sociales y literarias que vive, éstas no explican tanto su creación literaria, tal vez por ello las referencias a las corrientes estéticas, ideológicas, culturales y políticas las ha antepuesto brevemente como introducción a los textos, y probablemente por este motivo también el tema al que se refiere a la Generación del 27 lo ha llamado «Introducción a la lectura de la Generación del 27». En tres párrafos, recogidos bajo el membrete «El vanguardismo europeo y su repercusión en España», señala el ultraísmo como la vanguardia más sobresaliente, los componentes del grupo, y sus características, que son muy parecidas al del manual de Anaya.

Extraña el gran parecido que el tratamiento de Cernuda tiene con los libros de texto del Plan de 1953, casi es un calco. No se dice nada sobre su versificación, nada sobre su lenguaje y nada sobre su significación. Se menciona Perfil del aire, del que se dice que tiene influencias diversas (pero no se especifican cuáles), y Donde habite el olvido, de influencia becqueriana. El título de La realidad y el deseo es nombrado como volumen que aúna su poesía. Lo único que lo diferencia de los libros escolares anteriores al la ley del 70 es la presencia de dos poemas, «Tristeza del recuerdo» y «Violetas», sin ni siquiera decir que pertenecen a Las Nubes. Otro dato sorprendente, porque para un alumno de segundo de BUP que no conoce a Cernuda estos poemas no son de los más representativos. Además, de las tres cuestiones propuestas para analizar los poemas dos giran en torno al asunto y sólo una de ellas a una cuestión formal que es el uso de la imagen para describir las violetas. Observando estos poemas no acertamos a saber si Blecua busca más la originalidad de su libro respecto a otros que el verdadero conocimiento por parte del alumno de la figura de Cernuda. Obviamente, por lo expuesto aquí, este manual escolar no presenta un cuidado filológico como el de Lázaro Carreter y Vicente Tusón.

El último libro de texto que trataremos sobre este curso, como ya he dicho, no contiene apenas contenidos sobre la generación o sobre las características de los poetas, sin embargo, me parece curioso su planteamiento, especialmente el de Cernuda, aunque no es significativo de los libros de texto. Solamente se nombran los poetas que conforman el grupo, se dice que fueron profesores de literatura, se menciona el homenaje que brindaron a Góngora y se presta especial atención a los poetas «nacidos en el sur» por la incidencia que tienen sobre temas andaluces, una agrupación que pone en duda la profesionalidad de los autores, ya que aquella etiqueta no es más que biográfica. Además, el texto se ve interrumpido por extractos de poemas de aquellos, entre ellos uno de Ocnos, la primera vez que encontramos prosa cernudiana en un libro de texto. Aparece a propósito de aquel andalucismo, y consideramos que se cita porque en ningún poema hay una referencia tan explícita de su tierra natal, realmente no existe un motivo didáctico tras esta elección. Acompañan al texto unas actividades que poco tienen que ver con la obra de Cernuda: la búsqueda de una aliteración sin plantear su funcionalidad, el uso de ‘el mar’ en masculino frente al uso poético femenino, la idea de la atemporalidad al trasladarse a la niñez, etc. El tema está planteado a base de preguntas y textos con el objetivo, no creo que conseguido, de que el alumno extraiga de todas ellas la poética del grupo, se trata de un aprendizaje inductivo, un método nada común en este plan de estudios.

La presentación de Cernuda como poeta del grupo del 27, se hace apelando a su obra como su «biografía espiritual», y a él como una persona solitaria. El porqué de esta soledad la explica así: «Se ha dicho que, entre otras cosas, hay en él un sentimiento de rechazo frente a una sociedad rígida que condena los “amores prohibidos” –Cernuda era homosexual­– entonces al individuo sólo le queda el lamento de no poder decir lo que ama». Lógicamente, los versos que a continuación vienen citados son: «Si el hombre pudiera decir lo que ama/...». Y esto dice que genera la temática de su obra: «la realidad frustradora de los deseos personales». Pese a que la crítica y los manuales universitarios han ampliado el estudio sobre la poesía de Cernuda y se han manifestado por un acercamiento más literario y filológico este libro escolar no se hace eco de ello, y plantea unas cuestiones inconexas, superficiales y nada crítico-literarias.

Los ejercicios sobre los textos cernudianos se centran en la métrica, en la ausencia de rima, en los temas de la soledad, en las reminiscencias becquerianas, de Machado, de Vicente Aleixandre (por un paralelismo temático), y los versos escogidos proceden de muy diversos poemarios.

Hasta aquí hemos visto tres maneras de elaborar un libro de texto para un segundo de BUP, las tres bien distintas, y sin duda, las más acertada y completa es la de Vicente Tusón y Lázaro Carreter.

 

El Curso de Orientación Universitaria

 

El curso de literatura de COU es una continuación del de tercero de BUP, se estudia la literatura española del S.XX y el eje del curso es el análisis de ocho o diez obras, ninguna de ellas de Cernuda. El temario se concreta en un desarrollo cronológico por épocas o generaciones, en orientaciones temáticas, y en aspectos formales y estéticos. Su enfoque pretende cubrir las posibles necesidades del estudiante, por lo que supone un máximo común denominador del estudio literario.

         El libro de COU escogido es también el de Lázaro Carreter y Vicente Tusón[7] por los mismos motivos que el de segundo de BUP, por ser el más utilizado en los institutos y por ser el más completo. La estructura elegida para explicar la G. del 27 es muy similar a la de 2º de BUP, las vanguardias y aquella aparecen dentro del mismo tema y juntos en el título. La novedad radica en una bibliografía inserta al comienzo que sirve como apoyo al conocimiento de los asuntos tratados a lo largo del tema, y al final del tema propiamente dicho la aparición de una selección de documentos y textos que lo ilustran.

         Tras las mención a las vanguardias hallamos la segunda parte de este tema: «El grupo poético del 27», seguido de una bibliografía basada en el estudio de la generación como tal y otra en varias antologías (incluidas las elaboradas por los poetas mismos) cuyo prólogo, se dice, que es revelador para el conocimiento del grupo. Se comienza con las características del grupo, ya mencionadas anteriormente, y se incluye como novedad, bajo el rótulo «Vida del Grupo» su convivencia en la Residencia de Estudiantes y en el Centro de Estudios históricos, su colaboración en revistas de la época y la Antología preparada por  Gerardo Diego aunándolos a todos. Sus afinidades estéticas presentan más calado que en cursos anteriores, al igual que el estudio sobre la tradición y renovación, y las tres etapas que marcan su evolución. A este estudio se adjuntan documentos sobre la estética de los del 27 pertenecientes a Guillén, a Dámaso Alonso y a Neruda.

         El examen pormenorizado de cada uno de los poetas se lleva acabo de una nueva forma, junto a una biografía, estudio estilístico y temático de la obra y significación de la misma se adjuntan un buen número de textos que ejemplifican aquellas cuestiones teóricas. Cernuda presenta los mismos contenidos en el amplio y extenso libro de BUP al que hicimos referencia, la única salvedad es la de la ampliación de la explicación de los libros que conforman La realidad y el deseo, por ejemplo los libros de acento surrealista se dice que se escribieron durante su estancia en Francia, y citan palabras textuales de Cernuda en las que se expone cómo no quiso ignorar esta corriente. También se profundiza en las obras escritas durante el exilio, se explica la presencia de su amargura, rota en momentos por cierta exaltación, donde hallamos temas como la patria perdida, la evocación a la Grecia Clásica a imitación de Hölderlin, y la continuidad de su esfuerzo por la depuración estilística.

         Los textos presentados para su estudio son: «Si el hombre pudiera decir lo que ama», de Los placeres prohibidos; «Bajo el anochecer inmenso», de Donde habite el olvido; y «Soliloquio del farero», de Invocaciones, tres libros sobresalientes de la producción literaria del poeta sevillano. A los textos acompañan unas reflexiones para centrar la atención del alumno en diversas cuestiones, así en el primero se pide que se observe en la modulación de los versos, y cómo algunos recuerdan en su hondura a los de Shakespeare; en el segundo se subraya cómo el asunto temático gira en torno a la crisis de desolación; y en el último se pretende hacer ver cómo Cernuda canta a la soledad y hace balance de su vida, pero cómo, sin embargo, su pesimismo no es total puesto que en las últimas tres estrofas se aprecia su amor a la humanidad.

         De nuevo advertimos que Lázaro Carreter y Vicente Tusón, ahora en COU, ofrecen un libro con criterio literario y completo en el estudio sobre Luis Cernuda.

 

IV. Cernuda en la LOGSE: segundo de Bachillerato

 

         La LOGSE se ha volcado en el propósito de alcanzar para el alumno una capacidad verbal y en la reflexión sobre la función y el significado de los textos. La enseñanza del lenguaje en su faceta oral y escrita es fundamental para las capacidades cognitivas y comunicativas, escuchar, hablar, leer y escribir son los conocimientos de los que parte la ESO para centrarse en «pulir» la expresión escrita y hacer entender la dimensión gramatical y estética de los textos escritos. La literatura se plantea como enriquecimiento cultural y placer estético, las cuestiones críticas se trazan muy por encima, sin embargo, ya en el Bachillerato se ahonda más en otras cuestiones: valoración e interpretación crítica de las obras literarias, identificando elementos que configuran su naturaleza artística relacionándolas con la tradición cultural y reconociendo las condiciones sociales de su producción y recepción; conocer los rasgos de los períodos literarios más representativos de la Historia de la Literatura Española; y conocer los autores y sus obras más representativas; y por último, adoptar una actitud abierta ante la proyección personal del autor y su capacidad de representación del mundo exterior.

Un planteamiento que, aunque sin dejar de ser genérico, es más específico en sus objetivos que en la etapa inmediatamente previa. Por este motivo, pese a que son las Comunidades Autónomas las que tienen en estos momentos la competencia en materia educativa, y por lo tanto pueden elaborar libros de texto con las peculiaridades que consideren razonables, hallamos en este período LOGSE más semejanza entre los contenidos de aquellos que en segundo de BUP.

         Los manuales han profundizado ya en la obra de toda la Generación del 27, entre otras cosas porque la crítica les ha reconocido un gran valor literario a través de los numerosos estudios de sus obras, y se les concede esa valía no sólo como poetas sino también como filólogos y estudiosos, por ende, Cernuda ha sido también objeto de un estudio serio y analítico de su creación literaria y eso se muestra en los libros de texto que veremos a continuación pertenecientes al curso segundo de Bachillerato.

 

El curso segundo de Bachillerato

 

Tres son los libros que manejamos, los tres firmados por varios autores. Dos de ellos están publicados en Madrid, uno por Aral[8] editores y otro por la editorial Editex[9], el otro libro escolar en Barcelona por la editorial Teide[10]. Son muy similares en la forma de plantear y rotular los estudios contextualizadores como en lo que dicen sobre las vanguardias, la Generación del 27, los rasgos más sobresalientes del grupo, y los estudios de cada uno de los componentes.

En primer lugar, y salvo el de Barcelona, se tratan dentro del mismo tema las vanguardias (corrientes y evolución) como antecedentes de un movimiento literario que les prestará atención para impulsar un nuevo concepto de poesía. La Generación del 27 presenta un claro denominador común en su planteamiento: en primer lugar, se señalan algunas características del grupo a modo de presentación, que suelen ser la amistad y el ambiente literario que reinaba entre ellos. Luego, se señalan los rasgos que los constituyen como generación: edades similares, la figura de Juan Ramón Jiménez, etc., es decir, las mismas a las que alude Carreter y Tusón, pero con algunas diferencias, ya que se añade el talante político liberal de los componentes (importante para entender la actitud de los mismos frente a la sociedad del momento, el exilio de algunos y para marcar un factor más que los une), se habla también de su convivencia en la Residencia de Estudiantes, y su participación en las revistas literarias (estos dos últimos apuntes subrayan esas inquietudes compartidas por el mundo literario). Seguido a este concepto de Generación se pasa a explicar la síntesis de  su creación respecto al legado que recogen de épocas anteriores, la tradición (los clásicos áureos, la literatura popular y la poesía de J. R. Jiménez) junto con las nuevas corrientes vanguardistas que llegan a España, la innovación. Las aportaciones formales del los poetas y su trayectoria dividida en tres etapas cierra esta introducción.

El esbozo que los libros de 2º de Bachillerato hacen sobre la Generación del 27 está basada de la reedición hecha por Carreter y Tusón para segundo de BUP (esto es, de la versión reducida), sin embargo, el segundo de Bachillerato es el equivalente al COU anterior y de éste no copian la profundización que aquellos dos autores hacen respecto al BUP. Lo que quiere decir, que estamos ante unas exigencias oficiales menores que en el Plan del año 70, al menos en lo que a los libros de texto se refieren. Y aunque los datos son menores, esto no afecta a las cualidades substanciales del grupo, como sí ocurría en el Plan del 53.

Por lo que respecta a Cernuda, al igual que al resto de sus compañeros de generación, se ve sometido a aquella idea de resaltar lo básico y omitir la profundización que los textos de BUP y COU ofrecían de manera desarrollada de su estilo y su poética. Se tiende a calificar su obra con características sobresalientes de su temática (soledad, nostalgia, anhelo de belleza, y amor insatisfecho), de su estilo (depuración de la imagen, lenguaje coloquial), y de su métrica, pero no se ahonda en ninguna de ellas. La obra poética recogida en La Realidad y el deseo, cierra el epígrafe de Cernuda. Las referencias a su obra en prosa tan sólo es recogido por uno de los libros.

Esta esquematización hace caer en concepciones erróneas o incompletas del poeta sevillano, por ejemplo: se dice que su lenguaje es coloquial, y con ello se da a entender al alumno que es sencillo, cuando realmente esto no es cierto. Sí, Cernuda tiende a usar un lenguaje lo más parecido al hablado pero no tanto por su sencillez sino por huir de demasiados artificios, lo que no se explica es que tras eso hay una genial elaboración que nos conduce a observar en él una poética hermética y densa.

         En cuanto a los poemas citados para la realización de los ejercicios estos difieren entre sí. Uno de los libros escolares escoge el poema primero de Donde habite el olvido y «Peregrino» de Desolación de la Quimera, dos poemas de dos momentos creativos distintos; otro escoge de Los placeres prohibidos «Déjame esta voz que tengo», como ejemplo de poema de influencia surrealista. Las actividades de uno y otro apuntan al estudio temático, métrico, estilístico (de tradición y renovación) y a desentrañar las características peculiares cernudianas como el uso y funcionalidad del lenguaje coloquial. Hay otro método de análisis propuesto en el tercer libro,  que sustituye a las actividades de otros libros, el texto elegido es «Si el hombre pudiera decir», perteneciente a Los placeres prohibidos, presentado por un comentario previo que apela al alumno a fijarse en las peculiaridades gramaticales, en el tema romántico, y en sus deudas con la poesía mística y en la construcción de los versos a modo de pautas para el comentario de texto.

En este plan en general, y en este curso en particular, las actividades no se plantean tanto como para comprobar si el alumno ha asimilado los conocimientos expuestos en el tema sino como una continuación del aprendizaje de la obra poética de Cernuda. A través de las actividades se pretende desarrollar aquello que nosotros apuntamos como poco desarrollado en la parte teórica, y esto no es más que una consecuencia del nuevo enfoque didáctico que se pretende conseguir con la implantación de la LOGSE, es una manera distinta de presentar y enseñar al poeta sevillano. Las cuestiones sobre la bibliografía  y la variedad de lecturas que ofrecen los libros de COU son suprimidas en esta etapa, lo esencial predomina sobre cantidad de opciones que aquí no se ofrecen en los libros de texto porque esta parte se deja en manos del profesor dependiendo del interés, capacidad y progreso de cada alumno por separado.

         En suma, Cernuda aquí tiene un tratamiento muy similar al segundo de BUP anterior en cuanto a contenidos, salvo con las diferencias ya explicadas que son mínimas y que se centran en una menor cantidad de explicaciones o de desarrollo de determinados datos o contenidos.

 

V. Conclusiones

 

Los críticos se han hecho eco del escaso interés que despertó la figura de Cernuda, afirmando que fue mal leído, mal estudiado y peor utilizado, por poetas, críticos, etcétera, por ejemplo así lo afirma Rupérez en el prólogo a la nueva antología que para la colección Austral ha hecho. Y como bien advierte en su introducción, este empobrecimiento crítico de algunos poetas como el sevillano se debe, entre otras cosas, al estudio que se hizo de la Generación y sus componentes:

Esa especie de rasero igualitario perjudica claramente a los mejores y beneficia ostensiblemente a los peores. Los mejores, siempre, no son generación ni nada que se lo parezca porque son ellos mismos, solos, idiosincrásicos, individuales, aun cuando puedan estar coyunturalmente acompañados por otros poetas de su tiempo con los que pueden compartir proyectos, ideas comunes, amistades, juergas, amoríos, francachelas, viajes pagados por el erario público, antologías, etc. […] ¿Qué sentido tiene que hablemos de características generacionales si los miembros de esa fantasía no tienen nada que ver en nada en absoluto, por más que algunos de ellos fabricaran la ilusión?

 

Pero también puede deberse aquel escaso interés a su personalidad, ya que Cernuda era una persona solitaria y difícil, que rechaza la sociedad en la que vive, sus ideas políticas también lo alejan de la realidad más inmediata, no se presenta a premios ni es amigo de críticos, estuvo exiliado y publicó fuera de España, y su obra tampoco es fácil. Probablemente, todo ello lo llevó a ser mal leído por sus contemporáneos, acarreando esa mala lectura durante muchos años y trasladándola al ámbito de la enseñanza. Pero por suerte, hoy esto se intenta paliar, y el estudio de su obra toma nuevos derroteros gracias a críticos y lectores de su obra, viéndose esta mejora reflejada a su vez en la presencia que tiene actualmente Luis Cernuda en los libros de texto que ofrecen una visión del panorama literario español, fundamentalmente desde la aparición del libro de Lázaro Carreter y Vicente Tusón que aunque actualmente no se estudia está claro que se toma como modelo para sucesivas elaboraciones de libros escolares.

 

BIBLIOGRAFÍA CITADA

 

BLECUA, J. M.: Literatura, Curso Segundo de BUP, Zaragoza, Librería General, 1976.

CORREA CALDERÓN, E. y LÁZARO, F.: Curso de Literatura (Española y Universal), Sexto Curso, Salamanca, Anaya, 1969.

LÁZARO CARRETER y VICENTE TUSÓN: Literatura española, Segundo de BUP, Madrid, Anaya, 1976.

LÁZARO CARRETER y VICENTE TUSÓN: Literatura del siglo XX, Madrid, Anaya, 1989.

MATEO VELASCO, V.: Literatura española contemporánea, Curso Preuniversitario, Madrid, S.M., 1964.

PUELLES BENÍTEZ, M.: “Los manuales escolares: un nuevo campo de conocimiento”, en Historia de la Educación, 19, 2000, pp. 5-11.

V V. A A.: Literatura española, Segundo de BUP., Madrid, Akal, 1985.

V V. A A.: Lengua castellana y literatura, 2º Bachillerato, Madrid, Edites, 1996.

V V. A A.: Lengua castellana y literatura, 2º Bachillerato, Madrid, Aral, 1996.

V V. A A.: Lengua castellana y literatura, 2º Bachillerato, Barcelona, Teide, 1998.

 



[1] Funciones a las que apunta Manuel Puelles Benítez, 2000.

[2] Correa Calderón y Lázaro Carreter, 1969.

[3] Mateo Velasco, 1964.

[4] Lázaro Carreter y Vicente Tusón, 1976.

[5] José Manuel Blecua, 1976.

[6] Gómez Raya, Gómez Rea, Gúgel Giménez y Suárez Granada, 1985.

[7] Lázaro Carreter y Vicente Tusón, 1989.

[8] G. Blasco, et al., 1996.

[9] A. L. García, J. Mª Echazarreta, y M. Ramos, 1996.

[10] J. Fortuny,  et al., 1998.