Historia y misión

La Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza tuvo su antecedente en la Comisión de Derechos Humanos de la Universidad de Murcia, que durante veinte años tuvo su sede en la Facultad de Trabajo Social y realizó todo tipo de actividades relacionadas con los derechos humanos: congresos, jornadas, celebración anual del Día Mundial de los Derechos Humanos, informes, manifiestos, publicaciones, etc.

En los últimos años, ante el agravamiento acelerado del cambio climático antropogénico y de otros muchos problemas ecológicos que afectan de manera directa o indirecta a la vida, la salud, la dignidad y los derechos de los seres humanos, nos pareció necesario poner en marcha una nueva iniciativa que nos permitiera abordar de manera integral las interacciones entre los derechos humanos y los derechos de la Naturaleza.

La composición de la Comisión de Derechos Humanos fue siempre interdisciplinar, pues integraba a profesores/as e investigadores/as de diferentes disciplinas de las Humanidades y las Ciencias Sociales y Jurídicas: Derecho, Trabajo Social, Filosofía, Letras, Educación, Psicología, Sociología, Economía, etc. Para la creación de la Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza, hemos considerado imprescindible ampliar esta dimensión interdisciplinar, incorporando a colegas de otras disciplinas de las Artes y las Ciencias Naturales, y a organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional España y Ecologistas en Acción de la Región Murciana.

La Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza se creó en septiembre de 2020, mediante un Convenio de colaboración suscrito por la Universidad de Murcia, la Asamblea Regional de Murcia, Amnistía Internacional España y Ecologistas en Acción de la Región Murciana. En dicho Convenio, concretamente en el punto 6 de la exposición de motivos, se explican las razones de su creación:

«En las últimas décadas se está produciendo un proceso de degradación acelerada de los ecosistemas naturales y los entornos urbanos, debido al expolio de los recursos, la reducción de la biodiversidad, la contaminación de los suelos, las aguas y el aire, etc. La manifestación más extrema de este proceso es el cambio climático antropogénico, cuyos efectos van a ser especialmente graves en la península ibérica y en particular en la Región de Murcia. Además, estos cambios en nuestra relación con la biosfera terrestre están estrechamente interconectados con las grandes desigualdades sociales, de modo que los países y grupos más ricos son los principales responsables y beneficiarios de la degradación, mientras que los países y grupos empobrecidos son los menos responsables y, sin embargo, los más perjudicados. Se da una relación de retroalimentación entre las injusticias sociales y las injusticias ecológicas, como lo prueba el fenómeno creciente de los refugiados climáticos, reconocidos ya por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Por eso, el objeto del presente convenio es la defensa, promoción, estudio, divulgación y concienciación social de los derechos humanos, los derechos de la Naturaleza y la relación indisociable entre unos y otros, dada la interacción entre los seres humanos y los elementos naturales de los ecosistemas de los que formamos parte. Al amparo de la Cátedra se promoverá la cooperación entre la Universidad de Murcia y las entidades firmantes del presente convenio, para afrontar la emergencia climática y contribuir a una transición ecológica y social que sea respetuosa con los derechos de las personas, los derechos de las generaciones futuras y los derechos de la Naturaleza.»

En la cláusula primera del Convenio se especifica cuál es el objetivo principal con el que se crea la Cátedra: «El establecimiento de un espacio dedicado íntegramente a la investigación, formación, divulgación y concienciación en el campo de los derechos humanos, los derechos de la Naturaleza y las múltiples interacciones entre unos y otros, en el que participen tanto profesores y alumnos universitarios como profesionales del sector (entendida esta expresión en su sentido más amplio). Al amparo de la Cátedra se promoverá la cooperación entre la Universidad de Murcia y las entidades firmantes del presente convenio, para afrontar la emergencia climática y contribuir a una transición ecológica y social que sea respetuosa con los derechos de las personas, los derechos de las generaciones futuras y los derechos de la Naturaleza.»

Y en la cláusula segunda se indican cuáles serán sus actividades prioritarias: «La mencionada cátedra servirá de marco para la realización de diversas actividades de investigación, docencia, difusión y concienciación social relacionadas con los objetivos del. presente convenio. Entre estas, se prestará atención a los ecosistemas naturales de la Región de Murcia que tienen una especial relevancia ecológica y social, como es el caso del Mar Menor; los problemas de la movilidad urbana y de la contaminación atmosférica que afectan de manera directa a la salud; las transiciones tecno-económicas, jurídicas y sociales que es preciso implementar para hacer frente a la emergencia climática; la protección de los derechos de los migrantes y refugiados afectados por catástrofes naturales; etc. Estas y otras actividades serán organizadas por las entidades suscriptoras del presente convenio, mediante un plan de actuación anual que será elaborado, coordinado y supervisado por la Comisión Mixta y por su Dirección.»

Paralelamente a la creación de la Cátedra, la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia realizó un estudio sobre la posibilidad de dotar de personalidad jurídica y derechos propios al Mar Menor. Basándose en este estudio, el Ayuntamiento de Los Alcázares decidió poner en marcha una Iniciativa Legislativa Popular para dotar de personalidad jurídica al Menor Menor, y se creó un grupo promotor para llevar adelante dicha ILP. El alcalde de Los Alcázares presentó la ILP en la Asamblea Regional de Murcia y este órgano legislativo ni siquiera la admitió a trámite, a pesar de haber aprobado la colaboración con la Cátedra y su financiación con 3.000 euros. El grupo promotor presentó la misma ILP en el Congreso de los Diputados de España y este órgano sí la admitió a trámite, por lo que inmediatamente se inició la requerida recogida de 500.000 firmas, para poder proceder a la tramitación parlamentaria de la ILP.

En coherencia con sus objetivos fundacionales, la Cátedra manifestó públicamente su apoyo a la ILP. De manera inesperada y sorprendente, la Asamblea Regional consideró que este apoyo no se correspondía con los fines de la Cátedra y decidió retirarse del Convenio de colaboración y no conceder la financiación comprometida. No obstante, la Cátedra siguió adelante con el apoyo de la Universidad de Murcia, de las otras dos entidades patrocinadoras y de otras entidades colaboradoras.