Grabación

null Concierto de la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Murcia

11 de abril de 2003.

Director: José Luis López García

MANUEL MANRIQUE DE LARA Y BERRI (1863-1929)

Sinfonía en Mi menor (1892)

Manuel Manrique de Lara y Berri nació en Cartagena (Murcia) el 24 de octubre de 1863, fue General de División de Infantería de Marina y vocal de la Junta Superior de la Armada. Ingresó en el cuerpo de Infantería de Marina, siendo nombrado a los 16 años oficial.

A los 21 comenzó los estudios de composición con el Maestro Ruperto Chapí del que sería su único alumno. Seguidor de la música Wagneriana, así se manifiesta en sus obras y escritos, hasta el punto de que su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes lo realiza el 27-V-1917 con un discurso cuyo tema es Orígenes Literarios de la trilogía Wagneriana. Su pasión por la música le lleva a realizar numerosos viajes por el extranjero, con un nombramiento realizado por la Academia, como su representante el 6 de noviembre de 1926, para verificar estudios artísticos e históricos en los judíos españoles en Turquía y recopilar gran número de canciones sefarditas en el norte de África, interesándose por los aspectos literarios y melódicos de estas canciones. R. Menéndez y Pidal conservó muchos autógrafos de las canciones recogidas por Manrique de Lara. También fue crítico musical y creador de obras importantes: la ópera El Cid (se dieron fragmentos en la Sociedad de Conciertos de Madrid por la Orquesta Sinfónica dirigida por Arbós). La zarzuela en 3 actos El Ciudadano Simón (estrenada en Madrid el 1900), la Sinfonía en Mi menor en estilo antiguo (en 1892; en 1893 fue estrenado el tercer tiempo en Ferrol, dirigiendo el maestro T. Bretón, y en el año 1915 ya completa, volvería a dirigirla en Madrid), la primera parte de la trilogía sinfónica La Orestiada (estrenada en Madrid en 1890 también bajo la dirección de Bretón por la Sociedad de Conciertos y ejecutada en su forma total cuatro años más tarde). La obra de Manrique de Lara está inspirada en la famosa trilogía de Esquilo y cada una de sus partes lleva igualmente los mismos títulos de AgamenonLas Coéforas y Las Euménides; otra de sus obras es el cuarteto para cuerdas en Mi bemol.

En 1898 solicitó un puesto a bordo del acorazado Pelayo para tomar parte en la guerra contra Estados Unidos. Le fue concedido el mando de la batería de cañones de tiro rápido sobre cubierta, puesto que ocupó hasta el final de la guerra, tras la cual regresó a Madrid. Durante los años 1920 a 1922 estuvo en las operaciones militares en Larache (Marruecos), al frente del regimiento expedicionario de su arma, y el 10 de octubre de 1925 fue ascendido al más alto puesto de su carrera como General de División e Inspector General del cuerpo de Infantería de Marina.

Terminada la guerra europea, el Consejo de la Sociedad de Naciones le nombró en enero de 1923 presidente de la Comisión mixta para el canje de súbditos griegos y turcos, por el Tratado de Lausana, y en Diciembre de 1924 fue designado mandatario del mismo Consejo para la protección de la minoría albanesa en Grecia.

Víctima de una grave dolencia, le obligó a recluirse en el sanatorio de St. Blasien (Alemania). Manrique de Lara murió St. Blasien el 27 de febrero de 1929 a consecuencia de una operación quirúrgica. Sus obras se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Francisco Verdú Serna.

Sinfonía en Mi menor de Manrique de Lara.
Esta obra, que el autor determina como realizada en estilo antiguo, se aleja en mucho de esta denominación por su contenido real; sus cuatro tiempos tienen una dimensión de gran sinfonía, pensando que en la época de su creación 1891-92, la gran forma sinfónica ha sido aceptada por los compositores de esta época, como A. Brukner, Mahler, P. I. Thaicovski, etc. La Sinfonía en Mi menor de Manrique de Lara manifiesta en su conjunto su tendencia Wagneriana que él mismo defendió en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes en 1917.

La construcción general de la obra contiene un dominio del compositor de la orquestación y del desarrollo de la idea nada común; la maestría del músico nos proporciona material muy interesante al analizarla, para poder extraer de ella enseñanzas muy positivas. Demuestra en esta obra Manrique, ser conocedor de la técnica de orquestación en alto grado, al realizar combinaciones tímbricas que están siempre dentro del sentido de la mayor corrección, proporcionando ejemplos que resultan insólitos en la producción sinfónica de su época en España, como podremos constatar al escucharla.

La consideración e importancia de la música de Manrique de Lara se pone de manifiesto desde el momento en que es Tomás Bretón (músico insigne de esta época) el que dirige el estreno del tercer tiempo de esta sinfonía en la Sociedad de Conciertos de Ferrol en 1893 y posteriormente en la Sociedad de Conciertos de Madrid en 1915. Desempolvar y traer a la actualidad este tipo de obras, viene a hacer justicia al recuerdo de personajes que han creado Historia a la que no podemos renunciar, por el patrimonio real que aportan a nuestra sociedad, especialmente a la local, que tan cerca nos queda, sobre todo cuando esta sociedad ha sido tan parca en la creación de obras sifnónicas.

Francisco Verdú Serna.