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null Investigadores de la UMU lideran varios proyectos de química verde

Fuente: La Verdad

integrantes grupoTan desacertado es aludir a la pulcritud de un producto señalando que «no contiene químicos», como concluir que esta industria es un edén inofensivo limpio de polvo y paja. Una quincena de investigadores, encabezados por el profesor de la Facultad de Química de la Universidad de Murcia (UMU) Pedro Lozano, se ha propuesto impulsar la sostenibilidad de este sector básico. Sus armas son varios proyectos sobre «química sostenible» en los que se coordinan expertos de esta universidad con otros de la Jaume I de Castellón. En palabras de la profesora Susana Nieto Cerón, que es una de sus miembros, el grupo «está especializado en aportar herramientas y procedimientos que permitan mejorar la sostenibilidad y el carácter verde de los procesos químicos de interés industrial, que son necesarios para mantener nuestra calidad de vida».

El camino para lograrlo, detalla, pasa por aplicar «los principios de la denominada química verde», sobre todo para mejorar «la eficiencia de los procesos » y reducir el vertido de «contaminantes, tóxicos y desechos a la biosfera». Se trata de algo así como emplear la química bien para higienizar en lo posible el todavía frecuente uso de una química industrial demasiado contaminante. «Lo conseguimos mediante el empleo de una serie de herramientas verdes que reutilizamos hasta la extenuación, como las enzimas, disolventes totalmente recuperables y reutilizables; como son los líquidos iónicos y las mezclas eutécticas profundas, que nos permiten evitar la utilización de disolventes orgánicos volátiles derivados del petróleo, sin la generación de desechos y contaminantes», apunta la experta del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia.

Estos trabajos cuentan con financiación directa del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con implicación de los fondos europeos 'Next Generation', y también con fondos de la Comunidad autónoma. Esta implicación europea, nacional y regional les permite mantener «abiertos diferentes frentes de acción».

Nuestro modelo de vida

No se trata de una línea de investigación más: «Hoy día, la principal preocupación es la sostenibilidad de nuestro modelo de vida, donde el agotamiento de los recursos y el acúmulo de desechos y contaminantes está destruyendo el planeta».

El objetivo, explica la investigadora Nieto Cerón, «lo conseguimos reutilizando una serie de herramientas verdes hasta la extenuación». Con esta evidencia como enfoque, continúa la especialista, «necesitamos pasar de un modelo de consumo lineal basado en producción-uso-desecho, a un modelo circular, basado en producción-uso-recuperación-reutilización de nuestros bienes de producción».

laboratorioEl objetivo, ambicioso, «es cambiar el paradigma actual favoreciendo el empleo de materias primas renovables y biodegradables», para conseguir «la máxima eficiencia en sus transformaciones mediante el diseño de procesos más sencillos y viables desde el punto de vista de la sostenibilidad».

El grupo de investigación de Química Sostenible de la UMU ya acumula más de 20 años desarrollando aplicaciones ante lo que la profesora Nieto Cerón califica como «la necesidad de proponer alternativas sostenibles en muchas transformaciones químicas que, aunque en su momento fueron muy útiles para cubrir nuestras necesidades básicas, hoy día no resultan muy idóneas por sus características inherentes». Ella se incorporó al equipo encabezado por el profesor Lozano en 2015, justo el mismo año en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible, lanzados mediante una resolución dos años después y con 2030 como horizonte para acabar con la pobreza, mejorar la educación, obtener una energía asequible y no contaminante y mejorar la industria, la innovación y las infraestructuras, entre otras metas básicas para el bienestar humano. «Comprendí que nuestros objetivos de investigación eran proponer y aportar soluciones sostenibles a problemas y necesidades estratégicas de la sociedad actual, donde la química está directamente implicada», recuerda ahora la experta.

Entre los éxitos de este grupo de investigadores, formado por profesores, estudiantes de doctorado, de máster y de último curso de grado de Bioquímica, Química e Ingeniería Química, se incluye «una reciente patente mundial», revela la profesora, «dedicada a la despolimerización sostenible». Susana Nieto evidencia su importancia recordando los problemas que plantea el poliuretano, «del que están hechos nuestros colchones, asientos, etc.», y que califica de «plástico muy recalcitrante, ya que no se degrada y no se recicla, únicamente se incinera o se entierra en vertederos». El logro de este grupo, que también incluye un par de profesores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), es haber conseguido «un procedimiento sostenible y totalmente basado en la economía circular, que puede evitar la generación de muchas toneladas de desechos de espuma de poliuretano cada año».

Distintos frentes

derivados del pantenolEs solo un ejemplo de los múltiples trabajos en el que está implicado el equipo de especialistas coordinados desde la UMU, que abarcan distintos frentes. En el campo de la cosmética, relata Nieto, a partir del pantenol (ingrediente habitual en esta industria con propiedades hidratantes, cicatrizantes y antiinflamatorias) «hemos desarrollado un procedimiento mucho más sostenible, sencillo, eficiente y sobre todo selectivo», que permite obtener nuevos derivados beneficiosos aún no comercializados. También han mejorado la absorción dérmica de determinados productos e incluso trabajan «en la obtención de nuevos compuestos bioactivos con actividad dual, que hasta ahora tampoco existen en el mercado y cuyo empleo enriquecerá considerablemente las formulaciones cosméticas».

Otra de las líneas de investigación, «del máximo interés estratégico», es la captura de CO2 «y su transformación en compuestos de valor añadido para su aplicación industrial, como es la síntesis de polímeros biodegradables». Este frente de acción, continúa, está alineado con el modelo de economía circular, ya contempla «dar valor a este producto de desecho que procede de la combustión, y evitar su acúmulo y contribución a la contaminación, al efecto invernadero y al cambio climático».

Más química que nos beneficia, en definitiva, para superar una química, en muchas ocasiones, sucia que nos ha permitido prosperar. Al fin y al cabo la química, en palabras del profesor Pedro Lozano, «es la ciencia que más ha contribuido a mejorar la calidad de vida» del ser humano.

El giro sostenible que arrancó en 1987

Hace menos de 40 años que el Informe Brundtland, publicado por Naciones Unidas en 1987, acuñó el concepto de sostenibilidad, abriendo el camino a una conciencia que, afortunadamente, se ha ido extendiendo. «No hace falta más que mirar alrededor para darse cuenta de que la sostenibilidad es una prioridad reconocida por las administraciones regionales, nacionales y europeas». La profesora Susana Nieto, de la Facultad de Química de la UMU, destaca la implicación de las entidades públicas «impulsando diferentes líneas de acción estratégicas en este sentido». Y pone como ejemplos «el abordaje de los problemas de contaminación, la biorremediación de suelos, la mayor eficiencia de recursos, la captura de CO2 o la búsqueda de nuevas fuentes de energía y combustibles renovables, etc.». La preocupación por estos asuntos ha llevado a la Real Sociedad Española de Química (RSEQ) a aprobar recientemente la creación del llamado Grupo Especializado de Química Verde para abordarlos, presidido además por el profesor Pedro Lozano, el mismo investigador que lidera el grupo de Química Verde de la UMU del que forma parte Nieto.

La proliferación de revistas internacionales de investigación centradas en el campo de la sostenibilidad, «y con un gran impacto en la comunidad científica, como 'Green Chemistry', 'ChemSusChem' o 'ACS Sustainable Chemistry & Engineering', también avala esta corriente.

«Todo ello demuestra el interés que suscita este tipo de investigaciones. Pero no solo a nivel académico». La concienciación ciudadana ejerce igualmente una presión favorable «para que se tomen cartas en este aspecto a nivel gubernamental e industrial, señala la investigadora. «Quizás el ejemplo más representativo sea la deriva del sector cosmético hacia un modelo más sostenible basado en el empleo de ingredientes con base natural y obtenidos mediante procedimientos más limpios debido a las demandas de los consumidores».

Pie de foto: 1. Miembros del grupo de Química Sostenible. De izq. a dcha., de pie, Rocío Villa, Inma Lozano, Fran Ruiz, Pedro Lozano y Susana Nieto, y, sentados, Rebeca Salas y Fran Velasco. 2. Laboratorio del grupo. 3. Derivados del pantenol sintetizado por el grupo de la UMU de manera sostenible.