En esta sección podréis poneros al día sobre la actualidad investigadora de la Universidad de Murcia. A través de noticias, reportajes en profundidad y entrevistas de personalidad, mediante un lenguaje sencillo pero sin perder un ápice de rigor, os acercamos a nuestra comunidad investigadora y a su importante trabajo.  

null ¿Es posible que un criminal actúe sin dejar rastros de su presencia?

Gracias a la aplicación de la práctica científica es posible resolver un delito. Se trata de localizar evidencias que a menudo no pueden ser observadas a simple vista.

Edmond Locard, padre de la criminalística, defendía que cualquier presencia en un lugar o escena deja y se lleva consigo vestigios detectables que pueden delatar a un ladrón, delincuente o asesino, es decir, en cada contacto que se establece con un lugar, objeto o incluso persona, se deja un rastro.

Científicos de la UMU tras las huellas del delito

La profesora titular del área de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia (UMU), María Dolores García, ha sido recientemente condecorada con la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil por sus contribuciones en el ámbito forense.

La profesora, que actualmente se encarga de la coordinación del Master en Ciencias Forenses de la institución docente, trabaja en la entomología forense. ?Los entomólogos trabajamos, entre otras cosas,  con muestras de huevos de mosca, larvas de mosca y escarabajos", explica la investigadora.

Normalmente, se requiere la presencia de los entomólogos forenses cuando se analizan casos en los que se estudia el fallecimiento de una persona que se intuye puede haber muerto con bastante anterioridad. ?Hay que tener en cuenta que los parámetros médicos son muy fiables hasta más o menos las 72 horas después de ocurrida la muerte, pero a partir de este momento empiezan a perder fiabilidad y precisión?, aclara García.

La catedrática nos cuenta el caso llamativo de la muerte de una anciana que estaba postrada en su casa de Milán y que fue resuelto gracias a la entomología forense. Esta mujer apareció muerta en malas condiciones. Unas larvas de mosca encontradas en su cuerpo parecían apuntar a que llevaba mucho tiempo desatendida. A raíz de esto, su hija fue acusada de abandono.

Tras un análisis posterior se valoraron las edades que tenían estas larvas y se compararon con las elevadas temperaturas que habían hecho los días previos en la ciudad donde había muerto. Finalmente, se llegó a la conclusión de que el gran tamaño de las larvas era debido a las temperaturas elevadas a las que habían estado sometidas y no al tiempo que estuvo la anciana desatendida. ?De esta manera, gracias a un análisis pericial entomológico, la acusada quedó libre de los cargos?, aclara.

Por su parte, la botánica forense consiste en aplicar la ciencia de la flora a las investigaciones penales. Esta es una disciplina relativamente nueva en España.

Los botánicos no suelen ocuparse de los restos humanos, su papel principal en una investigación es establecer las relaciones entre la evidencia y un delito. Por ejemplo, el polen es fácilmente transportado por el viento y podemos encontrarlo a menudo en la ropa, zapatos, el pelo o la piel. A este tipo de análisis pericial basado en el estudio del polen y las esporas se le denomina Palinología Forense, subdisciplina que está más desarrollada en Nueva Zelanda, Inglaterra y EEUU, donde los expertos suelen trabajar en colaboración con la mineralogía (análisis de la arcilla).

El sureste español tiene unas condiciones de depósito del polen óptimas para realizar este tipo de estudios. El Catedrático de Biología Vegetal de la UMU, José Sebastián Carrión, explica que ?en ambientes muy heterogéneos como Murcia, Almería y Alicante, hay gran potencialidad para desarrollar estudios palinológicos?.

Carrión añade que con este tipo de análisis es posible también indicar si el cuerpo fue movido o sugerir el tipo de lugar donde se cometió el delito. Algunas experiencias en este sentido demuestran que se puede establecer si una persona estuvo o no en un lugar con una diferencia de siete metros.

Carrión junto al profesor Manuel Munuera del departamento de Ciencia y Tecnología Agraria de la Universidad Politécnica de Cartagena, compararon las muestras de lluvia polínica (polen que transportan los insectos o que vuela libre por el aire y que, más tarde, se deposita en el suelo una vez pierde la fuerza de arrastre) con el polen sedimentado en las suelas de zapato. La correlación entre la muestra del contenido polínico con la de las suelas de zapato fue tal que, de alguna manera, se pudo afirmar que esa persona había estado en ese determinado sitio, aunque lo hubiera negado.

En el primer caso que se resolvió gracias a la palinología, según Munuera, se analizaron las muestras de polen que había en las botas de una persona sospechosa de un delito. ?Se descubrió que había presencia de un polen fósil que sólo existía en una localidad a 20 km de Viena, en un área muy reducida de unas canteras?, explica. Aunque el culpable se manifestaba inocente, cuando la policía lo llevo al lugar donde estaba el cuerpo enterrado, confesó.

Debido a que las algas y diatomeas varían según la temporada, su abundancia y diversidad en un área también puede ayudar a aproximar el intervalo de tiempo después de la muerte o permitir que se cree una correspondencia entre un cuerpo y una ubicación específica. ?Las diatomeas son adecuadas para estos estudios porque tienen envueltas rígidas y son muy resistentes y, por esta razón, aguantan mucho tiempo?, destaca Marina Aboal, catedrática de Botánica de la UMU que trabaja en este tipo de informes periciales. Pero aunque las algas y plantas microscópicas como las diatomeas pueden emplearse también para establecer un diagnóstico de muerte por ahogamiento, ?estos análisis suelen ser muy complicados?, apunta Aboal.

Los hongos pueden ser también identificativos de escenarios forenses, es decir, al analizar genéticamente una mancha de un hongo microscópico de una prenda por ejemplo, se puede verificar que  coincide con ese mismo hongo situado en el lugar de los hechos. ?Igual ocurre con las semillas o frutos?, añade la catedrática.

Además, el Catedrático de Botánica de la Universidad de Murcia, Mario Honrubia, colabora asiduamente en el estudio de la importación fraudulenta de hongos.

?A todo lo expuesto anteriormente debe añadirse que se pueden cometer crímenes utilizando algas, hongos o plantas vasculares que producen toxinas o venenos?, explica Aboal. Tal es el caso de una de las toxinas más potentes conocidas, la comúnmente conocida como ricina, que ha estado en los medios de comunicación recientemente tras haber sido enviada al presidente de los EEUU Obama. El ricino es una planta que en el ámbito mediterráneo se puede encontrar en la orilla de los caminos, es relativamente común, aunque no es conocido por la gente que es una planta tóxica. Muchas toxinas de algas son letales y cada vez se descubren más especies de este tipo para las que no existen antídotos y sobre las que se sigue investigando.

Un caso curioso en el campo notarial al que se ha aplicado la psicología y psiquiatría forense es el que detalla el Director de la Unidad de Psicología y Psiquiatría Forense y profesor de la Facultad de Enfermería, Bartolomé Llor, que además es secretario del Servicio Externo de Ciencias y Técnicas Forenses de la UMU. Llor cuenta que tuvieron que decidir si el deterioro mental de una señora mayor la incapacitaba para vender el único bien que poseía, su casa. ?Finalmente concluimos que la persona en cuestión no presentaba un deterioro que la incapacitara para realizar la venta de ese bien, pero paralelamente, detectamos que presentaba un cuadro delirante persecutorio por el que pensaba que habían entrado en su casa y querían matarla. Entonces nos surgió la pregunta de por qué razón quería vender. En el informe pericial recomendamos tratar el cuadro delirante primero, ya que existía la posibilidad de que este remitiese, para más tarde, una vez que lo hubiera superado, si aún así persistía en su deseo de vender, entonces que lo hiciera?, explica.

Otro caso similar al que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su trayectoria profesional es el de una persona mayor que estaba ingresada en una residencia de ancianos y que no tenía hijos. En el momento en el que se encargó del asunto dos de sus sobrinos ya habían logrado sustraerle unos 80 millones de las antiguas pesetas.

?También nos enfrentamos hace algún tiempo al caso de un hombre que en principio carecía de diagnóstico de enfermedad mental grave. Pensaba que su mujer y un conocido de ella eran amantes. Según el acusado, después de aguantar estos agravios durante muchos años, y una vez separado de su esposa, esperó al supuesto amante en un jardín y le disparó en la nuca con una pistola de la que poseía licencia. Por suerte, había inutilizado el arma previamente, porque, según él, pretendía darle una lección?, describe el investigador forense.

Previamente a este hecho el acusado había cometido un delito de violencia de género cuando todavía no se había separado. Con la misma pistola, pero sin inutilizar, apuntó a su esposa aunque no disparó. Tras un año de cárcel preventiva, la familia de este señor y su abogado ?nos encargaron un informe exhaustivo del caso porque querían poder explicar ante el juez lo extraño de sus conductas. A raíz del análisis del caso diagnosticamos un trastorno delirante crónico. Nos basamos en la entrevista forense que le realizamos durante muchas horas y que grabamos, además, claro está, también en toda la información médica que existía sobre este sujeto?, añade Llor.

Su aparente imagen normal y su delirio celotípico estructurado hacía creíble su argumentación, favoreciendo que su cuadro pasase desapercibido incluso para los profesionales que le atendieron previamente; ?los sujetos paranoicos son capaces de ocultar su trastorno y estar rumiando durante años hasta que estallan?, asegura el profesor. ?Pero, ¿cómo supimos que en el momento de los hechos el sujeto presentaba un delirio activo y que por tanto tenia anuladas sus capacidades cognitivas y volitivas? Comprobamos que los hechos coincidian temporalmente con el momento álgido de dos enfermedades orgánicas que padecía de forma totalmente descontrolada: diabetes e hipertiroidismo (tormenta tiroidea); esto, junto a su personalidad previa altamente suspicaz, los estresores como el divorcio, etc., le desencadenaron una activación de su cuadro de delirio celotípico, que nos explicaría con alta verosimilitud la conducta de agresión, que judicialmente se catalogó como intento de homicidio?, concluye Llor.

Una comprobación de que estábamos en lo cierto en cuanto al diagnóstico, fue el hecho de rechazar las conclusiones de nuestro informe pericial, prefiriendo permanecer en la cárcel, antes que reconocer que estaba enfermo. ?Si hubiese sido un simulador habría aceptado nuestro informe, por los beneficios que pudiera conllevar en la reducción de la pena. El delito cometido tenía una pena de nueve años?, aclara el investigador.

En la actualidad el equipo de Bartolomé LLor, trabaja en un caso de homicidio. Un joven ha matado a su expareja a puñaladas. Se les ha requerido para determinar si en el momento del homicidio el chico pudiera haber tenido sus capacidades cognitivas y volitivas alteradas. ?Puede darse el caso de que una persona tenga una enfermedad mental y en el momento de cometer los hechos este asintomático. La ley dice que no basta que la persona tenga una patología psiquiátrica, para poder eximirle o atenuar la pena, sino que es necesario que en el momento de los hechos tenga alteradas sus capacidades cognitivas y volitivas?, apunta Bartolomé Llor.

Otra disciplina forense en la que se trabaja en la UMU es en la informática forense. Esta materia se utiliza como un instrumento para la investigación o la búsqueda y esclarecimiento de pruebas en determinados delitos.

Aunque dentro de esta área se trabaja en la recolección de evidencias al igual que en el resto de ciencias forenses, los trabajos periciales informáticos presentan algunas particularidades que los diferencian. ?Principalmente destaca que las pruebas con las que se trabaja son muy volátiles. Si se busca la prueba de un delito en la información almacenada en un pendrive o en un documento de Word, el simple hecho de conectar el pen en el ordenador o abrir el documento con un procesador de textos puede alterar los datos que estos contienen y hacer que dichas herramientas ya no sirvan como pruebas en un juicio. Los motivos por los que se modifica la información pueden ser muy variados: desde un virus a un fallo de corriente?, así lo describe José Ramón Hoyos, profesor de Informática y Sistemas de la Universidad de Murcia.

Aparte de la fragilidad, existen otras peculiaridades a la hora de realizar peritajes  informáticos. Otro ejemplo es que para evitar la pérdida o deterioro de la información se trabaja con copias de los originales a las que se denomina evidencias digitales. ?Este problema está solventado siempre que se pueda garantizar que la evidencia digital es una réplica exacta del original y que se ha seguido un protocolo muy estricto para su manipulación?, aclara José Ramón Hoyos.

Hoyos, que imparte clases en el Máster de Ciencias Forenses de la UMU, trabaja desde la Unidad de Informática Forense para resolver casos que normalmente le son encargados por jueces, abogados, investigadores, agentes de la ley y peritos.

Entre los delitos más frecuentes para los que se suele pedir asesoramiento, consulta o peritaje destacan la pornografía infantil, el ciberacoso, el sexting (envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles), las estafas, la extorsión o el phishing (suplantación de la identidad de una persona o empresa de confianza para obtener información confidencial, como una contraseña, información detallada sobre tarjetas de crédito u otra información bancaria).

Otra aplicación llevada a cabo desde la UMU en relación a la informática es el reciente encargo de las acusaciones particulares del Madrid Arena. Se ha solicitado un informe pericial a personal de la Facultad de Informática de la Universidad de Murcia para el desarrollo de un estudio a partir de las imágenes grabadas esa noche en las cámaras del recinto y de las facilitadas por asistentes al evento y medios de comunicación. Este informe determinará, aprovechando las herramientas informáticas que los investigadores han desarrollado, el aforo del pabellón municipal en la trágica macrofiesta de Halloween en la que perdieron la vida cinco jóvenes.

La Química Forense se presenta como otra alternativa dentro de los peritajes forenses. El alto nivel de conocimiento analítico y la capacidad de manejo instrumental de los especialistas químicos son de vital importancia para descifrar las evidencias. Para el Catedrático de Química Analítica de la UMU, Manuel Hernández, el campo de la química relacionado con la ley es muy amplio y prácticamente toda la actividad relacionada con los análisis químicos es aplicable al ámbito forense.

El químico forense trabaja con sustancias no biológicas tales como pintura, vidrio, líquidos o trazas de pólvora provenientes de disparos, pero también lo hace con muestras biológicas como orina, pelo, sangre, semen, saliva o contenido gástrico para la determinación por ejemplo el nivel de alcohol o drogas que una persona ha consumido. Además, sus análisis sirven de apoyo contra el fraude alimentario tanto identificando la presencia de aditivos prohibidos, como descifrando residuos de sustancias tóxicas o peligrosas que pueden estar en los alimentos.

Hernández Córdoba colabora asiduamente con otros investigadores, en especial con la investigadora Carmen Pérez Sirvent del departamento de Química Agrícola, Geología y Edafología, que es experta en cristalografía y rayos X, en la resolución de asuntos periciales. ?Nos encargamos de la optimización de los procedimientos analíticos para poder prestar colaboración a otros compañeros?, explica Hernández Córdoba.

La heterogeneidad de las ciencias forenses

El ADN es la técnica que más casos ha resuelto dentro del campo forense. De hecho, se considera una prueba tan importante en EEUU que el Tribunal Supremo dictaminó el pasado 3 de junio que cualquier persona que sea detenida en EEUU será incorporada a sus bases de datos criminales, de esta forma los policías requerirán muestras biológicas de manera rutinaria. Pero a veces puede que una prueba de ADN tenga menos valor del que parece. Los peritos deben dar valor a esas pruebas y los jueces  deben integrarlas con otras evidencias para tomar una decisión final.

Por esta razón, no debe obviarse que existen otros muchos métodos de analizar o resolver casos. Casi todas las ciencias en general tienen alguna aplicación en los asuntos públicos y criminales. Las principales ciencias empleadas en los análisis forenses son la Medicina Forense, la Química, la Biología, la Odontología, la Patología, la Entomología, la Psicología o la Antropología.

Y en la Universidad de Murcia existen muchos investigadores que trabajan en las  ciencias forenses, científicos y expertos forenses que conocen cómo se aplican las leyes, el método científico y las últimas técnicas desarrolladas en el campo al que se dedican. Son profesionales entrenados en el uso de una variedad de herramientas y técnicas de las que se valen para interpretar las evidencias que encuentran. 

Las ciencias forenses son un paradigma de interdisciplinariedad, y el Servicio Externo de Ciencias y Técnicas Forenses (SECyTeF) de la UMU así lo refleja. ?Hasta el momento son doce las unidades que integran este servicio y estamos abiertos a que se incorporen nuevas disciplinas?, asegura Bartolomé Llor, quien destaca que este es un proyecto pionero a nivel nacional por conseguir reunir tantas disciplinas al servicio de los estudios forenses.

A través de este servicio un grupo de investigadores de la institución docente ofrece sus conocimientos, asesoramiento y consultoría en cuestiones relacionadas con la Administración de Justicia.

La multiplicidad de técnicas y métodos a aplicar en el ámbito forense, así como la complejidad de la infraestructura necesaria y la alta especialización requerida para desarrollar estos análisis, hacen que el medio universitario sea muy adecuado para llevar a cabo estudios forenses, debido a que, frente a otros organismos o instituciones, posee los instrumentos necesarios para hacerlo. ?Evidentemente la Universidad de Murcia está en disposición, por el personal altamente cualificado, sus laboratorios, el material recopilado durante años y las técnicas de las que dispone, para hacer muy buenos trabajos. Tenemos unas posibilidades que prácticamente ninguna otra institución posee?, añade Llor.

La Universidad de Murcia creó en 2010 este nuevo servicio a cuyo frente se encuentra el Catedrático de Medicina Legal de la institución Aurelio Luna, quien tiene una dilatada experiencia en estos asuntos y en la actualidad trabaja sobre las muestras óseas del poeta chileno Pablo Neruda, para determinar si fue envenenado por la Dictadura de Augusto Pinochet.

En resumen, los investigadores forenses deberían reunir, documentar y preservar sus pruebas con mucho cuidado para asegurarse de que sus interpretaciones sean válidas y admisibles en los tribunales. Sus informes deberían explicar lo que han hecho, la forma en que lo han logrado y las conclusiones y resultados que han obtenido. Con la ayuda de los expertos cualificados, que aportan su conocimiento y saber hacer a la reconstrucción de los hechos, es posible deducir de forma más precisa y certera, a partir de los indicios lo­calizados, en qué forma han ocurrido los acontecimientos.

Lo cierto es que cada vez los delincuentes o criminales desarrollan maneras más sofisticadas de cometer delitos o quebrantar la ley. Pero, al mismo tiempo la ciencia avanza y los científicos trabajan para que la verdad de lo ocurrido salga a la luz.