Una gran botánica que, a pesar de no haber estudiado en una institución, ayudó a documentar más de 6000 especies de plantas y ser la primera mujer en recorrer el globo.
Jeanne nació en 1740 en un pequeño pueblo francés llamado La Comelle, donde se dedicaba a ayudar con la granja familiar. En este pequeño lugar sus padres le enseñaron a identificar plantas según sus propiedades curativas, convirtiéndose en una experta.
Todo cambió tras la muerte de su padre, porque en ese momento Jeanne comenzó a trabajar como institutriz del hijo de un científico, Philibert Commerson, futuro botánico del rey Luis XVI. Con este cambio Jeanne pudo seguir ampliando sus conocimientos gracias a Philibert, convirtiéndose en su ayudante y futura pareja, comenzando así sus viajes por Europa.
Vuelta al mundo
En 1767 sus vidas dieron un giro, invitan a Commerson a participar en la primera expedición francesa que daría la vuelta al mundo para catalogar especies de todas partes del globo. Por supuesto él quería que ella acudiera a ese viaje como su ayudante, dado el amplio conocimiento de Jeanne.
El problema es que en esa época existía una ordenanza que impedía embarcar a mujeres en barcos de la Corona (Marine Royale). Pero eso no detuvo a Jeanne, y vistiéndose de hombre y haciéndose llamar Jean, se embarcó en este gran viaje.
Durante el viaje, Commerson sufrió por su salud, y fue Jeanne quien ocupó su lugar dirigiendo la expedición, realizando a su vez la mayor parte de la recolección y catalogación.
Todo transcurría bien hasta que la descubrieron en 1768 en Tahití, tras esto, abandonaron a Jeanne y Commerson en Isla Mauricio, donde se casarían y posteriormente él fallecería en 1773. Sin recursos, Jeanne acabó abriendo un cabaré, donde conoció a Jean Dubernat, un oficial naval con el que se casó y la ayudó a volver a Francia.
Con este regreso, Jeanne completó esa vuelta al mundo en 1776, con una colección de más de 6000 especies de plantas, incluyendo la Buganvilla (Bougainvillea brasiliensis) de América del Sur, recibiendo una felicitación del propio Luis XV. Pero, aunque ella realizó algunas de las colecciones más notables, al final el reconocimiento recayó en el botánico titular del barco y durante años su nombre fue olvidado hasta hace poco tiempo.
Rescate de la figura de Jeanne Baret
Por desgracia, como muchas otras científicas, Jeanne vivió en un tiempo donde las mujeres eran excluidas de la historia. Aunque fue una gran botánica, es posible que no supiera escribir y al final sólo se consiguieron registros de su persona en testimonios de hombres como Commerson.
Es importante revivir su memoria porque, aparte de ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo, realizó una gran contribución a la investigación en una época donde las mujeres lo tenían prohibido, demostrando ser una botánica por derecho propio.
Durante años se identificaron muchas especies con el nombre de “commersoni” -en honor a Commerson-. Pero no fue hasta 2012 cuando un botánico estadounidense decidió homenajear a Jeanne Baret con la planta Solanum baretiae, una especie del género de la patata y el tomate.
Jeanne Baret falleció en agosto de 1807, con el único reconocimiento de haber sido la amante de Philibert Commerson. Tuvieron que pasar dos siglos para que llegara su merecido papel en la historia y la fama que no tuvo en vida, con la publicación del libro El descubrimiento de Jeanne Baret (2010) de Glynis Ridley, que nos ha permitido conocer a esta gran mujer científica.
Bibliografía:
https://www.fundacionaquae.org/jeanne-baret-1740-1807-la-primera-mujer-en-dar-la-vuelta-al-mundo/
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/jeanne-baret-primera-mujer-que-circunnavego-mundo_16297
https://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/12/natura/1326398168.html
Imagen: https://oceanicas.ieo.es/historias-de-pioneras/jane-baret
