Zaida Sánchez

Cuando el criterio propio no se equivoca

Zaida Sánchez

De pequeña pasaba horas escribiendo en falsas máquinas de escribir que ella misma elaboraba a partir de cajas viejas de zapatos. Pronto convenció a sus amigas para montar un periódico local y, eso que parecía un jugueteo tonto con la escritura, enseguida se convirtió en su gran pasión. Zaida Sánchez Terrer apenas tenía once años cuando, por suerte, una profesora de literatura descubrió en ella su talento con las palabras y se encargó de potenciarlo, “le gustaba mucho como escribía y ella abrió en mí el gusanillo de la escritura a otro nivel”, confiesa. Esa misma profesora encabeza hoy una lista de referentes personales que continúa con su propia madre, una gran pianista que abandonó su carrera para criarla a ella y a sus hermanos. 

Se licenció en Filología Hispánica, obtuvo una diplomatura en Biblioteconomía y Documentación y con 22 años ya tenía una plaza fija como archivera en el Ayuntamiento de Alcantarilla. Pronto descubrió que aquel no era su lugar y renunció a su funcionariado; “me di cuenta de que yo lo que quería era entrar a la universidad, para lo cual tenía que encerrarme un año y sacar unas oposiciones duras, como son las nuestras. No podía hacerlo mientras trabajaba”, recuerda. Tomar aquella arriesgada decisión la puso en contra de todo su entorno, pero en su mirada no brilla ni una pizca de arrepentimiento. Hoy es encargada del préstamo interbibliotecario de la Biblioteca General María Moliner (Campus de Espinardo) y se siente más que realizada profesionalmente, “me encanta mi trabajo. Es buscar, encontrar y servir. Es un trabajo muy gratificante porque, además, es inmediato”, asegura.

Zaida escribe su camino de su puño y letra. Por eso, lejos de dejarse llevar por el devenir de la vida, ella ha seguido rebelándose contra aquello que la encorsetaba. Dejó su casa muy joven para vivir con la que ahora es su mujer y, junto a ella, fue madre a los 45 años. A base de sacrificio y derribando prejuicios constantemente, Zaida ha canalizado todo aquello que ha vivido para darle forma a sus escritos. Hasta que no fue madre, confiesa, no se sintió autorizada para publicar, pero después de aquel proceso, la vergüenza desapareció. “Lo de la autoridad es muy duro para nosotras porque a las mujeres, sobre todo de antes, nos han criado de una manera en la que nuestras voces estaban siempre por detrás”, lamenta.

Entre sus publicaciones figuran varias novelas, poemarios, relatos y aforismos. Le apasiona hablar sobre la maternidad y la soledad que pueden llegar a sentir las mujeres durante esa etapa vital. “En mis textos y en mis poemas y mis escritos se trasluce que las mujeres tenemos que llevar las riendas de nuestro camino, ni escondernos, ni esperar detrás”, sentencia.

Zaida no puede evitar indignarse cuando habla del miedo que muchas mujeres pasan en las calles, algo que ella misma ha experimentado en primera persona y que, confiesa, la ha limitado, por ejemplo, a la hora de viajar sola por el mundo. No obstante, Sánchez Terrer ya ha iniciado su conquista particular del espacio público y es que, gracias a la iniciativa Versos al paso, uno de sus versos luce orgulloso en un paso de peatones de Madrid. “Si eres el lobo, no soy caperucita, quiero otro cuento” es el mensaje que la escritora murciana tiene para las personas que por allí pasen. Quienes no tengan esa suerte tampoco han de preocuparse en exceso. Zaida se ha propuesto contribuir a romper el techo de cristal en el mundo de la literatura y, con su ímpetu, nada ni nadie la podrá frenar.