David José Meseguer Pardo

SOBRE MÍ
“Los químicos somos una rara clase de mortales impelidos por una inclinación casi demente a encontrar placer entre humos y vapores, hollín y llamas, tóxicos y carencias, aunque en medio de estas maldades, vivo tan dulcemente que me moriría si tuviera que cambiar mi puesto por el Rey de Persia”.

Joham Becker 1669. Acta Laboratori Chymica Monacensis

 

Permítame que me presente, natural de Molina de Segura, provincia de Murcia, nazco el 7 de enero de 1976. Ya desde pequeñito me apasionaban las ciencias.

Mi primera frustración científica fue la negativa de mis padres a comprarme un “Quimicefa”, hecho éste, el cual me impulsó a la fabricación de mi propio juego de química. Les cortaba a las cerillas sus cabezas para conseguir fósforo, descarnaba las pilas y los lápices por el grafito y saqueaba impunemente el botiquín, la cocina, los productos de limpieza y los de aseo personal de mi familia; así como la caja de herramientas de mi padre, maravilloso “cofre de los tesoros”, transformando el cuarto de baño de casa en mi laboratorio secreto. Era aquí, donde realizaba la casi totalidad de mis experimentos, los cuales indefectiblemente acababan con el lavabo embozado y la paciencia de mis padres.

Habilidoso con las manos, después de todo soy hijo de mecánico, me entretenía a menudo en pergeñar y construir fantásticos artilugios, tan geniales como inservibles. Incluso llegué a romperle unas gafas a mi abuela, a fin de usar sus cristales como lentes de aumento de un improvisado microscopio.

Fue en los últimos cursos de la EGB, donde recibí el decisivo impulso científico de manos de D. Antonio Zamora Barrancos, a la sazón profesor de química y tutor durante mis años de Bachiller y COU. Excelente maestro, con un genio de mil diablos, gracias a sus clases tuve ya entonces muy clara mi vocación. Mis padres, que soñaban con un hijo médico o abogado, se encontraron una vez hube aprobado Selectividad con una porfiada obstinación por mi parte en estudiar Ciencias Químicas. Finalmente, tuvieron que elegir entre subvencionarme la matrícula en la Facultad de Química o un billete de autobús para la Academia General del Aire de San Javier, y aunque lo primero les resultaba algo más caro; mi madre, una madre siempre es una madre, resolvió que prefería verme de universitario a llevando un rifle al hombro.

 

Mi currículo empieza en la Universidad de Murcia, donde cursé la Licenciatura en Ciencias Químicas, Especialidad de Química Fundamental, Subespecialidad de Química Inorgánica. Durante cinco años pertenecí como Alumno Interno a dicho departamento, el de Química Inorgánica, bajo la egregia dirección del Catedrático de Universidad D. Gregorio Sánchez Gómez. Fue él quién me dio la oportunidad de continuar trabajando en esos laboratorios como colaborador dentro del Grupo de Investigación de Química de la Coordinación – Química Organometálica conviertiéndose desde entonces en mi mentor y a la postre gran amigo. Así, el Departamento de Química Inorgánica se perfiló como mi auténtica Alma Mater a la que debo la mayor parte de mi formación personal y profesional, amén de una variopinta actividad científica que incluye tanto la investigación aplicada: análisis de muestras, control de calidad y productos industriales (pigmentos, polvos para extintores, plaguicidas, detergentes desinfectantes y hasta un ¡bebedero para perros!), como investigación puramente académica, la cual desembocó en la publicación internacional de algunos artículos científicos.


En el marco de esta colaboración, y a través de la propia Facultad de Química, la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) y la Unidad de Cultura Científica e Innovación (UCC+i) he podido participar en la organización, desarrollo y ejecución de actividades propias y de representación de la Universidad de Murcia como Profesor Colaborador, co-Coordinador y Monitor de prácticas, talleres, concursos, cursos y seminarios, campamentos, exposiciones y conferencias; amén de múltiples Proyectos de Comunicación, Formación y Divulgación científica como el Campus de Excelencia Internacional Mare Nostrum (CMN), Aula Hospitalaria, Masterchem, MurCiencia y otros, incluyendo el diseño y la implementación de algunos de ellos. Colaboración que poco después se fue extendiendo a otras universidades y programas como el Campus de Ingeniería o el MindThelab-Mednight de la Unidad de Cultura Científica de la Universidad Politécnica de Cartagena (UCC-UPCT).

 

Paralelamente, y bajo el auspicio del Ilustre Colegio Oficial de Químicos (COLQUIM), la Asociación Nacional de Químicos (ANQUE), las Reales Sociedades de Química y Física de España (RSEQ y RSFE), la Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia (Fundación Séneca) o la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) entre otras, también he podido tomar parte en la organización de proyectos nacionales e intrenacionales tales como la European Union Science Olympiad (EUSO), Olimpiada Nacional de Química y otros eventos de promoción del conocimiento científico y Didáctica de las Ciencias como la Semana de la Ciencia y la Tecnología (SECYT) o la Noche de los investigadores (MEDNIGHT)

 

Actividades éstas que he venido realizando en varias ediciones y con las que en algún caso aún me encuentro comprometido.

 

Como complemento a mi formación, poseo varios cursos y diplomas sobre: Cultura Empresarial, Métodos de Análisis, Informática, Inglés (mi estancia en Irlanda merecería una página aparte); así como un Master en Sistemas Integrados de Gestión Industrial de la Calidad, Seguridad y Medio Ambiente (según Normativas ISO 9000, 14000, 17025 y Ley de Prevención de Riegos Laborales) y un Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. A destacar particularmente una beca DOTIK en el International School for Advanced Studies (SISSA) de Trieste, Italia; sin duda una de las mejores oportunidades de las que he podido disfrutar, tanto a nivel profesional, como personal. No obstante, mis inquietudes científicas me han llevado a formarme casi siempre de manera autodidacta en diferentes y variopintos campos como la robótica, la criminalística, astronomía, criptografía, programación, diseño gráfico, web y de aplicaciones, impresión 3D..., hasta el punto de llegar a impartir algunos talleres y ponencias sobre los mismos en el ámbito académico, y por supuesto en Ciencia Recreativa, mi principal afición y el eje de mi profesión conjuntamente con la docencia.

 

Profesionalmente, mi carrera despuntó trabajando como Coordinador Científico de CeutImagina, un museo municipal de ciencia y arte. Posteriormente, y tras la compra por parte del gobierno de la región de las instalaciones, me vi temporalmente reconvertido en Jefe de Operaciones de La Conservera Centro de Arte Contemporáneo. Y aunque inicialmente yo mismo dudaba de la adecuación de un químico a un centro de arte, he de confesar que las necesidades técnicas y creativas del mundo del arte contemporáneo superaron con creces mis expectativas. No pude, no obstante, eludir mi vocación docente por mucho tiempo y pronto regresé a las aulas, ya como profesor. Actualmente, compagino mi actividad empresarial como Director Gerente de EXPERIMENTUM, desarrollando diferentes programas y actividades de difusión, divulgación y formación científica en colaboración con diversas instituciones públicas y privadas de carácter regional y nacional, con mi trabajo como profesor de ciencias en Enseñanza Secundaria Obligatoria y profesor colaborador del EOEP Especifíco de Altas Capacidades de la Consejería de Educación, Formación y Empleo de la Región de Murcia para alumnos de altas capacidades intelectuales; así como miembro activo de la Asociación de Divulgación Científica de la Región de Murcia (ADCMurcia) el Colegio Oficial de Químicos de Murcia (Colquimur), la Sección Territorial de la Región de Murcia de la Real Sociedad Española de Química (STMurcia-RSEQ) y la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Murcia (Alumni) Además de colaborador del Rotary Club Murcia Universidad (RCMU) y la Academia de Gastronomía de la Región de Murcia (AGRM).

 

AFICIONES E INTERESES
De entre mis mayores aficiones cabe destacar la Ciencia; de hecho, fue una afortunada casualidad la que convirtió lo que hasta entonces era una simple diversión en un empleo remunerado; a veces, incluso he llegado a tener dudas acerca de cuando termina una y empieza el otro. Todo comenzó una “calurosa tarde de verano”: Estando de vacaciones en la playa y al cuidado de unos primos de corta edad pero sobresaliente imaginación criminal, me vi obligado a decidir entre encontrar una forma de entretenerlos o solicitar el socorro de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Opté por lo primero, y organicé en el jardín de la urbanización una pequeña mesa de experimentos. En unos minutos, toda la chavalería de la urbanización y los alrededores que por allí jugaba cercó mi posición, poco después, los vecinos que observaban la escena desde sus ventanas decidieron sumarse al coro de los ¡ohhhs! y ¡ahhhs! de los más jóvenes. Rápidamente, “radiopatio” difundió la noticia y enseguida me vi acosado por una pródiga audiencia que me exigía que comenzase de nuevo e improvisase más experimentos. Fue uno de mis vecinos, miembro de una Asociación de Padres de Alumnos, quién me ofreció realizar mi primera Exhibición Profesional de Química Recreativa en un colegio de Murcia. A partir de ahí, las cosas vinieron como se suele decir “rodadas”.

Gran aficionado a la lectura; mis dos orgullos principales son: mi mujer y mi biblioteca. Entusiasta viajero (¡ojo!, que no turista), disfruto también de un heterogéneo gusto por la música, la historia, el teatro y los museos, reconociéndome un ávido depredador de conferencias, a la par que un diletante aficionado al cine y al arte clásico.

Mi mayor interés se define en aquella máxima clásica que ya hace algún tiempo decidí adoptar como propia: “Disce quasi semper victurus; vive quasi cras moriturus” (aprende como si fueses a vivir para siempre; vive como si fueras a morir mañana).

 

FAMILIARES Y AMIGOS
A los mienbros ya citados de mi familia cabría añadir una mención a mi hermana mayor. Y aunque suelo presentarla como: “algún castigo por algo que debí cometer en otra vida”, aprovecho la ocasión para hacer público reconocimiento del fraternal cariño que le profeso. Debo citar también a mis sobrinas, sobrino, ahijado (stricto sensu) y ahijada (lato sensu) pequeños locos bajitos a los que amo irracional e incondicionalmente y que en ocasiones quisiera comerme, literalmente.

Recuerdo entrañablemente (supongo que como todo el mundo) a aquellos primeros e inseparables amigos de la infancia. Diversos cambios, incluido un cambio de colegio, separaron nuestros caminos conduciéndome por los senderos de la rebeldía, la indiferencia a las consecuencias y el escaso respeto a la autoridad y la propiedad ajena. Salzillero confeso, orgullosamente y a mucha deshonra, fue entre sus aulas donde forjé definitivamente mi afición por el gamberreo y cierto grado de abigarramiento.

Empero lo anterior, pudo la universidad reconducir, al menos parcialmente, tan poco edificantes inclinaciones. A este periodo debo mis mejores y más sinceros amigos; curtidos en mil batallas, compañeros de viajes y aventuras, su paciencia y sentido del humor, además de una marcada inquietud intelectual, resulta sólo comparable a la “mala leche” que nos gastamos. Por no citarlos a todos no nombraré a ninguno, ellos saben quienes son, baste decir que los hay con superpoderes, poseedores de artículo mayestático, de provecta paciencia, más provectos que pacientes, y de impaciencia suma.

Mención inexcusable la de mi esposa, sin cuyo cariño y apoyo jamás habría dejado de ser más que un zascandil jovenzuelo, en lugar de convertirme en lo que incluso podría llegar a interpretarse como un "hombre de provecho". Mujer de carácter, inteligente e increíblemente hermosa, no pudo reservarme el destino mejor fortuna; a él mi agradecimiento, y a ella, mi amor eterno.

No puedo cerrar este capítulo sin el reconocimiento expreso a la generosidad y el afecto de aquellos becarios y profesores que desde el primer día en que pisé el laboratorio (personas como Goyo, José Luis Serrano, Venancio Rodríguez o Joaquín García Collado entre otros muchos) me dispensaron, y a los cuales considero “de facto” entre mis más queridos amigos. Ídem quisiera hacer mención de grandes camaradas como Jorge Molero, incombustible dinamo humana, cuya capacidad e inteligencia sólo puede ser superada por su habilidad a la hora de enrolarte en una leva forzosa de maravillosos compromisos, y Mercedes García, si de alguien puede decirse que es tu mano derecha, ella serían las dos.