La mayoría de los tratamientos usados para combatir el tabaquismo utilizan nicotina para el periodo de deshabituamiento. Una Investigación publicada recientemente en la revista Nature Medicine ha demostrado que los niveles de nicotina que se alcanzan con tales tratamientos favorecen procesos de angiogénesis (el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos) lo que ayuda a la formación de placas ateromatosas y de tumores.