El PET-TAC es la prueba de elección para verificar que el tratamiento quimioterápico del linfoma es eficaz o no. Tras realizar el PET-TAC post-quimioterapia se comparan los resultados obtenidos con el PET-TAC antes del tratamiento. Según las evidencias obtenidas se entenderá:
• Remisión completa: desaparición de los signos clínicos y evidencia radiológica de enfermedad, así como desaparición de la sintomatología clínica.
• Remisión parcial: reducción en el 50% en el diámetro mayor de las adenopatías o masas adenopatías más importantes al diagnostico, en ausencia de crecimiento en el tamaño de otras adenopatías, bazo o hígado. Los nódulos esplenicos, hepaticos o pulmonares deben haberse reducido al menos 50%.
• Enfermedad estable: persistencia de lesiones PET positivas antes de iniciar el tratamiento, pero no nuevas localizaciones. No incremento en las masas en la TC).
• Enfermedad progresiva: aumento del tamaño ≥ 50% de las lesiones, aparición de nuevas lesiones o localizaciones.
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