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La ecografía con efecto Doppler es la técnica de imagen elegida con mayor frecuencia en el seguimiento y diagnóstico de las complicaciones del trasplante renal. Es una técnica sencilla, económica, no invasiva y que no irradia al paciente. Además puede servir de guía para intervenciones terapéuticas tales como la punción o la biopsia.
Por otro lado, el efecto Doppler permite realizar una evaluación global de la perfusión intraparenquimatosa y es útil para el estudio de la arteria y vena renales.
Por su parte, tanto la radiografía simple de abdomen como la urografía intravenosa, muy utilizadas en la primera época del trasplante renal, son de escasa utilidad en el diagnóstico de sus posibles complicaciones.
La TC permite el diagnóstico y localización de determinadas complicaciones post-operatorias, especialmente las complicaciones líquidas para- o intrarrenales. Sin embargo, su aplicación está limitada por la irradiación que recibe el paciente y por su elevado coste en relación con las técnicas alternativas.
La angiografía es útil en caso de uropatía obstructiva, por lo que de inicio deja de lado otros posibles diagnósticos, además el uso de contraste está contraindicado en presencia de elevadas cifras de creatinina plasmática.
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