REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS



EN TORNO AL CONCEPTO DE DESAUTOMATIZACIÓN FRASEOLÓGICA: ASPECTOS BÁSICOS  
Florentina Mena Martínez
(Universidad de Murcia)

 

0. Introducción

         A pesar de su recurrencia, la desautomatización es uno de los aspectos más olvidados en los estudios fraseológicos. La mayor parte de los trabajos existentes apenas le dedican unas páginas que en muchos casos no pasan de ser anecdóticas, por lo que resulta extremadamente difícil encontrar investigaciones que profundicen en esta vertiente creativa de la fraseología. Se trata, no obstante, de un fenómeno muy común y de vital importancia dentro de los mecanismos de variabilidad lingüística. Por esta razón, el objetivo de este artículo es el de ofrecer una visión amplia y general que ayude a entender este proceso fraseológico tratando para ello cuestiones básicas y fundamentales como son:

a)    ¿Qué entendemos por desautomatización?

b)    ¿A qué tipo de unidades fraseológicas afecta la desautomatización?

 

1. ¿Qué entendemos por desautomatización?

Uno de los caminos que nos puede ayudar a entender este concepto es situarlo en el área a la que pertenece. En este caso, la desautomatización se encuadra dentro de un fenómeno más amplio, el de la variabilidad fraseológica, para el que hemos diseñado el siguiente cuadro:


 

UF CANÓNICA/

FORMA BASE/

UNIDAD ORIGINARIA

 

 

(1) No es oro todo lo que reluce

 

 

 

(2) Regalar las orejas

(1a) Bueno, estos señores tienen la panacea universal para ganar en los casinos. Pero no es todo el oro lo que reluce.

(Nieves Herrero, TV-A3, ‘Cita con la vida’, 1-6-04)[1]

(2a) Antonio [Prieto, nuevo récord de España en 10.000 m después de 25 años], no es que yo te quiera dorar las orejas...., realmente el record es tuyo.

(Olimpiadas, 1992)

 

 

 

DESVIACIONES

(3) Ser uña y carne

(3a) Ser uña y mugre (México, Honduras, Panamá, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile) [2]

(3b) Ser uña y diente [República Dominicana]

 

  VARIANTES

(4) Darle a uno gato por liebre

(4a) [Cubriendo la noticia sobre la presentación oficial del euro en Frankfurt]... para que a todos los europeos no les den gato por euro.

(A3T, 9:15 Noticias, 30-8-01)

 

 

UFS MODIFICADAS,

DESAUTOMA- TIZADAS

(5) (Ir) a todo gas

(5a) [Comentando la noticia sobre un hombre que recibió una factura de Gas La Coruña por 23 millones de pesetas] ¡Vaya tranquilidad la del afectado, y eso que está recibiendo facturas a todo gas!.

(A3T Matías Prats, Noticias, 18-4-00)

 

Todas estas unidades fraseológicas (UFs) ilustran distintos fenómenos de la variabilidad, pero nuestro interés se centra tan sólo en uno de ellos. El incluir otros fenómenos junto a la desautomatización responde no sólo al ánimo de explicar el concepto propiamente dicho sino también al de distinguirlo y separarlo de otros hechos fraseológicos con los que es frecuentemente confundido.

La primera columna recoge la forma canónica de las unidades fraseológicas, es decir, recoge la forma en la que las UFs suelen aparecer en los diccionarios. Son también denominadas forma base. Nosotros las denominamos UFO (unidad fraseológica originaria). Los dos primeros  ejemplos (1a y 2a) pertenecen a la categoría de las desviaciones. Se trata de formas incorrectas, de realizaciones no correctas que los hablantes producen por distintas causas, como el nerviosismo, o la inmediatez del discurso. En el (2a) la desviación es consecuencia de lo que en fraseología se conoce como contaminación, esto es, la mezcla de dos unidades fraseológicas. Existen numerosos ejemplos de este tipo, ej.: sudar la tinta gorda (Sudar la gota gorda + Sudar tinta) y suelen suceder con unidades fraseológicas sinónimas, con unidades que comparten el mismo significado.

Los ejemplos numerados con (3a) y (3b) ilustran variantes diatópicas de la forma ser uña y carne perteneciente al español propio de España. Ser uña y mugre pertenece a las variedades del español habladas en Méjico, Honduras, Panamá, Colombia, Venezuela, Bolivia y Chile, y ser uña y diente pertenece a la variedad del español propia de la República Dominicana. Las variantes, por otro lado, no deben ser confundidas con las unidades fraseológicas sinónimas. Estas últimas son unidades que comparten el mismo significado pero nada más. Sin embargo, las variantes, además de poseer el mismo significado, comparten también elementos léxicos; en estos ejemplos, los elementos léxicos compartidos son ‘ser’ ‘uña’ ‘y’. Finalmente, las frases en (4a) y (5a) ejemplifican el fenómeno de la desautomatización, producido por la modificación de las unidades fraseológicas involucradas. Es importante señalar que la desautomatización, tal y como pone de manifiesto la frase (5a), no implica necesariamente un cambio formal.

Todos estos ejemplos ilustran distintas parcelas de la variabilidad fraseológica, si bien las desviaciones al ser un uso incorrecto de la lengua no pertenecen con todo derecho a la variabilidad. En cualquier caso, tanto las variantes como las modificaciones son una muestra de la creatividad de este tipo de lenguaje que ha sido tradicionalmente tachado de lenguaje fijo, congelado, no creativo.

La tabla pone de relieve uno de los problemas que entraña la investigación de la desautomatización, y éste es el problema de la identificación de los ejemplos. Las unidades fraseológicas desautomatizadas pueden ser confundidas con las desviaciones y con las variantes. Con las desviaciones tienen en común ser producciones no estandarizadas, no inventariadas, pero a diferencia de las desviaciones, las unidades fraseológicas desautomatizadas son realizaciones conscientes y voluntarias. Por ello, el contexto y cotexto que rodea a la unidad son imprescindibles para discernir si se trata de una desviación o de desautomatización. La desautomatización también puede ser confundida con las variantes. De hecho, un trabajo de Annette Sabban (1998) demuestra que los mecanismos que se emplean para la creación de las variantes son los mismos que los que causan la desautomatización y los que generan desviaciones. A diferencia de las unidades que presentan desautomatización, las variantes son unidades institucionalizadas e inventariadas, por lo que deberían aparecer en los diccionarios especializados. La escasez de este tipo de obras, debido a la dificultad que supone recoger todas las variantes, complica en ocasiones el proceso de identificación. En estos casos, es el contexto, de nuevo, el que proporciona valiosa información para distinguir el tipo de variabilidad fraseológica que muestra la unidad.

En todo este problema, hay que tener en cuenta además que existe un proceso de institucionalización de unidades fraseológicas. Esto significa que ciertas modificaciones (causa de la desautomatización), e incluso ciertas desviaciones a veces pueden llegar a convertirse en unidades institucionalizadas, en variantes. En una aldea, un hablante puede producir una desviación, puede cometer una equivocación creyendo que se trata de la forma correcta. Esta desviación puede repetirse y llegar a ser imitada por otros hablantes de esa comunidad hasta llegar a convertirse en una variante diatópica. Otro ejemplo podría ser la famosa desviación de Sofía Mazagatos ‘estar en el candelabro’ en vez de ‘estar en el candelero’. Es difícil averiguar si esa desviación llegará a institucionalizarse, pero lo cierto es que desde que se produjo la desviación, la forma incorrecta ha sido repetida continuamente, pero eso sí, con un significado distinto, con el significado de poseer fama, de estar en los medios de comunicación, sin merecerlo. En cualquier caso, este proceso de institucionalización ocurre en la diacronía y tan sólo la observación cuidadosa y las obras lexicográficas pueden ayudarnos a la hora de distinguir si la unidad en cuestión se ha convertido en una variante comúnmente admitida, en una nueva unidad fraseológica, o por el contrario, ha mantenido su estatus.

Ya hemos mencionado algunos fenómenos cercanos a la desautomatización y  hemos expuesto parte del problema de la identificación de ejemplos concretos, pero aún tenemos que contestar la pregunta ¿qué entendemos por desautomatización?, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de desautomatización? En realidad, ningún fraseólogo niega la confusión terminológica que existe dentro del terreno de la fraseología. La confusión comienza con los propios términos que se utilizan para denominar el objeto de estudio de la fraseología. Además del término que nosotros empleamos, unidades fraseológicas, que parece ser el más consolidado, nos encontramos con otros nombres como, fraseologismo, frasema, modismo, idiotismo, locución, expresión fija, unidad pluriverbal lexicalizada, entre otros. La confusión terminológica continúa con los nombres escogidos por los diferentes autores para hablar de las distintas manifestaciones de la variabilidad, y por supuesto también alcanza a nuestro tema, a la desautomatización. En ocasiones los términos modificación y desautomatización han sido utilizados para nombrar la misma cosa. Es cierto que en determinados contextos las palabras modificación y desautomatización pueden utilizarse como sinónimas pero en otros contextos no. Sin embargo, la mayoría de los investigadores utilizan estos términos indistintamente. A veces, incluso, algunos autores han echado mano de la palabra desautomatización para referirse a un determinado tipo de modificación. Hay también investigadores, como García-Page, que emplean otros términos, como el de deslexicalización.

Desautomatización es un término rescatado por el fraseólogo Alberto Zuluaga de los formalistas rusos, y ha sido utilizada por fraseólogos de la talla de, además del propio Zuluaga, de Corpas Pastor, Ruiz Gurillo y Zamora Muñoz. Para nosotros, la desautomatización es el proceso que se desencadena en algunas UFs cuando se les ha aplicado de forma intencionada cualquier procedimiento de manipulación o modificación creativa. Las modificaciones son los cambios ocasionales o manipulaciones creativas que los hablantes han llevado a cabo en la UF persiguiendo cierta finalidad. El resultado es una expresión novedosa, no usual, por lo que cabría hablar de producción en la reproducción. La UFM (unidad fraseológica modificada) es una unidad en parte producida y en parte reproducida por el hablante, esto es, es el resultado de un acto creativo y voluntario dentro de los límites de un lenguaje relativamente fijo y establecido. El proceso de desautomatización tiene, por tanto, su origen en la intención del emisor que realiza esas operaciones creativas impulsado por una determinada finalidad, y culmina en el momento en el que la nueva UF despliega toda una serie de efectos especiales y llamativos. La unidad puede ser entonces considerada como desautomatizada. Entre los objetivos de este mecanismo creativo y de ruptura se encuentra, sin lugar a dudas, la manifestación de dichos efectos que son de naturaleza semántica, estilística y pragmática. Algunos de estos efectos van a ser, en el caso de que el proceso culmine con éxito, percibidos y disfrutados por la persona o personas a las que alcance la unidad desautomatizada.

Se trata, pues, de un proceso que tiene mucho que ver con el propio acto comunicativo, con la codificación y la descodificación de un mensaje, de un mensaje, eso sí, con unas cualidades muy particulares. Si intentáramos representar el proceso de desautomatización obtendríamos el siguiente diagrama:

 

 

            El emisor, con los ingredientes que tiene a su alcance (las Ufs, que son la materia con la que trabaja, y las modificaciones, que son las herramientas), movido por alguna intencionalidad, produce una UFM (unidad fraseológica modificada) que va dirigida al receptor. Hay muchos tipos de unidades fraseológicas y también muchos tipos de modificaciones, las hay formales y no formales. Por lo tanto, el hablante, según el tipo de unidad con la que se encuentre utilizará una modificación u otra dependiendo también de los resultados que espere obtener. El emisor se podría comparar con un joyero que desea realizar una determinada joya. Dependiendo del material del que parta, y de las características de este material, y dependiendo también de lo que desee hacer con ese material utilizará un tipo de herramienta u otro. Lo mismo ocurre con las unidades fraseológicas. Éstas tienen unas características especiales de acuerdo con las que el hablante escoge las herramientas. A partir de la UFM se desencadenan ciertos efectos de los que parten dos flechas. Una, lógicamente, dirigida al receptor; la otra, dirigida al emisor. Esta última se representa mediante una línea discontinua porque los efectos son percibidos también por el emisor aunque éste no sea el destinatario de la UFM.

Observando el diagrama es evidente que la desautomatización no debe ser confundida con la modificación. La desautomatización es todo el proceso, la modificación es una parte de él. Si el proceso no se completa, no llega al final, tendremos modificación pero no desautomatización. Por tanto, la desautomatización es el resultado de algunas modificaciones, lo cual también implica que pueden darse modificaciones creativas en una determinada UF sin que ésta llegue a alcanzar el estatus de forma desautomatizada. Dicho con otras palabras: puede haber modificación sin desautomatización pero no desautomatización sin modificación. Para que una UFM pueda ser considerada como desautomatizada ha de reunir tres requisitos:

1. La modificación debe ser una verdadera modificación, es decir, debe representar un cambio ocasional, voluntario e intencionado del hablante.

2. La modificación debe desviarse lo suficiente de la forma originaria para que el cambio pueda ser percibido.

3. La forma base, la unidad originaria, debe ser reconocible y recuperable con ayuda de los elementos conservados e inalterados, o mediante el contexto.

         Si únicamente se cumple el primer requisito, estaremos ante modificaciones que pueden o no lograr la desautomatización. Esta última sólo aparecerá cuando los tres requisitos estén presentes. Toda esta situación, que manifiesta múltiples posibilidades, queda reflejada en la siguiente escala en la que la flecha representa una UF cualquiera:

 

 

 

 

 

En el extremo izquierdo de la flecha horizontal se hallan aquellas UFs con modificaciones mínimas. Por ello, la forma base (FB) es reconocible, pero la modificación no lo es. En el extremo contrario, la modificación altera completamente la forma base. Como consecuencia, la forma base no es reconocible y la modificación tampoco lo es. Si se han producido tantas alteraciones que es imposible indicar de dónde proviene la unidad, tampoco se pueden señalar los cambios que han tenido lugar. En el centro, sin embargo, se encuentra el caso ideal en el que la modificación ha variado lo justo y suficiente. Esto hace que tanto la forma base como la modificación sean reconocibles.

         Para ilustrar los extremos del diagrama podemos imaginarnos varias frases, una de ellas podría ser, por ejemplo: ‘Sólo si se me juntan los cables’. En esta ocasión, la UF original, la forma base, es reconocible (‘cruzársele a alguien los cables’), pero la modificación apenas es perceptible. Por esta razón, el ejemplo pertenece al extremo izquierdo de la escala. En el lado opuesto, se sitúan frases como: ‘Se echó una siesta en los naranjos’, que a primera vista reúne todos los rasgos de una combinación libre de palabras. Esto es así porque se han realizado demasiadas modificaciones en su interior, y sin el apoyo contextual suficiente, nunca podrían remitir a locuciones como ‘dormirse en los laureles’. Por otro lado, es evidente que esta escala no posee límites claros entre una posición y otra. Como consecuencia, algunos ejemplos serán difíciles de situar y de caracterizar. Así por ejemplo, en determinadas ocasiones, la expresión recordará a una estructura fraseológica pero no se podrá concretar la unidad de la que procede, en otras, la expresión parecerá más una forma libre que una modificación fraseológica.

 

2. ¿A qué unidades fraseológicas afecta la desautomatización?

 

La desautomatización, como acabamos de describir, es un proceso que se desencadena a causa de las modificaciones creativas. Puede haber modificación sin desautomatización, pero nunca desautomatización sin modificación. Por ello, la pregunta también puede formularse de la siguiente manera: ¿Qué tipo de unidades fraseológicas admite la modificación? Para poder contestarla es necesario conocer los tipos de unidades fraseológicas existentes. Existen varias clasificaciones de los distintos sistemas fraseológicos de las diferentes lenguas. Una de las divisiones más aglutinadoras que además sirve tanto para la lengua española como para la inglesa, es la que ofrece en su tesis doctoral Corpas Pastor (1995). Esta autora divide el universo fraseológico en tres grandes esferas: las colocaciones, las locuciones y los enunciados fraseológicos. La unidad prototípica del sistema fraseológico es la locución por poseer las características de la fijación y la idiomaticidad en un grado elevado. Sin embargo, las colocaciones se sitúan en la periferia de la fraseología por poseer un grado menor de fijación y por apenas presentar idiomaticidad. Los enunciados fraseológicos se encuentran también en la periferia. De hecho, algunos autores incluso los excluyen de la fraseología. No obstante, la mayoría de los investigadores termina por incluirlos ya que presentan los mismos rasgos que otras unidades fraseológicas. A su vez, cada una de estas tres grandes esferas poseen múltiples ramificaciones. Así por ejemplo, en las locuciones tenemos locuciones sustantivas, verbales, adverbiales etc, y en los enunciados fraseológicos se incluyen las paremias, los refranes, las fórmulas rutinarias, etc. Nosotros vamos a contestar la pregunta a qué unidades fraseológicas afecta la desautomatización haciendo referencia a estos tres grandes grupos, sin entrar en sus divisiones posteriores.

Aunque vamos a ir proporcionando ejemplos, ya de antemano podemos avanzar que las modificaciones y la desautomatización ocurren a lo largo y ancho del sistema fraseológico. Es decir, todo tipo de UF puede, en principio y en un momento dado, constituir el objetivo de una modificación, y por ende, de una desautomatización. La mayor parte de los estudios que se han realizado sobre las modificaciones escogen como ejemplos las locuciones. Éste es el caso de Barz (1986), B. Wotjak (1992) y Zuluaga (2001). Pero también los refranes, como Corpas Pastor (1998a) y Sabban (1998). Quizás la razón resida en que estas categorías de UFs son las que presentan este uso creativo en mayor medida. No obstante, es posible encontrar investigaciones que se hagan eco del uso modificado que otras UFs, las colocaciones por ejemplo, manifiestan en tipos de texto específicos. Corpas (1998b) afirma que en el lenguaje periodístico se consiguen multitud de efectos mediante la manipulación léxica de las colocaciones. Efectivamente, los textos periodísticos, son junto a los publicitarios, uno de los santuarios de las UFMs. No obstante, el mecanismo creativo que opera en las UFs no es exclusivo de ellas. En un texto periodístico, El Semanal, encontramos un ejemplo que ilustra cómo este mecanismo creativo no es exclusivo de la fraseología, sino que extiende su influencia a todo tipo de unidades en las que sea posible reconocer algún tipo de composicionalidad o divisibilidad. Ya el título del artículo recoge la primera modificación:

McDocencia”:

“Hace ya once años que la peripecia tocó a su fin, y hace ya dieciséis, en 1984, que me quedé atónito al ver a una alumna norteamericana de la segunda Universidad mencionada (un lugar tan exclusivo que allí sólo estudiaban mujeres, la mayoría de familias acaudaladas) zampándose, en medio de una de mis clases sobre el Quijote, un McBurger con McQueso, o quizá fue un McPollo acompañado de McPatatas Mcfritas, que había dispuesto tranquilamente sobre su pupitre al lado de unas coca-colas y de sus McCuadernos. Como había que ser muy mirado con las adineradísimas McAlumnas, según me explicaron nada más aterrizar, y nunca fui tiquismiquis, me abstuve de hacer comentarios y fingí no enterarme de su McMerienda, pese al desagradable olor a McCebolla frita que impregnó el aula entera.” (El subrayado es nuestro) (Javier Marías, El Semanal 18-3-01)

Los chistes también son propicios a jugar con la divisibilidad de algunas unidades léxicas. Cuando éstas presentan prefijos constituyen el caldo de cultivo ideal para las modificaciones:

 


 


Los hablantes, añaden, combinan, sustituyen, omiten, etc. determinados constituyentes de las unidades léxicas persiguiendo distintas finalidades. No es de extrañar, por tanto, que todo tipo de UF dada su naturaleza pluriverbal, su fijación y su, a veces, carácter idiomático, pueda utilizarse creativamente. Las colocaciones, combinaciones situadas a veces en la periferia de la fraseología por presentar un grado débil de fijación, no son una excepción y también participan de esta vertiente creativa. He aquí algunos ejemplos:

 

 

Ésta es una viñeta que pertenece al calendario de Mafalda del día 29 de julio de 2002 concretamente. En este caso, observamos cómo Mafalda da un repaso veloz sobre las tareas que ha desempeñado la mujer a lo largo de la historia. Al final afirma: “Claro..... Lo malo es que la mujer en vez de jugar un papel ha jugado un trapo en la historia de la humanidad”. Hay que advertir que “jugar un papel” es un galicismo, pero en francés constituye una colocación. La colocación ha sido modificada a través de la sustitución de un elemento léxico; se ha sustituido ‘papel’ por ‘trapo’. Con dicha sustitución motivada por el contexto se ha conseguido desautomatizar la colocación y provocar tanto la reflexión metalingüística y social como activar efectos cómicos. En la misma línea se sitúa el siguiente ejemplo que parte de la modificación de la colocación ‘dinero al contado’. De nuevo se trata de una viñeta del calendario de Mafalda, lo que refuerza la idea de que los textos humorísticos son una buena fuente de ejemplos de unidades fraseológicas desautomatizadas. Esto no debe extrañar ya que uno de los efectos más importantes que se consiguen con la desautomatización son los efectos cómicos y lúdicos. En este caso el ejemplo pertenece al calendario de 2001, del día 7 de febrero:


 


         Al igual que sucedía con el ejemplo anterior, la desautomatización se ha desencadenado al modificar los componentes de la colocación. En lugar del lexema ‘dinero’ nos encontramos con la palabra ‘bofetones’. Y de nuevo, los efectos conseguidos son de naturaleza humorística.

         Vayamos ahora a la segunda esfera, a las locuciones. Los ejemplos expuestos en la primera tabla ilustran la desautomatización de este tipo de unidad fraseológica; uno de ellos es: que no les den gato por euro; el otro: .... recibiendo facturas (de gas) a todo gas. Tal y como refleja este último ejemplo, la modificación no siempre tiene que ser un cambio visible que afecte a la estructura interna de la unidad, también puede ser un cambio en las condiciones típicas en las que se inserta la unidad. Hay múltiples tipos de modificaciones en los que este trabajo no va a entrar, pero es importante resaltar, que la sustitución, aunque uno de los tipos más frecuentes de modificación fraseológica, no es el único; hay otros que también despliegan una gran variedad de resultados y efectos. Estos son otros ejemplos que ilustran la desautomatización en las locuciones:


La siguiente locución desautomatizada aparece también en una viñeta de Mafalda. En este caso, Susanita, subida en un pedestal afirma: ¡Pueblos del mundo! ¿Podemos permanecer cruzados de estómagos mientras media humanidad padece apetito?

 


Una vez más, la sustitución es el mecanismo modificador empleado para desautomatizar esta locución. La sustitución lexemática está provocada exclusivamente por el contexto, por la conexión entre ‘apetito’ y ‘estómagos’. La unidad resultante sigue teniendo el significado de ‘no actuar, no hacer nada’, pero se ha contextualizado consiguiendo un mayor efecto de cohesión y coherencia textual.

El cuarto ejemplo proviene del programa ‘Cuánto cuesta’ de la primera. En dicho programa, uno de los colaboradores menciona la importancia de los ordenadores hoy día y dice:

 Colaborador: ‘El ordenador es un módem de vidaà ‘modo de vida’

  Nuria Roca: ‘¡Ya, claro! ¡A ver si te crees tú que me he caído de un windows!’ à ‘Caerse   de un nido’

La intervención del colaborador se basa en una desautomatización de una colocación, la colocación ‘modo de vida’; la presentadora sigue el juego iniciado por su colaborador y realiza también una exhibición de su dominio lingüístico realizando una modificación de la locución ‘caerse de un nido’. La sustitución es aquí también la protagonista. El significado de la UFO permanece inalterado, tan sólo se ha contextualizado.

El siguiente ejemplo procede de la película: El amor perjudica seriamente la salud. El protagonista le dice a su pareja:

‘Tú y yo estamos hechos el uno contra el otro’ à ‘Estar hechos el uno para el otro’.

En este caso, el resultado ya no es una unidad sinónima, sino una unidad antónima. Este ejemplo pone de relieve que los resultados de la desautomatización son muy variados; pueden producir mediante distintos tipos de modificación, unidades sinónimas, unidades antónimas o lo que hemos denominado unidades paralelas.

En la tercera esfera, los enunciados fraseológicos, las cosas no cambian sustancialmente.  He aquí algunos ejemplos:

‘Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien’ à ‘Dios aprieta, pero no ahoga’

Éste es el título de un libro publicado por el dúo de humoristas Gomaespuma. Hasta ahora, prácticamente todos los ejemplos ilustraban la desautomatización producida por una única modificación. En este caso nos encontramos con más de una. En cualquier caso, el resultado es también el de una unidad fraseológica ocasional antónima.

El siguiente ejemplo procede de la serie Manos a la obra, día 16 de enero de 2001. Los dos protagonistas de la serie, dos albañiles, Manolo y Benito, están enfadados. Después de una situación tensa, el primero le dice al segundo:

Albañiles somos y en el andamio nos encontraremos’ à ‘Arrieros/Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos’

La sustitución de las dos palabras: ‘arrieros’ y ‘camino’, consigue una nueva unidad que mantiene el significado de la originaria pero que contextualiza la situación y añade ciertos tintes cómicos.

         Existen ciertas unidades fraseológicas, ciertos enunciados, que son especialmente proclives a recibir modificaciones y a ser desautomatizadas; una de éstas es la paremia archiconocida: ‘Dime con quien andas y te diré quién eres’. Por poner algunos ejemplos:

Dime cómo comes y sabrás cómo entrenas

Dime quién eres y te diré de qué eres el último en enterarte

En estos casos, se percibe la existencia de una especie de molde que se utiliza para ser rellenado con distintos elementos léxicos. La paremia originaria está tan institucionalizada que tan sólo parte de su estructura es suficiente para remitir y recuperar en nuestra mente la forma base completa. El molde en este caso sería: Dime + partícula interrogativa + X y X. Lo mismo sucede con otro enunciado fraseológico: ‘Hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana’, cuyo molde parece ser: hoy + X + más (o adjetivo comparativo) que ayer pero................... que mañana. Aquí tenemos un ejemplo:

Hoy nos fue peor que ayer pero mejor que mañana

Es muy frecuente también encontrar ejemplos de desautomatización en otro tipo de enunciados fraseológicos, en las citas. Éste es el caso del siguiente ejemplo en el que la cita procedente de la Biblia ‘no sólo de pan vive el hombre’ se utiliza como base para modificar:

No sólo de créditos vive el estudiante

         Todos estos ejemplos demuestran que la modificación y la desautomatización pueden ocurrir en cualquier UF ya se encuentre ésta en el centro o en la periferia de la fraseología. Sin embargo, Fleischer (1982) advierte que las UFs en sus distintos tipos y categorías se diferencian cualitativa y cuantitativamente con respecto a la potencia creativa textual que exhiben. Dicho con otras palabras: la potencia creativa textual es utilizada de distinta forma y con distinta intensidad por las diferentes UFs. Según Fleischer, las locuciones adverbiales y sustantivas debido a su estructura y a sus rasgos semánticos, poseen un grado menos elevado de potencialidad que las verbales. En cualquier caso, si una unidad puede ser desautomatizada depende en última instancia de la unidad en concreto, de su grado de fijación, de su grado de idiomaticidad, de su institucionalización y del grado de familiaridad que posea ante los hablantes.

Conclusión

La desautomatización es un fenómeno muy interesante que indaga en los procesos creativos de los hablantes. Resulta curioso, que precisamente un lenguaje relativamente fijo, como el de la fraseología, pueda desplegar esta creatividad tan impresionante. En este trabajo tan sólo se ha pretendido ofrecer una visión global y general de algunos aspectos que se encuentran detrás de la desautomatización, que a pesar de ser un fenómeno bastante recurrente, apenas ha sido tratado en detalle por algunos escasos fraseólogos. La desautomatización, como hemos visto, puede estudiarse desde distintos puntos de vista; se puede estudiar con respecto a los efectos que produce (efectos humorísticos, estílisticos, pragmáticos etc), se puede estudiar en relación a al tipo de modificación que utiliza (una o varias, modificación formal, o no formal, sustitución, extensión, etc.,) y también se puede estudiar con respecto a la unidad resultante: es una unidad sinónima, antónima etc.

 

Bibliografía

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Zuluaga Ospina, A. (2001) ‘Análisis y traducción de unidades fraseológicas desautomatizadas’, PhinN 16, 67-83 [www.phin.de]



[1] Los ejemplos (1a) y (2a) están sacados de Vigara Tauste (1998).

[2] Los ejemplos (3a) y (3b) pertenecen al estudio realizado por Kazumi Koike (2001).