REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS



Suzanne Brøgger HOMENAJE A LA DIVERSIDAD  
Viveca Tallgren
(Facultad de Ciencias Empresariales de Copenhague)

 

 

”Aquí el ser humano es infinitamente pequeño y la gracia celestial es todo.

En el Oriente el ser humano es dios y se redime a sí mismo” (Suzanne Brøgger)

 

 

Desde su debut ”Y líbranos del amor” en 1973 la escritora danesa Suzanne Brøgger ha causado indignación y fascinación entre sus paisanos. A principios de los años 80 ya era objeto de mitificación por su obra controvertidal y debatida, su belleza y sus trajes provocativos, sus sombreros de ala ancha, sus experimentos eróticos y su vida aventurera.

Suzanne Brøgger nació en 1944 en Copenhague, pero vivió también en Sri Lanka y Thailandia durante su adolescencia. Después de algunos años de estudio de la lengua rusa en la universidad de Copenhague empezó a trabajar en el campo del periodismo. En los años 60 escribió reportajes de sus numerosos viajes, entre otros de la Guerra de Vietnam y los campos palestinos de entrenamiento.

Desde hace unos treinta años vive en un pueblecito a unos 100 kilómetros fuera de Copenhague. Está casada y tiene una hija de 16 años.

Ha publicado hasta ahora 19 libros de los cuales la mayoría son ensayos, pero también comprenden poesía, novelas, una obra de teatro y dos libros para niños. Su obra está traducida a varias lenguas.

La fuerza de la obra de Suzanne Brøgger es su capacidad de herir el punto sensible de las tendencias actuales de una manera provocativa, aguda y humorística y siempre procediendo de sus propias experiencias personales.

El amor, el instinto sexual y la destructividad del ser humano son temas constantes en su obra. Regularmente toma parte también en el debate actual de los medios. En la primavera del año pasado escribió una crónica muy crítica en contra del nuevo gobierno liberal de Dinamarca concentrándose especialmente en su política cultural y en su trato del asunto de la emigración.

 

En su primera colección de ensayos, ”Y líbranos del amor”, que es la única de sus obras editada en español (Ed. Luis Caralt, Barcelona, 1978), se declaró en contra del matrimonio y de la vida familiar:

 

Todos los matrimonios sobre los que leemos en las revistas son luminosamente felices hasta el mismo momento de separarse. Creo que estas desesperadas exhibiciones de felicidad se basan en una terrible necesidad de afirmar que el matrimonio es posible, al menos para los demás. No importa cómo vaya el nuestro. Lo importante es preservar la fe.”

 

Según ella todas las restricciones en la pareja tendrían que ser sustituidas por un amor más generoso y abierto, y en vez de poner límites a la libertad individual ”eros” debería abrir paso a un proceso de cambios personales. En el capítulo ”Monogamía: el canibalismo de nuestro tiempo” escribe:

 

La monogamía es el amor como mandamiento: amarás a tu prójimo. En la práctica significa: amarás a tu prójimo, pero no demasiado, o te moleré a golpes. Si es así como ha de funcionar, me parece que sería mejor abolir el amor. Al menos, nos libraríamos de esta crueldad.”

 

En las dos siguientes colecciones de ensayo, ”Vías y desviaciones del amor” y ”Brøg” (un título compuesto de su apellido ”Brøgger” y ”bryg” = bebida) Brøgger hablaba del ”eros sin alas” y sostenía que el amor y la sexualidad parecían ser sometidos a un programa de sanidad.

Estos primeros libros de Brøgger no sólo fueron una provocación a los partidarios del matrimonio y la pareja, sino también a las feministas de los años 70 a quienes criticaba por sus normas rígidas y por realzar sólo valores masculinos. En ”Líbranos del amor” Brøgger escribe:

 

”Ya no hay un destino femenino específico, cosa que muchas mujeres encuentran traumático. De pronto, la mujer puede hacer lo que quiera con su anatomía. Esta confrontación con una larga serie de posibilidades desconocidas es una situación totalmente nueva para las mujeres. Y como la sociedad no les exige casi nada, muchas han llegado a envidiar a los hombres sus vidas más restringidas. En consecuencia, el movimiento feminista, representado en gran parte por mujeres de carrera, no trata en absoluto de la liberación, sino de la ansiedad de flotar libremente en el vacío... y del esfuerzo que significa tratar de vivir en él.”

 

Sin duda, la oposición a Brøgger se debió también a la ”ley de Jante” que es una tendencia colectiva entre daneses de despreciar a la persona que ha tenido más éxito que los otros. Esta ”ley” creada por el autor Aksel Sandemose se basa en el principio ”No te creas más que los otros”.

Creme fraiche” de 1978 es el primer libro de una trilogía autobiográfica. El marco exterior es un vuelo de Nueva York a Copenhague donde la narradora es una mujer que constantemente está experimentando con su vida tratando de evitar todo aburrimiento. Max, uno de sus amantes de Bangkok, la inspira a vivir como le da la gana y a formar su propia filosofía de amor rebelde.

”Creme fraiche” contribuyó a crear la imagen mítica de Suzanne Brøgger como la mujer libre, extravagante  y valiente que se lanza a todo tipo de aventuras.

Causó mucha sensación cuando Brøgger de repente se instaló en el campo, en un viejo edificio escolar. ”¿Qué quería una estrafalaria dama del mundo en un pueblecito tradicionalista donde no pasaba nada?” se preguntaba la gente.

Y de hecho su decisión creó un conflicto de culturas. Para Suzanne Brøgger, sin embargo, los conflictos ocasionados por la convivencia entre personas de diferentes actitudes y culturas es un proceso muy interesante que es parte de nuestra existencia. Pasó bastante tiempo hasta que los habitantes del pueblo la aceptaron, pero hoy conviven en paz y armonía.

En su libro ”Un cerdo que ha peleado no se puede asar” (el título es una cita de un habitante de su pueblo), que trata del pueblecito, Suzanne Brøgger quería mostrar que la vida no sólo se desarrolla en grandes metrópolis como Nueva York.

Brøgger se caracteriza a sí misma como una antropóloga porque observa lo que ve y lo escribe – a veces con un humor acertado. Y fue precisamente ese aspecto del libro el que causó la rabia de los habitantes de su pueblo. Muchos se reconocieron y se negaron a aceptar la caracterología un poco caricaturesca de Brøgger. ”A veces la gente lo tiene bien merecido verse en un espejo” fue la respuesta de Brøgger a un periodista que la entrevistó sobre el asunto.

En 1984 se publicó el segundo libro de su trilogía autobiográfica, ””, que es una historia de amor, aunque el ”sí” de la narradora no es para un hombre. ”Sí es un título inspirado en Nietzsche que dijo que hay que decir ”sí” a la vida” , dice Suzanne Brøgger. ”Implica un largo proceso de desarrollo alcanzar ese ”sí”. Empezamos diciendo ”no” para manifestarnos ante los padres. Más tarde estamos obligados a decir sí para no perder su amor, y también al maestro para no tener malas notas y en el trabajo para no perderlo. Pero este es un sí forzado. Alcanzar el sí que viene de dentro es doloroso, pero supone una gran felicidad llegar a ese sí personal.”

En el último libro de la trilogía, ”Transparencia” (1994), Brøgger muestra un cansancio evidente de la vida mundana y una aversión a la publicidad que había causado su obra y su persona. Después de una larga crisis de soledad y busqueda religiosa con la ayuda de un lama tibetano, el libro termina con la liberación de la protagonista por un hombre que viene a cortar su seto de espinos.

La mezcla de ficción y realidad en la obra de Brøgger parece confundir a sus lectores que aparentemente le toma la palabra a ella. Por eso les parecía tan contradictorio que ”la diosa del erotismo y de la libertad” de repente decidió a casarse.

Aún más decepción y furor causó su libro de ensayos ”El soplo aromático” (1986) en el que ajusta cuentas con el mito que habían creado los medios de su persona. El público lo consideró un escarnio, porque ”el mito lo había creado ella misma”, como se solía decir: ”No puedo seguir diciendo las mismas cosas a la edad de 40 como a la edad de 20”, fue el comentario de Brøgger a la televisión en ocasión de su ”cambio de piel”.

 

Según ella, los mitos son sueños o ideas que la gente no ha realizado en su vida real y por eso los proyecta en una persona para hacer de ella la encarnación de sus deseos: ”Nuestra historia trata de personas que paulatinamente pierden la fe en sus propias posibilidades de expresión y que en cambio divinizan al artista, porque justamente el artista pudo hacer lo que ningún otro era capaz de hacer: expresar sus sentimientos libremente en la vida pública”, escribe en el libro.

Suzanne Brøgger fue una de las primeras en iniciar un debate sobre el tema delicado del SIDA. ”En vez de aceptar las enfermedades como fenómenos puramente medicinales se debían considerar como fuentes de información cultural, como un informe de la naturaleza de que el ser humano va descaminado”, escribió en una revista cultural.Brøgger encadenó el SIDA con la revolución sexual de los años 60 que según ella ”terminó convirtiendo a Eros en un producto de plástico”. Lo que suscitó una aguda polémica fue, sobre todo, su crítica de los homosexuales por enfocar su existencia exclusivamente en la sexualidad, lo cual llegó a ser el momento decisivo en el culto a Brøgger.

En un diario danés Brøgger respondió:

 

”Soy consciente de que vivimos en una época en la que parece peligrosísimo hacer preguntas, sabiendo también que es aún más peligroso dejar de hacerlo... La única pregunta que se puede hacer hoy en día sin causar indignación es la puramente médica y mecánica: ¿cuándo viene la vacuna?”

 

Brøgger llegó a reventar el mito de la tolerancia hacia minorías sexuales de la generación del 68 cuyas fuertes reacciones a su crítica confirmaron que su tolerancia estaba convirtiéndose en otra ideología.

Poco después de la aguda polémica, Brøgger estrenó su obra de teatro sobre el SIDA, ”Después de la orgía” (1992) que dio lugar a un nuevo mito: ”Suzanne Brøgger se ha hecho monja”.

La obra se presentó también en los EE.UU., en Washington, donde fue muy bien acogida – también por parte de los homosexuales-.

Parece que a fines de los años 90 el público ha cambiado de opinión en cuanto a Brøgger. Sus obras ya no despiertan ni furor ni escándalo, sino respeto, y las reseñas ya no tratan ni de sus sombreros, ni de su aspecto, ni de su vida privada, sino de sus libros.

Su novela ”El gato de jade” (1997), que es una especie de genealogía familiar, tuvo reseñas muy positivas. El libro es también un ajuste de cuentas con la madre de la autora, pero como en casi toda su obra esconde una aguda crítica de la civilización moderna y sus valores.

En su último libro de ensayos, ”Sejd” (2000), donde sigue la crítica aguda de la cultura occidental, uno de los temas centrales es la  diversidad.

En la siguiente cita habla del culto al turismo exótico tan actual: ”Las gentes étnicas tienen hoy el mismo valor que ”las antigüedades”; nos recuerdan nuestro  pasado y nos cuentan de una manera aceptable quiénes éramos en tiempos remotos verficándonos que ya no somos así. La diversidad ha obtenido un valor de mercado en un mundo uniforme. Las gentes primitivas desean el ”copyright” de sus rituales.”

 

La obra de Suzanne Brøgger fortalece mi convicción de que cada sociedad necesita personas que se atrevan a arriesgar algo por sus ideas. Aparentemente vivimos en una cultura de masas donde el miedo a decir la opinión propia parece aumentar al compas de la globalización. Si no fuera así tampoco aparecieran los mitos como, por ejemplo, el de Suzanne Brøgger.