CUEVA NEGRA DEL ESTRECHO DEL RÍO QUÍPAR (Caravaca de la Cruz, Murcia)

 La Cueva Negra del Estrecho del Rio Quipar abre a 780 metros encima del nivel del mar y 40 encima del río Quípar. Se trata de un abrigo natural bajo un acantilado al pie de la ladera septentrional de la sierra. La boca tiene una anchura de 12 metros y el abrigo se extiende por 12 metros adentro. Fue parcialmente rellenado por sedimento mayoritariamente fluviolacustre con una proporción pequeña de componente eólico o loess. Los hallazgos paleontológicos y paleolíticos pertenecen al Pleistoceno Medio antiguo hace unos 400,000 años. Hay también tres huesos y seis dientes humanos, probablemente el Homo heidelbergensis del Pleistoceno Medio que fue el antepasado directo del Hombre de Neanderthal u Homo neanderthalensis. Nuestra excavación de niveles cerrados pone de manifiesto la presencia conjunta de implementos paleolíticos tanto de tipología achelense – hacha de mano por talla bifacial de un canto de calizo – como lascas de sílex extraídas mediante la técnica levaloisense de la reducción de núcleos (hasta quedarse en núcleos discoideos) y utensilios con filos que muestran retoque abrupto musteriense.

 

Hasta 2004 habíamos considerado el yacimiento como del Pleistoceno Medo tardío o Superior antiguo e incluso pensabamos que el registro paleopalinológico estaba de acuerdo con esa noción. Desde 2003 sin embargo, el estudio de los roedores fósiles encontrados no la apoya puesto que algunas especies se extinguían hace aproximadamente 500.000 años y determinaciones preliminares por la metodología de la luminescencia óptical del sedimento (OSL) efectuadas en la Universidad de Oxford sugerían dicha antigüedad, tal como publicamos un artículo sobre Cueva Negra en 2006 en Eurasian Prehistory (una revista internacional, editada en Harvard). Sin embargo, nos hemos quedado cortos porque en 2007 nuevos datos por OSL en Oxford (todavía inéditos) indican que el conjunto tiene más de 650.000 años.

  

Una visita al Pleistoceno.

Aunque hubo una prospección en la cueva en 1981, la excavación sistemática sólo empezó en 1990 cuando se definió en el sector nororiental del abrigo una zona adecuada para la excavación que ofrecería la posibilidad de conseguir la definición estratigráfica, ya que el sector suroccidental había sufrido la excavación de un zulo profundo hacia el final de la Guerra Civil que fue ampliado por la prospección arqueológica de 1981, además de ofrecer una grieta por solución hídrica cerca de la pared occidental del abrigo. La excavación de 1990 se limitó al interior del sector nororiental detrás de bloques inmensos caídos del techo del abrigo pero estos fueron reducidos en 1991 para facilitar la excavación sistemática desde el interior al exterior de la cueva. En la boca del abrigo se descubrió la base de una pequeña cabaña temporal para un pastor, adosada a los bloques, en la que fueron encontradas una navaja de hierro y cerámica moderna.

Los hallazgos

Entre los restos encontrados durante los últimos 16 años de excavación sistemática los fósiles humanos tienen  importancia singular. Hay seis dientes permanentes, característicos del Hombre de Neanderthal o sus antepasados H. heidelbergensis del Pleistoceno Medio europeo, que conforman un linaje en Europa distinto al que en África dio lugar a la forma menos robusta que es Homo sapiens (es decir, nosotros).

La fauna mayor incluye elefántidos, rinocerótidos, megaceroides (cérvidos gigantes), bisonte, uro, macaco, hiena, jabalí, ciervo común, cabra hispánica, caballo silvestre, liebres, conejos y tortugas. La morfología de los dientes de roedores fósiles nos indica especies algunas de las cuales se extinguieron en el Pleistoceno Medio antiguo. Hay numerosos dientes de Mimomys savini, Allophaiomys chalinei, Arvicola cf. deucalion, Pliomys episcopalis, Microtus brecciensis brecciensis, Terricola (Pitymys) huescarensis huescarensis, Allocricetus bursae, Apodemus flavicollis, cf. A. aff. mystacinus, and Prolagus calpensis. Entre más de sesenta especies de aves la avifauna es especialmente significativa porque nos indica la presencia de lagos y pantanos cerca de la cueva en el Pleistoceno Medio de los que el polen fósil del abrigo nos habla de la presencia de árboles y plantas de entornos húmedos.

       

La excavación de capas cerradas en la cueva ha demostrado la presencia conjunta de implementos paleolíticos tanto de tipología achelense – hacha de mano por talla bifacial de un canto de calizo – como lascas de sílex extraídas mediante la técnica levaloisense de la reducción de núcleos (hasta quedarse en núcleos discoideos) y utensilios con filos que muestran retoque abrupto musteriense. Algunas piezas fueron retocadas para conformar raederas e implementos denticulados o con muescas. La materia prima procede de afloramientos cercanos de conglomerados en la mayoría aunque algunos elementos parecen ser de afloramientos de sílex que están lejos, aguas arriba en la Rambla de Tarragolla cerca de Los Royos de Arriba. También hemos excavado percutores tanto duros de piedra, como blandos de asta de ciervo.