Universidad de Murcia

Campaña Cielo Oscuro. Iluminar mejor ahorrando energía y respetando el medio ambiente.

Sustainable Energy Campaign Campaña Cielo Oscuro Año Internacional Astronomía 2009

Perjuicios sociales


La contaminación lumínica priva de oscuridad a los periodos nocturnos, un rasgo básico de la noche con el que hemos evolucionado y nos hemos desarrollado como humanos y que resulta esencial tanto para la sensación de sosiego como para nuestro bienestar.

La intrusión lumínica, entrada de la luz artificial exterior en las viviendas, provoca una pérdida de calidad de vida así como afecciones a la salud. Entre estas afecciones figuran trastornos físicos evidentes, como por ejemplo alteraciones en el sueño, pero también otras menos perceptibles aunque igualmente perjudiciales como el estrés.

Los científicos biomédicos han descubierto que la exposición a la luz durante la noche tiene consecuencias para la fisiología humana y animal, así afecta nuestra salud al disminuir la producción nocturna de melatonina por la glándula pineal. Esta hormona conocida como la "oscuridad química" -pues su secreción se eleva coincidiendo con la oscuridad nocturna- es uno de los antioxidantes conocidos más potentes y su producción se inhibe por la luz, sobre todo con longitudes de onda próximas al azul. La reducción de melatonina "indica" a muchos de nuestros órganos que es de día, cuando realmente es de noche, por lo que reajustan su fisiología en concordancia. Además, se ha detectado que privar al cuerpo de esta sustancia incrementa el riesgo de padecer cáncer y puede contribuir a la iniciación, progresión o gravedad de toda una serie de enfermedades. Muchas enfermedades debilitantes, especialmente en ancianos, incluyen como parte de su proceso degenerativo la acumulación de daño oxidativo por radicales libres.

Los deslumbramientos y la iluminación excesiva disminuyen la seguridad vial: el ojo humano se acomoda a distintos grados de iluminación pero tarda un tiempo en alcanzar un grado óptimo de visión en zonas menos iluminadas, de forma que si se transita entre zonas de fuerte contraste se produce una merma de visión hasta la plena adaptación del ojo, con el consiguiente peligro que ello conlleva. Además, los conductores generalmente corren más en los tramos más iluminados de carretera, siendo más prudentes en zonas de menor iluminación.