Punto 7. La geología que encierra el habitante más viejo de Murcia

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La geología tan especial de Murcia encerró hace milenios entre los veteados calizos y rojos a un habitante muy particular. La Paleontología lo señala como un ammonites, pero para nosotros es el habitante más viejo de la ciudad.

Fachada Casino de Murcia

¿Sabías que...?

Ni el arquitecto ni los canteros que llevaron a cabo la obra de la fachada del edificio debieron ser conscientes de que estaban colocando a la vista al más antiguo habitante de Murcia.

Un animal de hace millones de años

Aunque puede pasar desapercibido, si nos paramos a observar detenidamente la parte izquierda de la fachada del Real Casino de Murcia nos toparemos con un curioso diseño en espiral. Esta forma no se la debemos a los caprichos de la roca, sino a que se trata de un antiquísimo animal. Los ammonoideos, más conocidos como amonites,h2 eran moluscos cefalópodos que existieron en los mares desde el Devónico Medio (hace unos 400 millones de años) hasta finales del Cretácico (hace 66 millones de años).h2

Fosil de la fachada del Casino

Gracias a su rápida evolución y distribución cosmopolita nos sirven como fósiles guía para la datación de rocas, permitiendo clasificar en el tiempo muchas de las capas estratigráficas que descubrimos. ¿Y cómo eran los amonites?

Por los restos, como los que se pueden observar en este monumento, descubrimos que poseían una concha fina de aragonito, planiespiralada y con una ornamentación muy marcada, constituida por costillas bien definidas. Más difícil es saber cómo era su cuerpo blando, que no ha quedado fosilizado. Se supone que eran parecidos a los actuales nautilos, con una corona de tentáculos en la cabeza que asoman por la abertura de la concha. ¿Y qué hace en una roca de Cehegín un "calamar" conchado de hace millones de años?

¿Sabías que...?

Hay numerosos yacimientos que demuestran la existencia de arrecifes de coral en nuestra región como el famoso arrecife de El Rellano, o de fósiles marinos como los del barranco de Hondares, o aquí mismo en el término municipal de la ciudad de Murcia, en el puerto de La Cadena, reminiscencias del desaparecido Mar de Tetis.

Cuando Murcia era un mar

Hace unos 250 millones de años, durante el Mesozoico, cuando todavía existía un supercontinente conocido como Pangea (toda la tierra emergida estaba unida), existía un enorme mar tropical al que los científicos llaman Tetis. Las condiciones resguardadas, cálidas y poco profundas de este mar lo convirtieron en un hervidero de vida en el que habitaban desde monstruosos reptiles marinos a coloridos arrecifes de todo tipo.

Los fondos de Tetis se encuentran hoy en las cumbres de los Alpes, los Pirineos, del Cáucaso y del Himalaya... y también en las sierras del sur de España. Nuestro Mar Mediterráneo son restos de este antiguo mar. Y sí, hubo un tiempo en el que por encima de la Región de Murcia habían varios metros de agua cálida y salada.

La tectónica de placas "elevó" los suelos marinos hasta convertirlos en montes y llanuras. Muchos de los habitantes marinos quedaron atrapados y fosilizados por la geología y, millones de años después, expuestos al aire libre. Eso mismo es lo que vemos en este pequeño fósil: millones de años de inexorable trabajo geológico.

Ammonite

Nautilus

¿Sabías que...?

Las montañas a cuyos pies se encuentra Murcia, tienen su origen en la Orogenia Alpina, cuando los materiales sedimentarios del fondo del mar de Tetis se deformaron por el empuje de la placa tectónica africana. La elevación continúa, y el movimiento de la placa africana contra el sur de Europa es de aproximadamente 2,15 centímetros al año. Los expertos estiman que se unirá al extremo sur de España dentro de 650.000 años, separando el mar Mediterráneo del océano Atlántico.

Fibonacci y la espiral áurea

En Matemáticas, la sucesión o serie de Fibonacci es una sucesión infinita de números naturales:

0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597...

Tiene numerosas aplicaciones en Ciencias de la Computación, Matemática y Teoría de Juegos. También aparece en configuraciones biológicas como, por ejemplo, en las ramas de los árboles, en la disposición de las hojas en el tallo, en las flores de alcachofas y girasoles, en las inflorescencias del brécol romanesco, en la configuración de las piñas de las coníferas, en la reproducción de los conejos o en cómo el ADN codifica el crecimiento de formas orgánicas complejas. De igual manera, se encuentra en la estructura espiral del caparazón de algunos moluscos, como el nautilus.

Tal y como ya vimos en el Punto 5, existe una íntima relación entre la serie de Fibonacci y la razón áurea Φ. Sin embargo, en contra de lo que muchos piensan y, aunque visualmente parezca lo contrario, la espiral de Fibonacci y la espiral áurea no son iguales.

Espiral aurea

La espiral áurea es una espiral logarítmica asociada a las propiedades geométricas del rectángulo dorado, es decir, la razón de crecimiento es Φ.h2 Aparece representada en diversas figuras de la naturaleza (plantas, galaxias espirales, ), así como en el arte.

Espiral de Fibonacci

La espiral de Fibonacci es una aproximación de la espiral áurea generada al dibujar arcos circulares que conectan las esquinas opuestas de cuadrados cuyos lados responden a la sucesión de Fibonacci.

Escalera en espiral

El "jaspe rojo" murciano

El jaspe es una roca sedimentaria que se utiliza para ornamentación o como gema. Sus colores rojos, violáceos, grises o negros, que a veces tornan a verdes, amarillos o pardos, e incluso en ocasiones combinados, le dan una belleza inusual. El jaspe procede de un fango de radiolarios silicificado, solidificado con sílice desde el comienzo de su formación.

En Cehegín encontramos una piedra roja, jaspeada, que es la que adorna la fachada del Real Casino de la capital. A esta se le conoce como "jaspe rojo", pero, en realidad, no es un jaspe. El mármol de Cehegín, según el paleontólogo Gregorio Romero Sánchez, no es sino piedra caliza carbonatada de color rojizo. Esto quiere decir que no tiene el sílice característico del jaspe, sino carbonato cálcico, típico de los mármoles.

El "jaspe rojo" de Cehegín tiene estructura nodular y bella y ha sido muy utilizado históricamente en edificios monumentales dentro y fuera de Murcia. Por su naturaleza calcificada, y una formación que supone miles de años de calcio precipitado sobre los restos de animales fallecidos, suele contener gran abundancia de restos fósiles, especialmente de amonites y belemnites, recuerdos de aquellos tiempos en el que el mar cubría Murcia.

¿Sabías que...?

En Murcia suele usarse la expresión “más limpio que el jaspe”, proviene del hecho de que las pilas de Bautismo entre los siglos XVI y XIX, eran habitualmente de jaspe. La expresión hace referencia a la limpieza y la pulcritud.

Entrada del Casino de Murcia

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