Creencias erróneas

Las actividades físico-deportivas en edad escolar, entendidas bien como deporte en la escuela o deporte en la edad escolar, son un instrumento de formación cuando se planifica y programa de forma adecuada. No obstante, algunos estudios (López-Miñarro y García, 2001; Pérez y Delgado, 2003) muestran una alta prevalencia de creencias erróneas relacionadas con la actividad físico-deportiva, tales como beber agua con azúcar para prevenir o disminuir el dolor muscular de aparición tardía (agujetas), hacer un trabajo diferenciado para fortalecer la porción inferior o superior del recto abdominal, no hidratarse adecuadamente para evitar el dolor costal (flato), etc.

 

En opinión de Devís y Molina (1998), estas afirmaciones que derivan en conductas relacionadas con la actividad físico-deportiva, son visiones limitadas o equivocadas sobre la actividad física, que no quedan lejos de nuestra realidad cotidiana.

 

Estas creencias erróneas adquieren importancia porque el ejercicio físico y su relación con la salud se ha convertido en un tema que ha adquirido una gran relevancia, especialmente en la edad escolar, porque en esta etapa de la vida se asientan conceptual y procedimentalmente estas creencias (Pascual, 1996).

 

En el contexto de las clases de Educación Física y en el deporte escolar deberían abordarse aspectos formativos acerca de tales creencias, para crear barreras que impidan la consolidación de las mismas. Los técnicos deportivos y profesionales de la Educación Física deben ofrecer conductas alejadas de tales creencias, con el fin de asegurar que aquellos que hoy practican actividades físico-deportivas, se conviertan en adolescentes y adultos que conocen los procedimientos correctos al realizar ejercicio físico.

 

No obstante, en algunas ocasiones, la falta de una formación adecuada de los técnicos deportivos y profesorado de Educación Física colaboran en la creación y perpetuación de tales creencias. Este problema surge por una inadecuada formación inicial y una ausencia de una formación permanente de calidad.

 

Definición de creencia errónea.

Una creencia errónea es un planteamiento teórico y/o práctico que afirma la existencia de un proceso que no ocurre de la forma descrita. Muchas de las creencias erróneas más típicas están asociadas a conductas que suponen algún tipo de riesgo para el organismo. Por esta razón, es necesario desarrollar programas de actuación donde se superen tales prácticas, favoreciendo un adecuado desarrollo del estado general de salud (López-Miñarro, 2002).

 

En la actualidad, estas falsas creencias conviven tanto en la práctica de la persona físicamente activa como en el pensamiento del sedentario, y se hacen evidentes en los primeros. En muchas ocasiones los practicantes de actividades físico-deportivas, ya sean dirigidas o autónomas, llevan a cabo procedimientos que nacen de una idea preconcebida como cierta y que se aleja de la realidad.

 

La creencia errónea es, en definitiva, un camino hacia la instauración de hábitos físico-deportivos inadecuados para la salud, que se establecen en plazos diferentes. Así, ciertas creencias tienen un potencial negativo a corto plazo y sus efectos son evidentes durante y después de la práctica (por ejemplo, los efectos de la deshidratación); por otro lado, otra serie de creencias erróneas provocan repercusiones a medio o largo plazo, quedando mediatizados por el paso del tiempo (por ejemplo, la repetición de ejercicios abdominales inadecuados).

 

Causas de la existencia de creencias erróneas.

Las creencias erróneas son debidas a múltiples influencias, que nacen desde distintas fuentes (López-Miñarro y García, 2000), pero las más importantes podrían ser:

 

1. Los programas de televisión de gran audiencia. Ejemplos: un programa televisivo donde un comentario del presentador relaciona el ácido láctico con la posterior aparición de agujetas; en una teleserie, uno de los personajes se toma un vaso de agua con azúcar para (según dice el mismo personaje) quitarse las agujetas que le van a salir tras hacer ejercicio físico (López-Miñarro, 2002).

 

2. Anuncios de productos en televisión, internet y revistas, como los aparatos para fortalecer y perder peso en el abdomen, electroestimuladores que además de fortalecer “¡devoran las grasas!”, máquinas vibratorias con efectos mágicos y sin esfuerzo, cremas reductoras con efectos mágicos, etc.

 

3. Profesionales poco formados, de dudosa preparación científica, que lanzan teorías sobre fenómenos que desconocen, evocando ideas totalmente erróneas. En este caso, el intrusismo profesional y la ausencia de formación permanente son dos realidades que potencian la existencia de creencias erróneas.

 

4. La familia (López-Miñarro y García, 2000). Existen estudios que han analizado la influencia de la familia sobre la práctica de actividad física de los niños, demostrando que los padres pueden actuar como modelos a imitar por sus hijos. De este modo, creencias erróneas asentadas en los progenitores suelen ser transmitidas a los hijos.

 

El profesional del ámbito de la Educación Física y del deporte debe trabajar para atajar los conflictos que se van a generar en los chicos y chicas cuando reciban informaciones contradictorias de diversos ámbitos profesionales. Puesto que el único modo de atajar tales creencias se basa en una adecuada coordinación de todos los estamentos involucrados en la formación de los escolares. El técnico deportivo y el profesorado de Educación Física deben enseñar correctamente qué son y qué no son las famosas agujetas, las formas adecuadas de fortalecer la musculatura abdominal, cómo prevenir el flato, etc.

 

En definitiva, se puede afirmar que la prevalencia de creencias erróneas en la población escolarizada es importante. Esta alta frecuencia puede explicarse por una enseñanza parcializada e insuficiente del alumnado, y por una insuficiente preparación de los profesionales docentes y técnicos deportivos que estimulan la creación y permanencia de estas creencias. Junto a ellos, la familia y, especialmente, los medios de comunicación se presentan como colaboradores en la transmisión de estas creencias erróneas.

 

Es preciso enseñar al alumnado los procedimientos correctos a través de la integración de estos contenidos en el curriculum escolar, con el fin de erradicar tales creencias. Es necesario favorecer la conciencia crítica en el alumnado mediante experiencias reflexivas teóricas y prácticas, de forma que puedan analizar y problematizar estos tópicos relacionados con el ejercicio físico y la salud (Devís y Peiró, 1992).

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Escucha la entrevista radiofónica que se descarga de la página web que se presenta a continuación y responde a las siguientes preguntas.

 

1) ¿Qué se recomienda a personas son sobrepeso u obesidad de cierta edad?

2) ¿En qué momento del día se recomienda hacer un ejercicio físico en verano?

3) ¿Tomando agua con azúcar desaparecen las agujetas?

4) ¿Por qué aparecen las agujetas?

5) ¿Se recomienda hacer ejercicio cuando se tienen agujetas?

6) ¿Hay algún sistema o método para quitar las agujetas?

7) ¿Para qué sudamos?

8) ¿Cuándo se debe beber al hacer ejercicio físico?

9) ¿De dónde moviliza el organismo la grasa corporal?, ¿De qué depende?

10) ¿Qué se indica sobre el peso de las mochilas?

11) ¿Cómo se recomienda transportar la mochila?

12) Lo que se consigue con poco esfuerzo y rápido, ¿es efectivo y saludable?


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