Esquí de fondo

El estilo clásico en el esquí de fondo, exige un intenso entrenamiento durante varias horas al día, donde el deportista debe mantener el raquis ligeramente flexionado. Alricsson y Werner (2006), evaluaron con el cifómetro de Debrunner, los cambios en el morfotipo raquídeo torácico y lumbar tras 5 años de entrenamiento, en 15 esquiadores de fondo con una edad media de 13,6±0,9 años al inicio de la investigación. Tras 5 años de entrenamiento se encontró un aumento significativo de la cifosis torácica de 33,5±7,9º a 42,9±8,1º, así como una mayor frecuencia de dolor lumbar en el 50% de los deportistas. Además, observaron una correlación significativa entre el aumento de la cifosis torácica y el dolor lumbar. En cuanto a la lordosis lumbar, no encontraron diferencias significativas. Tras los resultados obtenidos, los autores concluyeron que en estas edades, los esquiadores de fondo, deberían practicar otras disciplinas deportivas para intentar compensar los cambios angulares.