Sedentación

La sedentación prolongada es un factor de riesgo de algia lumbar (Green y cols., 2002), especialmente si el raquis lumbar se coloca invertido (Dolan y Adams, 1998). Una sedentación relajada, sin control de la postura del raquis, conlleva una retroversión pélvica y una flexión lumbar que se aproxima al máximo valor angular que puede obtener el usuario (Callaghan y McGill, 1998; Green y cols., 2002) y hace aparecer el fenómeno flexión-relajación en el thoracis erector spinae (Callaghan y Dunk, 2002).

En estas circunstancias, se produce un aumento de la presión intradiscal, del estrés compresivo, de cizalla anterior en el raquis (Wilke y cols. 2001), se incrementa el estrés en la pared posterior del anillo fibroso, los ligamentos posteriores reducen su resistencia a la flexión, disminuye la estabilidad antero-posterior, y se reduce la ventaja mecánica de los extensores lumbares (O`Sullivan y cols., 2002). Además, en una misma persona, a mayor flexión lumbar, más aumenta el estrés compresivo (Callaghan y McGill, 2001).

En sedentación sin apoyo en un respaldo, la lordosis lumbar disminuye en torno a los 38º, esencialmente por retroversión pélvica (28º), siendo los restantes 10º originados por los cambios en los ángulos entre los cuerpos vertebrales inferiores (Anderson y cols., 1979). Con un respaldo lumbar, disminuye significativamente el pico de presión sobre el isquión, rota el sacro hacia delante (ligera anterversión), aumenta la lordosis total y segmentaria e incrementa la altura de los discos intervertebrales lumbares (Makhsous y cols., 2003).

Todo ello supone una mejor colocación del raquis para realizar un ejercicio. Mantener la curva lo más alineada posible en sedentación es preferible porque los ligamentos del arco posterior no generan estrés compresivo ni de cizalla anterior, se previene la deformación de las fibras posteriores del anillo fibroso, y la musculatura estabilizadora del raquis se mantiene activa (O`Sullivan y cols., 2002; Kiefer y cols., 1998).

Una persona que se sienta en un banco sin respaldo con raquis alineado, presenta una presión intradiscal de 0.55 megapascales (Mpa), mientras que si se realiza un flexión máxima del tronco en sedentación, la presión aumenta hasta 0.83 Mpa (Wilke y cols., 1999). En los ejercicios en sedentación con flexión del tronco (por ejemplo, el curl de bíceps con mancuerna), mantener el raquis alineado es difícil (sobre todo en la curva lumbar) (Bankoff y cols., 2000). Un adecuado trabajo de concienciación del raquis es importante para que el usuario pueda controlar apropiadamente su postura.

Tras un período prolongado en sedentación, es recomendable levantarse y realizar un movimiento lento y progresivo de elevación de brazos hasta adoptar una postura de ligero aumento de la lordosis lumbar, que produce una descarga de estrés en la pared posterior del anillo fibroso (McGill, 2002). Una extensión lumbar de hasta 20 grados sin carga, también puede ser una maniobra beneficiosa para descargar temporalmente los discos tras un período de carga en posturas de flexión (Magnusson y cols., 1996).

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