Aplicación en el ámbito escolar

En la programación docente de la Educación Física se pueden diseñar unidades didácticas que aborden la adquisición de hábitos posturales saludables. La prevención en el ámbito escolar puede comenzar con la realización de un reconocimiento médico del aparato locomotor para detectar desalineaciones, con el fin de que puedan ser tratadas adecuadamente. Este reconocimiento debería realizarse en la infancia, período prepuberal y, especialmente, en el estirón puberal porque es cuando las desalineaciones pueden incrementarse notablemente.

El maestro de Educación Física debe conocer los signos que indican la posible existencia de una desalineación, lo que permitirá que pueda sospechar su existencia en un elevado número de casos (al menos los más graves), posibilitando la advertencia o consejo a los padres para que el niño o niña sea valorado por el médico correspondiente, tras lo que podremos tener el preceptivo informe de la patología que presenta y consecuentemente conocer las actividades que le son más recomendables y las que pueden ser más desaconsejables.

Por otro lado, y de mayor importancia, el maestro puede plantear una intervención didáctica que aborde la mejora de la higiene postural del alumnado con el fin de prevenir las posibles alteraciones que se derivan de una mala postura corporal. Así, la postural corporal puede afrontarse desde dos puntos de vista:

1) Aportar conocimiento sobre las posturas de la vida diaria que más frecuentemente se adoptan:

- La postura al dormir, ya que a ella se dedica un tercio de cada día, y por tanto, de la vida.

- La sedentación, una postura muy frecuente en el centro escolar, en casa, al comer, al ver la televisión, trabajar en el ordenador, estudiar, etc. La incorrecta sedentación está considerado como el factor que más contribuye al desarrollo y a la cronicidad del dolor lumbar y cervical.

- La forma de llevar el material escolar (especialmente mochilas), analizando si se lleva de forma unilateral, sobre un solo hombro, o con doble asa.

- La flexión raquídea al recoger o manipular objetos, o al realizar determinados ejercicios físicos.

- Así como otras tareas de la vida cotidiana como barrer, fregar los platos, asearse, etc.

 

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Para conocer las recomendaciones de las posturas más adecuadas en actividades habituales, lee el siguiente documento.
HIGIENE POSTURAL EN EL ESCOLAR
por Pilar Andújar Ortuño y Fernando Santonja Medina

 

Casimiro (1999) presenta algunas sugerencias para favorecer una correcta postura corporal en los escolares:

- Colocar armarios o estanterías en clase, donde los alumnos coloquen el material extra que no vayan a utilizar en casa, ya que van excesivamente cargados a ésta.

- Utilizar una mochila con doble asa cruzada por la espalda, en vez de llevarla sobre un hombro.

- Estudiar cómo se sientan en clase (fundamentalmente espalda, piernas y cabeza) y cómo colocan la libreta para escribir. En este sentido, la actitud postural es un contenido que debe integrarse en el resto de áreas de conocimiento, ya que el alumno permanece sentado durante muchas horas en el centro escolar.

- Comprobar la adecuación del mobiliario (sillas y mesas) a los parámetros antropométricos de los alumnos.

- Informar a los padres sobre la sospecha de desalineaciones raquídeas y desarrollar ejercicios de esquema corporal para que integren las posiciones correctas del raquis.

El desconocimiento de la existencia de desalineaciones y la ausencia de una adecuada concienciación sobre las consecuencias nocivas, a largo plazo, de una mala postura son obstáculos importantes para un adecuado trabajo postural. Rodríguez (1998) comprobó que existe un marcado desconocimiento de las desalineaciones del raquis en escolares de secundaria ya que el 86% de los adolescentes no conocían el estado de su columna, mientras un 6% señalaban tener hipercifosis torácica y un 8% tener escoliosis. Resulta destacable que un 35% de los alumnos de secundaria evaluados en su estudio presentaban una actitud cifótica, pero no eran conscientes de tal hecho.

Con objeto de desarrollar los contenidos relacionados con el conocimiento de las pautas más correctas de algunas situaciones cotidianas, López Miñarro (1999) propone la creación de una obra de teatro en grupos de 5-6 componentes donde se elabora una historia , en clave de humor, que presenta los aspectos claves de la postura correcta e incorrecta. Puesto que cada grupo presenta una postura concreta, los alumnos participan de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje.

Esta propuesta se basa en la elaboración de una historia de tema libre, impregnada de cuñas de humor, con vestuario y decorados acordes al tema elegido, donde se adopta una postura de forma incorrecta y se asocia a sensaciones de malestar y dolor mediante gestos, sonidos, etc., para pasar a continuación a la explicación, por parte de un componente del grupo (director de escena), de la postura correcta que debería mantenerse.

Otras opciones para abordar estos contenidos se basan en la elaboración de materiales curriculares informativos, donde se diseñan pósters que exponen gráficamente las claves de la postura correcta y qué posiciones deberían evitarse. En estos, es necesario abandonar consejos repetidos hasta la saciedad y amenazas que, en la mayoría de situaciones, suelen agravar el problema de mala actitud postural y crear una predisposición negativa hacia estos problemas. Además, mientras no exista una integración en el esquema corporal de la postura correcta, no se logrará que ésta se mantenga.

Tanto estas propuestas, como cualquier otra basada en aportar conocimiento, bien desde un prisma eminentemente conceptual o procedimental, resulta insuficiente, porque una adecuada educación postural requiere de una correcta percepción del esquema corporal, siendo necesario automatizar el esquema en la actitud más armónica que se pueda lograr.

 

2) Adquirir una adecuada concienciación pélvica y escapular a través de tareas analíticas y globales, así como realizar un adecuado acondicionamiento de la musculatura que incide directamente en la postura corporal.

Existen diversas propuestas en el ámbito de la concienciación pélvica, raquídea y escapular basadas en actividades analíticas y globales. El dominio de la movilidad pélvica es esencial para adoptar una buena postura y controlar las curvas raquídeas.

Algunas tareas, a modo de ejemplo, que permiten lograr dicho objetivo podrían ser:

- En decúbito supino, con caderas ligeramente flexionadas y pies apoyados en el suelo, hacer una anteversión para aumentar el hueco lumbar y a continuación retroversión para eliminarlo.

- Variante (juego): Parejas o tríos, cuando el compañero que está en el suelo realiza la anteversión, su compañero golpea con un dedo una chapa para intentar que pase por el hueco lumbar al otro lado.

- Variante (juego): Parejas, el alumno que está en el suelo hace una anteversión y su compañero tiene que introducir y sacar su mano del hueco lumbar sin que la pille aquél mediante una retroversión que reduciría el hueco lumbar.

- Variante (juego): Individual, se introduce un globo pequeño e inflado al realizar la anteversión y se intenta explotar presionándolo con un movimiento de retroversión.

- Al ritmo de una música de merengue y siguiendo las indicaciones del maestro se desplazan los alumnos en 8, 4, 2 y 1 tiempos, manteniendo una postura de anteversión y retroversión, alternativamente. Esta propuesta presentada por Jiménez y Tercedor (1999) integra el trabajo de concienciación pélvica con el ritmo y la expresión corporal.

- Desplazarse por el espacio de forma libre. Si te tocan con una jirafa te desplazarás con pasos cortos y brazos en alto intentando estirarse todo lo que pueda. Si te tocan con un mono, te desplazarás si fueras un chimpancé.

Es necesario destacar una línea de autores (Rodríguez, 1998; Méndez y Gómez, 2001; Cardon y cols., 2002) que han tratado la creación de hábitos posturales correctos, interviniendo en el aula durante el curso escolar.

Rodríguez (1998) demostró que dedicando unos minutos de la clases de Educación Física a la toma de conciencia del movimiento pélvico y escapular, así como al fortalecimiento abdominal, lumbar, y estiramiento isquiosural, se consigue una mejora postural de los escolares. En el grupo control (que no siguió un programa específico de postura durante las clases) se observó un aumento de los morfotipos cifóticos y lumbares alterados, tanto en frecuencia como en gravedad, en flexión máxima del tronco y en sedentación, mientras el grupo experimental (que siguió el programa específico de postura durante el curso escolar) se encontró una disminución tanto de frecuencia como de gravedad en aquellos.

Además, mientras en el grupo control aumentaron las molestias raquídeas lumbares, dorsales y cervicales al final del curso escolar, en los escolares del grupo experimental se produjo una disminución no significativa de las molestias.

En un estudio similar, Sáinz de Baranda (2002) encontró una clara mejora de la disposición dinámica del raquis en las regiones torácica y lumbar tras la aplicación de un programa de postura corporal, lo que corrobora la importancia de un trabajo adecuado y precoz. También encontró una mejora en los hábitos de sedentación tras la aplicación del programa de mejora postural a pesar de no haber realizado un programa específico en las aulas para la enseñanza y mejora de la postura en esta posición.

El aumento en el tiempo de aplicación del programa produjo una tendencia hacia la mejora de la postura del escolar. El aumento en la frecuencia de sesiones durante un mismo curso presentó los mayores beneficios, ya que el grupo que realizó el programa durante un curso escolar más actividad extraescolar, obtuvo mayores ganancias que los grupos que realizaron el programa durante un curso o dos consecutivos (Santonja y cols., 2007).

Méndez y Gómez Conesa (2001) diseñaron un programa con el objetivo de mejorar el nivel de conocimientos y destrezas motoras para prevenir el dolor de espalda, analizando si tras la aplicación del mismo se mantenían las conductas adquiridas y si tenían relación en la aparición de dolor de espalda. Realizaron un test de higiene postural, donde evaluaron la sedentación, los decúbitos utilizados en la cama, la forma de lavarse los dientes, así como el manejo y transporte de cargas con diferentes pesos. Los escolares fueron evaluados por el profesor de Educación Física, el profesor-tutor y los padres, valorando la adquisición de hábitos posturales en cada contexto.

Los resultados mostraron mejoras en los conocimientos sobre anatomía, biomecánica, prevención de patologías en la columna vertebral y en los hábitos posturales, en actividades cotidianas y en el transporte de cargas, que se mantenían 6 y 12 meses después de la aplicación del programa. Cuatro años más tarde, evaluaron la presencia de patologías en la columna vertebral de los escolares, así como la aparición de dolores lumbares y si habían necesitado tratamiento para ello. Los escolares que participaron en el programa presentaban menor frecuencia de dolor de espalda y se encontraron menor número de desalineaciones del raquis.

Cardon y cols. (2002), por su parte, analizaron la eficacia de un programa de educación postural de seis semanas de duración, realizando un seguimiento posterior durante un año, evaluando la adquisición de conductas saludables en relación a la sedentación, manipulación y transporte de cargas, quitarse los zapatos, coger objetos ligeros, modo de usar la mochila y la existencia de dolor de espalda.

Sus resultados mostraron que el grupo que siguió el programa presentaba una mejor higiene postural que el grupo control, observándose un efecto negativo del tiempo sobre los conocimientos adquiridos en los hábitos de sedentación y quitarse los zapatos. En cuanto al dolor, encontraron una disminución en el grupo experimental, mientras en el grupo control se incrementaba, siendo la zona más afectada la cervical, seguida de la dorsal y lumbar.

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