Alimentación y Salud

Breve historia de la nutrición

El ser humano ha ingerido alimentos desde su aparición en la tierra. Su alimentación se ha modificado a través de los tiempos conforme debió adaptarse a los alimentos que le eran más fáciles de conseguir con las herramientas de las que disponía.

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El hombre competía con otros animales por la comida que ingería. En busca de alimentos, adecuaba su alimentación al tipo de alimento más común en el área que habitaba, por ejemplo el marisco o las plantas comestibles. Esta fase de adaptación empezó hace 100.000 años.

Hace unos 12.000 años se inició la revolución neolítica, que incluía una llamada “revolución agrícola”. Se aprende a cultivar y a domesticar animales, lo que suponía una fuente fija de alimentos. Sin embargo, el hombre dependía todavía de los vaivenes de la naturaleza: clima, malas cosechas... Lo que ocasionaba una alimentación irregular.

Los diferentes pueblos de la Edad Antigua tenían alimentaciones diferentes en función de sus creencias, hábitos y sobre todo, el acceso a determinado tipo de alimentos.

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Nos consta que a los egipcios les gustaba comer, pero no sabemos cómo producían el alimento, donde lo almacenaba y tampoco cómo lo cocinaban. Lo que si sabemos es la importancia que tenía la carne y el uso de la fruta y los dulces en su alimentación habitual. En general, llevaban una dieta equilibrada.

El pueblo hebreo tenía una alimentación basada en los productos que les daba la tierra. La dieta carnívora era muy estricta. Los animales se clasificaban en puros e impuros, además bebían mucha leche de oveja y de cabra y su principal bebida era el vino.

La base de la alimentación de los griegos la constituían los cereales, el trigo y la cebada esencialmente. La mayor parte de los atenienses tenían que alimentarse más a menudo de pescado que de carne y la bebida más consumida era el agua, aunque también bebían leche, y en pocas ocasiones, vino.

La base de la dieta de los romanos eran productos cultivados en el imperio y territorios dominados, como los cereales. La actividad ganadera les proporcionaba carne de cabra, vaca, cerdo, leche y queso. En general, los romanos se preocuparon tanto de la comida por su condición de alimento, como del sabor, utilizando la sal como principal condimento.

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En el periodo medieval la alimentación no cambia esencialmente. El vino y el pan eran los elementos fundamentales en la dieta medieval. La carne era la dieta de los aristócratas y de las clases elevadas. Al final de la Edad Media ya existe una diferencia entre la cocina del norte, donde predomina el uso de la grasa animal, y la del sur, mediterránea, que emplea el aceite de oliva. Las especias empiezan a utilizarse por sus “supuestas” condiciones afrodisiacas.

En la Edad Moderna aparece lo que se conoce como cocina tradicional. El tipo de alimentación se estandariza en toda Europa. Y la dieta fundamental de las clases populares estaba basada en la sopa y el cocido. Los ingredientes proteicos, que completaban la dieta de las clases populares, eran el vino, la cerveza y en algunas regiones europeas la hidromiel y la sidra. Las clases más pudientes incorporaban la carne habitualmente en su dieta.

En la Edad Contemporánea, los cambios en la forma de vida se han traducido en una disminución general en el gasto energético realizado, sobre todo a causa de la creciente mecanización y el menor esfuerzo físico. Las sociedades modernas se caracterizan por la posesión, en sectores mayoritarios de la población, de más alimentos de los que se pueden consumir.

Por otra parte, la forma de alimentarnos ha variado de forma sustancial, es decir, es más tributaria en este momento de las proteínas de lo que lo era durante el siglo pasado, habiéndose producido también una clara disminución en el consumo de hidratos de carbono y un aumento muy importante de la ingesta de grasas.

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El consumo de alimentos en general, ya sea de comida o bebida, trasciende la pura necesidad de alimentarse en el sentido de nutrirse, pues está tan cargado de significados, de emociones y ligado a circunstancias y acontecimientos sociales que nada tiene que ver con